Regreso Triunfal

[Samuel McClain]

Muy atenta Ceri, entonces, con su feedback conversacionil. Está bueno obtener esos sonidos y no los del bostezo.

Notó que ella se quedaba atrás, por lo que la miró más atentamente, sin entender si la había ofendido o qué había pasado. Pero fue una sensación leve, como el ajuste fino de la sintonización de la radio. Había personas más independientes que otras, y la percepción de Samuel fue hacia ese lado. No le desagradaban en absoluto las personas independientes, dicho sea de paso. Era como su club favorito.
"No hay problema, era por si te pesaba", dijo sin mucho sentido (era un solo libro, no diez enciclopedias). Cerró la boca para no decir más tonterías y caminó unos pasos mirando el suelo que tenía adelante.

[Ceri Bellamy]

Se mordió el interior de los labios, casi ofendida consigo misma por no haber podido hacer de cuenta que el ofrecimiento de Samuel le resultaba totalmente normal. No le gustaba ponerse en evidencia en situaciones así, por si lo incomodaba a él.
"Eres demasiado amable" acusó entrecerrando los ojos, aunque ahí volvió la sonrisa a sus labios por sí el necesitaba evidencia de que ella no estaba hablando en serio "Te voy a acusar con Dumbledore".

[Samuel McClain]

Se rió, algo avergonzado pero divertido. "No le digas, no quiero que me abrace o algo...", bromeó. Y continuó bromeando, esperando hacerla reír: "Juro que no te voy a volver a ofrecer ayuda con los libros, ni aunque lleves más de diez y estés haciendo equilibrio sobre el hielo del lago".
Ok, Mister Exaggereishon. Para que quede claro: sí se lo ofrecerá, pero siempre que lleve más de un libro. Ya aprendió que con uno le dice que no.

[Ceri Bellamy]

Exageró un escalofrío de cuerpo completo cuando Sam mencionó a Dumbledore abrazándolo. Nada en contra del director en sí, sino un desprecio generalizado por ancianos abrazadores.
"¿Y por qué estoy haciendo equilibrio sobre el lago con diez libros, qué me hiciste?" preguntó con más interés del que debería haber demostrado, solamente porque lo quería escuchar debrayar.

[Samuel McClain]

Se sonrió con los movimientos exagerados de ella. Los ancianos abrazadores deberían salir escrachados en boletines especiales de la radio y en carteles como los de los presos que se escapan, para que todos los alumnos de Hogwarts estén siempre avisados cuando se les acerque uno.
"Yo no te hice nada, tú quisiste ir a estudiar al medio del lago por una cuestión de energía. Porque eres hippie", bromeó. Claramente bromeaba sin desprecio hacia los hippies. El día que lo escuchen tratar con desprecio a alguien, esté ese alguien (o conjunto de álguienes) presente o no, pueden estar seguros de que está bajo el maleficio Imperius.

[Ceri Bellamy]

Se mordió el labio brevemente para no reírse, mirando hacia el frente, y cuando recuperó la compostura se volvió a girar hacia su compañero.
"¿Yo soy hippie ahora?" preguntó sorprendida, porque eso era noticia para Ceri. Alzó el brazo exageradamente (sosteniendo el libro por encima de su propia cabeza) y giró el rostro en dirección al hombro, inhalando sonoramente como si fuera un cerdito, faux-checkeando su axila. Se tentó con sus propios ruidos de cerdito.

[Samuel McClain]

A Samuel se le escapó una carcajada, cosa rara en él, que solía reírse tan tranquilamente como vivía. "¡Completamente!", le dijo, aún sonriendo.
"Y seguro que ese libro en realidad trata de algo hippie, ¿no? Cómo encontrar hongos raros y esas cosas", bromeó. Lo que más sabía de los hippies era que no tenían problemas en vivir en otro planeta mental.

[Ceri Bellamy]

Bajó el brazo y los apretó contra el torso, como queriendo encogerse en el lugar, girándose un poco hacia el costado como si quisiera darle la espalda... pero porque estaban caminando ambos hacia el mismo lugar no podía hacerlo por completo.
"Mmmh, a mí me parece que sabes demasiado sobre el estilo de vida hippie como para estar acusándome... ¡Información que sólo otro hippie sabría!" acusó, dando un salto hacia adelante para enfrentarlo y extender su brazo hacia él, apuntándolo con el dedo índice mientras caminaba hacia atrás.

[Samuel McClain]

Se paró en seco con el salto de ella, aún sonriendo. "Me descubriste, ¡estaba de incógnito! Pero ahora puedo vestirme como me gusta", dijo con fingido alivio, como si estuviese bromeando con su hermanita. Y, acto seguido, hizo uno de los trucos que más le gustaban a la pequeña Marlee: movió la varita apuntando a sus propios pantalones y le cambió el color negro por los colores del arcoiris.
Le falta la remera teñida al batik y los lentes redonditos nada más.

[Ceri Bellamy]

Ceri jamás se hubiera imaginado lo que Sam estaba a punto de hacer, por lo que se sorprendió cuando lo vio sacar la varita... pero después de ver que sus pantalones cambiaban de color tuvo que mirarlo a la cara para empezar a reírse con tantas ganas que tuvo que parar de caminar.
Quería cerrar los ojos para reírse, pero tampoco se quería perder del espectáculo. Con la mano derecha le mostró dos dedos alzados en símbolo de paz, todavía riéndose.

[Samuel McClain]

Intenté contestarte antes de las Sam o'clock, pero no lo logré. ((Me mataste de risa mal con lo de 5am=Sam, jamás dejaré de pensar en Sam como un reloj que da las cinco todo el tiempo. Bien inglés, si me preguntan a mí. Voy a tener que agregar en el perfil que le encanta el té.))

Sam no era así con nadie de su edad en el colegio. Se reservaba el payaso interior para los más chicos, si necesitaba divertirlos para que no se sintieran mal o nerviosos por algo. Tienes suerte de que su hermanita lo haya entrenado, sino sería hiper aburrido.
"No se de qué te ríes", le dijo, comenzando a reirse él también, "si también eres hippie". Levantó la varita (que ya no debe asustarla a este punto) y transformó la parte de arriba de la ropa de ella en otro arcoiris de colores brillantes.
Un atrevido para ser tímido, ¿no? Es tu culpa.

[Ceri Bellamy]

Si se conocen hace cuatro años y son amigos, no es tan atrevido hacer algo así. Y si lo fuera, Ceri no se enteró porque se rió cuando él hizo que combinaran, aunque todavía se estaba riendo más por verlo a él con esos pantalones de colores, ya que ella misma no se podía ver.
"¡Te pusieron en la casa equivocada!" exclamó risueña mientras bajaba la vista para tratar de apreciar su nuevo vestuario. "Obviamente perteneces a Hippiepuff" le enseñó la punta de la lengua entre los dientes, mordiéndosela en plan más tonto que burlón.

[Samuel McClain]

((Me hiciste reír con Hippiepuff!!!))

Samuel se rió también (con una risa casi silencio, como siempre) y señaló sus pantalones multicolores. "¿Y estos son los colores de la casa? Sabes lo que eso significa, ¿no?", bromeó, porque ella tenía los mismos colores, así que... "¡Hippiepuff!", la señaló, sonriendo.

[Ceri Bellamy]

Abrió bien grande la boca para lanzar uno de esos ruidos ahogados cuando uno toma una bocanada de aire, completamente ultrajada.
"¿Yo, una Hippiepuff?" preguntó, llevándose ambas manos al pecho para aplastar el libro contra sí, las manos hechas puños. "Sam, no me mires, me doy asco" exageró, girándose para darle la espalda. Y así de espaldas ves que se agita su torso es porque se está riendo, porque no le sale el drama en serio.

[Samuel McClain]

Pregunta: si los Hufflepuff dicen 'we have cookies' para ganar adeptos... ¿Los Hippiepuff dirían 'we have mushrooms'?
"No exageres, no creo que sea tan malo ser fundadores de una nueva casa", le dijo, para que se le pase el asco de mentira. "Podríamos crear nuestras propias reglas", agregó, para incentivar el delirio. Sí, te incita a que delires, porque se está divirtiendo de lo lindo.