La inmortalidad del hipogrifo

[Diane Roseveare]

Miró a un par de niñas de Hufflepuff entregar unos cuantos libros a la bibliotecaria para después salir del lugar platicando como si nada les preocupara en la vida y suspiró. Qué envidia. Debían de ser de segundo, el año que, en opinión de Diane, era el mejor de todos: se carecía del miedo y estatus de nuevo otorgado a los de primero, y todavía no comenzaba realmente la carga académica pesada (¡ni siquiera llevaban optativas aún!). Bajó la mirada al pergamino que descansaba (en blanco) en su mesa y suspiró otra vez. No tenía ganas de terminar ese reporte para Herbología, pero necesitaba entregarlo al día siguiente, y aquella mañana de finales de septiembre era la única que tenía libre para dedicar a esa tarea. Bueno, por lo menos tenía la mesa para ella sola.

[Dietrich Stover]

Muy bien dicho, 'tenía' la mesa para ella sola, porque ahora la tendría que compartir con nada más y nada menos que con: Dietrich, quien acababa de colocar 4 libros (porque la mugrosa bibliotecaria no les permitía el uso de más libros a la vez) en pila para la realización de la tarea que acababan de dejarle en Pociones. Acababa de tener clase compartida con los de Gryffindor y por supuesto Dietrich ya se encontraba en la biblioteca liberándose de esa carga (o sea la de la tarea).

Pero con anterioridad, mientras buscaba los libros en los estantes, Dietrich se había preguntado si sentarse en esa mesa, en frente de Diane, sería una buena opción. Nadie sabía, a excepción de Eugene (y ella misma... aunque de seguro ya se le olvidó), los verdaderos sentimientos del chico hacia Diane. Desde que compartían materias en el 2do curso, la chica le interesó, aunque nunca se lo ha confesado directamente.

Los del equipo de quidditch de Slytherin habían mencionado al regimiento de neófitos que traía Gryffindor para este año. Las novatadas que querían hacerles (crueles como siempre), pero cuando mencionaron la participación de Diane Roseveare en el equipo, fue como si lo hubieran petrificado. ¿Diane en el equipo de gryffindor? ¡¿QUÉ?! Y los inútiles de sus compañeros, sólo le pasaron la mitad del chisme porque no le pudieron pasar el dato del puesto en el que jugaría. Argh.

A través de los estantes la había visualizado, pero dudó mucho antes de acercarse a ella. Ahora se encontraba sentado frente a ella, con un rollo de pergamino y varios tinteros y plumas a su lado, comportándose indiferente, como si no hubiera nadie frente a él.

[Diane Roseveare]

En defensa de Diane y del hecho de que hubiera olvidado que le notificaron los sentimientos de Dietrich, cuando Eugene se lo dijo ella pensó que era una broma (una no demasiado graciosa), y la gente no suele recordar ese tipo de cosas, aunque todavía tomaba con pinzas cualquier cosa que Eugene le dijera.

Como sea, al tomar él asiento en su mesa, transformó su expresión desganada en una incrédula. Incluso miró a las mesas cercanas (al menos una estaba desocupada), sólo para asegurarse de que el slytherin no se había sentado ahí por absoluta necesidad. Frunció la nariz ante la actitud de 'eres invisible' y carraspeó, mordiéndose la lengua para no añadir un buenos días, porque antes quería que mínimo se reconociera su presencia.

[Dietrich Stover]

Y qué bueno que tome de esa manera los comentarios de Eugene, porque éste es capaz de decirle cualquier cosa con tal de joder a Dietrich (aunque principalmente lo hacía porque Dietrich no se decidía a tomar la iniciativa en el asunto, más que por joderlo en sí). Desvió la mirada de los tintes a su pergamino, y del pergamino a las plumas y fue entonces cuando la carraspera se abrió paso entre el silencio que habitaba en esa zona de la biblioteca. Obviamente Dietrich subió la mirada para prestar su atención; vaya, si Diane quería ser escuchada, Dietrich ahí estaba para hacerlo. Pero no dijo nada, como de costumbre, sólo se quedó viéndola directo a los ojos, con el semblante serio.

[Diane Roseveare]

Ese tipo de reacciones era una de las principales razones por las que Eugene jamás la convencería de que Dietrich tenía interés en ella. Vamos, tampoco era que esperara que ante su carraspeo él comenzara a recitar sonetos, o sacara un ramo de rosas de la nada, pero ella tenía otra idea sobre el comportamiento de los niños con sentimientos hacia una chica.

La mirada y el semblante la hicieron reconsiderar seriamente su indignación, y lo pensó dos veces (en unos cuantos segundos, porque un silencio prolongado sería extraño) y decidió continuar con su plan. "Buenos días" saludó con amabilidad. Y eso era todo, gracias por tu atención. Bajó la mirada a su pergamino en blanco.

[Dietrich Stover]

Y sólo Dietrich haría algo como lo que estaba a punto de hacer en ese instante: elevar unos milímetros la cabeza a modo de saludo, y bajarla después para ver su pergamino y sin decir una sola palabra, como si la presencia de Diane le fuera indiferente. Argh, ¿por qué no podía ser más amable con ella, más... decente al menos? Más... ¿Por quée? Su mente recorrió todo un sinfin de respuestas a esas preguntas y en cada una de ellas aparecía una imagen de Diane que lo hundía más en su depresión temporal.

-La tarea Dietrich, piensa en que tienes que hacer la tarea, ¿será bateadora del equipo? No parece del tipo... ¿será cazadora? Pociones, maldita sea, ¡pociones!- su mente veía a Diane mientras que sus ojos veían su pergamino blanco.

Por cierto, ¿si había notado Diane su cuasi-saludo? Porque con eso de que no había contestádole nada...

[Diane Roseveare]

Lo único que vio fue a Dietrich dedicándole un gesto que interpretó como 'ah, sí, ahí estás', lo que bastaba, porque ella no esperaba recibir algo más como, oh, no sé, palabras. Por cierto, él tiene toda la razón en estarse cuestionando su actitud, porque, ¿qué necesidad de verla en su mente cuando la tiene enfrente y podría hacerlo con los ojos? Por ejemplo, Diane tenía que ver con la mente al bateador más guapo de los Caerphilly Catapults, pero porque él no tomaba clases con ella.

Agarró la pluma y volvió a meterla en el tintero, esperando que llegara la inspiración divina (o mejor dicho, las ganas divinas de ponerse a hacer la tarea).

[Dietrich Stover]

((No manches, ¿desde octubre que no contesto? ?! O____O WTF conmigo, perdónnnnn T___T))

Argh, en serio, de verdad... ¿por qué le costaba tanto trabajo ser un poco más cortés y contestarle sutilmente un hola? Presionó los labios para reprimir un gruñido y cerró el puño tan fuerte que por poco rompía la pluma de faisán que sujetaba entre sus dedos. Sus ojos no hacían nada mas que mirar el pergamino. ¡ARGH! Qué molesto era luchar contigo mismo... -¿Guardián? No, momento, el guardián era el capitán según recuerdo. Se me hace que es cazadora...-, aflojó el puño y sus ojos comenzaron a subir lentamente hasta Diane. -Omh, los labios se le ven más rojos-, ahora imagínense lo que estaba pasando en su mente cochambrosa.

[Diane Roseveare]

((*Pats* Todo bien))

Creo que voy a rendirme ante la evidencia de que Diane es un imán de chicos con pensamientos de ese tipo. O... no sé, que todos los chicos son así (eso tendría sentido).
Respiró hondo, mordiéndose el labio inferior, y sacó la pluma cargada de tinta. Inspiración, ausente. Ganas, ausentes. Incomodidad por la presencia de Dietrich, superada. Si él podía no hacerle caso, ella también. Especialmente cuando necesitaba ocuparse en recordar la lección con todos los detalles posibles, tratando de pescar un hilo específico para comenzar a desarrollar su reporte.

[Dietrich Stover]

((*se deja patpatear y pone su sonrisota*))

Lo bueno es que la tarea la podía entregar la siguiente semana, pero nooo ¡él no era así! Tenía que terminar esa tarea ahí mismo, no le gustaba que se le acumularan las cosas por irresponsable. Sí, efectivamente, esa chica que tenía enfrente era una distracción para él que sólo le causaba dolores de cabeza, y no porque se los causara ella directamente, sino por los berrinches que hacía consigo mismo por no atreverse a hablarle bonito. Eso ni siquiera le pasaba con otras chicas, ¿por qué Diane era la única?

Se le quedó viendo un buen rato a sus rojos labios, pero cambió después para mirar parte de su oreja escondida detrás de su cabello suelto. -Qué sedoso-. El efecto de esta mujer lo tenía hipnotizado.

[Diane Roseveare]

Puso la punta de la pluma sobre el pergamino y comenzó a trazar lo que parecía iba a ser una P... y terminó en un garabato cualquiera, que Diane se esmeró en terminar al otro extremo del pergamino. Arruinado, tendría que cortar la parte superior de éste, pero no importaba, el garabato le proporcionaba la distracción ideal (porque ahora podía decorarlo con snitches, o lechucitas). Se inclinó sobre la mesa instintivamente. Aquel iba a ser un trabajo demandante. Sonrió, satisfecha consigo misma (por encontrar una vía de escape temporal), y levantó mirada, risueña. Hasta que la posó en Dietrich. Lo primero que se le ocurrió fue que había hecho algo que le molestó y por eso la estaba viendo.

[Dietrich Stover]

El repentino encuentro cara a cara con Diane lo dejó petrificado, ni siquiera había podido reaccionar retirando la mirada ¡o algo!, ¡aunque se viera obvio! -...- no había palabras en su mente, se le había quedado completamente en blanco. ¡¿Pero por quéee?! ¿Qué se supone que debía hacer ahora? Tragó saliva inconscientemente (sólo así podía reaccionar).

[Diane Roseveare]

Esperó unos segundos, preparándose para el potencial reclamo con un 'yo me senté aquí primero' tremendamente sensato. Pero sólo obtuvo silencio. Qué raro, ¿no? Dietrich no hablándole.
Ladeó un poco la cabeza hacia la izquierda, sosteniéndole la mirada. -Vale, dile algo, que esto es raro-. "Hummm... ¿se te fue la palabra?" inquirió con toda la amabilidad posible (porque creía que eso la ayudaría a no recibir un gruñido como respuesta), y la pregunta iba en el sentido de que quizá Dietrich había olvidado la palabra que quería utilizar en su tarea, y no en el de perder el habla por algún motivo desconocido.

[Dietrich Stover]

....... oh por Merlin. Diane ¿le estaba dirigiendo la palabra? Claro que no era algo fuera de lo común, siempre lo hacía, pero en ese momento se sentía diferente, muy diferente, y no entendía por qué. Y no, no se le había ido la palabra hmm... Dietrich pensó que lo preguntaba con sarcasmo, como diciendo ¿qué, ahora no tienes qué decirme?, jamás se imaginó que se refería a alguna palabra de su tarea. Separó lentamente los labios, como a punto de manifestar su indignación, pero... "...", ningún sonido vocal se escuchó. Sus ojos fijos en Diane. ¡¿Pero qué hechizo había utilizado en él para dejarlo tan estúpido?!

[Diane Roseveare]

Si no te conociera mejor que eso, sugeriría que quizá no hubo hechizo alguno ((XD)).
Enarcó una ceja. Un día de estos (tras seis años) iba a dejar de intentarlo. Pero esta vez no había sido culpa suya, él fue el que escogió sentarse ahí. Y, pensando en eso, frunció el ceño. "O todas las palabras, tal vez" murmuró, bajando la mirada a su garabato, al que pensaba regresar inmediatamente. Eso que empezó a dibujar era una snitch (deforme).