Galeria de armaduras

[Neve Mayhew]

((De antemano una disculpa por el fanfic a continuación))

La descubrió cuando estaba en segundo y vagaba por el tercer piso: una larga galería con una impresionante colección de armaduras a ambos lados del pasillo. Con dos habitaciones en cada extremo, era perfectamente posible 'cerrarla', aunque no era posible bloquear completamente el acceso, por lo menos no para ella, porque no se sentiría cómoda impidiendo el libre tránsito de cualquiera a quien se le ocurriera cortar por ahí. De todas formas casi siempre tenía privacidad, y tampoco era que estuviera haciendo algo malo, simplemente prefería la comodidad de no tener que explicarse.

Si tuviera que explicarse, lo que diría era que las armaduras eran excelentes compañeras de práctica. Por un lado, porque no podría hacerles daño por accidente, lo que de entrada era una buenísima noticia, ya que estaba segura de que estoquear a un compañero sería base para expulsión. Por el otro, tomando en cuenta que evidentemente en el colegio no tenía acceso a su sable, un precioso surtido de armas como éste era un paraíso terrenal en el que había encontrado un florete manejable.

Era domingo por la mañana, excesivamente temprano, y se encontraba murmurándole algo a una de las armaduras ubicada casi a la mitad de la galería mientras practicaba un desplazamiento básico. De entre todas, esa era su favorita, porque tenía un diseño interesante y un arma soberbia. Con toda la creatividad del mundo la llamaba Sword Knight (junto a 'él', Axe Knight resultaba extra-intimidante, sobre todo cuando se reía).

[Winston Harrington]

Su hermana le arrojó de vuelta la pelota con enojo, pidiéndole que ya dejara de asumir que ella querría jugar a cosas de niños con su estúpido y ñoño hermano. ¿Quién era capaz de decirle algo así a su hermano mayor, que solamente quería socializar y obligarla a que se arrojaran una pelotita de tennis uno al otro durante dos horas? Una niña malcriada y cruel, es quién.
La mezcla de shock y el tiro errado a propósito de Diana hicieron que Winston dejara pasar la pelota, que rebotó y luego rodó por el piso del pasillo del tercer piso alejándose de él y su roto corazón. Bueno, no estaba tan roto, sino más bien que la película protectora hecha de paciencia estaba empezando a desgastarse y despegarse lentamente. Siguió a la pelota, murmurando cosas que mejor no escribir para no hacerlo quedar mal, mientras se adentraba por el pasillo en dirección hacia donde Neve estaba combatiendo a las armaduras como la badass que era.

[Neve Mayhew]

Levantó la punta de su pie derecho, manteniendo el talón al ras del suelo, y lo movió hacia el frente. Después adelantó el pie izquierdo, con las piernas ligeramente flexionadas y cuidándose de no encorvar la espalda y de no arruinar la línea recta que su antebrazo formaba junto con el florete. Así dio los tres pasos que le permitía el espacio entre una pared y otra del pasillo. "¿Qué opinas? No tan mal, ¿no?". El yelmo de Sword Knight se movió un poco a la derecha. "Tomo eso como un 'nada mal'. Gracias".

[Winston Harrington]

Se agachó a medio caminar para intentar agarrar la pelota antes de que se alejara más, pero se le escapó entre los dedos. Decidió seguirla erguido, porque no iba a permitir que tanto esfuerzo de sus antepasados homo erectus fuera en vano, cuando escuchó la voz (algo lejana a sus oídos) de Neve. Se detuvo, dejando que la pelota siguiera su ritmo, y se quedó quieto esperando escuchar otra vez. Es decir, ¿y si había tomado algo raro esa mañana y estaba teniendo alucinaciones auditivas?

[Neve Mayhew]

Qué decepción si comienzas a sufrir alucinaciones auditivas y escuchas a una de tus compañeras de curso en lugar de a, no sé, Cassandra Vablatsky prediciendo tu futuro.
Bajó el florete y retrocedió la distancia que había avanzado. "Podría ser mejor, en eso te doy la razón" continuó su monólogo, porque no, juro que no está completamente loca, sólo un poco; no 'escucha' respuestas imaginarias de la armadura. Se preparó para repetir el desplazamiento.
¿Supongo que la pelotita ya se acerca rodando? No le iba a costar trabajo caer en cuenta de ella, porque aunque ya se había acostumbrado a los movimientos ocasionales de las armaduras, jamás le lanzaban objetos pequeños por el suelo.

[Winston Harrington]

También dependía de qué era lo que escuchaba, ¿no? Porque entre Vablatsky y sus predicciones, y una compañera diciendo algo interesante no había competencia.
Se agachó y caminó silenciosamente en dirección hacia donde había visto la pelota desaparecer, que ya debería estar por entrar en el campo de visión de Neve, porque se moría de ganas de saber de qué estaban hablando y qué onda con ese ruido de metales.

[Neve Mayhew]

¿Supongo? Lástima que ella no esté diciendo algo interesante y no pueda competir con un adelanto de lo que te espera en la vida.
Estaba avanzando un paso cuando, como afirmé, cayó en cuenta de la pelotita. Fue un impulso, y quizá la vaga impresión de que aquello podría ser una rata, de verdad, Winston, que no tuvo la deliberada intención de matar a tu juguete. Pero lo hizo, porque estiró al brazo tan rápido y de manera tan determinada, que el florete atravesó la pelota antes de que alguien pudiera decir 'ah!'. Al levantar el brazo, parecía que Neve se proponía armar una brocheta. Con… pelotitas de tennis.

[Winston Harrington]

Pues si así eran las brochettes que servía Neve no sé cuánta gente iba a terminar yendo a sus fiestas. Winston iba a ir igual, seguro, pero no sé si iba a poder comerse más de dos o tres de tus especialidades culinarias.
"¡...!" apuró el paso, con la espalda doblada como si eso lo hiciera invisible, siguiendo el ruido. ¿Qué había pasado? ¿Por qué nadie hablaba ahora? La curiosidad lo estaba consumiendo por dentro, ¡era tan emocionante! Winston se estaba imaginando cualquier cosa.

[Neve Mayhew]

Quiero pensar que si arma brochetas con pelotas de tennis para las fiestas, por lo menos se asegura de que haya una versión en la que las pelotitas son cake pops, ya sabes, para la gente con paladares más exigentes.

Levantó el florete a fin de examinar el objeto que había ensartado de cerca, con más confianza una vez que estuvo segura de que aquello no era la ratástica mascota de algún weirdo que nunca había escuchado hablar de la fiebre de Lassa. "¿Y tú de dónde saliste?" preguntó en voz alta, haciendo nada por ayudarme a no perpetuar su imagen de loca que se dirige a las cosas sin vida.

[Winston Harrington]

¡Obvio! Hay unas que son cake pops... con pelotitas de ping pong adentro. ¿O has visto esos pasteles que hacen dentro de la cáscara de huevo? Así de interesante la comida que ofrecería Winston en sus futuras fiestas.
Y ahí la escuchó, haciendo que se detuviera y se irguiera en el lugar. ¿Cómo lo había visto? Es decir, no es que él fuera súper bueno escondiéndose pero todavía le quedaban varios metros para alcanzarla, y pensó que quedándose en el lado de la sombra estaría a salvo. "De...l pasillo" ofreció, trotando hacia la voz. Quizás así sería cuando muriera y le tocara acercarse a las puertas del paraíso.

[Neve Mayhew]

Interesante, tal vez, mas qué flojera tener que pelar una cáscara de huevo para poder comerte el pastel.
Fue sólo un segundo, pero su cerebro le jugó una mala pasada: durante ese breve, desubicado instante, pensó que la pelotita le había contestado y casi suelta el florete, además de un grito.
Por suerte sólo bajó el arma, con brusquedad y fuerza suficiente como para que la pelota se zafara, saliendo arrojada al otro lado del pasillo. Miró en dirección a Winston entrecerrando los ojos. "¿Hola?".

[Winston Harrington]

Y qué asco, ¿no? O sea, nada más feo en esta vida que morder un pedazo de pastel y sentir el crujir de una cáscara de huevo. Y pensar de dónde vienen los huevos y demases... como que nunca va a estar lo suficientemente limpio.
"Hola" respondió, igual de confundido que antes. Ni idea de lo que estaba pasando, la verdad, por lo que se movió a un costado para que le diera algo de luz. Ni enterado del triste destino de su pelota. Todas las pelotas de Winston terminaban mal, espero que no sea una señal de nada.

[Neve Mayhew]

Exacto, todo bien con los huevos mezclados con el resto de los ingredientes del pastel, pero no con usar sus cáscaras como contenedores.
Instintivamente volvió a levantar el florete (sans pelotita asesinada), con todo y que estaba, ahora, bastante segura de que la voz le resultaba vagamente familiar. Avanzó hasta colocarse en el centro del pasillo. "¿Harrington?" preguntó, tal vez de manera innecesaria ahora que la luz le daba a su compañero. -¿Qué está pasando?-.

[Winston Harrington]

Iba trotando a punto de confirmar su identidad pero acababa de notar el florete en la mano de Neve cuando ella se colocó en el centro del pasillo y le dió no sé qué, haciendo que se detuviera.
Obviamente no pensaba que ella estaba ahí con una espada para matarlo, pero definitivamente Neve estaba ahí en el pasillo con una espada. No reaccionar con sorpresa hubiera estado fuera de lugar.
"Uh..." caminó, alzando el brazo y extendiendo el dedo índice hacia el florete, sin saber qué decir o preguntar.

((¡Buenas noches!))

[Neve Mayhew]

"¿Huh?" soltó cuando él señaló en su dirección. Bajó la mirada y… "¡ah!" exclamó. Sí, el florete, el que probablemente no debería de mantener levantado frente a uno de sus compañeros. Lo bajó al instante y giró sobre su eje para caminar de regreso hasta la armadura a la que se lo tomaba prestado. Había enrojecido un poco, pero trató de no perder la concentración porque no quería rebanarse la mano.