Rehabilitación aviaria

[Ruth Crowley]

Asintió a la pregunta, arrugando nuevamente la nariz, pero esta vez de bronca y no por el olor. "El que tenía la varita parecía más grande que nosotros, pero los otros dos eran chicos", le dijo. No se movió del lugar, porque tampoco estaba tan loca como para incitarlo a salir a cazar a piedrazos a los tres desubicados con ella, como si fuesen muggles. "Ojalá pudiésemos hacer magia aquí", se quejó.

Era muy injusto que no pudiesen ni siquiera hacer hechizos de primero fuera del colegio.

[Dion Thornhill]

"Lamento mucho lo que te ocurrió" dijo, sin saber qué más decir. Intentó adivinar qué sentía Ruth, observando con mucha atención su rostro. No era bueno leyendo expresiones faciales ni sabiendo qué sentían los demás a menos que lo verbalizaran muy claramente. Pero sonaba a que había un loco ahí suelto, haciéndose el gracioso, que totalmente merecía que alguien le pusiera la varita de hisopo.
"¿Quieres que lo busquemos? ¿O le digamos a alguien?" ofreció. Quizás era bueno que esto ocurriera en la víspera de la mayoría de edad de ambos, no podían estrenar todo lo aprendido en Hogwarts con un duelo público.

[Ruth Crowley]

Levantó un hombro, sonriendo un poco con resignación, pero mucho menos alterada que al entrar al local.

"Nah... No me llegaron a levantar mucho el vestido. Pero gracias, igual", le respondió. Miró hacia atrás y a la derecha de Dion, donde había jaulas de varios tamaños colgando del techo. Bajó la vista hasta el empleado por un segundo y luego volvió a mirar a su compañero. "¿Qué estabas comprando?" preguntó, intrigada.

[Dion Thornhill]

Una pena, porque si Ruth quería, Dion la acompañaría a buscar a ese adulto irresponsable y atrevido para ver si entre los dos lo podían intimidar. No que el ojo por ojo sirva para algo, ¿pero no sería lindo obligarlo a pasear en ropa interior por las calles? De todos modos quizás era su kink, ya no se sabe con la gente, de repente a nadie le gusta el sabor a vainilla.
"Oh" dijo, girándose para ver sobre su hombro y recordar qué estaba haciendo exactamente. "Snacks" respondió, volviendo la cabeza al frente y mirando a su compañera.

¿Bromeaba?

[Ruth Crowley]

La verdad es que es mejor no tratar de castigar a alguien y descubrir algo así. ¿Quién nos saca después el trauma?

"Para... ¿una mascota?" preguntó, inclinando un poco la cabeza con expresión de 'ojalá respondas que sí'.

Recién en ese momento le cayó la ficha de qué tipo de cosas estaba oliendo. Todas las fragancias mezclados en distintas medidas, pero algunas bien fáciles de identificar. -No frunzas la nariz-, pensó, sin darse cuenta de que ya lo había hecho varias veces desde que había entrado al lugar.

[Dion Thornhill]

"Así es" dijo, una pequeña sonrisa en sus labios. "Byron, mi lechuza, anda medio enfermo y tengo que comprarle algunas cosas" no recuerdo dónde había dejado Dion el papelito con su lista de compras, pero lo sacó y se lo ofreció a Ruth para que lo leyera en caso de que le interesara. Había como siete items: una marca de comida para lechuzas, una poción en spray, unos snacks, unas pelotitas anti-estrés para aves, una medicación y un 'no sé, cosas para lechuzas' como último item.

[Ruth Crowley]

"Qué mal, pobre" dijo, con sinceridad. La sonrisa de Dion le hizo suponer que no era cuestión de vida o muerte para la mascota, pero igual era horrible saber que estaba sufriendo por algo. Tomó la lista y la leyó con la curiosidad de quien no tiene mascota y no se imagina la cantidad de cosas que necesitan. No pudo evitar sonreír con el último ítem, repitiendo "cosas de lechuzas", como para puntualizar lo que le había causado ternura.

"¿Quieres que te ayude a buscar algo?" preguntó, adelantando la mano para devolverle la lista.

[Dion Thornhill]

Miró a Ruth, pensativo. Sabía que no podía demorarse más de un segundo para no crear incomodidad, pero tenía que pensar algunas cosas.
"Sí, pero entiendo que no es muy entretenido" dijo. "¿Venías de la heladería?" preguntó. ¿Para qué elaborar si seguramente Ruth entendía lo que quería decirle, no? ¿...No?

[Ruth Crowley]

"No, de comprar libros", le dijo. Y se quedó esperando a que Dion le diera indicaciones de qué buscar. -¿O será que hay que pedirle al empleado?- pensó.

De todas formas se acomodó el morral un poco más hacia el costado de lo que estaba, por que no quería tirar nada de ninguna estantería si se acercaba a alguna de frente. Se dejó el saco atado a la cintura porque, aunque ya no necesitaba cuidarse del viento, le quedaba más cómodo llevarlo allí que colgarlo de su ya muy pesado morral.

[Dion Thornhill]

"¿Ah, sí?" preguntó, dando un paso hacia atrás y girándose para comenzar a retomar el camino que había hecho para acercarse a Ruth, y regresar al área de la tienda donde podría encontrar lo que necesitaba para su lechuza. "¿Para la escuela o...?" preguntó, otra vez con esa costumbre de no terminar las frases con Ruth. Mitad de su cerebro armaba la pregunta, la otra mitad trataba de regresar a su lista para ver qué le faltaba comprar. Asumía que ella iba a acompañarlo.

[Ruth Crowley]

Ah, no... Si tenían ese tipo de dinámica en la que ella terminaba las frases de él, después no te quejes de que se tome muchas libertades de autora y te haga quedar mal con la gente, ¿eh? Pero menos mal que Ruth completó en su cabeza todas las demás opciones que incluían la lectura no-escolar y ATP: novelas, libros de cocina, guías de viajes (?), etc.

"Los del año que viene", respondió, asintiendo. Sea que él la haya visto asentir o no. Ruth lo siguió, sin pegársele demasiado, porque los tres o cuatro kilos de libros del morral serían difíciles de maniobrar en una frenada brusca. "A no ser que hayan cambiado la lista", agregó. Y rogó que no sea así, porque le dolería muchísimo el bolsillo de sus padres.

[Dion Thornhill]

Frunció el entrecejo, el comentario de Ruth llamándole mucho la atención. "No creo" respondió, aunque ahora que ella lo mencionaba, nunca se le ocurrió que jusot podrían ser la generación que egresaba en medio de un cambio de bibliografía completo. Pero Dion lo dudaba un montón, esperaba que la escuela de magia y hechicería esté un poquito mejor organizada como para no salirles con esa información la última semana de agosto o algo por el estilo.
"¿Compraste los libros de todas las materias que vas a cursar este año?" preguntó, mirándola brevemente por encima del hombro. Estaba por doblar para meterse entre dos hileras de productos para aves.