Merecido

[Rainier Bruneau]

Pasó por enfrente de la entrada de la biblioteca, porque raramente tenía alguna razón para entrar, mientras se metía media galleta de chocolate con chispas (sí, doble chocolate) en la boca. Le quedaban dos nada más en el paquete que le había mandado su mamá, y aunque se había prometido guardarlas para más tarde, lo cierto es que no existía un mejor momento que el presente.
Así que en eso andaba Rainier, el día y a la hora más conveniente para ti, pasando por enfrente de la biblioteca sin muchas preocupaciones en la vida. Bueno, las tenía (bajas calificaciones, por ejemplo) pero las ignoraba.

[Rainier Bruneau]

Se giró cuando escuchó que llamaban a alguien, más por curiosidad que porque pensara que lo estaban llamando a él, y vió a Tamsin. Se detuvo, y miró alrededor cuando no escuchó que nadie más le respondía a la Gryffindor. ¿Será que le estaba hablando a él?
Frunció el entrecejo, levemente confundido, y alzó un dedo índice para señalarse el mentón como preguntando '¿yo?'. Se acordaba de cuando la ayudó con su planta, pero Tamsin había sido breve y al punto la vez anterior. Había obtenido su ayuda, entendido que tenían poco en común, y se había retirado. Era por eso que le extrañaba que ella pudiera estar llamándolo a él, a menos que fuera para quejarse... lo cuál, esperemos, no era el caso.

[Rainier Bruneau]

Alzó las cejas mientras tragaba saliva, porque hacía pocos segundos que había terminado de bajarse casi todo un paquete de galletas caseras.
"Um, bien. ¿Tú, que tal, Tamsin?" preguntó, cauteloso. Sigue pensando que ella quizás está por quejarse sobre su planta en el invernadero, por eso está con las defensas en alto. Ya se le va a pasar, de todos modos.

[Rainier Bruneau]

"Oh" relajó la postura, girándose por completo hacia Tamsin para enfrentarse a ella. Extendió la bolsa con las galletas para ofrecerle una, abriéndola con ambas manos para que ella pudiera ver el contenido.
"No fue nada" le aseguró, aunque estaba más que contento de recibir un agradecimiento más de ella. No sabía qué más decir, porque agregarle algo a eso quizás sonaba a que quería hacer que su ayuda sonara a que había sido más importante y esencial de lo que había sido.

[Rainier Bruneau]

Rainier no se había dado cuenta que Tamsin le había hablando por las galletas, porque ofrecerle una había sido más un impulso que algo pensado, así que ni siquiera había captado las intenciones de la Gryffindor.
Se rió ante las generosas palabras de ella, arrugando la nariz mientras negaba con la cabeza, porque encontraba casi tierno que ella fuera tan animada. "No es nada" repitió, ladeando una sonrisa.

[Rainier Bruneau]

Sonrió conforme con la reacción de Tamsin, como si él tuviera derecho a sentirse orgulloso del sabor de unas galletas que no había horneado él mismo (y dudo que sepa hornear).
"Es complicada la vida cuando no te dejan comer en la biblioteca" comentó, asumiendo que ella venía de ahí y que por eso había aceptado una de las galletas. Lo que a él le venía perfecto, porque ni daba comérselas todas, después se quejaba de que tenía panza.

[Rainier Bruneau]

Rainier no había captado ninguna de las cosas en las que Tamsin estaba pensando, más que nada porque ella no parecía el tipo de muchacha que andaba por la vida comiéndose todo a su alcance. Y si lo fuera, no era de su incumbencia, por lo que todavía quedaba más lejano ese pensamiento de su cabeza.
"Oh, ¿por qué? ¿No te sentías bien?" preguntó mientras alzaba las cejas con evidente preocupación. Quizás si no se había sentido bien durante el almuerzo, la galleta podría caerle peor.

[Rainier Bruneau]

"Oh" comentó en voz baja para no interrumpirla mientras ella le explicaba porqué no había podido comer lo suficiente durante el almuerzo. Lamentablemente Rainier no tenía idea de las cosas por las que tenía que pasar Tamsin, por lo que si resultaba demasiado metido no era con malas intenciones.
"Me las mandó mi vieja" comentó mientras miraba el paquete, que quizás parecía un poco más elaborado que algo realmente casero solamente porque su mamá y su pareja tenían un café mágico, y vendían ese tipo de comida. Le acercó el paquete, donde quedaba la última galleta, para que la tomara.

[Rainier Bruneau]

Rainier ni estaba al corriente de que la última galleta tenía algún significado, por lo que se encogió de hombros y la sacó del paquete, haciéndolo un bollo con una mano.
"Probablemente, sí" le dijo con una sonrisa de lado, porque si no las había horneado su mamá seguramente había sido su pareja. Daba igual. "¿Te gusta la cocina?" preguntó mientras se metía toda la galleta en la boca.

[Rainier Bruneau]

Soltó un 'oh' con la boca llena, mientras terminaba de masticar y tragaba. ¿Tenía elfos domésticos? Siempre pensó que los elfos domésticos eran una costumbre muy antigua que solamente Hogwarts y hogares de familia de ancianos sin hijos mantenían viva. Rainier no sabe nada, Tamsin, es un grasa.
"Me gusta más comer de lo que me gusta cocinar" admitió con una risa breve, guardando el bollo del paquete en el bolso "pero a veces me gusta ayudar a mi vieja con algunas cosas, nada que necesite precisión o delicadeza" aclaró mientras alzaba las cejas.

[Rainier Bruneau]

Miró a Tamsin, asegurándose de que recordaría el momento en el que ella le dijo que sería un imán de mujeres. Es decir, estaba tan lejos de la realidad que al menos en prosa quería que se le quedara en la memoria, un recuerdo de algo que no era.
"¿Me estás sugiriendo que trabaje en un alberque para mujeres sin techo?" preguntó en broma, alzando las cejas con una mínima sonrisa. No sea que se le fuera a notar que el comentario le había subido el autoestima.

[Rainier Bruneau]

Se rió en voz baja, más que nada porque le causaba gracia que obviamente en cuando a él se le ocurriera hacerse el chistoso no lo iban a entender.
"Digo, no sé, un cocinero con imán para mujeres..." movió una mano en el aire como queriendo encontrar un hilo físico entre lo que había dicho antes y su explicación ahora. Eso le pasaba por no tomar los halagos y aceptarlos, ahora tenía que explicar su estúpido intento de chiste de self-deprecation.

[Rainier Bruneau]

Sonrió con ganas de reírse, pero se mordió el interior de los labios, lamiéndoselos con la punta de la lengua antes de enseriarse para asentir con la cabeza.
"Ahora lo entiendo" le dijo, y la seriedad no le duró nada porque volvió a sonreírle a Tamsin. "Voy a tener que ir a las cocinas del castillo, pero las que no sepan cómo entrar se van a quedar afuera" le dijo ladeando la boca como para decir que era una lástima.

[Rainier Bruneau]

Se rió esta vez más abiertamente, porque el aviso (o, seamos sinceros, se veía como una muy adorable amenaza) de Tamsin era casi palpable en el aire.
"Y, yo querría repartirlo, pero después la gente solamente me acepta una sola galletita..." le dijo en broma, mirándola de reojo con una sonrisa. A todo esto vale repetir que él ni estaba enterado de que la última galletita o último lo que sea era 'de la verguenza', por lo que de haberlo sabido quizás haría comentarios distintos.

[Rainier Bruneau]

Miró a Tamsin completamente sorprendido y tuvo que reírse, porque ella estaba absolutamente en lo correcto.
"Es verdad, esas no cuentan" le admitió, dándole la razón. Lo cierto es que su talento iba más por el lado de ayudar en la cocina más que hacer las cosas solo, así que iba a tener que cambiar un poco en casa para ver si podía al menos aprender a hacer galletas, aunque después no vaya a animarse ni de casualidad a hacerlas en la escuela.