Ovejas

[Mina Hayward]

((Cada vez que trato de rolear a alguien normal, fracaso))

Bonito incentivo para no descuidarse el cabello ni una sola mañana, aunque se esté cayendo de sueño; no tenía ningún deseo de que le compararan la cabeza con un nido de ratas negro.
Con la vista fija en su abandonado pergamino, por ¿segunda, tercera, cuarta? vez estaba tratando de recuperar el hilo. La risa de Sebastian se mezcló con las palabras en su mente, pero la ignoró. No se estaba riendo de ella.

¿Verdad?

No, no, no, no era con ella. -Concéntrate-.

[Sebastian Mayfield]

((Nunca un fracaso significó un éxito tan grande))

Si tan solo Mina pensara en que era mucho más conveniente saltearse el desayuno y los primeros minutos de las clases por mantener su cabello en su máximo exponente de rulosidad (?) sería más fácil evitar el temido nido de ratas, con sueño o sin él.
¿Había un pedazo de chicle pegado en el pergamino? Qué crueles los que le habían pegado eso en el cabello a la tipa, aunque quizás lo hacían pensando en que la ayudarían a ser más consciente de su higiene o... pff, ¿a quién le importaba? Parecía un deporte cool. Arrancó un pedacito de pergamino.

[Mina Hayward]

((Sí, eso dices ahora, tú espérate XD (?!)))

Quedarse con el estómago vacío (o limitarse a comer chocolates hasta el almuerzo) ya suena bastante terrible, ¿encima perder minutos de clase? Inconcebible. Mina no podía ser la última en llegar al salón, ¿y si le ganaban el lugar donde le gustaba sentarse? Que ahora consideraría con más cautela si Sebastian estaba cerca, pero, francamente, nada lograría moverla de donde le gustaba estar.
Gracias a Merlín, la idea había regresado. Ya se acordaba de qué era lo que había querido escribir antes de las sucesivas interrupciones. Pegó la pluma al papel y comenzó a escribir como si estuviera poseída.

[Sebastian Mayfield]

Miró el pedacito de pergamino y lo volvió a romper para que le quedaran dos trocitos, dejando uno sobre el banco para empezar a hacer una bolita con el otro. Los pergaminos no son tan fáciles de hacer bolita como parece, especialmente sin usar saliva. Yo sé que querías que comentara esto.
Apuntó a la cabeza de la chica, cerró un ojo, calculó las coordenadas y lanzó. No vio el resultado, porque se cruzó de brazos y giró la cabeza hacia Mina, por si le tocaba hacerse el desentendido.

[Mina Hayward]

Por supuesto que lo sabes. Cada vez que hablas de saliva, pis o mocos, el pulso se me acelera y de repente hace mucho calor.
Seguro que sería una magnífica coartada si la víctima volteaba y veía a Sebastian siendo completamente ignorado por Mina. Del lado positivo, ese ratito que la dejó en paz era todo lo que ella había necesitado para terminar (o sea que si hubiera cerrado la boca antes, ella no se habría quedado con dos plumas inservibles). Y terminar era todo lo que hacía falta para que Mina fuera muy, muy feliz, y estuviera mucho más dispuesta a comportarse como ser humano con necesidades sociales.
Dejó la pluma sobre la mesa, sonriendo mientras se felicitaba efusivamente por ser tan buen estudiante.

[Sebastian Mayfield]

La chica se giró hacia atrás y miró feo al chico que estaba inmediatamente detrás de ella, ocupadísimo en escribir correctamente el nombre de una constelación. Sebastian, obviamente, no se enteró de nada, porque siguió mirando a Mina con todos sus sentidos arácnidos alertas por si la chica le lanzaba un libro o algo por el estilo.
Aunque en realidad no miraba a Mina, solamente tenía la vista en su dirección, clavada en una de sus cejas. Contaba segundos por dentro, dentro de dos iba a mirar hacia la chica nuevamente.

[Mina Hayward]

Recordó que la pluma que había usado no le pertenecía, y ya podía devolverla, así que la recuperó de la mesa antes de girar en su asiento volviéndose hacia Sebastian. Que la estaba mirando pero no parecía que le estuviera prestando atención. Woah, ¿se había quedado dormido con los ojos abiertos? Había gente que hacía eso, ¿no? -¿Por qué, por qué, Merlín, me tocan los compañeros raros?-. Levantó la pluma y se la acercó a la cara, sin tocarlo. "¿Vives?".

[Sebastian Mayfield]

Movió los ojos de las cejas de Mina para devolverle la mirada cuando le llamó la atención. Alzó las cejas, esperó un segundo, y desvió la mirada hacia la chica a la que le había lanzado la bolita de pergamino. Hacía rato que la chica había vuelto a darles la espalda, ocupada seguramente en el trabajo (¡pero no había que entregarlo y si le ponían calificación no influenciaba nada en esta época del año!). Sebastian se relajó, volviendo a ver a Mina "¿Cómo?" preguntó, frunciendo suavemente el entrecejo. Se había distraído mentalmente en el proceso.

[Mina Hayward]

Mostró una mezcla de sonrisa y puchero al tiempo que resoplaba por la nariz. -Tierra a Sebastian, llevamos horas transmitiendo el mensaje, ¿nos escuchas?-. "Nada, sólo me estaba preguntando si eres de esas personas capaces de dormir con los ojos abiertos". Le ofreció la pluma, bajándola al nivel de la mesa. "Gracias por esto".

[Sebastian Mayfield]

Rió brevemente, porque pensó que eso de dormir con los ojos abiertos era un chiste. ¡Ojalá que no durmiera así en serio, qué creepy! Después andaría con los ojos todos bloodshot. Alzó las cejas, para volverlas a bajar, viendo la pluma. "Todo bien" miró a Mina, tratando de recordar algo que estaba relacionado con la pluma y tenía que comentar. Ah, ya "Puedes quedártela si quieres" ofreció, con media sonrisa. Porque era una buena pluma, no como esas de Mina que explotan de nada.

[Mina Hayward]

Sus plumas iban a estar muy bien, muchas gracias, mientras él no volviera a comportarse como perico mientras ella trata de terminar un trabajo.
Entrecerró los ojos, reflexionando sobre la posibilidad de quedarse con la pluma y permitir que se restaurara el equilibrio universal (porque, para Mina, Sebastian seguía siendo responsable indirecto de sus plumas rotas). Al final decidió que quedaba mal e insistió acercándole el objeto para que lo tomara. "Gracias, no es necesario" recalcó sonriendo, pero con un tono más formal que antes. -Agarra tu pluma y ya, caray-.

[Sebastian Mayfield]

Sus plumas iban a estar bien cuando ella dejara de volverse loca con competitividad, pero bueno, supongo que si Sebastian no quisiera hacer sociales también se solucionaría el problema.
Miró hacia el frente y se giró otra vez hacia Mina con una sonrisa "Te la cambio por una de tus plumas rotas" propuso, ahora que se le ocurría algo.

[Mina Hayward]

Frunció ligeramente el ceño. Aquel sonaba al peor negocio que alguien hubiese cerrado durante la clase de Astronomía. Obviamente algo que ella no captaba estaba sucediendo, y eso no le gustaba. No le interesaba realmente, era sólo que le picaba el hecho de no saber. Por eso, básicamente, accedió, dejando la pluma de Sebastian (ahora suya) sobre la mesa y recuperando las plumas que había roto para ofrecérselas. "Todas tuyas".

[Sebastian Mayfield]

"Bárbaro, gracias" agradeció con una sonrisa, tomando las plumas rotas. Limpió los pedazos con su pergamino, ya que de todos modos no había anotado nada útil ni pensaba hacerlo en lo que quedana de la hora.
Se aseguró de haber quitado todo el exceso de tinta que pudiera haber quedado, y si los trozos eran muy grandes, los partió con las manos. Le quedaron seis pedazos, no muy similares en tamaño, sobre el pergamino.

[Mina Hayward]

"Por nada". Siguió con la mirada los movimientos de Sebastian. Subió uno de sus codos a la mesa e inclinó la cabeza para hacerla descansar en la palma de su mano. "¿Puedo preguntar qué estás haciendo ahora?" cuestionó bajando la voz, porque aunque ella ya había terminado (¡HA, victoria!) y él evidentemente no iba a hacer nada útil, el chico sentado a su otro lado seguía trabajando.