Con ceniza hasta para regalar

[Vincent Klein]

...No que quisiera regalarla, pero sí: tenía muchísima. Y no digamos que metida en una bolsa o algo parecido, sino esparcida en el uniforme, su cara, el pelo. Evidentemente, en la clase de Pociones no le había ido muy bien que digamos; recién salía de ésta. ¡Wow! ¿Pero quién hubiera creído que la mezcla de estáfagos con solución magenta haría explotar un caldero? Lo que más le preocupaba ahora eran sus lentes: se les había pegado algo de la mezcla al vidrio y el hechizo de fregotego no estaba funcionando. ¿O sería que, más bien, no sabía él aplicarlo bien? Como sea, no podía seguir caminando así, chocaría contra algo o alguien. Se detuvo al lado de una pared y se quitó los anteojos para revisarlos a contra-luz, aprovechando la que provenía de un ventanal cercano.

((Reservado))

[Vincent Klein]

Sarah tenía razón. ¡El día iba muy mal! El pobre de Vincent no podía ver sin sus anteojos. Oh, espera... ¿o lo estás diciendo porque Sarah no quería verlo? JÁ, por un momento pensé que se iba a poner de empática. Cuánto puede uno engañarse. Puso una mueca de disgusto al observar que lo que se le había pegado a los lentes se había solidificado, como una capa de barro duro. Cuando los bajó para intentar limpiarlos con las mangas de su suéter, se percató del sonido de ciertos pasos y, en consecuente, de la presencia de alguien más. Pero no supo que se trataba de Sarah, a pesar de dirigirle un reojo (estaba dándole el perfil, ¿no?), pues sin sus lentes no veía nada. Se quedó quieto.

[Vincent Klein]

((Muy graciosa, Louvart. ¿Por qué no te metes al agua y te echas pedos para sacar burbujas?))

...Hmph. No es justo, ¡él no sabía que era ella! Su natural reacción de cegatón fue entrecerrar los ojos, para tratar de enfocarla. Falló épicamente al respecto: la distancia entre ambos era todavía muy grande. Bueno, ni tanto, pero el pobre estaba poco menos que ciego, y como en horario de clases todos se vestían casi igual, y no tenía habilidad de perro sabueso para identificar su olor a distancia, pueeees... "¿Giselle?" probó con el nombre de la figura que le vino primero a la mente. Giselle era otra rubia que Vincent frecuentaba, sólo que ésta (AHEM, PEQUEÑO DETALLE) no quería perderlo en África. Giselle le caía bien, y Sarah... pues, no. No tanto.

[Vincent Klein]

((*Te empuja hacia el lodo porque no se le ocurre nada bueno que contestarte*))

La inercia lo condujo a preguntar automáticamente "¿Qué...?" a pesar de que por la voz, casi enseguida la reconoció. Soltó por la boca un sonido de floja queja. ¿Cómo que nada mejor que hacer? ¡No podía hacer nada hasta haber arreglado sus anteojos! Qué, ¿creía que era muy divertido estar parado en medio de los pasillos? Había tenido que estacionarse para no chocar con las estatuas. "OYE, ¡esto es importante!" se defendió. El ceño fruncido. Oooh, ¿pero por qué no habría pasado Giselle en lugar de ella?

[Vincent Klein]

QUÉ. ¡¿Por qué no lo iba a ayudarrrrrrrr?! Ya era suficiente humillación para él estar expuesto a Sarah de esa manera. Además, por muy mal que se llevaran, existen cláusulas de excepción al maltrato del enemigo cuando está éste desprovisto de algo esencial como su vista: cualquier agravio se consideraría abuso. "Tú lo haces sin necesidad de que te explote algún caldero" replicó de mala gana. OK, eso no ayudaría a incitarla a que le compusiera los lentes, pero no podía quedarse callado. Bajó la vista hacia los anteojos para darles la vuelta y, de paso, maldecir a su mala suerte mentalmente.

[Vincent Klein]

Maldita sea, pero por supuestoque le iba a pedir ayuda. No tenía otra opción. "........" Claro que el orgullo a veces ganaba peso, estuvo a punto de dejarla ir, y cuando se decidió a hablarle, balbuceó un montón de cosas inentendibles, pues Sarah ya debía estar a varios pasos de distancia y le picó el terror de quedarse solo en el pasillo en calidad de brutez. "¿A-a dónde vas?" preguntó indignado. ¡Que se detuviera, por lo menos! No podía irse así como así. De ser necesario, la taclearía... y seguramente le daría a una estatua, en vez de ella.

[Vincent Klein]

...¿VIERON LO QUE SARAH HIZO? Sonreír malignamente. ¡Ella lo puso! "No, espera" -ugh- lo peor era rebobinar en su cabeza el tipo de palabras que le estaba dirigiendo, ese 'no, espera' había sonado nervioso y, a su parecer, absolutamente ridículo. "...Ayúdame con esto," pidió, incómodo como quien no quiere la cosa, dirigiendo un ligero ceño a los lentes que ahora le mostraba. Qué indignación, no quería verla a los ojos mientras tanto. A menos que su corazón de piedra resultara ser de otro material.

[Vincent Klein]

¿Qué tipo de pregunta era esa? ¡Como si fuera su madre! A Vincent no le gustó que Sarah estuviera disfrutando su derecho a pedirle la pronunciación del 'por favor' (no era idiota, supo perfectamente a qué se refería). Abrió la boca para decir algo "..." y luego lo pensó mejor. Giró los ojos y resopló por la nariz. No se lo quería decir. Sí, era inevitable, pero al menos demostrar un poco de resistencia. ¡Si creía que iba a poder mangonearlo sólo porque se vio obligado a pedirle ayuda, estaba muy equivocada! Ya se estaba arrepintiendo por pedírselo precisamente a ella. Seguro no le prestaría el servicio de manera gratuita.

[Vincent Klein]

Pffff, ¡¿ella qué sabía?! Los lentes eran como una extensión del cuerpo para Vincent. Yo quiero ver cuánto tiempo dura Sarah con la cabeza cortada antes de atreverse a criticarlo. Claro, como ella no era la que tenía el pelo quemado... "Claro que no" replicó rápidamente, molesto. Se sentía peor por estar con los lentes extendidos hacia ella y que no se los tomara. ¡¿Por qué no se los tomaba?! No debía haber tantos trámites para extenderle la ayuda a alguien. Superman jamás pedía que le dijera por 'favor' al que tenía un coche encima aplastándolo y se disponía a levantar.

[Vincent Klein]

Discúlpenle la impulsividad, no podía aguantar que Sarah le hablara de esa forma, funcionaba en su afán de responderle tan exactamente como una tuerca encajada en otra: no lo pensaba, sólo lo hacía "NO". Aunque, claro, podría arrepentirse posteriormente. Lo que sintió fue una especie de ansia por haber metido la pata al dejarse molestar y hablar de manera brusca. Resopló por la nariz, esforzándose por no perder los estribos. "Oye, ¿puedes ayudarme o no?" lo que había hecho con la varita era un perfecto equivalente de CRUELDAD (seguro que la foto de Sarah aparecería al lado de dicha definición, en uno de esos diccionarios).

[Vincent Klein]

No fue un monstruo lo que le dibujó, aclarémoslo: "...¿lo dices por el perro con cara de viejito que te dibujé?" de repente se rió. Lo siento, pero no podía sacar el tema sin que él reaccionara como tal. Todavía estaba en crecimiento y no podían esperar de él que hubiera madurado por completo, ni para estos casos de crisis. Aunque debería. Sin querer bajó un poco los lentes.

[Vincent Klein]

Ahora sí que se sintió regañado. Resaltó los ojos antes de bajar la vista, "OK, OK..." en parte porque no tenía nada bueno que argumentar en contra, y en parte porque si la seguía viendo a los ojos se iba a reír, algo poco conveniente, dadas las circunstancias. Oye, pero ¿no podría sostener los lentes? Se estaba sintiendo un poco ridículo alzándolos. -¿Y qué más?- seguramente la petición no iría en singular. Tosió de repente en reacción a la ceniza.

[Vincent Klein]

Cualquier otra persona que le hubiera dicho la payasada del documento, lo tomaría por broma. Pero tratándose de ella... la miró con una auténtica mueca de WTF. "¡¿D-de dónde vamos a sacar uno ahora?!" preguntó, ceñudo y ansioso, ¿él qué sabía que traía pergaminos? Se estaba imaginando algo más complicado como el detenerse a redactar un oficio y no tenía tiempo para eso. ¿Por qué, oh, por qué se le habría ocurrido pedirle ayuda a ella? saldhsafhashflsafhas, cualquier otra persona le hubiera resuelto el problema hace HORAS.

[Vincent Klein]

Grrrr, ¿como que si conocía los pergaminos? ¿Por qué insistía en hacerle preguntas, más bien adecuadas para un niño de tres años? Si no fuera porque sus anteojos estaban en riesgo, le hubiera mordido una mano. O dos. ¡Lo peor, es que iba en serio! Titubeó un poco, antes de protestar, "Esto es ridículo" a tiempo que negaba con la cabeza, aparentemente imposibilitado a tomar el pergamino extendido porque NO ERA POSIBLE QUE SARAH FUERA EN SERIO. ¡Tan loca no podía estar!

[Vincent Klein]

...Bueno, que no se sorprendiera Sarah si al recibir una invitación a su funeral, hiciera Vincent de ésta, un avioncito de papel y la tirara por la ventana. -¿A ti quién te pidió tu opinión?- ¡¿por qué tenía que criticarlo todo el tiempo?!. "Tengo una," la miraba mucho muy ceñudo. Ahora es el tiempo de que le digas 'OK, PUES SÁCALA AHOOOOORA' Sarah, porque anda medio lento el día de hoy. Considéralo un empujoncito para acabar con esto pronto. Que yo tampoco te veo muy feliz que digamos, o más bien, ¿lo contrario?