Puddlemore Party

[Gerald Cowershof]

Parpadeo confundido, "No, yo no..." se paso una mano por el mentón, arrepentido, ¿Cómo podía molestarse con ella? Todo era culpa de Cathleen, por andar fijándose en tipos inadecuados. "De todas formas ella se negaría y, haría un berrinche o algo semejante" suspiro, al menos así se la imaginaba, con crisis pre-menstrual, muriéndose de vergüenza.
Acaricio una de las pecosas mejillas de la chica. Nunca, nunca molesto con ella.

[Gerald Cowershof]

"Si, esta bien" asintió con lentitud, y volvió a recorrer el lugar con la mirada sentía esa sensación de que alguien lo miraba fijamente y, um, urticaria. Chasqueo la lengua, rascándose la nuca, "¿Presentan también los nuevos modelos de escobas?" pregunto sin poder evitar usar un tono cargado de ilusión, porque no, no le había prestado la suficiente atención a lord Fermor cuando mencionaba sus aserraderos y las escobas, por desgracia.
Que hicieran una presentación conjunta de jugadores-escobas era algo así como genial.

[Gerald Cowershof]

Pero claro que haber llevado el prototipo a Hogwarts había sido importante, no me imagino cuantos adolescentes querrían comprar aquel prototipo. Esbozo una sonrisa y miro un punto inexacto tras la chica, imaginando la presentación como las que describían en la sección de sociales del Profeta, por ejemplo. "Tus padres saben lo que hacen" comento alzando las cejas, no esperaba menos de sus suegros, "Y por cierto, no los salude" añadió avergonzado, llevándose una mano a la cara.
O rayos... ¿Y si Mamá McRiller le ponía picante en pie de manzana? ¿O si le ponían una orden de restricción..?

[Gerald Cowershof]

... Ohnoes. Igual me intranquiliza lo del picante.
La miro tras sus dedos, ladeando la boca no muy convencido del asunto. "¿Y si quedas embarazada después del matrimonio.." se cruzo de brazos frunciendo el ceño "También les fastidiara?" completo medio en broma, medio en serio. Había pensado en acotar algo sobre la infidelidad pero no se veía a si mismo en ese rol, tampoco a Queenie.

[Gerald Cowershof]

Dio un medio paso hacia atrás por pura inercia, no que le asustara la idea de casarse, pero al menos, en aquellos momentos y estando como estaba (desempleado y sin una carrera que lo ayudara), no le parecía tan buena la idea. "Pero no ahora, más adelante, cuando no tenga que vivir con Cathleen" dijo, desviando la mirada poniéndose rojo también, por ahí y lo pensaba mejor y no se casaba cuando pudiera pagar un anillo de compromiso sin tener que pedir prestamos era una fecha más acertada.

[Gerald Cowershof]

Blanco tiza, sin duda alguna.., confió en vos para los manteles (??)
Reprimió el impulso de suspirar aliviado y de, además, decir algo como 'Era solo una hipótesis' porque no era nada correcto, mucho menos caballeroso. "Ah, bueno" murmuro, se llevo una mano al cuello de la camisa pretendiendo estirarlo, era todo tieso e incomodo, "Pero igual, no me obligues a usar una cosa de estas" comento y dejo el cuello en paz, tampoco era muy correcto andar quejándose por la ropa.

[Gerald Cowershof]

Miro al techo y suspiro, sentía como si le hubieran echado una maldición, los cuellos tiesos lo perseguirían de por vida.
"¡Que alivio!" dijo agradecido, solo esperaba que al morir no le pusieran uno de esos también, no lo merecía. Al otro lado del recinto, bastante cerca de la orquesta, vio como su tía, que tenía un extraño parecido con Joanna Lumley dentro de una vestido muy elegante con un peino tan elaborado como el de Queenie, le hacia un par de señas intentando llamar su atención. "¿Quieres ir a saludar a mi tía Gertrude?" preguntó amablemente, porque si su tía le llamaba debía ser importante.

[Gerald Cowershof]

Miro a su tía con más atención que antes, nunca le había encontrado parecido con Twiggy pero ahora que ella lo decía, uh, poco probable, no se le marcaban los huesos.
Le ofreció una mano educadamente, con la intensión oculta de que no se tropezara y cayera por culpa de los tacones, para comenzar a avanzar; Gertrude parecía toda contenta porque la hija de los McRiller acompañaba a su sobrino, y por la cara de los hombres con los que hablaba seguro eran coas buenas, que ellos les aburría.

[Gerald Cowershof]

Camino unos pasos y se detuvo, aprovechando que la mujer había comenzado una especie de discusión con alguno de sus interlocutores. "Ella es.., se encarga de las relaciones publicas de la empresa" explico, tomando otro vaso de whiskey de una charola y dudando de poder llamar a una granja empresa, suspiro "Aunque le va mejor como administradora, el tío Albert es mucho más paciente y social, no le gusta que la contradigan" volvió a caminar y, por si le daba por preguntar algo más (que estaba en su derecho), daba pasos más cortos.
Allí donde la veían Gertrude no sabía tratar con clientes quisquillosos que querían saber que abono usaban, en que guardaban los vegetales o si los Jarveys dormían sobre las lechugas o las coles.

[Gerald Cowershof]

"Supongo. Aunque se pinto el cabello para verse más 'Actualizada'" murmuro, alzando un hombro y mirando con pena a su tía, no necesitaba ser rubia para ser social pero ella parecía no darse cuenta de eso "Siempre he creído que le va mejor sacando cuentas, tiene un sentido del humor desastroso" sonrió cuando Joanna Lumley Gertrude volvió a hacerle señas. Que grande que era ese salón de fiestas, de verdad esperaba que los zapatos de Queenie no le dejaran tantas ampollas de colores.

[Gerald Cowershof]

Asintió, conteniendo algún tipo de replica, con el paso de los años había descubierto que Gertrude tenía un oído especial para escuchar cosas que no debía. Y seguro que salía con algo como 'Oh, que adorable, lucen como recién casados' y, no, ya había hablado mucho de matrimonios por una noche.
Justo al llegar, sintió la mano de su tía cerrarse en su muñeca, jalándolo con más fuerza de la adecuada para tenerlo a su lado; 'Oh, que adorable, Gerald, que traje tan galante' saludo la mujer con una sonrisa forzada 'Ah, querida, que lindo vestido' dijo mirando ahora a Queenie sin mejorar el gesto, los hombres tras ella movieron la cabeza a modo de saludo.

[Gerald Cowershof]

La mujer devolvió el saludo con un leve y corto apretón de manos, 'Gerald estos caballeros desean hablar contigo' informo a su sobrino, luego se deslizo tras de él y poso una de sus manos sobre el hombro de Queenie, se iba a provechar de la situación para hablar con ella. Como si fuera una tía celosa.
A toda respuesta, Gerald asintió, dirigiéndole una mirada de disculpa a la muchacha y sonriendo a los hombres, que comenzaron a hablarle de granjas, vacas, y Jarveys que dormían sobre coles. Porque es un karma, tu sabes de eso (?).

[Gerald Cowershof]

Pues a Gerald no le iba muy bien que digamos, el par de señores parecían querer comprobar cuanto sabía él sobre el negocio familiar, porque que buena imagen daba al conocer todo sobre eso y además tener una buena personalidad, y sentía que estaba a punto de reprobar. "Mr. Dowling" dijo al hombre de anteojos y bigote, procurando no parecer nervioso "Las vacas, solo comen pasto especialmente preparado para ellas, nada de pasto mágico" hizo una pequeña pausa "Tampoco comen patos" aclaró, por si las dudas.
Por otra parte, Gertrude bien diría algo como '¿Al menos sabes tomar té?' sin cambiar en absoluto el tono, porque si no sabía iba a quedar como una grosera y por ahí se ganaba una enemiga.

[Gerald Cowershof]

¿Rancho? No se cual sea el significado de esa palabra para los ingleses, pero en mi país, Queenie habría cavado su propia tumba. Digamos que la tía, pensaba en uno de esos caserones muggles llenos de mugre, muebles destruidos y gallinas sobre armarios. Toda una pesadilla, en su cabeza organizada y llena de cuentas. '¿Un rancho de... Vaqueros?' agrego, desconfiando totalmente de que ellos pudieran tomar té con una sola mano (?).
Los caballeros por su parte, habían terminado con las preguntas sobre animales y comenzaban a preguntar cosas sobre la hermana, porque era importante saber si la primogénita iba a seguir con el cuidado del negocio o era tan descuidada como se empeñaban en decir los familiares maternos. Gerald estaba tan incomodo que ya iba por su cuarto vaso de whiskey.

[Gerald Cowershof]

Realmente se preocupaba, y detestaba no poder prohibirle nada a Gerald. Seguro que aquella muchachita metía los dedos dentro del pie para ver que tan bueno estaba. 'Por supuesto' murmuro, con su inglés acentuado, 'De esos que no saben usar los cubiertos, ¿Me equivoco?' allí comenzaba, Gertrude, a probar la paciencia de la pelirroja, haber si era cierto que existían texanos educados y parecidos a ellos, los ingleses.
Gerald seguía con sus caballeros, y solo porque me gusta saber que esta allí, diré que continuaban hablando de la familia. Porque en la sociedad inglesa, la familia comenzaba a decaer.