Comedor serial

[Mason Storstrand]

El problema con las manzanas era que no venían pre-cortadas por la naturaleza (como pasaba con las naranjas), ni que eran simples y sencillas para consumir (como las bananas) ni tampoco que eran 100% comestibles (como las grocellas). Uno las disfrutaba, se llenaba las manos de pegote, y quedaba con la engorrosa necesidad de deshacerse del cadáver.
Esa mañana Mason se había agarrado tres manzanas de las canastas del Gran Salón durante el desayuno y las había paseado por todo el castillo. Ahora solamente le quedaba una, que iba comiendo mientras cruzaba el jardín que unía dos alas del castillo. Iba a extrañar las caminatas obligatorias por Hogwarts al egresar, y ni hablar de sus tan abundantes comidas. No se había ido todavía y ya le daba nostalgia.

[Mason Storstrand]

Voy a hacer de cuenta que no leí que lo llamaste puffie viejo, porque los de séptimo no necesitamos más traumas. Él estaba muy feliz con su manzana, no crean que no, pero a veces la vida requería algo más emocionante... como que una niña de primero se le estampara contra una de las piernas, porque no la había escuchado a tiempo como para moverse, solamente para girar la cabeza en un intento de ver hacia atrás (y no ver nada, porque la diferencia de altura era más de lo que él estaba esperando notar). ¿Y su manzana? Pues volando, ahora libre de la mano de Mason, para volver a la tierra que le dio vida.

[Mason Storstrand]

Mason bajó la vista, por un momento había pensado que quizás una lechuza volando bajo se había estrellado contra él, o que alguien le había arrojado un gato (nada lo sorprendería ya en Hogwarts)... pero no, era una pelirro- ¿Gretchen? No, no, Gretchen no lucía así y esta persona tenía el cabello de un color distinto. ¿Sabes? Creo que quizás Mason necesita gafas.
"Ah, ¡lo siento!" exclamó, girándose para agacharse mientras extendía una mano para tomar el hombro de la Gryffindor. "¿Estás bien, te lastimé?" preguntó preocupado, temiendo ver sangre brotando de la nariz de la niña -Nononono...-.

[Mason Storstrand]

Mason se sentía culpable de todos modos, especialmente porque no era bueno hacerse fama de golpeador de niñas antes de egresar (no es que hacerse esa fama fuera algo bueno en ningún momento, pero al menos si uno se la hacía en quinto quedaban dos años enteros para tratar de limpiar su nombre).
"Dime que tienes un manojo de mocos en la mano" pidió, no sé si a Sara directamente o a Merlín, para que lo escuchara y le asegurara que no, que no acababa de causarle una nariz sangrante a una alumna de primero. Quitó la mano del hombro de ella para tocarle suavemente la muñeca, pidiendo en silencio que retirara la mano y lo dejara ver.

[Mason Storstrand]

Si Sara quiere hacerse fama, Mason se presta a tirarse al suelo hecho bolita mientras ella pretende molerlo a golpes. La palabra clave aquí es pretende, porque Mason es buena onda pero tampoco quiere vivir en San Mungo para siempre y no tener hijos jamás.
Se rió brevemente con la pregunta de ella, porque si ella tenía humor él se sentía un poquito mejor y se daba el lujo de disminuir la cantidad de culpa que sentía... hasta que vió la sangre, obvio. "Oye, te lastimé feo" le dijo otra vez con cara de preocupación, apretando los labios que ya de por sí apenas tenía.

[Mason Storstrand]

Mason aparte de haber sido Puffie, era encima viejo y lo que faltaba para hacer cartón lleno: llorón. COn razón Sara no quiere arruinar su reputación lloviéndole golpes y patadas, la entiendo.
"...Vale, pero si necesitas algo me dices" agregó, porque él ya era mayor de edad, ¿no era ilegal no hacer nada al respecto después de lastimar a una menor? "¿A qué estabas jugando?" asumió, porque él a los 11 años no era ni la mitad de despierto que Sara. De hecho hacía poco que él seguía queriendo jugar a cosas infantiles con los de años inferiores, porque es un sinverguenza.

[Mason Storstrand]

Si Sara realmente estaba convencida en su papel de niña pirata que todo lo ´puede seguramente otros alumnos podrían ayudarla, que comenzara con una dieta con más proteínas y calorías mientras levantaba pesas... no sé si habría pesas en Hogwarts, pero seguro que podía ponerse a levantar las armaduras de los pasillos. Y luego ya tendría un cuerpo súper musculoso en años superiores, y todos la llamarían de vikingo. ¿No?
"Ugh, esa gata es una lata" dijo rimando sin querer, porque él no era fan de Mrs. Norris tampoco, o del celador. Eran súper creepy y él se ponía nervioso cuando no había hecho nada malo. ¡Una vez le confiscó una banana! ¡Una banana, Sara!

[Mason Storstrand]

Miró a Sara y entrecerró los ojos, pensando. ¿Quién era Pericles? Porque apenas ella lo nombró él asumió que debía saber de quién hablaba la Gryffindor.
"¿Y no te daría lástima que Filch se quede solo?" soltó, porque pensó que era mejor no averiguar demasiado sobre el imaginario niño que estaba dispuesto a comer gatos. Y así va a morir, Sara, pensando que tienes un amigo que come mascotas. Metió la mano en un bolsillo, revolviendo sus contenidos en busca de un pañuelo o algo, porque seguía sintiéndose mal por lo de la nariz de Sara.

[Mason Storstrand]

-Ojalá fuera así siempre- pensó Mason con la declaración de Sara, asintiendo con la cabeza porque ¿para qué avisarle que no duraba mucho esa interpretación de la justicia y el karma?

"Oh, ¿Pericles no tiene poderes mágicos?" preguntó, evitando decir muggle o squib en caso de que ella considerara que su curiosidad era demasiado ofensiva. Ni enterado de las otras posibilidades, en su mente ya tenía imaginado a un niño salvaje que comía animales pequeños y medianos.

[Mason Storstrand]

-Es un PERRO- se dijo a sí mismo, como una versión mental de darse una palmada a la frente, con cono de helado opcional. Miró un poquito más relajado a Sara, sacando un pañuelo del bolsillo.

"Pues no sé, ¿crees que los animales puedan obtener eventualmente poderes de animagos, y convertirse en magos u otros animales?" preguntó, mirando el pañuelo, que era un asco. Sería más amable no darle nada a la Gryffindor pirata.

[Mason Storstrand]

"¡Ah, es cierto!" exclamó abriendo grandes los ojos, y riéndose de repente porque también se imaginó a un chico jadeando como perro, con las muñecas dobladas y los brazos levantados como haciendo un truco en la mesa del Gran Salón.
"Igual hay varios humanos que son bastante babosos y perrunos, quizás Paricles encajaría más de lo que le damos crédito" comentó, dejando de reírse.

[Mason Storstrand]

Ladeó la cabeza, a Mason le parecía que los perros eran muy parecidos a los gatos en lo que ella mencionaba, aunque quizás la variedad de tamaños de perros era lo que hacía que Hogwarts pusiera límites.
"A mí me gustan más los perros que los gatos, pero supongo que los muggles se los adueñaron como mascotas oficiales y a nosotros nos dejaron opciones más de bolsillo" dijo casi que en broma, porque él sospechaba que quizás sí había una razón así. Estaba por egresar y no sabía nada de la vida, una vergüenza.

[Mason Storstrand]

Se aguantó una risa con eso del barco, porque ya se la imaginaba subida a dos barriles para poder tomar el timón. No quería reírse, porque sería súper desubicado hacerlo, pero ganas no le faltaban. Era todo muy chistoso.
"¿Y qué recorrido harás en tu barco?" preguntó, como olvidándose momentáneamente de eso de los animales, tema que podría regresar después. Él quería saber otras cosas, ahora, no podía imaginársela perdida en altamar: era importante saber dónde estaba la Gryffindor en el mapa mental.

[Mason Storstrand]

Asintió, pensativo. Tenía razón, aparte quizás el suelo estaba demasiado congelado y duro para enterrar un tesoro como podría pasar más al sur, pero eso abría opciones como explorar cuevas sin tener que andar cavando a lo loco.
"Muy cierto... aparte los de Durmstrang están al norte, ¿no? Y van en barco... Me suena a que las chances de que encuentres tesoros por ahí son muy altas, solamente que nadie lo había considerado antes. Prometo no robarte la idea" le aseguró, por las dudas.

[Mason Storstrand]

((¡Qué cute tu nuevo avatar!))

"Es verdad" admitió mientras se daba cuenta de la obvia falla en su plan. Suspiró, dejando de mirarla y asumiendo que lo más lógico que podía hacer ahora era asumir el papel que le entregaba el destino.
"...Bueno, nunca deberías confiar en alguien que puede fácilmente convertirse en tu enemigo jurado" devolvió la amenaza, alzando el mentón y alzando una ceja con una sonrisa a labios apretados, pretendiéndose hacer pasar por un malvado.