Muerte por comezon

[Nina Drummond]

((*Knock, Knock* Holaaaaa con permiso :D ))

Tiene sentido pensar que la razón más frecuente por la cual Nina visitaría la enfermería sería a causa de su intolerancia a la lactosa, sin embargo, ella se fijaba tanto en las cosas que comía que esa era la menor de sus preocupaciones. Pero existían otros males de los que no podía mantenerse a salvo, como los huecos en las escaleras mientras las bajaba corriendo, eso era un pase directo a la enfermería.
Su tobillo se había hinchado hasta alcanzar cuatro veces su tamaño... bueno, quizás solo el doble, pero el dolor la hacía exagerar, y se había tenido que arrastrar mientras lloraba (solo cojeaba) hasta llegar a la enfermería.

Una vez allí se había apoderado de una silla cercana al despacho de la enfermera. Según lo que uno de los chicos enfermos de las camillas (había un par al menos) le había dicho, Madame Pomfrey se encontraba en las mazmorras buscando unas cuantas pociones que le hacían falta en sus estantes. Así que para cuando Leo llego, Nina llevaba un buen rato esperando a la enfermera. Pero no crean que respondió la pregunta de la niña (pfft, niña, como ni ella no lo fuera con las mejillas mojadas de tanto llorar), solo la observo mientras le bailaba a la puerta. -Rara- pensó, dándole una mirada pesarosa ¡Pobrecita, seguro tenía pulgas! nunca se sabe como limpian los elfos las camas.

[Nina Drummond]

Pero, ¡Leo! ¿Cómo que prejuicios? ¡Todas esas historias no son más que mentiras! Excepto si se tratan de Shiloh y Gabriel, ahí si son verdad Sigue el ejemplo de Maggie, que se besa con Rainier (Slytherin, ¿ves?) en los jardines y es tan Gryffindor como los demás.

Alzo las cejas y se mordió los labios, intentando contener el pavor que le daba que Leo se acercara mucho, mientras una alerta roja se activaba en su cabeza: -Pulgas, pulgas, pulgas- ¡Eran altamente contagiosas! Desvió la mirada y por tanto, no vio las manchas rojas que la niña tenía, totalmente atribuibles a que se rascaba y no a una reacción alérgica.
Esa vez si respondió la pregunta, porque no parecía haber alguien cerca que lo hiciera por ella y nunca estaba de más socializar (aunque hubiesen pulgas de por medio). "Un chico por allá" señaló una de las camillas cercanas "Y yo" se señalo con un dedo y luego miro a Leo de reojo ¿Cuántas pulgas tendría que se rascaba contra la pared? Muchas, seguro. "Si te sigues rascando te quedará marca" le dijo, y desvió la mirada a la puerta del despacho, como si no mirarla evitara que las pulgas saltaran y se le pegaran a ella.

[Nina Drummond]

((Tu firma me recuerda a That '70s Show por los colores XP))

Ya va, que si me muerdo mucho la lengua se me puede caer (XD). Pero que conste que Nina culpaba a los elfos por las pulgas, no anda haciendo distinción de casas y colores.

Decidió girar su cabeza en dirección a Leo, tras considerar que sentada en el piso a las pulgas se les iba a ser más difícil saltar hasta su cuerpo, era mejor mirarla así que torciendo los ojos a cada rato. "Veras, Steve" señalo la misma camilla de antes "Dice que se siente muuuy mal" hizo un gesto de lastima "Pero yo no le creo, estoy segura que mi pie y tus marcas por" -Pulgas- "Hiedra venenosa tienen más prioridad" le explicó con toda la confianza y amabilidad de mentira que poseía. Movió su cabeza hacía un costado, como señalando su pie hinchado (que descansaba sobre un pequeño taburete), para que Leo entendiera la gravedad del asunto.
Era cuestión de que llegara la enfermera y ella, Nina, no fuese la única pidiendo atención primero que Steve, que seguro ya se había quedado dormido en la camilla.

[Nina Drummond]

Totalmente buena onda, ¿Haz visto a los de 4to? Son los más buena onda jamás.

¡Ah! Qué considerada era la chiquilla al preguntar por pie lastimado, de verdad, aunque estuviese llena de pulgas, ya habían comenzado con el pie correcto. Ahora, lo único que Nina debía hacer era retocar un poco su historia, porque correr por las escaleras iba contra las normas escolares. "Pues, bajaba las escaleras muy tranquila" hizo una pequeña pausa, a la vez que se mordía el labio como quien no quiere contar algo por vergüenza "Y... va a sonar un poco tonto, pero ya sabes, los accidentes ocurren" cambió su gesto por una sonrisa, luego, se acerco un poco a Leo, un poquito nada más, su pie sobre el taburete no le permitía mucha movilidad "Y... me comí un escalón falso y mi tobillo se torció" y rió en voz baja por un par de segundos, y más le valía a Leo reírse con ella y no de ella. Se quedo mirando a Leo con una sonrisa triste, esperando que le diera una condolencia o algo similar, "Pero me duele. Duele mucho" recalcó por si las dudas. Las dudas de Leo, porque a ella le dolía muchísimo, de verdad.

[Nina Drummond]

Leo no debía preocuparse por recibir bully de parte de Nina, porque a pesar de decir cosas con tan poco tacto como eso que había dicho, Nina podía controlar su impulso de llamarla pulgosa con todas las fuerzas de su ser.

Dejo de sonreír pero mantuvo una expresión amable, se paso las manos por las mejillas, queriendo asegurarse que ya no le quedaban lagrimas allí, y asintió "Me lastime" repitió, dándole la razón a Leo pero recordando la parte importante del asunto. "Y tu... ¿Con qué confundiste la hiedra venenosa?" preguntó con una pizca de interés, era una buena escusa para no decir que tenía pulgas, osea, ¿Quién podía terminar con ronchas por culpa de la hierba venenosa? Era como una de las primeras cosas que les enseñaban a diferenciar en Herbología.

[Nina Drummond]

((Faceta de mosquita muertaaa LOOL))

Claramente Nina no estaba en Gryffindor porque ser una niña interesada llorona no le quitaba el sueño siempre que pudiese conseguir algo con las lagrimas. Por ejemplo, su meta era muy clara en la enfermería: lloraba para que los demás se dieran cuenta que se sentía mucho peor que Steve y así la atendieran primero.

Nina alzo las cejas, totalmente ofendida en el fondo de su ser -¿Idiota Slytherin?- Pfff -¿Sin ofender?- Pfff-pffft. Se cortaba el cabello a que habían más Slytherins listos que Gryffindors, pero eso no era algo que le fuese a decir a Leo porque estaba esforzándose por ser sociable con ella (y no quería cortarse el cabello en caso de equivocarse).
Al final del relato, llego a una conclusión muy clara: esa niña era una salvaje, y por tanto debía tratarla con cuidado para que no le pegara las pulgas. "Qué horrible" dijo al tiempo que arrugaba la nariz, sentía pesar por el chico que tenía que aguantarse la comezón, pero ojala Leo lo viera como que sentía pesar por ella al tener que enfrentarse al bully. "Pero pudiste haber usado tu varita para ayudar a tu amigo" le recordó porque era algo muy obvio, obvio que las varitas estaban ahí para evitar caer encima de arbustos y un millón de cosas más.

[Nina Drummond]

Hasta la edad que sirvieran las lagrimas, las usaría. Y se le acababa el tiempo, porque ella no tenía una apariencia tan adorable como para que le funcionaran después de los 16.

Contuvo las ganas de poner los ojos en blanco ante las tonterías que escuchaba, según lo que entendía de todo eso, para Leo estaba mejor pelear como muggles (a golpes y empujones) que hacer uso del don que tenían... Qué desubicada, seguro creía que por la sangre le corría magia de gratis. Menos mal que mamá Drummond era muggleborn y a Nina no se le ocurrían cosas terribles al respecto, porque era casi como estar insultándose a si misma.
Hinco los hombros, "No te estarías aprovechando" suspiro, ese bully debía ser el más tonto del castillo, quien sabe que se le pasaba por la cabeza para ir metiéndose con la gente sin usar la varita. "Solo serías más lista que él. Uno no se puede dejar amedrentar tan fácil" alzo los hombros de nuevo, todo ese tiempo le había hablado como si le estuviese explicando algo muy sencillo. Las ronchas eran el castigo por no usar la varita, Leo, Merlín no perdonaba esas cosas.

[Nina Drummond]

Ay, pobrecitos los Gryffindors y ese exceso de caballerosidad que a algunos les corría por las venas, a veces le parecía una cualidad adorable y otras le causaba gracia que fueran tan justicieros que se les nublara la mente. No usar la varita por una razón tan noble, como la que le explicaba la niña, le parecía de lo más insensato y le daba risa.
"Tienes razón, no nos estamos entendiendo" comentó con un gesto de no poder hacer nada al respecto, tenían ideas diferentes respecto a la justicia, pero no estaba allí para hacer que la niña se diese cuenta de que su idea estaba equivocada, estaba allí para que la enfermera la atendiera primero. Así que no podía ponerse a discutir (incivilizadamente al parecer, por lo salvaje en la apariencia de Leo) con ella, mejor intentar parecer simpática. "Yo soy Antonia Drummond" le dijo a modo de presentación con toda la intensión del mundo de cambiar el tema, "Pero me puedes llamar Nina" no le extendió la mano, porque eso era muy formal, pero le ofreció una sonrisa a cambio mientras esperaba que ella le dijera su nombre, el año que cursaba y de ser posible, si aparte de ser salvaje, había algo que supiera hacer bien.

[Nina Drummond]

Pfffft... Iba a llamar a Bill Weasley para que la ayudara, ¿ok? Osea, que era un Weasley (¿y si le contagiaba más pecas? ¡Fin de mundo!) pero se le notaba que tenía un buen futuro.

Parpadeo lentamente, sintiéndose muy decepcionada de no conseguir nada más que tres letras de información, sin embargo no borro la sonrisa para que no se le notara que quería saber más de la niña (aparte de que potencialmente tenía pulgas y no era muy femenina). Arrugo ligeramente la nariz cuando la vio rascarse, por la forma en que lo había hecho podía calcularle unos doce años, ugh, seguro que las simios hembra eran más femeninas al rascarse. Alzo las cejas y sonrió un poco más grande, ¡Un halago a su nombre! Una de las cosas que más le gustaban en el mundo ¡Recibir halagos! "¡Gracias!" le dijo con falsa modestia pero sin poder ocultar del todo la felicidad, "Era el nombre de mi abuela materna" comentó, solo porque sentía que mencionar esas cosas la hacían parecer más sociable, "¿Leo es el diminutivo de qué?" y era una pregunta absolutamente entrometida pero le tenía sin cuidado, con saberle el nombre era más que suficiente.

[Nina Drummond]

Medio sonrió, -Eleonora- Bueno, un nombre era suficiente, husmearía en las listas de algún profesor incauto y averiguaría más cosas sobre Leo, después, con algo de empeño conseguiría información familiar y... Oh, wait. No, aun era muy joven para llegar tan lejos. "Leo es un lindo diminutivo" porque Eleonora no le parecía un nombre bonito.
Apoyo las manos en la silla y se levanto unos centímetros, mirando la camilla donde se encontraba Steve "Tenemos que decir que Steve no esta tan mal, ¿Bueno?" no se podían olvidar que ellas estaban más adoloridas que él tonto muchacho.

[Nina Drummond]

Saber es poder. Entre más sepas de los demás, más poder tienes sobre ellos, mi no-tan pequeña saltamontes.

Nina se acomodo en su asiento, cuidando de no lastimar su tobillo al moverse y sonrió por cortesía, por más a León que sonara, Leo no le parecía un nombre cool, le sonaba a horóscopo muggle. Pobre niña inocente... (porque ella no lo era, ¿Ok? Ella era toda una adolescente madura Pfffttt).
Y por supuesto que Steve era una nena llorona ¡Hasta se había echado en una cama a seguir llorando! ni que se le hubiese roto el tobillo... Pero, como fuese, Nina paso su mirada de Steve a Leo y también alzo los hombros, porque solo había una cosa por hacer con el niño llorón: que lo atendieran de último. Luego, volvió a mirar su pie sobre el taburete, porque no podía seguir mirando a Leo sin decir nada por más tiempo, y se mordió los labios, sintiendo de nuevo dolor "Madame está tardando mucho..." mascullo queriendo sonar preocupada, aunque empezaba a sentirse molesta, ¡Por las barbas de Merlín! ¿Qué tan lejos estaban las mazmorras? no, en serio, ¿qué tan lejos?

[Nina Drummond]

Los secretos son importantes sin importar de quien se trate. Es cuestión de saber utilizarlos, siempre se puede sacar provecho sin importar de quien se trate.

Apretó los labios y cerro los ojos, porque le habían entrado unas ganas tremendas de poner los ojos en blanco y hacer un gesto de desagrado justo cuando vio a Leo revolcarse en el piso. Ningún ser con poderes mágicos podía caer sobre hiedra venenosa por accidente, eran puras mentiras, ¡Leo tenía pulgas por Merlín y los cuatro fundadores! Y se le iban a pegar a ella si la enfermera no llegaba de una vez por todas ¡El horror! Solo había algo tan feo como tener pulgas.......... ¡Tener piojos!
Se puso las manos en las mejillas y miro a Leo con cara de preocupación, como si le diera pesar la situación en la que estaba "Cuando llegue debería tratarte a ti primero" le dijo, esperando que así se calmara un poco (porque a ella le funcionaba) "Pero si gritas creo que no te querrá atender, hay personas enfermas aquí" y no que hubiese dicho que ella (Leo) no estaba enferma, porque tener pulgas era una enfermedad grave, pero bueno... quizás así había sonado. No se había dado cuenta.

[Nina Drummond]

Hay razón en eso, claro, la enfermera podría aparecer y regañarla y luego atenderla. Y quitarle las pulgas. Pero no importaba que lógica se usara en esa situación, Madame seguramente la atendería de ultimo (A Leo, ojala) por tanto alboroto.
"Las paredes tienen oídos" le recordó, señalando un cuadro aleatorio en la pared y las camillas con enfermos hacía el fondo, de nuevo con la esperanza de que la niña se calmara, " Y ellos pueden quejarse" -y de las pulgas también-. Aish, que tanto tardaba esa enfermera.

[Nina Drummond]

Meh, son magos, pueden hacer lo que quieran. Nina siempre podía hacer pataleta por su tobillo doblado y lograr que la atendieran primero. Si no, echamos los dados.

"Y eso qué. Y eso qué" repitió en un murmullo, mirando el lado contrario al que se encontraba Leo, haciendo un gesto de fastidio. Ni que fuera muy difícil no gritar en la enfermería, ains, se le estaba acabando la paciencia. "Pero puedes hacer algo para aliviarlos a ellos" le dijo con una sonrisa apretada y las cejas alzadas, y le falto un 'Hacer silencio ¿entiendes?' pero mejor que lo dijera la expresión de su rostro.