Escribe a tu madre

[Agatha McGee]

Era las siete y media de la mañana del lunes. Agatha ojeaba El Profeta (del cual nunca había sido fan pero no había otra cosa) mientras comía un bowl de cereales con leche tibia, por el frío. Junto a ella había una taza de buen tamaño casi llena de café humeante. Hace unos tres minutos había sido agua pero Agatha se descubrió hace pocos años como una excelente barista con la varita, y desde entonces era la cafetera designada del apartamento.

Escuchó pasos detrás de ella a lo que arrastró con los dedos un sobre que antes estaba frente a ella a junto el café.

"Ha llegado esto esta mañana, por la letra debe ser tu madre y a juzgar por la fecha debe ser por el cumpleaños de tu padre" dijo con la vista en su desayuno.

Agatha nunca quiso convertirse en una de esas asistentes que compraban los regalos de navidad de su jefe y no lo era, pero claro que se sabía el cumpleaños de todo el mundo.

Reservado

[Ashley Hogan]

((¡Perdón por la tardanza y gracias por abrir! Me toca sacar de mi perfil que vivo con mamá y papá, jajaja. Ya lo actualizaré en eso.))

Ashley entró al living ya vestido, con pantalón de buzo, camiseta y saco de lana, porque hacía frío. Todavía estaba despeinado y tenía cara de dormido, pero al menos se había lavado la cara y los dientes.

Cargaba a Butter, que se le había cruzado por delante en el momento en que salía de la habitación y no se había podido escapar de él a tiempo. Porque Ashley a veces era un poco cargoso con el pobre felino. No demasiado, pero sí lo suficiente como para haber comprado un pote de ungüento para los arañazos, porque no quedaba bien atender gente con los brazos blancos rayados como una hoja cuadriculada.

Cuando Ashley se sentó junto a Agatha, el gato maulló de forma amenazante, así que Ashley lo soltó para que hiciese lo que quisiera. Ya conocía el tipo de maullido previo al zarpazo, algo es algo.

"¡Qué memoria!" comentó, levantando las cejas. "Buen día", agregó, porque había que ser educado aún antes de tomar el café activador de neuronas.

[Agatha McGee]

Masticó un par de veces y tragó. La temperatura de la leche hacia que las hojuelas se ablandaran muy rápido y por un momento se vio a sí misma como una anciana que no podía comer cosas duras.

Volvió en sí. "Buenos días" contestó. Vio a Butter ir directo a beber agua. Agradecía la compresión de Ashley para con ella cuando decidió tener un gato. Era una especie de experimento, quería saber que era capaz de cuidar a otro ser vivo y de quererlo. Lo de cuidarlo iba bien, lo de quererlo más o menos. Necesitaba conocerlo mejor.

"¿La abrirás? Quiero saber si tengo razón" le preguntó.

[Ashley Hogan]

"Primero el café", dijo Ashley, llevándose la taza a la boca con una mano y levantando el dedo índice de la mano libre, como pidiendo una pausa. Tomó un trago y se separó un poco de la taza, mirando a Agatha con diversión.

"¿Y si no tienes razón?" preguntó, y le dio otro largo trago al café mientras miraba a su roomate, en espera de su respuesta.

[Agatha McGee]

A veces le sorprendía que, pese a tener cara de dormido en plan que si cierra los ojos entraba directo en la fase REM, Ashley era capaz de bromear, cuando a ella no se le desentumecían los músculos de la cara hasta las diez

Lo miró y no dijo nada porque estaba masticando. Luego esbozó un intento de media sonrisa que fue más una mueca, apretando una comisura. "No sería una buena forma de empezar un lunes" contestó, y sumergió la cuchara en los casi desechos cereales.

[Ashley Hogan]

Se sonrió, mirándola de reojo mientras bajaba un poco la taza. Él también encontraba interesante eso de compartir vivienda con alguien tan opuesto a sí mismo. Los humores de Agatha lo mantenían siempre interesados en conocerla más. Y conocer los límites de su paciencia, quizás, como si fuese un infante molesto y no una persona de su edad.

"¿Y si apostamos algo rico?" propuso. "Si tienes razón, además de escribirle a mi madre, te compro lo que quieras para la cena. Y si no la tienes..." pasó la mirada hacia adelante, entrecerrando un poco los ojos mientras pensaba.

¿No que es genial eso de hacer apuestas estúpidas y sin sentido los lunes tan temprano?

[Agatha McGee]

Aún si tenía razón respecto a la carta, Agatha sentía una enorme decepción por su desayuno y por ello ya no había empezado muy bien el lunes. Era bueno saber que la temperatura de la leche debía ser más baja o esperar a que se enfriara un poco, antes de echar el cereal.
Lo digo por si a veces te preguntabas en qué pensaba Agatha en sus largos silencios contemplativos: en su desayuno.

Captó un poco tarde lo que él le estaba diciendo, por lo que demoró unos segundos en poner todas las frases juntas en su cabeza para que tuviera sentido. "También puedo comprarte la cena" le dijo, más que todo para evitar cualquier otra sugerencia desagradable.

[Ashley Hogan]

¿Así que sus silencios no eran porque Agatha se había dado cuenta de que él se había terminado el tarro de galletas de chocolate? ¡Qué bueno saberlo! Qué mal por la decepción del desayuno, pero ¡qué bueno que no es por las galletas! Ashley iba a tratar de comprar más esa tarde... O al día siguiente... O al otro.

Ashley tomó más café mientras volvía a mirarla de reojo, divertido.

"¿Aunque quiera cenar caviar?" preguntó, sin preocuparse por tratar de sonar serio. Porque claramente la seriedad se la guardaba para las consultas.

[Agatha McGee]

Agatha había aprendido a tenerle paciencia a Ashley, porque lo admiraba y todavía, después de estos años, aprendía de él en las consultas. De hecho, a estas alturas, no se imaginaba viviendo con alguien más. Fingía que no le divertía pero lo cierto es que sí, aunque la línea de la diversión y la exasperación a veces era muy delgada.

Lo miró, entornando los ojos. "¿A ti te gusta el caviar?" preguntó. En el fondo sabía que era una broma, pero nunca podía estar segura. Ashley viene de una buena familia, a lo mejor comen caviar cada diciembre.

[Ashley Hogan]

Ashey vive felizmente sentadito en la línea entre la diversión y la exasperación. ¿No es donde viven la mayoría de los hijos únicos? De paso, me imagino la línea como una soga que Agatha algún día va a usar tipo látigo y lo va a mandar literalmente a volar.

"No lo sé. Pero algún día hay que probar, ¿no?" comentó, bajando la taza al desayunador. "Dicen que comer eso es una experiencia única", agregó.

Estaba evitando agregar su otra opinión, que era que comer esos huevitos y que te exploten en la boca debe estar en el top 10 de cosas asquerosas (y únicas, sí) de la vida de la gente rica.

((No se me ocurrió qué pueden comer los magos ricos, la verdad xD))

[Agatha McGee]

Quería darse por vencida con su desayuno pero tampoco quería estar buscando qué comer en hora y media, así que se forzó a comer otra cucharada, mientras escuchaba a Ashley, preguntándose si él mismo se creía las cosas que decía.

"Si sabes que son huevos de pescado, ¿verdad?" preguntó porque igual no estaba enterado. El concepto en sí era desagradable. Agatha podía vivir su vida perfectamente sin probar caviar o morcilla, que era también de esas cosas que cuando te enteras de qué está hecho se te revuelve el estómago.

Yo supongo que los magos millonarios comen algo que venga de alguna criatura clase XXXX super difícil de conseguir, o algo que requiera mucho tiempo en cosecharse.

[Ashley Hogan]

Revolvió la mitad que quedaba de su café, para asegurarse de que el azúcar no se estuviese quedando en el fondo.

"Uhm, pero eso es lo lindo, ¿no? Debe ser como comer burbujitas", deliró. Cada vez le daba más asco el tema, así que se le empezó a notar en una mueca de la boca. "Qué placer debe ser eso", agregó, con un tono apagado que combinaba más con la cara de asquito que con lo que estaba diciendo.

[Agatha McGee]

Después de otra cucharada más le quedó como un cuarto de su desayuno. No estaba tan mal, pensó. Algo era algo.

Miró a Ashley, notando la expresión de asco que quería ocultar y reprimió un sonrisa. Le seguiría el juego, si tan lejos había llegado. "Está bien. Si yo pierdo, te compraré un kilo de caviar, si yo gano quiero comer tacos del nuevo sitio en Soho" le dijo, poniéndose de pie para poner su bowl en el fregadero. "Con postre" añadió.

Había escuchado del restaurante en el trabajo, no porque Agatha estuviese al tanto de las últimas novedades del ocio nocturno de Londres.

[Ashley Hogan]

La siguió con la mirada mientras ella se paraba y recién ahí notó el contenido del bowl.

"No terminaste", le hizo notar. Los desayunos estaban para comerse o tomarse completos, ¿no? ¿Agatha estaría más dormida que él?

Antes de aceptar el trato, Ashley estaba tratando de que su cerebro funcione más rápido de lo que la hora le permitía (porque el café no había hecho efecto todavía) para pensar en lo que quería cenar. Que no, no era caviar.

[Agatha McGee]

Agatha sacó la varita del bolsillo delantero de sus vaqueros y le dio un toque al bowl que por sí solo se empezó a lavar. Luego la volvió a guardar.

"La leche estaba muy caliente y se me deshicieron los copos" explicó. Ahora que lo decía en voz alta, pensó que podía enfriar un poco la leche echando más y tirando los cereales blandos y echando nuevos. Apretó los labios y miró el bowl lavándose.
Lo pensó demasiado tarde.