Vergüenza ajena

[April Zimmer]

¡Claro que se acordaba! Podía tener una memoria horrible para las lecciones de Historia o para los hechizos que veían en clase, pero en cambio ciertas cosas que la habían divertido o hecho sentir bien las recordaba bien.

Abrió grande los ojos, por un instante creyéndolo capaz de hacer eso "No, ¡qué vergüenza!" exclamó alarmada antes de echarse a reír también y negar con la cabeza "Prometo que ahí estaré" le sonrió para que supiera que era sincera "Y que no haré trampa preguntándole a los elfos qué van a cocinar de postre esta noche" bromeó ahora ella porque sabía que no tenía chances de ganarle.

[Alex Zelinski]

Ya se estaba tentando a sí mismo de risa imaginando a April horrorizada cuando entrara al Gran Salón y viera que junto a Alex había un lugar libre lleno de pergaminos recortados en forma de flecha y una foto enorme de ella. Nunca haría algo así, especialmente porque los pergaminos costaban un ojo de la cara considerando que solamente eran reemplazos de papel muggle para él, pero la imagen mental era graciosa.

"Qué honesta" dijo sonriente, pero lo decía de verdad. Escuchaba mucho a April hacer promesas y no sabía si era porque ella era una persona muy leal o porque los demás la habían hecho sentir obligada a comprometerse con todo lo que decía. "Igual si vamos a tener estos desafíos más seguido, creo que no necesitarás hacer trampa" porque obvio que él quería que se convirtiera en algo mensual. O semanal. O diario.

[April Zimmer]

Ya con que le dijera a todos que esa noche iba a cenar con ellos en lugar de irse a la mesa de Slytherin, April moriría de vergüenza. Si le hacía señas al verla entrar al Gran Salón también le daría un poco de cosa pero directamente querría que la trague la tierra si hiciera eso de ponerle flechas para que supiera donde sentarse. Luego se reiría, sí, pero una vez que estuviera muerta y enterrada.

¿Diario? April iba a terminar cuarto año con varios kilos de más si hacían eso, pero semanalmente o de vez en cuando no estaría mal. "Si quiero ganarte, creo que sí... no tengo tu talento" bromeó antes de correrse hacia un costado para dejar pasar a dos chicas que caminaban de frente a ellos.

[Alex Zelinski]

"El talento se cosecha" dijo como si supiera de lo que hablaba, confiado en que April podría estar adivinando postres en poco y nada. No es que él había nacido sabiendo qué era cada cosa, era cosa de probar algo distinto todas las noches, semanas y semanas, por meses, estos cuatro años. Esperemos que no llegue a tener diabetes y alguien lo mate antes de que tengan que cortarle un pie.

"Aparte podemos ayudarnos, estoy seguro de que con un poco de práctica ya estás" le dijo con una sonrisa. "Yo, por ejemplo, soy malísimo distinguiendo las nueces de las avellanas y esas cosas" le contó, como si fuera algo interesantísimo. Podés escapar, April, te lo vamos a entender.

[April Zimmer]

Entre que lo volvés diabético a postres y tus deseos suicidas cada vez es menor la esperanza de vida de Alex.

Se rió por la confianza que él le tenía y por lo en serio que se tomaba el asunto del concurso para adivinar postres. Aunque a otra persona pudiera no pasarle, a April sí le interesaba lo que él le contaba y volvió a reírse como tonta "Yo también, nunca sé cuándo es una almendra o una avellana" le contó "¿No son lo mismo?" preguntó algo confundida. Interesantes al cuadrado.

[Alex Zelinski]

Mejor, así nadie se acostumbra demasiado a su presencia. Ya fue mucho pedir que naciera como para andar demandando que tenga una larga y sana vida.

"No sé, la verdad" confesó como si estuvieran intercambiando secretos de estado. "Creo que así onda desnudas" quiso decir sin cáscara, sueltas, sin estar mezcladas dentro de un postre "me doy cuenta que son distintas, pero de ahí a saber cuál es cuál..." pobre profesora Sprout, matándose para enseñarles herbología a sus protegidos y ellos no captaban una. La materia era muy linda pero no sé si Alex estaba aprendiendo algo.

[April Zimmer]

Alex era un verdadero mártir.

"Es que salvo la nuez, para mí todas tienen la misma cáscara" respondió April con toda seriedad, como si fuera realmente algo grave lo que les pasaba con los frutos secos "¿Y el sabor? ¿También es distinto?" preguntó porque ella seguía convencida de que las almendras y las avellanas tenían que ser la misma cosa. Menos mal que estaban por llegar al hall de entrada donde seguramente terminarían separándose porque son capaces de hablar pavadas hasta la cena.

[Alex Zelinski]

Toda esta conversación parece rara e irrelevante ahora, pero las horas de diversión que les va a proporcionar cuando vayan juntos a Coto y pasen toda una tarde dando vuelta por la sección de frutas y verduras van a hacer que todo esto haya valido la pena, aunque terminen sin comprar nada fresco y dedicarse a las latas de Ciudad del Lago.

"Sí, yo creo que es distinto... las más ricas deben ser esas redonditas, las más caras" dijo, refiriéndose a las avellanas. Porque no tienen derecho las avellanas a tener un nombre tan similar a las almendras. "Pero el maní es rico también" se contradijo enseguida. EL pasillo se dividía en tres secciones delante de ellos. Alex tenía que ir a la derecha, así que se detuvo.

[April Zimmer]

Horas discutiendo si los tallarines y los spaghettis no son lo mismo y por qué los Don Vicente son más caros que los Marolio si es todo lo mismo!!! Van a ser tan bellas las tardes de los domingos para ellos.

Se quedó pensando por un instante y se dio cuenta que Alex tenía razón... esa era otra buena manera de diferenciarlas, la forma, pero primero tenía que recordar que las redondas eran las avellanas y las alargadas las almendras. Asintió con la cabeza porque para ella también eran más ricas las primeras y luego lo miró, esbozando una sonrisa cuando llegaron al punto en que debían separarse.
"Bueno... nos vemos en la cena entonces" le dijo sin saber bien cómo despedirse "Gracias por no enojarte, también" agregó un poco torpe, porque no quería ser muy cargosa con el tema pero igual quería decírselo.

[Alex Zelinski]

Alex es como yo, que nunca va a pagar más de catorce pesos por un kilo de fideos y jamás probó los Don Vicente, pero por ahí se estira a comprar un paquete de esos para servirlos para una boda que igual no va a suceder porque va a estar hecho ceniza dentro de una lata usada de arvejas Ciudad del Lago para ese entonces. Los De Cecco y los Barilla, tan solo un sueño...

"¡Obvio! No había nada de qué enojarme, no te preocupes" le aseguró para saludarla con la mano y girarse para seguir por el pasillo que se abría a su derecha. Sonrió, contento de haber podido hablar con ella otra vez, y con la idea de poder cenar con April más seguido cuando la viera en la mesa de Hufflepuff.

[April Zimmer]

Encima los Don Vicente tardan el doble en cocinarse... pero valen la pena. Ya ir a Disco a comprar los De Cecco o los Barilla es de persona PUDIENTE que los compra para presumir en la caja.

Sonrió más confiada y le devolvió el saludo con la mano antes de irse. Al menos ya había arreglado las cosas con Alex, sólo faltaba que Kyle dejara de ignorarla y poder solucionarlas con él también. Ok, quizás estaba siendo un poquito ilusa pero de ilusiones se basaba la felicidad de April.

((Cerrado))