Distracción

[Charline Crowley]

Charline esta realmente enfadada, no podía creer que no le dijeran que su madre estuvo internada en 'San Mungo' durante dos semanas; si ella no hubiese enviado una lechuza, preguntando como iba todo, no le hubiesen dicho. Estaba que echaba humo por la boca como un Dragón. Del enfado no recordó que había quedado en ayudar a un chico de primero con transformaciones, pero ya habría tiempo de disculparse, en ese momento no tenía cabeza para nada escolar.

Caminaba de allá para acá, buscando un libro sin realmente leer ningún título. Simplemente quería deshacerse de ese enojo que le carcomía la cabeza. Por fin luego de un rato encontró un libro que llamó su atención “los 10 lugares mágicos que debes visitar antes de morir”, lo agarró y se dirigió a la mesa más cercana, quizás leyendo algo del mundo, se distraería y se calmaría.

[Didier Armant]

((Permiiiso!))

En la misma mesa donde se había sentado ella, se encontraba Didier muy concentrado. Estaba haciendo la tarea escrita de Encantamientos, que era la parte que le costaba de la materia (en la parte práctica era uno de esos alumnos a los que les salía todo al tercer o cuarto intento). Tenía la traducción al Francés del libro que solicitaban para la materia, pero las tareas las tenía que entregar en Inglés, así que lo que estaba haciendo ahora era más que nada un ejercicio de traducción. Jamás le habría llevado dos horas escribir un pergamino de 40 centímetros si fuese en su idioma: era una de sus materias favoritas.
Pasaba el dedo hacia abajo en un diccionario Francés-Inglés, seleccionando, entre las posibles traducciones de la palabra, la que parecía correcta en Inglés. "Helicoidal. Sí, será helicoidal", se dijo a sí mismo en voz baja cuando la encontró. Doble tarea está haciendo.

[Charline Crowley]

Definitivamente no podía concentrarse en el libro, estaba todavía demasiado molesta como para poder juntar silabas y mas aun para darle sentido a las oraciones; así que se dedicó a ver las imágenes, de repente sintió un susurro por su lado derecho "¿será que puedes hacer silencio?" le dijo sin dejar de mirar su libro a su compañero de mesa. Luego se dio cuenta de que el chico estaba estudiando y notó que fue grosera, así que cerró el libro y volteó a ver a Didier. "Discúlpame, no quise tratarte mal. No es tu culpa que esté tan molesta" dijo, mientras se levantaba de la mesa " mejor me voy a otro lugar"

[Didier Armant]

Eso es lo malo de no tener televisión. Los libros no vienen en llamativos colores ni te resumen un evento interesante en unos minutos. Ni hablar de las publicidades. Quizás Charline debería probar con libros de ilustraciones, como los de historias para pequeños.

"Oh, pardon", se excusó sinceramente. A veces no se daba cuenta de que cuando quería escribir en inglés solía hablar en voz alta. Cuando la chica se dio vuelta de nuevo, le sonrió. "No es problema", le dijo, y luego de entender lo último que había dicho la chica, se atrevió a preguntarle: "¿Tú estás... molestada por algo malo? ¿Poder ayudar?"
Habla muy mal, pero tiene un corazón grande.

[Charline Crowley]

Aunque estaba a punto de explotar, no pudo evitar sonreír al escuchar el acento de chico, claro que lo hizo antes de voltearse hacia el, para no parecer mas grosera de lo que ya había parecido "no es nada" restando importancia se echó el cabello detrás de la oreja y volvió a sentarse, puso el libro en la mesa y apoyó el codo en él "cosas familiares... tontas en realidad" porque era así, ella no estaba molesta por eso, sino porque su padre no se tomo la molestia de decirle en las diversas cartas que le había mandado durante esas dos semanas.

[Didier Armant]

El acento de Didier debe ser tan tierno como el de un bebé dando sus primeros pasos... Digo... formando sus primeras palabras. Un bebé bastante feo para ser un bebé, eso sí.

"Tout problème es mejor...", buscó la palabra correcta guiñando un ojo con concentración, "afuera. Mejor afuera que adentro". Se acompañó gesticulando, porque sabía que estaba mezclando idiomas.
Y como posiblemente también se estaba metiendo donde no lo llamaban, volvió a sonreir amistosamente. Como para decirle a Charline: 'no muerdo, soy bueno'.
Él consideraba la llegada de ella como un indicador de descanso. Le dolía un poco la cabeza ya. Cerró el libro en francés, usando de señalador el pergamino que había estado escribiendo. Ya seguiría luego. Y si la chica no quería charlar, él se iría a dar una vuelta dejando todo allí en la mesa. Dudaba que hubiese ladrones de tareas en una Biblioteca.

[Charline Crowley]

((Es tierno, pero como me lo imagino también da risa))

No es bueno insistirse a una chica molesta, pero Charline sentía que si no decía nada la biblioteca se llenaría de pedacitos de ella (porque explotaría) "es algo complicado... y delicado" suspiró antes de seguir "en realidad no tanto, mi madre estuvo en San Mungo y me entero ya después de que todo pasó... y pues me molestó porque yo debería saber... nunca me dicen NADA, creen que sigo siendo una niña pequeña que no entiende las cosas graves que pudieran pasar en la vida... como si trataran de que todo mi alrededor fuese color de rosas" se había alterado nuevamente y hablaba moviendo las manos y la cabeza de un lado para el otro dando énfasis en algunas palabras, lo que hacia que hablara mas rápido de lo normal, solo esperaba que el chico le hubiese entendido.

[Didier Armant]

Didier fue siguiendo sus movimientos y gesticulaciones para que le dieran una pista de si la estaba entendiendo bien o no. Sería todo un desafío entender a una inglesita alterada, por lo visto.
"¿San Mungo?", consultó, al no entender qué era. No quiso que se note que se le había mezclado todo lo demás. Por ahora entendió que la madre de ella estaba en ese lugar, algo de una niña pequeña y algo relacionado con Charline y el color rosa.
Ojalá que le caigan las fichas antes de que te cuente que su color favorito es el azul, como para seguir la conversación.

[Charline Crowley]

Abrió los ojos como dos platos ¡¿es que a caso no había quedado claro?! “Siii san mungo" le aclaró en tono de regaño, pero casi instantáneamente se arrepintió -idiota no te entendió- se regaño mentalmente, el extranjero no tenia la culpa de su sentir y ella lo trataba mal. Suspiro y se tapó la cara con las manos “lo siento, no era mi intención tratarte mal" y así era, solo que el chico se había topado con una Charline enfadada y no la típica chica linda y simpatica que es la mayor parte del tiempo.

[Didier Armant]

Didier también abrió un poco más los ojos, pero digamos que ese tipo de ataque de histeria no era algo que le resultara muy extraño: tenía una madre, dos hermanas y muchas compañeras francesas que le gritaban mucho más que Charline en ese momento. Por eso solo le respondió un breve "No problema".
Su cerebro había seguido trabajando en la traducción de lo que ella había dicho, y a Didier le pareció que había entendido lo suficiente como para continuar la charla y no quedar como un idiota, así que se tiró a la pileta sin chequear la altura del agua: "¿Tu madre... tuvo niña pequeña?"

[Charline Crowley]

-¿Niña pequeña?- "¡¿Que?¡" dijo claramente confundida, aunque casi instantáneamente se dio cuenta de que el chico seguía sin tener idea de lo que ella estaba hablando. Se acomodo el cabello detrás de las orejas e intentó calmarse del todo "Olvídalo, no debo darle importancia" dijo para dejar el tema así. Luego apoyó sus codos en el mesón y comenzó a entrelazar sus manos deshaciéndose del poco estrés que le quedaba, volteó el rostro de nuevo al extranjero "¿y que te ha parecido Hogwarts?" le preguntó para cambiar de tema y dejar claro que no quería tocar el otro.

[Didier Armant]

-...merde-. Otra vez se había equivocado. Había empezado a exprimir sus neuronas para entender lo que ella había dicho, cuando por suerte su compañera de Casa cambió de tema. ¡Y por uno que entendió! Milagros ocurren alrededor de este narigón...
"Hogwarts... Es gigante. ¡Mucho interesante pasear por castillo!" comentó con una sonrisa. Hablaría de lo que la chica quisiera, siempre que lograse entenderla, claro.

[Charline Crowley]

Sonrió, ella le encantaba ese lugar y ¿a quien no?, siempre había algo nuevo, alguna cosa extravagante que ver y descubrir "¿y no te has perdido?" le preguntó casi sin pensar, porque bueno, ella tenia allí cuatro años y a veces no sabia por donde ir. Seguramente podría ser una pregunta incómoda, porque a nadie le gusta contar sus desgracias graciosas, pero a veces no podía simplemente estar sin decir lo primer que se le venia por la mente.