Ovejas

[Sebastian Mayfield]

Las túnicas de magos quizás no hacían tan evidente que el cuerpo de Sebastian es, de hecho, de hombre para esos marineros, quienes no creerían que esa cabellera tan bien cuidada y femenina fuera de otro tipo. Igual, Sebastian se echa a correr.
Si él dejaba de hablarle iba a tener que empezar a hacer algo. Y cero ganas de hacer lo de Astronomía. Igual él hizo una pausa porque pensó que ella iba a decir algo, así que se quedó mirándola, mitad expectante, mitad imaginándosela con su corte de cabello.

[Mina Hayward]

Y ojalá alguien tome fotos.
Oh, wow. ¿Y qué tal Mina con el corte de cabello imaginario? El horror, seguramente.
Aguardó unos segundos y nada. ¡Nada, Merlín! Vaya, ahora podía sospechar que no tendría problema con mantener una conversación con Sebastian, mientras fuera lejos de las aulas de clase. Eso o ponerse a cepillar el cabello del otro. Nada gay la actividad. Suspiró por lo bajo y estiró su mano. A estas alturas la pluma seguramente estaba a reventar de tinta.

[Sebastian Mayfield]

((Robando wi-fi como el mejor...))
De hecho, Mina no se veía tan mal con un corte de cabello masculino. Le quedaba bien, como a esa modelo que tiene el cabello corto y bien bleached, que está buenísima. Quizás ayudó que la imaginó desfilando en una versión abreviada del uniforme escolar, pero no puedo estar seguro.
"..." okay, ella no iba a hablar, le parecía. Captó (¿captó?) que ella se había quedado sin temas de conversación, por eso fue el suspiro. ¿De tristeza, de adolescente enamoramiento? ¿Ambos? Le sonrió, aunque ella no lo viera. Seguro que se volteaba para verlo en cualquier segundo.

[Mina Hayward]

((*Aplausos*))

Cool, no será tan traumático el día que Mina accidentalmente caiga de cabeza en una tina de chicle derretido y deba renunciar al 95% de su cabello.
El suspiro era de agradecimiento, porque como ella lo entendió, Sebastian por fin se había quedado sin tema de conversación. O sin ganas de seguir. Sostuvo la pluma con una mano mientras la otra se tallaba el ojo izquierdo bajo los lentes; su mirada fija en el pergamino donde se había quedado. Estaba releyendo sus últimas palabras, buscando recuperar la idea.

[Sebastian Mayfield]

((Gracias, gracias. El día que me encuentren me van a romper la cara con la PC, pero mientras tanto, es un éxito))

Pobre, seguramente le hacía doler la vista el intentar continuar con el trabajo. "¿Quieres que te ayude?" ofreció, porque no solamente iba a decir que la ayudaba con la innecesaria tarea, sino que también con la búsqueda de un tema de conversación. ¡Había muchas cosas que podía preguntarle! No sé, ¿había heredado ese cabello de quién? Cuando procreara, ¿cómo quería que luzcan sus hijos? ¿Qué hace en su tiempo libre?

[Mina Hayward]

((Conozco a otra persona que lleva un montón de tiempo robando su conexión, y hasta la fecha conserva la cara intacta, así que creo que estarás bien))

-..........- ¡Tenía que estar de broma! Sin pensar bien lo que hacía, apretó con fuerza (y frustración) la pluma con los dedos y.... crack. Por si la explosión de tinta anterior no había cubierto cada espacio posible de su mano, esta segunda se iba a encargar de hacerlo bien.
Dejó caer la cabeza hacia el frente. ¡Se rendía! Y para hacérselo saber al mundo, comenzó a reírse.

[Sebastian Mayfield]

((Voy a dormir tranquilo esta noche))
-¡!- era la segunda vez que la pluma de Mina estrallaba inesperadamente en su mano. ¡Él le había dicho que esas plumas baratas explotaban de cualquier cosa! Aunque ahora sospechaba que alguien le hubiera cambiado sus plumas por unas de broma, porque ¿dos seguidas, y sin estar escribiendo? "¿...Todo bien?" preguntó, sonriendo con inseguridad. Por ahí se volvió loca.
Yo sé que es probable que Mina acabe apuñalándolo con la pluma rota, pero son riesgos que uno tiene que tomar para hacer sociales en esta cruel vida.

[Mina Hayward]

"Fantástico" respondió, los residuos de la risa que ni al caso perdiéndose con la palabra. No tenía nada de gracioso el asunto. Nunca había arruinado dos plumas seguidas, a lo mucho la cuenta era de dos a la semana. Miró a Sebastian con los ojos entrecerrados, queriendo acusarlo del accidente pero sin poder hacerlo porque, a fin de cuentas, la culpa era de ella por apretar el puño en lugar de soltarle el puñetazo para que se callara.

[Sebastian Mayfield]

Relajó los hombros porque si ella dijo que estaba todo fantástico, seguramente lo estaba y ¡vaya uno a saber! Romper plumas y llenarse las manos de tinta podía ser un hobbie nuevo del que nadie le avisó. Tomó su propia pluma, acercándosela a Mina "Te digo, esas plumas que vienen en packs..." negó suavemente con la cabeza "a veces conviene gastar un poco más en algo más resistente" movió su pluma, como el vivo ejemplo de una compra inteligente.

[Mina Hayward]

Ahí iba, ganas de ponerle los ojos en blanco que convirtió en una sonrisa. ¿En serio iba a recibir clases sobre hacer compras inteligentes como si ella fuera por las tiendas comprando a lo idiota basándose en el precio? Pues sí, porque no era cosa de explicarle que no era culpa de las plumas, sino de la fuerza estrujante que metía con los dedos cuando algo la frustraba. Reventar las plumas era mejor opción que gritar, por lo menos era... silenciosa. Y nadie se enteraba a menos que la estuvieran observando, como ahora.
Metió la mano limpia en el bolsillo donde había guardado el pañuelo babeado de Sebastian; tendría que usarlo otra vez. "Lo tendré en cuenta la próxima vez que compre plumas" murmuró.

[Sebastian Mayfield]

Qué lástima que una chica tan inteligente en lo académico no pudiera comprar unas plumas como la gente. Seguro que se las había comprado a un mago polvoriento que las sacaba de un bolsillo interno de la capa o algo por el estilo. Realmente Mina debería informarle a Sebastian la razón de las plumas explosivas para que deje de pensar que la pobre no sabe dónde comprar.
Sonrió "Puedes quedarte con la mía, mientras tanto" ofreció, extendiendo la mano a palma abierta con la pluma para que ella la tomara. Porque ahora tenía ganas de sentirse buena persona, una acción solidaria a la vez.

[Mina Hayward]

Pero era una cuestión de evaluar qué prefería en este caso: que Sebastian pensara que era tan idiota como para comprarle plumas a un mago polvoriento o que Sebastian supiera que reventaba plumas cuando estaba tensa y/o frustrada. Era una situación de perder o perder, desafortunadamente.
Miró al chico, a su pluma, al chico otra vez. Sí, bueno, debería aceptar porque a fin de cuentas no habría roto dos propias si no fuera por él, pero ¿qué tal si terminaba rompiendo ésta también? Aunque le estaría bien servido, que pensara que sus plumas de buena calidad no lo eran tanto. "¿Y me vas a dejar seguir trabajando?" preguntó. Sonrió de lado, para que no quedara tan mal.

[Sebastian Mayfield]

Ah, no: nada de echarle la culpa a Sebastian. Él no había dicho 'Sebastian-Hulk Smash!' mientras le partía en dos las plumas a Mina, ella solita descargaba toda su furia intelectual en los pobres instrumentos de escritura.
"Claro, ¿quién te detiene?" sonrió. Huh, ¿él te detiene? Claro que sí, pero no se da cuenta, porque para él la ecuación siempre es él > anything tarea.

[Mina Hayward]

Vale, ahora sí le iba a soltar un puñetazo. O lo haría si tuviera ganas de que la castigaran por agredir a un compañero, pero ¿QUÉ RAYOS? ¿Estaba hablando en serio? -¿Quién me detiene? ¿QUIÉN ME DETIENE?-. Su pierna derecha empezó a hacer pequeños y discretos movimientos involuntarios: un tic nervioso. O, no sé, deseos de patearlo reprimidas. Entrecerró los ojos, tratando de leerlo. ¿Le estaba tomando el pelo a propósito? ¿Por qué querría Sebastian sabotearla? Quizá le había mentido y sí había terminado ya su trabajo y no quería que ella acabara el suyo. -¿Por qué, por qué, por quéee?-
Estiró la mano para tomar la pluma. "Gracias".

[Sebastian Mayfield]

((LMAO, Mina is hilarious XD))

Asintió brevemente con la cabeza "De nada" apoyó los codos sobre la mesa y se sostuvo la cabeza con ambas manos, mirando hacia el frente, aburridísimo por adelantado. ¿Por qué Mina quería trabajar? ¿Era por las plum-? Hey, esa chica que está dos filas adelante tenía un pedazo de pergamino viejo pegado en el cabello (tenía rulos, pero no tan definidos como los de Mina. Era algo más bien como un nido de ratas amarillo opaco). Rió en voz baja, porque se distrae fácilmente.