No era necesario

[Henry Leyden]

Claro, eso era tan propio de ella. Lista para ir a averiguar. De pronto a Henry se le ocurrió que era necesario, si ella no podría pasar el día haciendo suposiciones. Alessa simplemente salía de la duda.

Mientras subían los crujientes escalones (sí, como tortillitas tostadas, seguro así igualito se van a romper al menor descuido), escuchó otro sonido, uno que le resultaba familiar a pesar de que todavía estaba lejos. No lo identificó en el momento, porque estaba pensando en eso de las suposiciones y la "valentía Ravenclaw", que consistía en no temer a las respuestas.

Iba a decir algo pero llegaron a la planta superior, y un minuto después escuchó de nuevo el sonido (ah, era un aleteo) mientras un pajaro de colores vivos revoloteaba alrededor de ellos, indeciso entre atacarlos y huir.

Pudo haber sido peor, pudo haberlos atacado mientras subían las escaleras. Aunque aún no están a una distancia decente.

"Mejor nos alejamos de la escalera, no quiero bajar por la vía rápida porque un pajaro malcriado esté molestándome", comentó.

[Henry Leyden]

Nah, si hubiera sido un gato, seguro Henry no lo hubiera oído. Los murciélagos... eran demasiado predecibles. Mejor un pajarillo colorido.

"Más creo que lo primero. Ya estaba alterada antes de que subiéramos."

Henry sentía curiosidad por el ave, pero también pesar.

"¿Crees que podamos llevarla a una ventana o algo así?", dijo, y por algún motivo, más bien sonaba como una invitación. Porque ya lo dijiste: pobre, hay que ayudarla. si tenía nido, se quedaría, si estaba atrapada, sería libre.

[Henry Leyden]

Claro, no había necesidad de estresar al ave antes de saber como sacarla.

"¿Las ventanas están selladas o algo así?", preguntó, más adivinando que haciendo uso de lo que había oído sobre la casa. El animalillo atrapado tendría que haber entrado por alguna parte, pero ¿como saberlo?

Henry señaló hacía la primera corriente de aire que identificó.
"¿Qué hay ahí?", dijo, porque esa parte no la sabía.

[Henry Leyden]

"Ahí puede estar la entrada que usó el otro curioso", que con ellos, sumaban tres.

Le tomó un poco de concentración extra llegar al pasillo, que siguió hasta una puerta abierta. No podía notar que la habitación estaba particularmente iluminada, pero si que era más cálida, por la misma razón.

"¿Qué tal ahí?", preguntó.

[Henry Leyden]

¡Ah, conque una ventana rota!

"¿Crees que el ave entrara por ahí? ", preguntó Henry mientras se acercaba lentamente al sitio donde Alessa forcejeaba con la tabla clavada al marco.

No tenía idea del tamaño, ni estaba muy seguro de que estaba intentando hacer la chica. Así que hizo lo usual: preguntó.

"Oye... ¿qué haces?" Porque no podía estar sacando al ave todavía, ¿cierto? Sí se había quedado atrás.

Sí, de hecho ahora mismo podía escuchar el aleteo en alguna parte de la casa.

[Henry Leyden]

((Piensas en todo. Ya veo porque estabas hablando de los medios para deshacerse de su cadaver. Desgraciados gatos.))

"Pero... sí entró por ahí... podría salir", comentó Henry, un poco preocupado por la posibilidad de sacar al ave si su nido estaba ahí. No se le ocurrió que encontraría el camino de regreso a su nido de un modo u otro.

"Oye, Alessa, técnicamente... y no estoy diciendo que lo hagas, porque creo que deberíamos buscar otra ventana en lugar de abrir esta", estaba divagando, pero al final retomó el tema: "Sólo se me vino a la mente la duda de... ¿qué pasaría si usaramos magia para romper esa tabla? Quiero decir, hay un montón de magos por ahí, y... bueno, es la casa de los gritos..."

[Henry Leyden]

"No, Alessa, sí te era la verdad cuando dije que no es que realmente quiera hacerlo", explicó Henry. "Lo que pasa es que... me pregunto si a alguien le importaría. Ya sabes, me pregunto si hay una especie de pase libre aquí... como un hueco en la detección de infractores. Pero es sólo en términos hipotéticos."

Henry no es un amante de las reglas, pero tampoco es un infractor compulsivo. Y ahora que ella mencionaba el estado de la casa como un factor a considerar, mucho menos.

"Y de todos modos, no quiero echarme la casa encima. Creo que para una aventura en la casa de los gritos basta con entrar, quizá hasta ver un poltergeist... pero intentar de derribar la casa ya es demasiado."

[Henry Leyden]

Su primera impresión era que el pájaro estaba atrapado ahí, así que todavía quería buscar el sitio por el cuál había llegado. Pero hay una antigua regla sobre la naturaleza y es que a veces al meterse las personas sólo empeoran las cosas, por eso tampoco se animaba a sacarlo a toda costa, porque ¿y si el ave quería estar ahí y sólo actuaba raro porque ellos estaban ahí?

"Sigamos revisando el lugar, sí encontramos una salida... o entrada, más amplia, lo sacáremos."

Por lo visto, Henry creía que ese animalillo iba a estar todo el día esperando a que ellos regresaran sobre sus pasos para ir a buscarlo; cuando lo más probable era que ya se hubiera largado (a su nido, por una ventana, o lo que sea) para ese momento...

Aunque no; un aleteo tras ellos evidenció que seguía por ahí, ocupándose de lo suyo. Diría que ellos podrían hacer lo mismo, pero Henry sería incapaz de ocuparse de sus propios asuntos en vez de meterse en los de otros. Ni los pájaros se salvaban.

[Henry Leyden]

Quizá, pero como ella no, porque él diría lo que ve, no lo que le parezca que tendrá más audiencia. Me gustaría decir que aunque sea metidito no va por ahí publicando las cosas de los demás, pero tampoco le darán el premio a la discreción así que... mejor volvamos a los hechos.

"No se estrella pero sí suena desesperado. Cuando vuela. No vuela de un sitio a otro como un pájaro normal, sino... no sé como decirlo, es como si sólo aleteara esperando que algo pase... Claro que puede ser impresión mía, ¿yo que sé de pájaros? No logro ni llevarme bien con mi lechuza".
Además, consideremos que estaba juzgando con un sentido menos.

"Pero, sólo quisiera que sepa por donde salir, por sí eso es lo que le hace falta..."

[Henry Leyden]

"¿Sí, verdad?"
Y en ese caso, no harían más que empeorarlo todo si empezaban a perseguirlo. Algo así como con Alice. Pero como Alessa tiene una especie de superpoder no justificado para hacer entrar en razón a Henry, está vez puso atención.
"Quizá sea mejor dejarla tranquila... Además... seguro que no viniste aquí a salvar pájaros que no necesitan ser salvados."
Aunque puestos a pensarlo, para fortuna de todos, Henry ya no se acordaba muy bien de qué era lo que habían venido a hacer.

[Henry Leyden]

A Henry le volvieron los nervios. ¿Quién en su sano juicio lleva a su cita a la casa de los gritos a liberar aves que no están pidiendo ayuda?
Nadie, pero a Henry no lo pueden acusar de estar en su sano juicio.
Excepto, tal vez, si consideramos que a veces hace caso a Alessa. Y como con Henry todo se trataba siempre de preguntas y un montón de palabras extra, una vez eso fue lo que hubo:
"Sí, cierto... eh... ¿va muy mal? Te aseguro que no tengo idea de que hacen las personas en citas... Y de algún modo, da lo mismo, supongo. ¿Hay algo en particular que quieres hacer, Alessa?"

[Henry Leyden]

Linda arma de doble filo ponía en manos de Henry esperemos que no se le resbale y se saque el corazón con ella. Porque se estaba divirtiendo más aquí, explorando una casa menos embrujada de lo que esperaban, de lo que hubiera podido divertirse tratando de impresionar a Alessa haciendo cosas fuera de lo común; pero teniendo esto tan poco en común con una cita, sus probabilidades de sacar en claro los sentimientos de ella (y los propios, en realidad) eran muy bajas.
Pero en ese momento, él no pensó en la segunda parte. Estaba alegre de saber que ella también prefería una cita no usual .
"¿Entonces no esperabas nada en particular?", preguntó, entrando en su habitual curiosidad; aunque hasta ahora había tenido oportunidad de enfocar su curiosidad en la casa, y con algo de suerte podría volver a eso antes de desesperar a Alessa como solía hacer.

[Henry Leyden]

"Que suerte", comentó Henry. Y supongo que no se dio cuenta de que lo que acababa de decir podía significar prácticamente cualquier cosa. Lo que tenía en mente, por si te lo preguntas, es que él si que había tenido espectativas, que iban desde la pesadilla de que ella lo dejara plantado, hasta unas horas incómodas en la sala de té que culminarían con ella autorizándolo a tratar de conquistarla porque el no era la peor opción posible. Y hay que admitir que eso también tenía un poco de pesadilla. Como fuera, él sabía que esos extremos eran muy poco realistas, y estaba más preparado para que ella huyera al verlo o que se enojara con él por no tener idea de que hace la gente en una cita e invitarla sin tener un plan.
Porque, caminar por ahí y hablar hasta que les diera hambre y luego merendar por ahí y hablar.... bueno, eso no es un plan.

Off: ¿Qué significa IC?

[Henry Leyden]

"Es que no soy muy bueno haciendo planes", confesó Henry. "Una amiga me recomendó que pasara por algo para comer, pero cuando entré a Honeydukes me di cuenta de que no sé que te gusta, así que... al final vine con las manos vacías y el plan era recorrer Hogsmeade y luego invitarte a comer o tomar algo... Hubo cambios en el plan, ¿ves? Soy más un improvisador "se encogió de hombros, como quien admite lo que ya está comprobado.
"... Por cierto, si volviera a... Quiero decir, si alguna vez necesito conseguir... " Henry suspiró, al final tuvo que aceptar que no había forma sútil de plantearlo y que más bien estaba siendo lo contrario a sutil, así que simplemente preguntó: "¿Qué te gusta?"
Ahora que lo decía, no sabía como había pasado tanto tiempo sin preguntar eso. A veces se abstenía de preguntarle cosas, y había pasado unos meses evitándola porque no quería decir algo tonto enfrente de ella, pero aún así no podía creer que supiera tan poquito sobre ella, considerando la situación.

[Henry Leyden]

Seguro que algo había oído en algún momento, pero si hay alguien que no juzgaría a otra persona por sus apariencias, ese tendría que ser Henry... No, espera, desde su punto de vista la apariencia era la voz, así que, al contrario, su experiencia lo ha hecho acostumbrarse a juzgar mucho por las apariencias; pero no tiene problemas en seguir observando después.

Pero una vez más, Alessa no se lo pondría tan fácil, porque tenía esa indescifrable voz neutra. Aunque Henry si había supuesto lo de que los dulces no eran su primera opción, no tenía idea que tenía interés en el picante.
"¿Picante como en la comida mexicana, o como en esos dulces raros del mundo mágico que me dejan sin sentido del gusto por una semana?", preguntó, mientras seguía la voz de ella a través de la cada vez menos siniestra Casa de los Gritos.