Un regalo horrible

[Maggie Grimbale]

Se había hecho la tonta desde que volvieron a pisar el casillo el primero de Septiembre. Lo había buscado con la mirada un montón de veces, sí, varias veces lo había encontrado y al segundo alejaba la vista como si él fuera tonto también y no se diera cuenta que lo estaba mirando. Pero no se había acercado, ni él a ella.

No sabía que decirle. ¿Tenía que hablarle como si nada? No tenía ganas de eso. Era actuar, la cosa que más amaba en ese mundo, pero con él no le gustaba, no le daba placer. ¿Tenía que agradecerle por el regalo horrible que le mandó el día de su cumpleaños sin siquiera una nota, una explicación, un saludo?
Había fantaseado casi todo el verano con tirarle el regalo en la cara, ofendida, pero desde que lo había vuelto a ver (más alto, con más músculos seguramente por el boxeo que le había contado que practicaba) no se había animado. Pero, ¿a vos te parece? TODO el verano pasó y solamente tenía de su parte un regalo horrible!

Suspiró. Después de una semana no quería seguir esperando a ver si él se decidía a acerarse ni podía seguir con la intriga. Sintió algo de vértigo porque no sabía con qué iba a encontrarse, cómo iba a tratarla Rainier después de todo, de los besos en el juego de la última noche en el castillo, del verano, de los regalos sin carta, de las miraditas bobas.

Avanzó por el pasillo simulando seguridad en sus pasos. Iba a pasar sola por el pasillo donde él estaba, a ver si la saludaba ahora que los dos estaban sin sus amigos al rededor. Era un plan ferpecto.

[Rainier Bruneau]

Entre los regalos y los nombres horribles no hay forma de complacerte, caramba.
Rainier pasaba sus veranos ocupado, pero obviamente eso no significaba que pudiera dejar de hacerse la cabeza con lo que Belkis hacía o dejaba de hacer, que era mil veces más difícil de adivinar cuando directamente ni se veían en el verano. Pero como él ya se la había imaginado a ella rodeada de amistades, festejando su cumpleaños en su mansión y siendo cargada por todos sus pretendientes hasta la piscina, como que le pareció lo más adecuado mandarle un regalo que, en su opinión, era más cute que horrible.
Todo había sido incómodo: silencios incómodos, miradas incómodas, existencias incómodas también, ya que estamos. Y como él asumió que Maggie había aprovechado la distancia natural de las vacaciones para cortar lo que sea que había habido con él, no quería empeorar la situación. Ni se había dado cuenta que ella se le acercaba en el pasillo, de lo contrario hubiera cambiado de pose por una poco natural en un intento de parecer cool.

[Maggie Grimbale]

La desaparición de todo el verano y tranzarte (iba a usar chaparse pero pero tranzar es más noventoso todavía) a Eve Ashford frente a todo el colegio no van a poder ser compensados con un adorno de un todo por $2. No.

Maggie se mojó los labios mirándolo seria mientras avanzaba, preguntándose por qué no levantaba la vista cuando ya estaba lo suficientemente cerca... eso no estaba en el plan, ¿qué hacía si él no la miraba? ¿volvía a pasar? ¿tosía? ¿lanzaba una bengala con su varita para llamar su atención?

Por suerte no tuvo que idear ninguna tontería adolescente porque le pasó lo peor que podía sucederle: se tropezó con sus propios pies por estar con la mirada fija en él, así que tuvo que pisar fuerte con su pie derecho intentando mantener el equilibrio. Maldición!!

[Rainier Bruneau]

¿Y Maggie, eh? ¿Que seguramente había hecho vaya a saber qué con el pibe ese en el armario? ¿Que había ido al baile de San Valentín, encima, con otro pibe? ¿Que tenía seguro como veinte chongos esperándola cada verano para cargarla onda Susana Gimenez por todo el barrio?
Cuando escuchó el pisotón se giró para ver qué pasaba, sospechando que era alguno de los prefectos nuevos tratando de llamar la atención o algo, pero no: Maggie. -...Oh, no- el pisotón hizo que asumiera inmediatamente que ella estaba enojada. Ya se lo estaba imaginando: ella acercándosele y diciéndole que si le volvía a mandar algo, iba derechito a contarle a Dumbledore. ¿Qué iba a contarle? No sé, la paranoia no desarrollaba historias completas.
"...Hey" saludó, medio congelado en el lugar.

[Maggie Grimbale]

Una vez que recuperó el equilibrio se echó hacia atrás, quedando parada super derecha, todo lo digna que podía. Pero su expresión se aflojó en seguida al ver que ahora Rainier la había notado y la saludaba. Al mirarlo se dio cuenta que quería darle un beso como la zorra de Eve Ashford A-HO-RA. Maldita adolescencia. Mejor morderse el labio inferior y contenerse.

"Hola" saludó intentando sonar casual, cada día más parecida a Tamsin, quizás deberían formar un club de teatro juntas "No te había visto" mintió pese a que se había prometido no actuar, ahora no se acordaba ni por qué estaba tan enojada. Ah, cierto, el reloj duende horrendo.

"¿Puedo sentarme?" le preguntó para que supiera pretendía quedarse un rato con él.

[Rainier Bruneau]

No era difícil percibir la tensión que flotaba en el aire. Miró a Maggie y luego miró alrededor, como si sospechara que vería a sus dos amiguitas espiándolos detrás de alguna columna, donde presenciarían a Maggie cortándole el mambo a Rainier.
"Podés" confirmó, corriéndose un poco hacia un lado. ¿La miraba o se enfocaba en mirar hacia el frente, como si nada? Pretendamos que no pasaba nada, quizás así su pregunta sonaba un poquito más casual y menos interesada. "¿Qué tal todo?" ni la miró de reojo.

[Maggie Grimbale]

La respuesta tan cortante y que ni siquiera la mirara al hablarle hicieron que Maggie frunciera levemente el entrecejo... ¿qué le pasaba? Encima de que le mandaba un gnomo diabólico y no le escribía una palabra en todo el verano ¿él era el ofendido?

En silencio tomó asiento a su lado y se cruzó de piernas sosteniendo la falda para que quedara prolija.

"Bien" alzó el hombro derecho porque ahora que estaba con él no sabía bien por donde empezar "Me hice flequillo, ¿lo viste?" y se señaló la frente. Ok, no, eso no, era un comentario para una chica, a Rainier posiblemente le importara muy poco su cabello y ni siquiera debe haberlo notado. Se sintió tonta diciendo eso así que enseguida bajó la mano y pensó algo rápido para decir "¿Tú? ¿Cómo estás?"

[Rainier Bruneau]

¡Qué ganas de agarrársela con ese pobre gnomo made in Taiwan que Rainier le había comprado con toda la onda! No es justo ser castigado emocionalmente así por falta de buen gusto.
Se giró, la miró, y luego subió la vista al flequillo de Belkis. Por un momento se puso más nervioso todavía, porque no tenía ni la más mínima idea de qué decir con respecto al flequillo. ¿Le decía que lo había notado o que no? ¿Se lo halagaba? Porque si se lo halagaba y ella le preguntaba exactamente qué era lo que le gustaba del flequillo (¿qué adjetivos se usaban en ese caso?) iba a tener que tragarse su propia lengua e ir de urgencia a la enfermería, por ejemplo.
Pero Belkis, siempre tan amable, le salió con otra pregunta. Una más respondible, al menos. "Bien... bien, haciéndome a la idea de tener que estar acá otra vez" agregó, todavía mirándola. Qué cruel que era ella, con su flequillo. "¿Tuviste un buen verano?" dale, contale de tus chongos veraniegos.

[Maggie Grimbale]

((contesto porque NECESITO decirte que estallé de risa cuando leí la respuesta de Mel a Moira "un lugar donde no diera el sol" JAAJAJJAJAJA sos la peor, no me lo vas a perdonar nunca no?? <3 <3))

El gnomo estaba bien para cuando cumplieran cuarenta años de casados (?), NO para una chica con la que te besás en el colegio y que cumplió quince. No te justifiques, Rainy.

Maggie alzó los hombros "Estuvo bien..." volvió a mirarlo al notar que él esta vez no apartaba la vista "Vi a Alice y a Gretchen... hicimos un pijama party" se puso algo nerviosa al recordar esa noche en la casa de Alice, donde por fin les había contado a sus amigas que andaba a los besos hace unos meses con él. Haberle contado a ellas significaba que realmente le gustaba no? Le sonrió intentando no pensar en eso "¿El tuyo? ¿Qué hiciste?" -Además de mandar gnomos en lechuza....-

[Rainier Bruneau]

((No sé de qué estás hablando))

Ah, ¿o sea que te querés casar conmigo ya, Belkis? Yo creo que para los cuarenta de casados él va a estar en estado vegetativo por todos los golpes que se comió, así que si ya tenemos el regalo del aniversario te cuento que el menú va a tener que incluir papilla. Está difícil comer langosta cuando te quedan dos o tres dientes propios.
-A Alice y a Gretchen- repitió mentalmente, ¿las dos chicas de quinto? Quizás estaba obviando nombres masculinos para no hacerlo sentir mal a propósito. Seguramente había visto a más de dos personas en todo el verano, así que alejó la vista de ella por unos segundos.
"Nada" alzó los hombros "lo de siempre: laburé un poco, deporte, ver a mis amigos..." la miró de reojo, apretando los labios. Sentía que cada cosa que decía le iba a causar más repulsión a ella.

[Maggie Grimbale]

Ay que horror Rainier sin dientes. Maggie lo va a alejar del boxeo profesional para que eso no pase, cuando sean viejitos él puede enseñarle ese deporte a chicos del barrio que sean muggle-friendly.

Alzó las cejas, interesada por saber más detalles. Recordaba que él le había contado que a veces trabajaba en el verano... Entonces se sintió culpable por a) haber estado sin hacer nada durante esos dos meses b) haberse enojado por el gnomo maléfico. Quizás él no pudo escribirle ninguna carta porque estaba muy ocupado y tal vez el duende relojero era lo único que podía pagar y luego tuvo que trabajar todo el verano para recuperar el dinero (?) EXAGERACION por todos lados, para hacer juego con la paranoia de Rainier.

"¿En la tienda que me contaste?" no recordaba exactamente de qué era pero sabía que vendía algo "Parece que has estado muy ocupado..." sonrió de lado antes de mirarlo "Debes estar algo cansado" hizo silencio pensando en cómo sacar el tema "Recibí... tu regalo"

[Rainier Bruneau]

No sabía si dejar que ella pensara que él trabajaba en una tienda, o decirle que quizás pensaba que había estado ayudando en el café de su mamá, o contarle que de hecho había estado trabajando en una verdulería. Mejor dejar lo de la tienda, mejor no aclarar.
"Oh" comentó, por lo del regalo. La miró atentamente, como queriendo adivinar el impacto antes de tener que preguntárselo, pero Maggie debía ser buena actriz para él, porque ni idea. "...No sabía qué comprarte" admitió.

[Maggie Grimbale]

No, claro que no sabía que comprarle! Una bolsita de dulces de Honeydukes hubiera sido mil veces mejor.

"El duende... está bien" mintió para que él no se preocupe por el regalo "Gracias" volvió a mirarlo y a sonreír.

Luego miró al frente, nerviosa otra vez, porque quería decirle algo más pero no sabía cómo iba a sonar o a tomárselo él. "Aunque... pensé que ibas a escribirme una carta, o algo" fue bajando el tono de voz por miedo a que él lo tomara como una crítica "como habíamos quedado en vernos" se justificó.

[Rainier Bruneau]

Claro, después él le compraba dulces y le reclamarían que eran unos que le sobraron de Halloween o algo así. No, no, Belkis. Yo sé que Rainier en su posición de hombre siempre iba a llevar las de perder.
SOnrió de lado por lo del duende, casi que aliviado. Pobre, se creía cualquier cosa. El otro comentario lo tomó de sorpresa, porque no sabía qué decirle. ¿Empezaba por excusarse por no haberle escrito nada, porque apestaba escribiendo, o expresaba su sorpresa por que lo de verse era en serio? "Perdona" comenzó. Pero no sabía cómo seguir, así que miró hacia el frente mientras sentía como una cosa en el pecho. Quizás era culpa.

[Maggie Grimbale]

Maggie corrió la mirada tan pronto como él le pidió disculpas. Se sentía rechazada por primera vez en su vida. ¿Qué había cambiado? ¿Por qué le pedía disculpas? ¿Por no haber tenido ganas de verla o por no haberle escrito?

Apretó los labios, sin saber qué decir.

"Está bien... entiendo que estuviste ocupado" quería autoconvencerse de que ese era el motivo "Pero me hubiera gustado saber algo de ti... o verte" dale, arrastrate un poquito más, total... el piso no está lo suficientemente limpio.