Beyond Hogwarts RPG - Foro de rol Play-By-Post ambientado en el mundo de Harry Potter
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Pascuas no tan sagradas

Visitando a tus padres, tus tíos o a algún amigo tendrás que dejar tus posts aquí. Aclara siempre de quién es el hogar, al igual que si es un hogar protegido contra el ojo muggle y su locación específica.
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Frankie Gibbs
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Frankie estaba usando un vestido porque Holly la obligó, de ser por ella hubiese ido con overall, como para enfatizar lo distinta que era al montón de snobs con los que su papá hace negocios. No obstante, Frankie seguía usando sus botas, porque la única forma que ella pueda separarse de ellas es que le corten los dos pies. Frankie seguía siendo ella con ese vestido, porque en su caso, la apariencia no es lo que la definía. Su cabello aportaba, si, pero no era lo que más la caracterizaba.

Creo que lo que más la caracterizaba era su personalidad volátil. No es que ella fuese una persona inconstante, pero tiene una mecha que se prende con cosas específicas. La rutina y el aburrimiento son unas que activaban su necesidad de aventura. El insultar a su familia activaban su necesidad de pelea.
Recordó el altercado el mes pasado en el cumpleaños de Tamsin y el estómago se le revolvió como si su cuerpo le recordara que no debía tan siquiera tratar de caerle bien a la persona que tenía al lado. Frankie sabía que habían hecho una tregua temporal y por eso estaba siendo amable con él, pero de repente eso no se le hacía correcto. Ella no debía hacer reír a Roan, ella debía usar a Roan para distraerse y luego volver a odiarlo como siempre.

Lo miró "No. Losientoperdistetuchance." Hizo un puchero breve y algo antipático antes de girar la vista hacia el frente. Sintió la necesidad imperiosa de correr, huir, y se le ocurrió una manera de hacerlo.

Agarró a Roan por la muñeca para detenerlo "Unacarrerahastalosestablos." Le avisó sonriente "¡UnodostresYA!" Exclamó. Lo soltó y se subió un poco el vestido antes de dispararse y correr por donde le indicaba el camino.


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Frankie, pese a que tenía una experiencia increíble en eso de correr gracias a las incontables horas de jugar Las traes, estar en Hogwarts la convertía en una persona casi sedentaria. Ella no era de esas que se levantaba temprano a trotar, tampoco estaba en el equipo de Quidditch y no era como si quemara calorías con lanzarse en parapente. En otras palabras, Frankie cada vez estaba más gordita, y por ende, corría más lento que antes cada vez.

Escuchó los pasos de Roan en su espalda, lo que la hizo sonreír porque de verdad pensó que le estaba siguiendo el juego, para variar. Trató de acelerar porque, después de todo, estaba haciendo una competencia.
Pero no contaba con esas piernas de jinete de Roan.

Sintió unos brazos rodearla sin previo aviso. El peso nuevo sobre su cuerpo, aunado a la velocidad a la que iba, causaron que se desestabilizara por completo, así que la caída era inminente y probablemente dolorosa.

Para su sorpresa, no le dolió nada, excepto que se había hecho un pequeño raspón en el codo porque cayó como de costado, más la mayoría de su cuerpo estaba sobre algo suave pero a la vez firme.
Tardó un par de segundos en darse cuenta que estaba sobre Roan y que, además, éste la estaba rodeando sobre el pecho. SOBRE el pecho.
Hablando de cosas suaves.

Forcejeó sobre él "¡¿Quétepasa?!" Exclamó. Refiriéndose a todo: a la tacleada, al abrazo, al toque de sus pechos que seguramente no eran tan geniales como los de Tamsin...


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Cuando Roan la soltó, Frankie rodó hasta que sus manos tocaron el suelo, luego, las usó como apoyo para ponerse de rodillas y ver a Roan con el ceño fruncido.
Sus caballos. Roan tenía miedo de que su energía afectara a sus tranquilos caballos. Eso, por alguna razón, alteró completamente la visión que tenía de ellos. Ahora los imaginaba como unos ponys miniatura con alas que se asustaban cual ratón a la luz. Aquello había sido decepcionante, incluso antes de suceder.

Levantó el brazo para verse el codo que sí había tocado el suelo. Estaba rosado con algunos matices violetas y unos puntos rojos. Le ardía un poco pero no era doloroso. Tan solo le echó un vistazo y luego lo bajó. Estaba haciendo tiempo para agarrar toda su paciencia y no molestarse, tomárselo todo a broma, enseñarle una lección.

"Entonces," Comenzó, esbozando una sonrisa "tuscaballossoncomotú." Dijo, muy resuelta. Soltó una risa silenciosa breve "Noteníaideadequehabíacaballosmaricones." Levantó un hombro, sin quitar la sonrisa. Estaba jugando, ella no creía que Roan era maricón, pero todavía estaba dolida por lo que dijo frente a todo el mundo en el Gran Salón.
Quizás no estaba tan bromeando como ella creía.


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Frankie Gibbs
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Por su parte, Frankie todavía sentía la sombra de los brazos de Roan en sus tetas, porque era la primera vez que alguien remotamente se acercaba a ellas. Pensó en reclamarle, en golpearlo hasta dejarlo inconsciente, pero había esperado a ver su primera reacción. Siendo él, de haberse dado cuenta, se habría disculpado de inmediato. Si le reclamaba sin que él supiera de lo que estaba hablando, iba a quedar como una demente y ella no es tal cosa. Era, incluso, mejor así. Pretender que no había pasado nada era su especialidad.

Hizo una mueca escuchando los cracks de la espalda de Roan. Esos sonidos normalmente le daban dentera. Los huesos crujiendo sólo significan dolor y rompimiento para ella. Ella toleraba el dolor cuando se fracturaba un hueso, más no es algo que disfrutara con sádico placer. Moretones, raspones, cortes, todo eso estaba bien. Fracturas no tanto.

Tragó saliva "Segúntúyonosenadadenada." Le dijo, denotando algo de enfado en la voz "Sóloestabarepitiendoloquemedijiste, ¿Oyaloolvidaste?" Preguntó, sin verlo porque en ese momento estaba poniéndose de pie, ayudándose con las manos. Una vez de pie, lo miró alzando las cejas, esperando una respuesta o quizá una nueva instrucción.
Antes de ver a mis caballos tenemos que hacer yoga y equilibrar nuestro chí. También, tengo que enseñarte las frases de comando en latín, porque ellos totalmente sólo hablan latín.


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Bufó, soltando unas gotas de saliva sin querer. Se limpió la boca, sonrojándose un poco porque eso de escupir era de retrasados "Si, claro." Contestó con sarcasmo, terminando de limpiarse las comisuras.

Ver a Roan sacarse el polvo de encima le hizo recordar que ella también debía hacerlo. Así pues, comenzó a darle manotazos al vestido y se dio cuenta se le había hecho un hueco del tamaño de un maní en un costado, a la altura del muslo "Joder." Pronunció para sí misma. Eso no le iba a gustar a Holly. Se incorporó y miró a Roan, como si nada. Era culpa de su madrastra de todas formas. Ella había elegido un vestido que se rompía como papel, no era su culpa. Frankie hubiese elegido un material resistente, algo como jean, algo como un overall.

Se cambió de dirección el cabello "Entonces," Comenzó, suspirando "nopuedocorrernopuedosaltarnopuedoreírmenopuedodecirlesmariconesynopuedoseryomisma." Le dijo enumerando las cosas que decía con los dedos "¿Quépuedohacercontuscaballos. Flet-wock?" Le preguntó, alzando una ceja. Separar su apellido siempre le había sonado casi como un insulto, no sabía porqué.


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Bueno, no es raro que todo lo que hacen el otro lo malinterprete. Su relación probablemente es el conjunto de malos entendidos a lo largo de toda su corta vida, porque así de dramática soy y así lo veo.

Como ninja, o sea, con mucha rapidez, Frankie le agarró la mano a Roan antes de que se acercara mucho al agujero de su vestido "¿Quécreesqueestáshaciendo?" Le preguntó, a la defensiva. Tenía en la lengua '¿No te basta con tocarme las tetas que también me quieres tocar la pierna?' pero a veces se controla, también que estaba consciente que exageraba. Era un agujero diminuto, a lo mejor, de lejos, podía verse un punto blanco (que vendría siendo su piel) entre ese estampado de cortina de su vestido, pero ya.

Asintió "Yyoestarébiensinometocas." Sonrió brevemente y luego se puso seria. Seguía contestando de mala manera porque no se sentía en su área de confort: muy cerca de Roan, con una promesa de tregua que no sabe cómo seguir, teniendo que seguir sus reglas porque estaba en su casa, con la sensación de que sus tetas ya no son vírgenes...


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Y Roan tenía razón, para variar (variar de verdad, no variar de sarcasmo, porque él nunca tiene la razón). Frankie no tenía problemas con el contacto físico. Ella es, de hecho, una violadora de espacio personal por excelencia, aunque no lo haga adrede. Era todo una cuestión de confianza y ella no le tiene confianza a Roan. No porque no cree que él saldría en defensa de su honor si de alguna forma queda bien haciéndolo, que si, era por otra cosa.
Frankie no se siente cómoda con Roan porque, aunque trata de ignorarlo y a veces le sale muy bien, siempre tiene esta sensación de que está haciendo todo mal y que debería pedir disculpas por ser como es. Frankie no pide disculpas por ser ella misma, eso era demasiado ridículo.

Expulsó aire por la nariz y avanzó con él, sin mirarlo. "Para ti." Dijo en voz baja pero clara. No quería sonar como una persona quisquillosa, porque no lo era, pero no le gustaba que la gente minimizara sus reacciones, incluso cuando en realidad sí había exagerado.
Era un agujero diminuto, debía admitirlo.


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A eso Frankie sí contestaría que no fue para tanto, especialmente porque esa pequeña cosa parecida a la confianza que había construido Roan después de lo del barco lo destruyó con lo que hizo en el cumpleaños de Tamsin. Porque eso fue jodidamente injusto. Tamsin dijo que un niño de kindergarden podía cultivar heno. O algo así.

El silencio prolongado alertó a Frankie de que algo debía andar mal, así que miró a Roan y no supo qué hacer con lo que vio.
Asustarse o burlarse eran las opciones.
Ver a Roan mirando el cielo y sonriendo al mismo tiempo es una imagen que le gustaría conservar para los días malos. Se veía ridículamente gracioso de una forma que no sabía explicar. Simplemente no veía a Roan poniendo cara de satisfacción observando a algo tan nimio como el cielo. No lo veía disfrutando nada de nada.

Observó el cielo, también, porque quién quitaba que había algo especial en él. Al comprobar que no volvió a ver a Roan, con el ceño fruncido y una carcajada en la garganta, no porque no le salía, sino porque ya podía vislumbrar las haras y, pese a lo que había pensado antes de que iba a encontrarse con unos caballos diminutos y asustadizos, no pudo evitar emocionarse.
Los Fletwock, después de todo, eran famosos por sus caballos.


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No era como si el lugar fuese la Capilla Sixtina, pero seguramente a Frankie le parecería que los haras Fletwock eran más bonitos que cualquier catedral del vaticano, suponía porque ella era una chica de campo y no apreciaba la elegancia del barroco y sí la de un paisaje ecuestre. Como sea, Frankie no necesitó ningún recordatorio de permanecer tranquila al entrar pues sus pasos eran cuidadosos, como si temiera que la estructura se cayera y matara a los caballos si pisaba muy duro.

-No luzcas sorprendida. No sonrías. No hagas nada- Trató de decirse pero fue completamente en vano. No podía evitar ver todo con ojos de infantil asombro y no podía evitar sonreír, principalmente porque oler su heno siempre la hacía sonreír y querer saltar sobre él. No podía hacer eso, claro, no debía contaminar el heno con su fuerte aroma a vainilla porque después los caballos no querrían comérselo. O algo así fue lo que pensó para no saltar como niña al ver la pila de heno.

Se había distraído tanto de ver a su alrededor que se le olvidó responderle la pregunta. Mucho más tarde de lo recomendado se acordó "No." Dijo, tratando de sonar indiferente alzando un hombro.
Su cara no era nada parecida a la indiferencia.
Sentía que estaba perdiendo una batalla luciendo como lucía frente a Roan.


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No estamos llevando ningún contador. Y de estarlo, no puede estar así. No es ningún partido de España contra Holanda. Gracias.

Frankie se mordió su minúsculo labio inferior tratando de contener una sonrisa cuando vio a los ponys andar por ahí. No sabía, ni siquiera, porqué se estaba conteniendo tanto. ¿Qué tan malo era que admitiera que los caballos son geniales? No es como si Roan le dijera a ella que su heno apestaba (lo que era imposible porque su heno es el mejor y ellos se lo compran). No tenía nada que probarle, ella simplemente podía dejarse ir. La idea, después de todo, era disfrutar de sus caballos y no estar en la fiesta.

Decir que se acordaba de Baum era imposible. Cuando era pequeña no pensaba en lo genial que era el pony sino el porqué ella no podía tener uno igual. Su papá pudo comprárselo pero en un arrebato de inteligencia pensó que no era una buena idea dadas las tendencias de Frankie a hacerse daño con cualquier cosa y tampoco era muy buena cuidando animales. Por eso nunca ha tenido un perro. Un pez si, que se murió cuando lo sacó del agua porque le quería enseñar a buscar la pelota.
Frankie tiene esos derroches de brillantez desde muy pequeña, qué te puedo decir.

Volviendo al pony desbocado, Frankie lo miró aproximarse como quien ve una estampida de animales salvajes así que su primer impulso fue agacharse, doblando las rodillas y cubrirse la cabeza con los brazos.
O cubrirse el cabello con los brazos porque en el cabello no, por favor.


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De inmediato sintió una simpatía enorme por Baum, quizás porque, muchas veces, cuando Roan la regañaba, sonaba algo parecido a como estaba regañando a Baum 'BlablablaGibbscomportáteblablablausavestidoblablabla'.
No era de extrañarse la confusión, de todas formas, los dos tenían cabellos fantásticos.

Frankie se alejó un par de pasos de la escena, tanto por seguridad como porque quería admirar eso de lejos. Roan se veía extraño. Sólo se le veía a la mente la palabra 'feliz' pero como que no quería creerse que él podía ser feliz.
Pero lo era, se le notaba, y una imagen de Roan de pequeño, riendo y volando a Baum se estrelló bajo sus párpados.
Un escalofrío le recorrió la espalda.
Se le hacía muy extraño tener recuerdos de Roan de pequeño, como si no quisiera admitir el vínculo que los unía más allá de Hogwarts.

Cuando Baum reparó en ella Frankie se dio cuenta que estaba sonriendo porque dejó de hacerlo. Comenzó a retroceder lentamente y miró a Roan "¿Quédebohacer?" Le preguntó. Estaba casi asustada. De un pony. Súper absurdo.


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A Frankie siempre le había gustado correr por su vida. De hecho, ella quería en un futuro participar en el encierro de las fiestas de San Fermín en España, así como hacer muchas otras parecidas e igual de peligrosas. Entonces, cuando Roan le dijo que corriera, ella no lo pensó dos veces y corrió, con una sonrisa en los labios, hacia las afueras del establo. Podía escuchar el aletear de las alas de Baum a sus espaldas pero era muy gordo para poder alcanzarla. Eventualmente, ya en la áreas verdes que están frente a los establos, Frankie se cansó de correr y de tenerle miedo a un pony, así que se detuvo y se giró, esperando que pasara lo que tenía que pasar.
1- Baum se detiene cuando ella lo hace, confundido.
2- Resulta que él se había quedado atrás hace rato porque está más gordo que mi pug.
3- La taclea.

[dados]1d3 = 861283215 [/dados]

((Estoy usando los dados y a tu pony como loca. Avísame si no concuerdan las acciones y edito))


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Mensaje por Frankie Gibbs »

Te podrás imaginar su cara cuando se dio cuenta que estaba prácticamente sola en esa gran extensión de tierra verde y cayó en cuenta muy rápido que Roan la había engañado para hacerla correr como loca. Se cruzó de brazos y no pudo contener una sonrisa. Hace unos minutos Roan no era capaz ni de burlarse de sus ojos ridículamente separados. Ahora la engaña y se burla de ella usando uno de sus preciados ponys. A favor de Roan, Frankie había sido muy estúpida al considerar a Baum como una especie de peligro, pero al mismo tiempo ella no sabía nada de ponys y no podía arriesgarse a que su vestido se rompiera todavía más.

Y hablando del vestido, ese pequeño maratón logró que el agujero tamaño maní se extendiera a una raja de unos cinco centímetros. Frankie se dio cuenta cuando sintió una pequeña ráfaga de aire en su muslo "Joder" exclamó al aire. Chasqueó la lengua y avanzó hasta el establo. A lo mejor si ella lo ignoraba, Roan no se daría cuenta.
Igual Roan estaría muy ocupado echándole en cara lo tonta que había sido.


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Mensaje por Frankie Gibbs »

Frankie no iba a dejar que saliera con la suya. Ella era buena torciendo las cosas a su favor, porque era mujer y las mujeres tienen esa habilidad innata. Así que ella también estaba sonriendo, con su mentón bien en alto "Túpuedescreerqueganaste, Roan." Lo señaló "Perolaverdadesqueyofuilaquelohice." Se señaló "Hacediezminutosnoerascapazdeburlartedenadieyahora" Lo señaló de arriba a abajo "eresunexperto." Se acercó a él hasta estar a unos veinte centímetros de su cara "Tú eres mi logro." Alzó las cejas. No iba a mencionar que sí se había casi asustado por un pony alado viejo y con sobrepeso, porque ella no se asusta con nada, simplemente segrega adrenalina y a ella le gusta eso. Roan le acaba de hacer un favor haciéndole creer que estaba frente al peligro, le dio la dosis diaria que necesita. Iba a estar bastante tranquila a partir de ahora.


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Mensaje por Frankie Gibbs »

Gruñó por lo bajo "¡No soy una mala perdedora! ¡Tú eres el pésimo perdedor!" Exclamó, porque era un pésima perdedora, principalmente porque nunca perdía, porque nunca competía con nadie, y no es que no le intentara: '¡Una competencia de a ver quién aguanta más la respiración en el lago negro!', '¡A ver quién vuela más rápido a través de aros de fuego!' y nadie se ofreció. Frankie era una chica solitaria por costumbre más no por elección, Roan a lo mejor no sabía eso.

Como no quería dejarlo así, señaló a Baum (que asumo que todavía estaba a la vista) "¡Y él me estaba mirando feo!" Espetó y justo en ese instante Baum relinchó alegremente y le dedicó a Frankie una obvia mirada tierna. Ella gruñó "Throw a bone, pal!". Si Baum se portaba como un golden retriever su acusación no tenía validez, aunque Roan debía estar al tanto que, con o sin Baum actuando como perro, decir que tenía una mirada amenazante era bastante absurdo.

Avanzó por donde él le indicaba con los brazos cruzados. No iba a admitir nada, y en la libreta de Frankie todavía estaban parejos, para no decir que le llevaba ventaja.


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