Constancia

[Anisa J Arkwright]

Cuando lo escuchó alzó las cejas y apartó la vista. Inhaló y mantuvo el aire. En sus adentros, gritó como una banshee. Hasta se le pusieron rojas las mejillas de tanto aguantar el aire. Finalmente lo soltó lentamente, sintiéndose un poco mareada por la poca oxigenación en su sangre, pero se giró a Regulus.
"Oh, sí, es muy bonita" le dijo mienras bañaba sus palabras en miel -La muy desgraciada- pensó, sintiendo la hiriente punzada de los celos. "¿Hablas mucho con ella?" preguntó, acercándose un poco a Regulus. Le brillaban los ojos, pero tenía la mandíbula algo tensa.

[Anisa J Arkwright]

Sintió que se le enrojecían las mejillas nuevamente. ¡Eso era, la gran diferencia entre Caroline y ella! ...Aparte del físico de Caroline y el de ella, claro. Y la personalidad. Y...
"Te gusta que no hablen mucho" dijo en voz baja, más para sí misma que para Regulus. Se sintió tan avergonzada y puesta en evidencia de su terrible y trágico error que los celos desaparecieron brevemente. ¡Tenía que callarse pero ya!

[Anisa J Arkwright]

Era como si estuviera cayendo, cayendo en un pozo que ella misma había cavado. Y era profundísimo. ¡Cómo seguramente había atosigado a Regulus, el amor de su vida, con su plática innecesaria y molesta! Sintió frío, y se llevó las manos a los brazos dejándose caer en el sillón suavemente, dejando esa rigidez al estar alerta y presentable (hombros hacia atrás y todo el reglamento).
"Estoy de acuerdo" le dijo, bajando la vista al piso de la Sala como si allí pudiera ver en un film inacabable todos los errores cometidos "Me alegro de que haya alguien con quien puedes compartir esa conexión" murmuró.

[Anisa J Arkwright]

¿Por qué, por qué la fortuna tenía que ser tan cruel para invitarla a meterse donde nadie le pedía que vaya? Estaba comenzando a sentirse mal, físicamente mal. Soportó casi en agonía el silencio de Regulus -¡Yo soy el problema!- porque obviamente, según ella, si hubiera conexión ella estaría completamente calma y cómoda con el silencio. Pero no, ella quería más de la voz de Regulus entrando por sus orejitas.
"¡¿Eh?!" es que pensaba que iban a seguir hablando de él. Porque, la verdad, hablar de Regulus es mucho más entretenido. "...No sé, lo tendría que pensar" -¡¡TÚUUUU!!- y se quedó mirándolo fijamente, con toda la pasión quemando en su corazón.

[Anisa J Arkwright]

Se le aceleró el pulso y seguramente era hasta evidente que estaba respirando agitadamente. Miró a Regulus, y desvió la vista hacia el frente ¿qué podía decirle? No se le ocurría nadie, nadie que fuera convincente porque no había nadie como Regulus. Y encontrar atractivo a alguien que no fuera él sería una ridiculez.
"Tú eres uno de los más lindos, Regulus" le soltó, girándose para verlo nuevamente. "El más atractivo de todos" apretó los puños para que no le temblaran las manos.

[Anisa J Arkwright]

Asintió con la cabeza energéticamente: era la primera vez en su vida en la que iba a estar sincera y honestamente aliviada de que Regulus se alejara de ella. "¡Por supuesto!" exclamó, golpeándose las piernas con las manos, sonriendo tanto que sentía la piel de los labios tirante "Yo tengo que desenredar unas lanas, ahora que recuerdo" dijo como si se tratara de algo que no podía esperar. Tampoco se quería quedar ahí, acompañada por los recuerdos embarazosos. No paró de sonreír "¡Nos vemos!" lo saludó con la mano, y no iba a parar hasta que él no se diera media vuelta.

[Anisa J Arkwright]

Se quedó con la sonrisa tirante (que le hacía doler las comisuras y estaba a punto de partírsele el labio inferior) y la mano agitada en el aire unos segundos. Luego, se detuvo. Miró el piso fijamente, volviendo a escuchar su corazón golpeándole en el pecho "¿¡Qué hice!?" dejó escapar en una voz aguda y baja en volumen. Se puso de pie y corrió a su habitación, lista para tirarse del cabello hasta que aprendiera a mentir mejor la próxima vez.