El Muro

[Henry Leyden]

Casi cualquiera. Pero es más o menos lo mismo.

Henry supo de inmediato que había alguien ahí. Pero no hubiera podido decir quién. Aunque conocía a Alessa, no la reconoció.

Usualmente no hablaba de nada serio con nadie sin saber quien era, pero podía suponer que no estaba ante el autor que había vuelto a la escena del crimen, ni siquiera debía ser uno de los que lo encontraban divertido. No estarían ahí a plena luz del día.

Así que, aunque se había prometido dejar de juzgar a la gente que reaccionaba a aquel acto vandálico, simplemente no pudo evitar abrir la boca. (¿Alguna vez lo ha hecho, en todo caso?)

"No deberían hacerle tanta fiesta", aseguró.

[Henry Leyden]

Casualmente, justo cuando ella habló él ya estaba lo bastante cerca para identificar su aroma, tenue como siempre (nardos... no era ese olor, pero casi).
Greystone.
Si Henry hubiera sabido que era ella. No hubiera abierto la boca. Habría dicho 'Hola Greyston' y hubiera seguido su camino.

Pero ya daba igual.
"¿El cartelito? No afecta en nada a nadie" respondió. "Lo que va mal es que todavía hay mucha gente en el mundo que piensa que pueden listar y marcar a la gente por cosas como está. Se que parece inófensivo, sé que no debería tomarse tan en serio... Pero no puedo. Quién haya hecho esto, y todos los que piensan como él, irán creciendo; igual que la magnitud de sus actos. Como pasó con todas esas personas que iniciaron una guerra."

[Henry Leyden]

"Lo sé. Lo sé. Siempre hay una excusa. Pero, no creo que un cretino pueda hacer una guerra solito. En todo caso, necesita reunir una multitud de borregos, y que el resto de la gente piense que él y sus manifiestos son inofensivos durante el tiempo suficiente para que él pueda prepararse tranquilo." Más que convencerla o debatir, intentaba explicarse. Justificarse, incluso.

Por un largo momento, extraño en alguien como él, se quedó callado. Completamente callado.

"¿Crees que no me encantaría jugarlo también?", dijo, de pronto, "Ya sabes, anotar que mi caso requiere a alguien que pueda leer braille y que no oiga música cursi. Pero ¿cuándo empezó a ser divertido sacar listas de 'personas inferiores'?"

[Henry Leyden]

Quizá hasta le hubiera venido bien que le dijera algo así.
Pero hasta el momento, aunque su naturaleza le exigía que dejara de estar acusando y juzgando a la gente, no podía evitar aquel comportamiento dramático.

Negó con la cabeza prácticamente sin fijarse cuando ella sacó lo de la ignorancia. La gente podía ser ignorante a la luz del día; ya para esto no valía como 'excusa'. Por que, por ilógico que fuera, haber hecho algo (lo que fuera) sin dar la cara, era el peor de los crímenes.

Por otro lado, su siguiente respuesta le había parecido bastante confusa. O ella no lo había comprendido, o él debía estar entendiendo mal...

"Entonces, ¿tú no...? Es decir... ¿Tú qué haces con... esto? ¿Aquí... que haces?"

[Henry Leyden]

Sí, por un momento él había creído que no estaba haciendo ni una ni la otra. Ni jugar el juego ni lamentarse.

"No puedo imaginarte lamentándote, la verdad." Seguro alguna vez, por algún motivo, tenía que haberlo hecho. Pero Henry no podía imaginarlo para nada.

"Pero tampoco se me ocurre qué podrías estar poniendo allí. ¿Qué es? ¿En tu nombre o en otro?"

Momento. ¿Eso era curiosidad? Sí, seguía pensando que habian muchos muros en el castillo y que debía haber mejores sitios para escribir, pero de todos modos, sentía curiosidad por lo que Greystone estuviera agregando al muro.

[Henry Leyden]

Henry, amargado como había estado, se sorprendió él mismo cuando empezó a reir a carcajadas.

"No", aclaró cuando se calmó, "No digo que si anotas otro nombre, si no que si estabas dibujando o comentando en otro. Varios han hecho eso, según me contaron. Pero ya, ya me queda claro lo que hacías." Por cierto que sonaba extraño, absurdo, y de algún modo aceptable; decorarlo como si ella lo hubiera puesto ahí a propósito.

"Pero, cuando lo dices... Eso sería muy confuso para el sistema de adopciones, ¿no crees?" se burló. No podía vizualizarlo como una venganza, porque no tenía nada contra los de sangre pura, sólo contra el graciosito del letrero, que hasta podía no serlo. En cambio, si se hacía a la idea de aquello como club ilegítimo, imaginaba las complicaciones que traería, desordernar su lista.

[Henry Leyden]

Nada de cambiar de humor. El día seguía siendo igual, y el muro todavía le fastidiaba. Pero, nada de eso entorpecía su habilidad para imaginar cosas tontas en momentos inoportunos.

"Hey, yo soy super adoptable", replicó, haciéndose el ofendido, "A ver, ¿por qué no iban a adoptarme?"

No sería por que podía ponerse insoportable cuando algo lo molestaba, ¿verdad?

"Pero no. Ya te dije que no me parece que estén ahí jugando con el tipo que hizo el listado. Sea quien sea. Lo de las bromas pesadas se hace dando la cara. Un mensaje anónimo es más bien agresión. No se juega con eso."
Pero obviamente sí se jugaba. Muchos lo habían hecho ya.

[Henry Leyden]

¿Ella realmente lo definía así o estaba tomándole el pelo? Porque definitivamente no quería darle esa impresión, pero sí eran los hechos... bueno, nada podía hacer, ¿verdad? Le tomó mucho trabajo convertirlo todo en chiste, haciendo de cuenta que era... ¿Roland molestando para no aburrirse? Sí, eso.

"Tonterías; las mascotas destructoras son las más divertidas. Además, técnicamente no me he escapado de la Sala Común desde tercero; aunque probablemente haya llegado tarde dos o tres veces el año pasado... no es que haya evidencia de eso."
Rayos, extrañaba las búsquedas de medianoche. Seguía explorando, pero en el horario permitido no había suficiente silencio. Quizá... cuando tuviera tiempo... No. Que tendría problemas con el prefecto.

[Henry Leyden]

"¿Transparente yo? ¿A ver, que estoy pensando?", dijo, haciéndose el sorprendido. Claro que, como hablaba tanto y con todo el mundo, ni siquiera se podía comprobar si era transparente o no. Nunca había tratado de mantener nada escondido... A ver... no, no se acordaba de tener ningún secreto. Sí no contaba el hecho de que nunca había confesado esas salidas fuera de hora que uh, sí, estaban en el pasado. Aunque quizá debería quedarse un poquito más tarde esta noche, no hasta medianoche, pero... cuando ya fuera despejándose el castillo.

"Quizá soy transparente. Y quizá soy un poquito exagerado a la hora de preguntar cosas a los otros. Pero no soy... así, malhumorado. Hoy ando de mal humor, eso es distinto."
Y sólo por ese estúpido graffitti, que racionalmente no consideraba tan importante, pero que volvía a enfadarlo cada cierto tiempo.

[Henry Leyden]

Henry sonrió, divertido, con el primer comentario. Pero la sonrisa desapareció bruscamente un momento después.

Sí. Por esa tontería del muro. Al prinicipio, no había dejado de pensar en el asunto. A estas alturas, no pensaba en eso casi para nada. Pero cuando salía el tema, volvía a tener esa sensación...
"Sí.... y no. Es porque nadie sabe quien lo hizo, y porque no parece que vayan a averiguarlo. Es fácil cuando se trata de una persona, pero... "
Lo hubiera explicado mejor de haber podido.

[Henry Leyden]

Hubo un chispazo de indignación. ¿Ella en serio pensaba que porque no podía ver no estaba al tanto de nada? Tenía cuatro sentidos perfectamente funcionales. Ahí estaba ella, que discrepaba con él, teniendo un debate perfectamente honesto y "de frente". La oscuridad de Henry no lo impedía para nada.

Como fuera, no llegó a replicar porque entonces ella dijo algo curioso. Algo que jamás en la vida se le hubiera pasado por la cabeza.

"¿Crees que él quiere que lo tengamos presente o algo así?" Si sería algo realmente bizarro, pero... muchas lecciones son bizarras.

[Henry Leyden]

Ahora, le parecía muy probable. Antes... había tenido sus dudas. Eso era, después de todo, parte del problema: nadie podía evitar que ese individuo (o individuos) atacara a traición a personas a las que ni siquiera conocía.
Él podía lidiar con la mitad de los abusivos, porque respetaba la libertad de ellos para pensar que eran superiores o lo que sea que tenían en sus extrañas mentes, pero tenía la oportunidad de defender su punto (de preferencia sin métodos violentos). Según él, así de simple era el mundo. Qué una persona atacara abiertamente sin responsabilizarse por sus acciones ni permitir al otro replicar, eso si era temible.

"¿Creerás que pensé que no lo borraba porque no podía?", dijo. Aunque no hubiera evidencia, Henry encontraba muy convincente el argumento de ella. "Si esta dejando esto a propósito para probar algo o educar o lo que sea... ¿Cuál sería la lección? ¿Qué no nos olvidemos del problema?"

[Henry Leyden]

Aunque en principio sonrió ante la reacción de su compañera, pronto Henry puso una expresión sería, casi podría decirse que era triste, y replicó: "Nadie lo puede todo Greystone. Aunque sí, supongo que algo como esto... "
Sí claro, daba perspectiva, pero a Henry no le daba la impresión que a ella, si no algo un poco menos alentador:
"¿Qué le da lo mismo?"

Y entonces, como habían hecho y volverían a hacer diversas personas dentro y fuera de Hogwarts, Henry le dio la razón a Dumbledore, aunque no tuviera la menor idea de sí ese era el motivo verdadero por el que no había hecho nada.

"Filch se hace cargo porque esa lista no es mucho más que cualquier otro muro manchado. El hombre es un genio."

[Henry Leyden]

"Bueno, sí, tienes razón. Dejaré de pensar en el muro y dejaré de quejarme de que la gente venga a responder bobadas en él. Pero aún así pienso que el que lo hizo debería recibir orientación... o el beso de un dementor, todo depende de su edad." Eso último lo dijo completamente en broma, porque de algún modo la versión "optimista" de su compañera se le había contagiado y ya había descartado la posibilidad de que alguien realmente peligroso fuera el responsable.

Ahora, libre de preocupaciones, se preguntó cuál era el concepto de decoración que valía para Greystone. ¿Había coloreado su nombre? ¿Le habría dibujado alitas de angel, como en ese relieve cursi que le había mostrado una de las pocas amigas que conservaba de su infancia? Y ya que estaba, ¿si deslizaba la mano sobre él, podría percibirlo?

Henry volvía a estar en modo metiche. Pero no... no preguntó.

[Henry Leyden]

¿Qué? No. No había llegado tan lejos. No quería jugar a eso. Es decir, no tenía sentido. No era divertido. ¡Jamás!

"Está bien. Escribe: 'Braille requerido', como en una oferta de empleo".
Y Roland o sus padres habrían estado de acuerdo en que ya fuera como mascota, como familiar o como amigo, adoptar a Henry era como un empleo, difícil o gratificante según las circunstancias. Por algún motivo, jamás se habían quejado.

"Y hasta me vendría bien", suspiró, aunque no era eso lo que realmente necesitaba.