Servicio Meteorológico

[Mina Hayward]

No quiero saber cuántos medios hermanos tiene Duncan por ahí.
Me imagino que sí puedes, si la convences de ponerle los cuernos al marido, porque yo creo que pasando los cuarenta va a estar casada, por lo menos, aunque tenga la casa llena de perros en lugar de hijos.
Tirarse sobre ella sería mal plan porque caer encima de pilas de libros es muy incómodo, además de que se freakearía si arrancaba las páginas de alguno accidentalmente, así que se pondría a pensar en eso y tú quieres su atención en ti, Sebastian.
Ladeó un poco la cabeza y se hizo un poco más hacia adelante, estirando el cuello. Segundos después descubrió que realmente se le complicaba mover los labios y jalar aire por la nariz al mismo tiempo, además de que era raro exhalarle en la cara a otra persona. ¡Por eso la gente siempre hablaba de pausas para respirar!

[Sebastian Mayfield]

¿Pausas para qué? No, hasta que no se ponga azul no cuenta como un beso de verdad. OK, no, pero él no se detiene porque no piensa que ella va a querer seguir con la snog session.
La mano en el hombro de Mina bajó, los dedos todavía sobre el hombro, pero la palma más bien entrando en el área de las clavículas. Hizo movimientos circulares con el dedo índice. En el hombro. Es un idiota.

[Mina Hayward]

¿Es un idiota? ¿Qué hay de nuevo? Ok, no, eso es lo que diría Mina, no yo. Pero si Sebastian se pusiera ¿listo? y quisiera hacer movimientos circulares en otro lado, creo que esto se acabaría más rápido de lo que puedes decir 'cómete esta enciclopedia'. Pasos de bebé, Mayfield, te llevan más lejos.
Empezaron a dolerle las muñecas, cargar todo su peso ahí (porque ahora, no se había dado cuenta, estaba más hacia adelante que antes) estaba dejando de ser cómodo. Movió la cabeza, para cambiar el lado hacia el que estaba apuntando.

[Sebastian Mayfield]

Mmh, pero ¿bebé de qué? ¿Bebé de ballena, por ejemplo? Porque cuando uno tiene hormonas las cosas se van por ese lado.
Los movimientos circulares del hombro intentaron bajar, pero eso llevaba mucha concentración, quería espiar para ver a dónde tenía que dirigir la mano para encontrar el pecho de Mina más rápido.
Cuando ella giró la cabeza él se separó unos centímetros para exhalar, tomar una bocanada de aire, y volver al ataque. Se olvidó que quería mirar. Bueno, a ciegas entonces.

[Mina Hayward]

Un ballenato no camina. Y vas a tener que ser más específico, porque 'a ciegas' se puede llegar a diferentes destinos, algunos de los cuales le ganarían un -???!!!- y muchos otros que terminarían con él comiéndose esa enciclopedia que mencioné antes.
En cualquier caso, a favor de Sebastian está que, pese a la pausa, Mina no se echó para atrás para alegar que ya había cumplido con su parte. Sinceramente, ni recordaba porque había accedido a esto en primer lugar, no era horrible y eso era todo lo que importaba por el momento. Incluso estaba dispuesta a ignorar el dolor en las muñecas. Le imitó el movimiento previo de atraparle el labio inferior con los suyos, porque lo que se aprende hay que ponerlo en práctica cuanto antes, o se olvida.

[Sebastian Mayfield]

¡Por eso! Imagina los pasos de una ballena bebé... sería como que trata de dar panzazos hasta que se da cuenta que no tiene patas. Cosas así llevan lejos a una ballena en mi imaginación.
Su labio inferior entre los de Mina se sentía demasiado bien, por lo que aprovechó para tirarse un poco más hacia ella pero usando una de las manos para apoyarla en la espalda de ella y tratar de moverla hacia él, como queriendo recostarla contra su brazo para poder maniobrar más fácilmente.

[Mina Hayward]

Algo me dice que voy a soñar con ballenas bebé avanzando a panzazos hacia el horizonte.
Era muy raro cómo había parejas (o pares de personas) que se acomodaban perfectamente cuando se besaban. Ninguno tenía que explicar al otro qué era lo que tenía que hacer, era como instintivo. O como si se leyeran la mente. Mina definitivamente no leía la mente de Sebastian (y, francamente, tampoco tenía ganas, Merlín sabrá lo que pasa por ahí). Sintió que él trataba de moverla, pero no supo cómo reaccionar. ¿Tenía que encontrar la manera de reacomodarse sin abrir los ojos y sin soltarle el labio? ¿O se suponía que le permitiera tomar las riendas y simplemente dejarse manipular? No estaba en su naturaleza. Por eso metió algo de resistencia, él pudo acercarla, nada más.

[Sebastian Mayfield]

Frunció el entrecejo ligeramente, no podía hacer lo que quería si Mina no se apoyaba contra su brazo, pero había que ser agradecido con los milagros que iluminaban la vida de uno.
Por cierto, la lengua de Sebastian quiere hacer un reconocimiento intenso de las premisas, Mina. La mano que había puesto en la espalda de ella se movió, buscando el camino hacia el frente.

[Mina Hayward]

Hey, nadie dijo nada sobre meter la lengua. Pero vale, yo opino que Sebastian lo intente igual, porque francamente tengo ganas de saber qué sucede cuando Mina sienta la invasión. No sé por qué tengo la impresión de que lo va a morder; está acostumbrada a morder todo lo que se mete a la boca (malpiensa lo que quieras, no había otra forma de plantearlo). Mi granito de arena es el siguiente: las defensas estaban bajas en el territorio que él pretende ocupar, porque no esperaba un ataque de esa índole. Los cuentos de hadas no describen los besos como importados de la tierra de las baguettes.

[Sebastian Mayfield]

Pobre de tu futuro marido, Mina Hayward. Seguramente serás capaz de proporcionarle hijos con cabello perfecto, pero el hecho de que muerdas todo lo que se mete en tu boca me da escalofríos de sólo pensarlo. Es un riesgo muy grande a futuro.
Sebastian se mandó, porque ¿no se supone que los Gryffindor son valientes? Aparte... no sé, ¿no hay mejor defensa que un ataque? Tú entiendes.

[Mina Hayward]

Es una suerte que todo lo que está metiendo Sebastian por ahora es la lengua, ¿no?
Buen Gryffindor, le haces honor a los colores de tu corbata, Mayfield. A modo de recompensa, no voy a dejar que Mina cierre la dentadura alrededor de tu lengua como una trampa mortal. Lo que sí ocurrió fue que abrió los ojos de golpe. -¿Qué es eso, qué es eso, QUÉ ES ESO?-. Aclaro: sí sabe qué es lo que acaba de entrar en su boca, no sería Mina si no se altera de más. De todas formas no se apartó, su cerebro y su cuerpo no se ponían de acuerdo en cómo reaccionar.

[Sebastian Mayfield]

Keywords: 'por ahora'.
Lo malo es que Sebastian ahora ya tiene la mente en la próxima barrera que quiere cruzar, aunque ahora esté muy ocupado explorando el interior de la boca de Mina y no pueda acordarse de que siquiera tiene algo en la mente que no sea quedarse ahí por un buen rato. Quizás hasta pediría para sacar la ciudadanía y todo.
La mano que no usaba para sostenerse la subió y la hundió entre los perfectos rulos de Mina.

[Mina Hayward]

Por ahora es lo que me interesa.
Cerró los ojos otra vez y trató de jalar aire por la nariz. Sebastian le estaba tocando el cabello. Odiaba que le tocaran el cabello. Sinceramente, esto de los besos era demasiado invasivo, ¿por qué la gente no comentaba ese detalle cuando presumía de sus fajes? Su cerebro, inevitablemente atontado porque aunque las neuronas protestaban, las hormonas festejaban, luchó por recordarse que no valía ser peso muerto, así que subió una de sus manos para posarla en el cuello de él, los dedos apuntando a la nuca y la palma tocando la mandíbula.

[Sebastian Mayfield]

¿Ves? Te dije, tenemos un montón en común, porque Sebastian también odia que le toquen el cabello. El problema es que la verdad es que no se había puesto en los zapatos del otro todavía, porque déjame decirte que tocarle el cabello a Mina es bastante genial por el simple hecho de que es perfecto. Y como él considera que su cabello también es perfecto, imagina que la gente también habría de querer tocárselo, y ahora los entiende, un poco.
Sintió algo muy similar a un escalofrío cuando Mina le puso la mano en el cuello, un escalofrío de los buenos, de esos que te recorren la espalda y se te quedan dando vuelta por la zona de las caderas.

[Mina Hayward]

Mina nunca se había detenido a pensar en si quería o no tocar el cabello de Sebastian, en primera porque no tenía la manía de tocar a la gente, y en segunda porque es una de esas situaciones en las que uno no sabe que quiere algo hasta que lo tiene enfrente o se presenta la oportunidad. Probablemente como el hecho mismo de estarlo besando.
Flexionó y estiró los dedos un par de veces. Como no parecía que esto fuera a terminar en los próximos segundos, decidió darse por vencida; la posición era muy incómoda, y ahora sólo tenía una mano libre para apoyarse, así que... dejó de apoyarse. Le pasó todo su peso a él al hacerse hacia adelante y rodearlo con los brazos por el cuello. Si necesitas que te venda la idea, ahora estarían bastante más cerca.