No recuerdo si Mason tomó Adivinación en Hogwarts y me da mucha flojera checar, pero podía asegurar que sentía que alguien estaba practicando un ritual del Mal de Ojo detrás suyo. Giró un poco la cabeza para ver en dirección hacia Dora por encima de su hombro.
"¿Leche o limón?" preguntó, haciendo de cuenta que la expresión de su compañera de apartamento no era dirigida hacia él. Ya se sentía súper mal y no había forma de sentirse peor, al menos eso creía.
Beyond Hogwarts RPG - Foro de rol Play-By-Post ambientado en el mundo de Harry Potter
Reglas del Foro • Ambientación • Guía Nuevo Usuario • Celebridades Tomadas • Estudiantes • Adultos • Clases y Horarios • Copa de las Casas
Reglas del Foro • Ambientación • Guía Nuevo Usuario • Celebridades Tomadas • Estudiantes • Adultos • Clases y Horarios • Copa de las Casas
Condicionadores de convivencia
- Mason Storstrand
- Hufflepuff
- Puntos: 0
- Mensajes: 296
- Registrado: 07 Mar 2011 19:50
- Ubicación: Occamy Heights, Londres
- Contactar:
- Dora Archivald
- Slytherin
- Puntos: 0
- Mensajes: 247
- Registrado: 08 Feb 2011 17:27
- Ubicación: Occamy Heights, Londres
- Contactar:
Re: Condicionadores de convivencia
Dora soltó una risa seca. Se lo estaba haciendo a propósito, ¿no? Adelantó las manos como si quisiese estrangularlo a la distancia, poniendo su mejor cara de te voy a matar y haciendo un sonido de ira contenida bastante gutural y nada bello.
"¿Sabes qué?" le dijo, levantando la voz. "¡Metete el té en el culo!" le gritó, finalmente, y se dirigió a la puerta dando zancadas. Y de pasada, antes de llegar a la puerta, lo vio de reojo: el papelito con su propia letra, con la lista de compras. Lo agarró de un manotazo y salió del departamento dando un portazo.
"¿Sabes qué?" le dijo, levantando la voz. "¡Metete el té en el culo!" le gritó, finalmente, y se dirigió a la puerta dando zancadas. Y de pasada, antes de llegar a la puerta, lo vio de reojo: el papelito con su propia letra, con la lista de compras. Lo agarró de un manotazo y salió del departamento dando un portazo.

- Mason Storstrand
- Hufflepuff
- Puntos: 0
- Mensajes: 296
- Registrado: 07 Mar 2011 19:50
- Ubicación: Occamy Heights, Londres
- Contactar:
Re: Condicionadores de convivencia
Mason no se esperaba la salida de Dora. Sin embargo, lo que no pudo evitar que lo afectara negativamente con sorpresa era que su amiga, su compañera de departamento, lo mandara así al demonio. Y encima diciéndole que se meta el té en el culo, cuando los colonics que promocionaban en la salida del subterráneo se hacen con café, según los panfletos.
"..." apretó los labios, sin saber qué hacer. Miró las tazas y suspiró, sintiéndose terrible. ¿Qué podría hacer para que Dora lo perdone? Mason sabía que le había fallado.
"..." apretó los labios, sin saber qué hacer. Miró las tazas y suspiró, sintiéndose terrible. ¿Qué podría hacer para que Dora lo perdone? Mason sabía que le había fallado.

- Dora Archivald
- Slytherin
- Puntos: 0
- Mensajes: 247
- Registrado: 08 Feb 2011 17:27
- Ubicación: Occamy Heights, Londres
- Contactar:
Re: Condicionadores de convivencia
((Hola desde el pasado))
Dora era malísima perdedora. Siempre lo había sido, y todavía estaba aprendiendo a controlar esa parte de sí misma. Por lo visto eso de tener que admitir que había estado gritándole a su pacífico roomate por error, entraba en la misma bolsa que ser mala perdedora. No tenía dinero para ir a terapia, así que no tenía palabras para definir con certeza lo que sentía, pero básicamente se sentía una estúpida. Y era difícil para ella admitirlo, aún al día de hoy y con todo lo que había mejorado como persona.
Tardó como media hora en encontrar lo que buscaba, porque tuvo que aparecerse cerca de tres negocios diferentes hasta encontrar uno que estuviese abierto los domingos. El acondicionador le había salido un poco más caro, pero había conseguido uno que le gustaba mucho, y eso le había levantado un poco el ánimo. Y además había conseguido el pote grande, que le duraría un montón. Sintiéndose bastante realizada (y un poco más calmada, gracias al paseo matutino respirando aire frío), metió la mano que no llevaba la bolsa de compra en el bolsillo de su abrigo, y se encontró con el bollito de papel que había sido antes la lista de compras. Soltó el aire despacio, irritada consigo misma. Todavía no había decidido si iba a admitirle a Mason que el error había sido de ella, o si iba a fingir demencia hasta el día del juicio final. Si optaba por la segunda opción, iba a tener que mantenerse enojada, y ya se sentía agotada de estar así.
Estaba a punto de aparecerse cerca de su edificio, resignada a decidirse por una u otra opción en lo que tardaba en llegar a su departamento, cuando vio otro negocio abierto y decidió comprar algo más.
Dora era malísima perdedora. Siempre lo había sido, y todavía estaba aprendiendo a controlar esa parte de sí misma. Por lo visto eso de tener que admitir que había estado gritándole a su pacífico roomate por error, entraba en la misma bolsa que ser mala perdedora. No tenía dinero para ir a terapia, así que no tenía palabras para definir con certeza lo que sentía, pero básicamente se sentía una estúpida. Y era difícil para ella admitirlo, aún al día de hoy y con todo lo que había mejorado como persona.
Tardó como media hora en encontrar lo que buscaba, porque tuvo que aparecerse cerca de tres negocios diferentes hasta encontrar uno que estuviese abierto los domingos. El acondicionador le había salido un poco más caro, pero había conseguido uno que le gustaba mucho, y eso le había levantado un poco el ánimo. Y además había conseguido el pote grande, que le duraría un montón. Sintiéndose bastante realizada (y un poco más calmada, gracias al paseo matutino respirando aire frío), metió la mano que no llevaba la bolsa de compra en el bolsillo de su abrigo, y se encontró con el bollito de papel que había sido antes la lista de compras. Soltó el aire despacio, irritada consigo misma. Todavía no había decidido si iba a admitirle a Mason que el error había sido de ella, o si iba a fingir demencia hasta el día del juicio final. Si optaba por la segunda opción, iba a tener que mantenerse enojada, y ya se sentía agotada de estar así.
Estaba a punto de aparecerse cerca de su edificio, resignada a decidirse por una u otra opción en lo que tardaba en llegar a su departamento, cuando vio otro negocio abierto y decidió comprar algo más.
