Malabarista frustrado

[Asher Sewell]

Fue una idea bastante estúpida, había que aceptarlo, ofrecerse a esperar que el profesor de Pociones terminara de evaluar los trabajos entregados en clase junto con su respectiva muestra de poción en un frasco, para que Lorenz y Liesel pudieran salir a disfrutar de los últimos días en el castillo. La misión ahora era llevarse todo a la sala común y dejarlo en una mesa para que sus dueños recogieran las cosas cuando les apeteciera (o para que las dejaran ahí hasta que los elfos hicieran limpieza - a mucha gente dejaba de importarle la calificación de los trabajos hechos en clase a estas alturas del año). En el brazo izquierdo llevaba los pergaminos, y en la mano uno de los frascos (el suyo); en la mano derecha llevaba los otros dos.
Y no se me ocurre una buena poción para el trabajo, pero Asher no podía permitir que se le cayeran a menos que quisiera que cosas malas pasaran en el pasillo.

[Jessica McFarlane]

((¡Míooooooo! *se arroja al thread*))

Es que Asher seguramente era una excelente persona aparte de estar guapísimo. Era, por lejos, el chico más lindo y adorable que Jessica había visto en toda su existencia. Porque los chicos siempre tienen algo fallado: o son feos y adorables, o son hermosos y malvados, o son adorables y hermosos pero no le prestan atención. Pero Asher... Asher no le prestaba atención aún, pero seguramente era porque ella no había hecho nada al respecto. Sí, sí, seguramente era por eso.
Una compañera de Ravenclaw le había prestado una hoja con apuntes del último OWL que habían dado hacía unos días. Estaba revisando las respuestas, porque después de escuchar una conversación ajena había comenzado a sentirse insegura. Alzó la vista en el pasillo, para asegurarse de que no se iba a llevar una armadura por delante. Pero ahí, a la distancia, venía él. ÉL.
¿De casualidad no era una poción de amor? Porque sería perfecto que se le cayeran los frascos. Un poco de ayuda, por favor, Merlín.

[Asher Sewell]

Estaba pensando más bien en algo... tipo que se abriera un hoyo en el suelo que funcionara como atajo indeseado al piso inferior de ese día en adelante. Las pociones de amor son un peligro para la sociedad y traen cosas malas de otra manera.

Asher también iba vigilando que nada se atravesara en su camino, pero todo lo que veía a la distancia eran personas que, confiaba, tuvieran el suficiente sentido común para hacerse a un lado y dejarle el camino libre. Lástima que no había aceptado la sugerencia de Liesel de colgarse un letrero que dijera 'Material Tóxico'. Los frascos que llevaba en la derecha tintinaron al chocar por el simple movimiento de ir caminando. No le gustaba ese sonido. No le gustaba nada.

[Jessica McFarlane]

Oh, ya veo: un atajo a un salón abandonado en el piso anterior, todo decorado con guirnaldas rosadas y angelitos con flechas. Me parece que, para Asher, eso sería lo más peligroso. Yo sé que tiene muchas fangirls.
Aminoró el paso, apretando más fuerte el pergamino con los apuntes. ¡Se lo iba a cruzar! Qué emoción, nada mejor para alegrar el día que poder pasar a su lado. Y quién sabe, quizás comentar algo como 'bonito clima, ¿no?'. Guardó el pergamino mal doblado en un bolsillo y se pasó una mano por el cabello, haciendo de cuenta que estaba jugando con un mechón. Volvió a ver hacia el frente, parecía que estaba cargado de cosas.
Gracias, Merlín. Muchas gracias.

[Asher Sewell]

Así como lo planteas, hasta el pasillo decorado con armaduras está resultando peligroso. Pero ni modo, había que seguir por ahí para llegar a su refugio sala común. Frunció el ceño y barrió con la mirada los alrededores. Necesitaba un lugar para dejar los frascos y reacomodar. Pero no había nada, e intentar dejarlos en el suelo sonaba a peor idea.
Y entonces, para agragarle la cereza al helado, le empezó a picar la nariz. -No, Merlín, no-. Iba a estornudar. Y se le iban a caer los frascos, y haría un hoyo en el pasillo. Y posiblemente iba a correr rezando porque no hubiera testigos.

[Jessica McFarlane]

Si estuvieran en esta época, hace rato que Jess hubiera sacado el celular y lo hubiera comenzado a filmar, disimuladamente. Y luego vería el video encerrada en un cubículo del baño, y lo borraría, toda avergonzada de sus acciones. Así que menos mal que si tenía público para el desastre, ninguno de ellos tuviera herramientas informáticas para registrar el momento hasta la eternidad.
Bajó la mirada a sus propias piernas, pensando en que quizás debería bajarse un poco las medias para que parecieran más largas. Pero Asher seguramente era tan perfecto que jamás le miraría las piernas (claro, por eso), así que lo dejó por la paz. Miró hacia el frente y tomó aire, preparándose -No grites cuando hablas, no grites cuando hablas-.

[Asher Sewell]

Tenía segundos para decidir qué era peor: dejar caer su frasco, o dejar caer los de los dos traidores que accedieron a que él se sacrificara por el bienestar común. Jaló aire por la boca, concluyó en que era mejor que se cayera una sola muestra de poción (la propia), y "¡ATCHOO!". Nos vemos, frasco. Al estornudar, al menos tuvo la educación de agachar la cabeza para no enviar partículas de baba hacia el frente. -Ugh-.

[Jessica McFarlane]

Todo pasó tan rápido, Asher, ¡tan rápido! Si Jess hubiera sabido, hubiera corrido al rescate de tu poción (y si él quería un abrazo después de estornudar, también). Se quedó en el lugar mientras lo veía estornudar, porque no parecía algo muy bueno con la cantidad de cosas que él estaba cargando.
No sabía si quedarse viendo, ir a participar, o darse la media vuelta para no ser parte de un recuerdo embarazoso.

[Asher Sewell]

Soltó una maldición por lo bajo (del tipo que escandalizaría a su abuela, no del tipo que requería una varita para funcionar), bajando la mirada al frasco (roto) y al espeso líquido que en ese instante se escapaba entre los pedazos de vidrio hacia la libertad. O hacia la alfombra del pasillo. Y ahora podía hacer dos cosas. Intentar arreglar el desastre con magia, o alegrarse de que quedaban dos frascos, ¡la misma cantidad de manos con las que contaba! Inmediatamente sonrió, pero la sonrisa se le borró cuando cayó, POR FIN, en que sí había testigos. Esa chica con los colores de Hufflepuff de allá adelante. La miró directamente a la cara, sin saber qué expresión poner. De momento, era una sorprendida.

[Jessica McFarlane]

Contacto visual. Habían tenido contacto visual, demasiado tarde para dar media vuelta y huír y quedaría como una grosera si simplemente se quedaba ahí quieta viéndolo como si se tratara de un show (por el cual ella pagaría buenos galeones).
"¡Hey!" recordó que podía moverse y dio zancadas hasta donde estaba él, tratando de no sonreír. "¿Estás bien?" preguntó, haciendo de cuenta que lo que le importaba era el derramamiento de poción y el efecto malvado que los pedacitos de vidrio podrían tener sobre él.

[Asher Sewell]

Con el '¡hey!' de Jessica escaparon sus esperanzas y planes fumados (como retirar del frasco roto la etiqueta con su nombre para cambiarla por la que llevaba el frasco de Lorenz). Recompuso las facciones de su rostro para sonreír y verse menos como el criminal atrapado con las manos en la masa. "Perfectamente, gracias. No puedo decir lo mismo de la alfombra, porque..." arrugó la nariz y se puso en cuclillas. Ya podía verse que el líquido espeso corroía la alfombra.

[Jessica McFarlane]

Alzó las cejas "Oh" y recién notó la alfombra. Cuando había bajado la vista la primera vez no había dejado de ver el rostro de Asher (en su mente), así que ahora notaba el daño. Dio un paso hacia atrás, por las dudas.
"¿Qué llevabas, ácido?" era una pregunta completamente sincera, lo que hizo que mirara con algo de desconfianza (y una pizca de miedo) los otros dos frascos que él llevaba. ¿Había una poción llamada Liesel?

[Asher Sewell]

Ok, él no sabía cómo funcionaban las cosas cuando el profesor de Pociones trabajaba con los habitantes de Hufflepuffland (todos felices, sonrientes y medio desconectados del mundo, por lo que parece), pero con los de Slytherin, cuando entregaban una muestra en un frasco, solían pegarle una etiqueta con su nombre. Ya sabes, para que él supiera dónde poner la nota en la lista en la que registraba calificaciones.
Echó la cabeza hacia atrás para ver a Jessica y se rió por lo bajo. "No precisamente, era una poción, pero no del tipo recomendado para el consumo humano, como puedes ver".

[Jessica McFarlane]

Funcionaba todo igual, pero Jessica todavía tardaba en caer que no todos tenían nombres del tipo Elizabeth, Susan y Emily. Y si ella andara cargando frascos con pociones así, seguramente habría de ponerles nombre para no confundírselas con nada, nunca, jamás.
Sonrió animadamente, y alzó un dedo índice "A menos que se la des de beber a tus enemigos" -...Gah- se tendría que haber callado, y no quedar como la niña simple que apunta a lo obvio. Lo miró, ¡era tan lindo! ¿Sería innecesario si ella también se ponía de cuclillas?

[Asher Sewell]

Estaba sonriéndole (las niñas de Hufflepuff invitaban a las sonrisas, se veían tan... no sé, mira a esa que se llama a Ethel, por ejemplo, como que tiene cara de que o le sonríes o la pateas, y Asher nunca patearía a una mujer) cuando la sugerencia lo tomó por sorpresa. De nuevo. Titubeó antes de reírse otra vez, con más fuerza que antes. "Depende de qué tan estúpidos son tus enemigos, como para acceder a beberse esta cosa". Le mostró el frasco de Liesel, que, sin ganas de ofender a la compañera, era la poción menos lograda de las tres y, por lo tanto, la que tenía peor aspecto.