Medio tiempo

[Ernest Trevelyan]

Dejo de mirar el hall, cuando supuso que en su cara solo quedaba el típico color de mejillas que cargaba por aquellas fechas, y se concentro en la castaña.
Largo una carcajada sonora, llena de gracia, de esas que salen cuando alguien dice algo totalmente ilógico. Sabía que debía continuar con la broma (porque sí, era la ley de la vida), pero el grupo numeroso de chicas podía con él. Era ese tipo de cosas que solo sucedían en sus sueños, "¿Tengo tantas fans?" pregunto, respirando con dificultad "Si es así, son muy cautelosas las condenadas, porque ni regalos para navidad me dan".

[Ernest Trevelyan]

Abrió los ojos grande, continuando con la farsa, y reprimiendo la risa que le producía todo eso. "¿De verdad harías eso por mi, Meghan?" si comenzaban a brillarle los ojos, era porque estaba dramatizando de más. Recibir más regalos en navidad, de los que solían darle su familia, Viola y algunos compañeros de curso, sonaba genial, ¿Imaginan todo el chicle que tendría? Oh, haría una pirámide...

[Ernest Trevelyan]

Aplaudió la idea, absolutamente de acuerdo, porque el también consideraba que iba a funcionar perfecto con sus fans imaginarias. "Bien, entonces me encargare de que recibas una caja enorme de.." lo pensó por unos segundos, Meghan merecía una compensación por su ayuda y no había nada mejor que "..¿Chicle de banana?" apretó los labios, poco convencido. Nunca había sido muy bueno ingeniando regalos.

[Ernest Trevelyan]

No, no, no y no, las de los primeros años figuraban más como acosadoras amateur, nada como las grandes que sabían más del asunto (?).
Asintió, simulo sacar una agenda de su bolsillo y anotar, con una pluma que si tenía, lo del regalo de chicles "Lastima que no sean de banana. Entonces serán de menta ¿Algo más?" preguntó medio en broma, por ahí Meghan pedía una dotación de por vida de cualquier cosa que usaran las niñas y él quedaba en banca rota.

[Ernest Trevelyan]

Simulo un saludo militar, "Como ordene, señorita" no era mucho pedir, Ernest era tan puntual como lo seria el mejor de los ingleses y él era de Cornualles, lo cual era mucho. "Ni un minuto más y puede que unos menos" dijo, miro su reloj por costumbre, genial, todavía tenía 15 minutos de libertad.

[Ernest Trevelyan]

Alzo una mano para despedirse, soltando un 'vale' lo suficientemente audible para después volver a su oficio: esperar a que alguien pasara, ahora con la intención de llegar acompañado a su clase; no tenía nada de ganas de caminar por los pasillos rodeado de silencio. Iba a esperar hasta que alguien de su curso pasara y si moría de hipotermia en el intento seria un mártir escolar y así seria mejor.... Ok, exageraba. Pero esperaría.

((¿Fin?))