Te apuesto lo que quieras

[Tristan Jenkins]

He de suponer que está prohibido el contacto entre los caballos y otras personas que no sean los jinetes, entrenadores o personal autorizado antes de las carreras para evitar trampa. Sin embargo, con dinero todo es posible.

Se tocó el puente de la nariz para ayudarse a relajar la expresión, pero no pudo evitar seguir mirándola confundido "¿Para qué quiero leer el periódico?" preguntó y se le ocurrió mirar en dirección a los cubículos donde estaba la gente leyendo cosas. Seguramente no estaban leyendo el pronóstico del tiempo, pero no le pasaba por la cabeza que Frankie creyera que él iba a apostar. A esas alturas ya debía conocerlo mejor.

((Ay, escucha esto, solo consigo canciones tristes para esta pareja LMAO))

[Frankie Gibbs]

((Amo que sea Miley))

Le miró los ojos unos segundos, como sin comprender la pregunta. Lo cierto es que no estaba del todo segura que Tristan no iba a apostar dado que no lo ha dicho explícitamente todavía. ¿Lo esperaba? Sí, ¿Desearía que viviera toda la experiencia? También. Lo bueno de Frankie es que no tenía intenciones de cambiar su manera de ser, así como no quería que él cambiara la suya.

"Allí ponen los resultados de las últimas carreras. Puedes tratar de estimar cuál caballo va a ganar con eso. No siempre es exacto y depende de cuáles caballos van a volar ahora, pero te puede ayudar" explicó cómo mejor pudo.

[Tristan Jenkins]

((Esa canción salió en el thread de Miley y el innombrable, ya lo recuerdo todo. Qué dolor))

Se le ocurrió que para hacer estimaciones, siendo magos, lo ideal sería recurrir a los conocimientos de Adivinación o Aritmancia que tuviera cada uno. Aunque, no creía que los apostadores fueran buenos en alguna de esas áreas, creía que podía ser considerado trampa y penalizado por el Ministerio. Lo cierto, es que esa vez si captó lo que ella insinuaba: que apostara.

Como quería continuar pretendiendo que el lugar no le desagradaba por completo, buscó su mejor tono y expresión tranquilos para responderle "No. Yo... Yo..." se detuvo, volvió a mirar los cubículos comenzando a sentirse abrumado "No voy a apostar. Olvidé traer dinero" mintió. De verdad que no quería que la cita se fuera por el caño.

[Frankie Gibbs]

Como has dicho eso quiero añadir que había algunos hombres apurando un té para leer las hojas y unos estaban mirando un mapa estelar porque, ¿por qué no?

De todas formas, a Frankie le sonaba lógico que la gente mirara las tendencias, era una manera de irse por lo seguro, aunque en las apuestas nadie solía ir por lo seguro. Había menos ganancia ahí.

"Yo puedo prestarte si quieres, no me importa" dijo con entusiasmo. "Podemos ir mitad y mitad con un caballo que elijamos juntos" añadió y quizá Tristan no lo notara pero era un movimiento muy romántico de su parte. Compartir una misma apuesta era el equivalente a compartir el mismo hilo de espagueti. Creo.

[Tristan Jenkins]

Tristan creyó que se ponía pálido, no solo estaban hablando de apuestas sino, para empeorar el asunto, de préstamos. Empezaba a sentirse mal del estómago y todo, qué suerte que había decidido comer poco ese día. Negó lentamente "No" contestó, unos segundos después que Frankie terminó de hablar como para que no pareciera demasiado rotunda su negativa. "Puedo verte apostar y después decido qué hacer" sugirió, porque pensaba que habrían varias carreras en ese evento con los mismos caballos. Aunque su única opción seguiría siendo no apostar.

[Frankie Gibbs]

Quiso decirle que por lo general, cuando haces tus apuestas, lo haces con todas las carreras del día, pero decidió no hacerlo, porque entendió que en realidad quería decirle que no iba a apostar, ni ahora ni después, y solo estaba siendo amable. Podría parecer que no lo conocía la mayoría del tiempo pero de daba cuenta de ciertas cosas.

Su ánimo empezó a decaer, aunque sabía que durante la carrera volvería a animarse. "Está bien pues, supongo que puedes esperarme aquí mientras yo hago mis apuestas y después no sé. Falta casi una hora para la primera carrera. Pensé que querrías ver a los caballos y eso" dijo, con las manos metidas en los bolsillos.

[Tristan Jenkins]

Apretó los labios en cuanto notó que el cambio en el ánimo de Frankie, de verdad que quería poner de su parte para que la cita funcionara pero era complicado, no sabía que tanto podría mentir sobre su sentimientos por ese lugar.

Para dar respuesta a una parte de las palabras que le decía negó, no quería quedarse solo porque entonces no iba a responder y podía verse huyendo del hipódromo. Alzó las cejas con interés, "¿Puedes ver los caballos antes del evento?" preguntó, acercándose un poco como si le estuviera diciendo algo confidencial. Él no estaba al tanto de todas las normas del lugar, pero pensándolo un poco más le encontraba sentido a poder verlos desde una sana distancia para comprobar el estado físico y anímico de cada animal. Porque se le ocurría que esa información podía ser útil al realizar apuestas.

[Frankie Gibbs]

No pudo evitar sonreír ante la pregunta, como si estuviera apunto de revelar un secreto de estado. Que no, si Frankie podía saltarse esa norma, cualquiera con suficiente dinero podía hacerlo también.

Se acercó otro poco más, consciente que era la primera vez que estaban a tan corta distancia el uno del otro. "No se debería poder, pero ya sabes, conozco a alguien" dijo, guiñendole un ojo. Conocía al que acicalaba a los caballos desde hace tiempo, de cuando ella misma intentó volverse amazona y fracasó. "¿Quieres verlos?".

[Tristan Jenkins]

En su rostro se dibujo algo así como una sonrisa, muy pequeña, cuando la vio guiñar. No le sorprendía ese tipo de comportamiento de parte de ella y por unos instantes pensó en objetarla y recordarle que era un asunto de dudosa legalidad, pero... Una idea salvaje apareció en su mente: si los descubrían, podían negarle la entrada al hipódromo (ese o cualquier otro) por el resto de su existencia.

Agrandó la sonrisa a la vez que asentía, "Sí, claro. Suena bien" aceptó, y esa podía contar como la primera vez que algo tan turbio le ofrecía un panorama tan fantástico.

[Frankie Gibbs]

Contuvo lo mejor que pudo su emoción y solo le sonrió con los labios cerrados. Giró la cabeza y se detuvo a pensar si no era mejor que hiciera sus apuestas primero, para no meter(se) en problemas a nadie. Si hacía sus apuestas primero y veía los caballos después, no estaría cometiendo trampa alguna. No podía recordar cómo lo había hecho antes pero ahora era lo que tenía sentido.

"Tú no vas a apostar, ¿verdad?" Preguntó, no por insistir sino para confirmarlo.

[Tristan Jenkins]

Disminuyó el tamaño de su sonrisa y negó con la cabeza "No voy a apostar" repitió, sin animarse a repetir la mentira de no tener dinero porque sonaba muy forzado. Señaló en dirección en la que estaban las taquillas de apuestas (¿?) para que Frankie se acercara e hiciera lo suyo, él se mantendría unos pasos atrás de ella, cerca como para que sus instintos no le ganaran y de verdad no saliera corriendo de allí y lo suficientemente lejos como para no escuchar ni ver cuánto dinero apostaría.

[Frankie Gibbs]

Giró sobre sus talones para caminar hacia las taquillas, eligiendo la que estaba vacía. Sacó del bolsillo interno de su abrigo un monedero y lo volteó sobre el mostrador. Quizá Tristan no vería la cantidad pero seguro que escuchó el sonido de muchas monedas golpeando la superficie, y si le daba un rápido vistazo sabría qué eran todas de oro.

"Cincuenta a Expectro en la primera, treinta a Veela en la segunda y ochenta a Pedro para la tercera" dijo. El hombre, calvo, con una barriga que no envidia ninguna embarazada y cara de pocos amigos se rió, mostrando unos dientes entre amarillo y marrón. '¿Vienes corta de dinero?' le preguntó con sorna. Frankie le devolvió la mirada con pocas ganas. "Solo acepta el dinero" respondió. El hombre volvió a reírse y sus monedas desaparecieron, dejando una tarjeta en su lugar. Frankie se metió su monedero y la tarjeta en el abrigo y volvió a donde estuviese Tristan.
"¿Vamos?" Dijo, con media sonrisa.

[Tristan Jenkins]

Giró su cabeza justo a tiempo para no ver las monedas que sacaba, lamentablemente, no pudo evitar escuchar cuántas caían, por el ruido imaginó una cantidad que definió como grande y esperaba estuviese conformada solo por monedas de bronce. Porque soñar no cuesta nada, ni un knut.

Mientras esperaba, se distrajo observando a las personas que se encontraban allí, siempre había imaginado que había una especie de código de vestimenta en los hipódromos: hombres con traje y mujeres con vestidos y fascinadores. Pero, hasta el momento no había visto nada parecido y eso lo hizo cuestionarse si existía algo así como 'niveles' de hipódromos. Así que cuando Frankie regresó, no le respondió la pregunta de inmediato y la observó de arriba a abajo, pensando si había elegido ese lugar, además de para torturarlo, porque no debía usar un atuendo elegante para entrar.

[Frankie Gibbs]

Frankie tenía dinero, o mejor dicho, los Gibbs tenían dinero, pero no tenían las conexiones para llegar a entrar al Ascot. Había otros que eran más elegantes sí, pero ni ella se sentía cómodo en esos, ¿o se la imaginaban con uno de esos sombreros y su abrigo gris? Además, si a Tristan le había parecido que estaba apostando mucho, en esos se apostaban cuatro cifras por lo menos. Cero ánimos de dejar su herencia en los caballos.

A falta de una respuesta negativa o afirmativa, Frankie murmuró un ''Vamos" muy bajito, agarrándolo de la muñeca y empezó a caminar hacia la entrada del hipódromo.

[Tristan Jenkins]

Apostar cuatro cifras en galeones sonaba escalofriante. Un nuevo tema para mis pesadillas.

El contacto le causó cosquillas en el brazo, además de una sonrisa pequeña y guardó silencio unos momentos como queriendo disfrutar la sensación un poco más.

Luego de caminar unos metros se animó a preguntar "¿Has visitado un hipódromo elegante? De esos en donde usan fascinadores" aclaró. Mientras hablaba movió su mano para intentar tomar la de ella, el gesto lo hizo sentir un poco nervioso, pero ya habían hecho muchas cosas más y tomarse de las manos en público no era tan descabellado ¿No?