Ida y vueltas

[Lorenz Van Buren]

Bien ahí Diane y su compromiso a hacer sus deseos sumamente claros. Todos sabemos que Lorenz es un mentiroso cobarde, pero yo no lo repito muy seguido porque cada mancha en él no hace más que sacarle lustre a Dietrich.
Abrió los ojos, pero como ella no se separó esperó a que se calmara su primera impresión (pensó que ella se iba a separar), volvió a acomodarse en el beso, bajando las manos en los hombros de ella para apoyarlos en su espalda, y abrazarla. Con la cintura todavía hecha un poco hacia atrás.

[Diane Roseveare]

No sé, no creo que funcione así. Dietrich tiene sus propias manchas. O sea, Diane está rodeada de dálmatas, así como van las cosas. Tampoco es que ella esté libre de defectos.
No se separó porque, como bien dijiste antes, no era como si no lo hubiera conocido de cerca antes. Ahora sería extraño retroceder ante su presencia. Además, en cierto sentido podía considerarlo un cumplido, ¿no? No sé si reaccione hasta con los minerales, pero para ella era una buena señal. Por eso siguió besándolo como si nada, pasándole los brazos por el cuello.

[Lorenz Van Buren]

Quizás estamos traumando a Diane para el futuro: el día que se le acerque un knight in shining armour, ella no va a poder reconocerlo, porque todos los tipos que la buscaron hasta ahora están todos mal de la cabeza.
Ojalá más reaccionaran a esa... bueno, reacción, pensando que era un halago. Tampoco es que él pudiera hacer mucho al respecto, ya trató de pensar en mil quinientas cosas desagradables. Pero Diane supera esas cosas desagradables. Subió una de las manos para pasar los dedos suavemente por el cuello de Diane.

[Diane Roseveare]

Así pasa. Las mujeres se van por el producto dañado en lugar del que no necesita terapia. Pero lo cierto es que desde la perspectiva de Diane, la actual por lo menos, Lorenz se acerca más al concepto de knight in shining armour, y Dietrich al de enfermo mental que la va a obligar a sacar su primera órden de restricción.
También depende. La reacción de Lorenz era bienvenida, pero si llegara un x a pegarle la reacción en el autobús noctámbulo, sería asqueroso y nada, nada halagador. Sintió un cosquilleo en el cuello. Cosquillas de verdad y hormonas, así que sus labios se curvaron en una sonrisa, sin cortar el beso.

[Lorenz Van Buren]

Es que el que no necesita terapia debe ser aburridísimo, ¿no? Es como algo medio lésbico, un tipo que hace todo bien y te entiende. No es muy normal.
A Lorenz le encantaba el cuello de Diane, porque era tan suave y cálido contra sus dedos. De las partes que podía tocarle en público, el cuello se llevaba el premio. Su reacción evidenciadora fue calmándose lentamente, más por willpower que por andar imaginando cosas feas. Sigh, ya es todo un hombre (?).

[Diane Roseveare]

Insinúas que las lesbianas no tienen problemas. No me consta, porque no conozco a ninguna, pero seguro que también hay drama ahí. Es más, hasta imagino que debe ser peor cuando metes dos mujeres histéricas a la mezcla. Pero vale, sí, los hombres normales, que hacen todo bien y te entienden deben ser lo más aburrido en el planeta.
A Diane le gustaba que Lorenz le tocara el cuello. Le gustaba que le tocara todo, pero permitir que pusiera la mano ahí, algo que la hacía sentir vulnerable, era un signo de la confianza que sentía cuando estaba con él. Sí, con el mentiroso cobarde. Movió la cabeza para inclinarla hacia el lado contrario.

[Lorenz Van Buren]

Ah, buen punto. Creo que soy yo el que no tiene problema con las lesbianas, ni sus peleas. Espero estar siempre allí, cerca, con una cámara y botes de lodo para ayudarlas a resolver sus diferencias.
Colocó el dedo pulgar debajo de la oreja de Diane, con los dedos sosteniéndole la nuca mientras rompía el beso para besarle el cuello. Era un misterio cómo hacía ella para oler tan rico todo el tiempo.

[Diane Roseveare]

La prueba de que este mundo es injusto y de que Merlín es machista, es que yo no puedo decir que me emocione mucho la idea de ver pelear a una pareja gay. Ni ganas de sacarles fotos, aunque tal vez estaría entretenido aventarles lodo, no sé.
Te resuelvo el misterio: se baña todos los días. En cuanto sus labios estuvieron libres se apresuró a atrapar el inferior con los dientes, para ahogar cualquier sonido inapropiado. Si él estaba trabajando para emocionarla al mismo tiempo que intentaba calmarse, es un tramposo. Abrió los ojos; era su turno de concentrarse en otras cosas, como esa nube de allá.

[Lorenz Van Buren]

Otra injusticia, no te molestaría echarles lodo a una pareja de gay, pero me miras feo si te digo que les arrojo botellas a los niños pobres. No hay equilibrio en este universo.
Lorenz también se bañaba todos los días, pero no olía tan bonito como Diane. En cierta parte, menos mal, porque oler a mujer seguramente no le daba muchos puntos en el juego de la vida, pero como sea. Bajó con besos hasta debajo del mentón, para volver a besarla debajo de la oreja. ¿Cuántos segundos le duró estar calmado?

[Diane Roseveare]

La diferencia es que yo estoy hablando teóricamente, ¡nunca lo he llevado a la práctica! No hagas que la comunidad gay me etiquete como enemiga pública.
Te agradezco que aclararas que se baña diario, y seguramente él tiene un olor a hombre muy agradable pero varonil que a Diane le gusta lo suficiente como para que el próximo Diciembre, si no se han peleado a muerte y se odian, le tomará prestada constantemente la bufanda, para confundir a todos llevando los colores de dos casas.
Y la nube tenía forma de... como de -vaca. Una vaca... con...-. Apretó con más fuerza su labio inferior.

[Lorenz Van Buren]

Diría que te defiendo, Diane, pero no puedo asegurar que mientras yo intente hacerlo, Lorenz no nos distraerá haciéndonos mirar hacia un punto equis en la distancia, aprovechando para escapar.
Quizás, para ese entonces, ambos tengan bufandas nuevas, con colores neutrales, como para poder prestarse mutuamente y evitar que los golpeen en los pasillos oscuros y desolados del castillo. Aunque es probable que eso le suceda a Lorenz nada más, pero bueno. La mano que tenía en la espalda de Diane también de movió, de arriba hacia abajo, cada vez más hacia abajo. Succionó suavemente la piel en el cuello de Diane. No quería marcarla, pero... bueno, sí quería.

[Diane Roseveare]

((Te mandé un pm, está programado para explotar si no lo lees en menos de 48 horas))

Ah, hablando de vacas, ya le están dando el tratamiento, marcándola como si fuera ganado. Desafortunadamente para mí, Diane no siente ni el más mínimo deseo de protestar, porque en cierto sentido (el que no signifique que le agrada ser cosificada), le gusta sentirse de Lorenz. Un chupetón era un recordatorio sexy (y evidente).
Confrme su mano llegaba más abajo, a ella le fue costando más trabajo mantenerse bajo control. Cerró los ojos otra vez y soltó un feto de gemido. Oficialmente Lorenz tenía permiso para marcarla todo lo que quisiera.

[Lorenz Van Buren]

((No pasaron más 48 horas pero lo encontré bastante explosivo, ¿es normal?))

¿Qué tan mal estaba que estuviera preguntándose sobre cuáles eran las chances de poder tener sexo en los terrenos de Hogwarts más que en cuáles eran las chances de tener sexo con Diane? Yo creo que Lorenz nunca debía dar las cosas por sentadas, pero bueno.
Volvió a besarle el cuello, subiendo hasta sus mejillas para luego volver a besarle los labios. La mano emigrando hacia el sur, hacia climas más cálidos.

[Diane Roseveare]

((Es normal porque lo mandé sin detenerme a revisar que el C-4 estuviera lejos de cualquier fuente calor. Lo siento, trataré que la próxima vez que algo te explote en la cara sean globos rellenos de confetti))

Depende. Está mal que esté considerando tener sexo en la escuela (aunque nunca me enseñaron el reglamento de Hogwarts, como para poder asegurar que Dumbledore prohibió a una masa de adolescentes hormonales satisfacer una necesidad básica, tomando en cuenta que pasan en el castillo nueve de los doce meses del año, como mínimo), pero no está mal que cuestione el lugar y no el hecho en sí, por más gracioso que sea en alguien que pensó que las escaleras de una casa ajena eran un buen sitio. Porque Diane está mandando todas las señales correctas, cumpliendo con la sabiduría popular que dice que la que cuesta trabajo es la primera vez, después se vuelve muy sencillo (hasta te haces viejo, te casas y se pone difícil de nuevo). Pero en caso de que las señales no sean tan claras como ella piensa, no devolvió el beso para poder hablarle con los labios rozándose entre sí. "¿En cuántos problemas te vas a meter si nos expulsan?".

[Lorenz Van Buren]

((Si me queda la cara como la de Harvey Dent, no sé si la próxima vez aprecie los globos con confetti))

Durante un breve momento de locura hasta pensó en que quizás podrían irse corriendo a hacerlo en el bosque prohibido. Si algo nos enseñaron las películas de terror, es que es una malísima idea.
Gimió suavemente y abrió los ojos para ver a Diane hablando contra sus labios, ¿podía ser que hasta la vibración de su voz le resultara sensual? Basta, Diane, que uno no puede controlarlo todo. "No" beso "sé" la besó, sonriente. "No" beso "importa" volvió a besarla, dando pasos hacia atrás, llevándola consigo.