A pocos pasos

[Rabastan Lestrange]

Le pareció sentir que lo miraron raro cuando entró a la biblioteca, pero probablemente fue su imaginación. Sí, tuvo que haber sido su imaginación, porque aunque Rabastan había entrado a la biblioteca unas meras cuatro veces (más o menos) en siete años de educación no era como para que lo vieran. Probablemente por eso fue más su imaginación y paranoia que gente mirándolo de verdad.
Enseguida giró hacia su derecha, internándose en la primer hilera de estantes que aparecieron, mientras se concentraba en que ya le tocaba. Ya le tocaba egresar, tratar de aprobar algunos de esos exámenes, y empezar una vida de verdad que ya casi podía sentir entre los dedos. Ser parte de los Death Eaters, casarse con Rebecca y tener pequeños Lestranges de ojos claros y cabello rubio de los que nunca se ocuparía de cuidar.
Se detuvo, alzó la vista para ver en qué sección de la biblioteca se encontraba.

[Rabastan Lestrange]

((Claro))

Miró a su alrededor con una expresión aburrida, porque por más libros que pudieran parecerle novedosos, nunca los encontraría interesantes. Todo porque en el mundo de los magos no les llega la suscripción a Playboy.
Caminó a lo largo del pasillo y se detuvo frente a una sección de Criaturas Mágicas. No era lo que necesitaba, aunque para ser sinceros, seguramente lo que Rabastan necesitaba era irse a internar en el ala psiquiátrica del San Mungo. "Pfft" dejó escapar cuando un título atrapó la atención de sus ojos momentáneamente, ¿quién estaba tan aburrido como para escribir sobre la vida de los kelpies en otoño de los años bisiestos?