Tragedia botánica

[Ian Queensley]

El drama dio paso a la confusión, porque no, no sabía que estaba prohibido abrir clubs divertidos y educativos. No entendía por qué existía un club de ajedrez, por ejemplo, siendo un juego tan aburrido. Lo peor, sin embargo, era preguntarse por qué no lo sabía. Lucas no era la primera persona con la que había hablado de su proyecto, pero hasta el momento nadie le había mencionado aquel dato. ¿Será que no lo escuchaban en realidad? ¿Simplemente lo daban por su lado para que fuera menos pesado? Una nueva grieta se abría en su corazón.

"No" contestó, demasiado shockeado con la noticia como para tratar de defender su inteligencia. "¿Por qué?" preguntó, verdaderamente intrigado y un poquito dolido. Le costaba la idea de tener que soltar su sueño, pero una llama de su coraje Gryffindor le hizo pensar que peores cosas prohibidas se habían hecho en la escuela.

[Lucas Twilley]

Tenían el Quidditch, las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas, el sauce boxeador, el Bosque Prohibido, el Lago Negro y adolescentes con cambios hormonales y varitas mágicas, ya habían demasiadas cosas y actividades peligrosas dentro de ese castillo como para agregar una más.

Alzó una ceja, a veces creía que el resto de sus compañeros no les interesaba la historia de la escuela y el castillo, y asumían que las cosas pasaban porque así era la vida, al menos a Ian podía excusarlo porque era hijo de muggles. "Cuando el profesor Armando Dippet fue el director de la escuela, quisieron hacer una obra sobre La Fuente de la Buena Fortuna... Pero las cosas no salieron como esperaban, ocurrieron muchos desastres y prohibieron las comedias musicales" relató, la historia era más larga y con más detalles pero él no recordaba todo y estaba seguro de haber compartido lo más importante.

[Ian Queensley]

La expresión de Ian volvió a entristecerse a medida que escuchaba la historia que le contaba Lucas. Siempre había tomado ese cuento como eso: un cuento. Nunca se lo había tomado en serio, porque ¿qué clase de persona, a cargo de la educación en una casa de altos estudios, prohibiría a sus alumnos privarse de enriquecerse de una disciplina tan completa como lo era la comedia musical?

SIn embargo, eso explicaría el porqué nunca había oído a nadie siquiera presentar la idea de un club así. Lo cierto era que Ian prefería vivir su Iantasía en la que tenía todo el coraje necesario para plantearle a Dumbledore esa idea. Hasta el momento, ninguno de sus llamados amigos se había ofrecido a hablar con el director por él. Tenía que venir un muchacho de la casa rival a explicarle que su sueño nunca se haría realidad. A menos no hasta que finalmente reuniera el coraje necesario como para hablar con la dirección.

"Es muy injusto que hicieran algo así, ¿no te parece?" consultó, obligándose a pasar de la pena y el dolor a la indignación y la furia. No solía tomar ese acercamiento a los inconvenientes, porque las lágrimas le salían más fácil, pero todo debería terminar en algún momento, y sentía que ya había hecho bastante el ridículo frente a Lucas.

[Lucas Twilley]

Los amigos de Ian podían considerarse amigos realmente si no le decían la verdad cuando era más necesario. Lo dejo para reflexionar.

"No" contestó rotundamente, injusto cuando Madame Pomfrey le había dicho que no podía ayudar en la enfermería porque le faltaba empatía distraía a los pacientes. Además, en aquel entonces habían tenido suficientes testigos y evidencia para realizar la prohibición. "Considerando todo lo que ocurrió fue una decisión acertada" se cruzó de brazos y encogió sus hombros, solo pensaban en la seguridad del cuerpo estudiantil.

Tampoco entendía porqué los estudiantes tenía esa necesidad de debatir y querer violentar las normas ya establecidas en la escuela. ¿Qué mas emocionante que poder hacer magia a diario siendo menor de edad?

[Ian Queensley]

Al final no le resultaba tan difícil mantenerse enojado, porque el tema ciertamente podía ponerlo de pésimo humor. La injusticia era una de las tantas cosas que, por su condición de Gryffindor, odiaba con todo su ser. No sé si empezó a ser así cuando le asignaron esa casa o si siempre lo fue, pero hoy en día no quería vivir en un mundo injusto.

"Es que no tiene sentido. Estoy segurísimo de que el quidditch ha causado estragos mucho peores y sigue siendo el deporte principal de la escuela". Eso era injusto: que una actividad tan bruta y dolorosa como lo solía ser el quidditch fuera algo totalmente libre, pero un hobby que le interesa JUSTO estaba prohibido. "Con tantos accidentes que los partidos crean anualmente, debería ser más que suficiente para que lo prohibieran, y no algo que sucedió una vez en lo que seguramente habría sido un momento hermoso". Ok, podía ser que se estuvieran formando lágrimas de bronca.

[Lucas Twilley]

O sea que Ian iba a ser un superhéroe, luchando por la justicia y así.

A ese paso a Lucas se le iban a atrofiar los ojos de tantas veces que quiso ponerlos en blanco y no pudo. Ian no podía hablar en serio y pretender comparar el deporte oficial de la comunidad mágica británica con algo tan tonto como una comedia musical.

"Ya" dijo, como si comprendiera la opinión de su compañero, pero deseando que dejara de hablar de lo mismo y llorar. "Entonces, deberías buscar una solución. Podrías reunir algunas firmas, quizá el apoyo de algún prefecto o Premio Anual" le sugirió sin ánimos de alentarlo y con una expresión bastante neutra. Él pensaba que cualquiera de esas tres opciones que había mencionado serían difíciles de conseguir, pero que sería interesante ver a su compañero de curso buscándolas en vano.

[Ian Queensley]

((Disculpas por la ausencia. ¿Se puede seguir?))

El objetivo de Ian era ser una superestrella, pero seguramente eso lo convertía también en héroe, con eso de que mejoraba la calidad de vida de quien fuera a verlo cantar, bailar, actuar o cualquier otra arte que decidiera implementar. Lo de la justicia y así venía en segundo plano, pero también era importante, probablemente.

Lucas le caía cada vez mejor. Ian solía ahogarse en un charco de agua y eso no le permitía ver más allá. Su compañero de año, por otro lado, tenía una practicidad que le permitía encontrar soluciones a sus problemas sin mucho esfuerzo aparente. Hacía un par de segundos que sabía de su problema y ya le había dado ideas de cómo lograr lo que tanto anhelaba.

Sus lágrimas se secaron casi instantáneamente y una sonrisa gigante se dibujó en sus labios. "¡Excelentes ideas!" reconoció, verdaderamente feliz en un tono que podría confundir a cualquiera con un grito. "¿Quieres ser mi primera firma?" propuso, sin dejar de sonreír y más por compromiso que otra cosa, porque estaba segurísimo de que Lucas aceptaría. Después de todo, fue su idea.

[Lucas Twilley]

((Claro que sí, aquí nada nos detiene :) ))

Al repetir la sugerencia en su cabeza, la creyó tan imposible y complicada de realizar que se sintió satisfecho con lo que había hecho. Porque, considerando el lugar donde estudiaban lo más probable era que las comedias musicales estuviesen malditas, justo como el cargo de profesor de DCAO.

Pero, la verdad sea dicha: la reacción de Ian lo tomó por sorpresa. Tanto así que apretó sus labios en una fina línea y olvidó respirar por varios segundos. ¿Cómo que excelente idea? Además, le estaba pidiendo una firma al primero que le había objetado la locura de la comedia musical ¿Todo bien en casa? Exhaló, eso no era lo que había esperado. Miró al cielo, buscando una excusa valida pero no demasiado grosera para negarse a formar parte de ese... Teatro.

[Ian Queensley]

El silencio de Lucas le dio una sensación de que era tímido, que no quería que el pueblo supiera que apoyaba las artes. No podía haber una razón más lógica, si su tono al contarle acerca de la prohibición había sido todo menos feliz. Seguramente Lucas también estuviera triste de no poder unirse al grupo de comedia musical, pero era tan tímido que no lo podía decir.

Optó por no presionarlo, porque había aprendido que no siempre lograba lo que quería a fuerza de insistencia. No conocía super bien a Lucas como para saber qué técnica lo favorecería más, así que prefirió mantenerse tranquilo. Ya podría volver a insistirle cuando tuviera todo más organizado.

"No me tienes que contestar ahora, solo piénsalo. No hace bien tomar decisiones con el estómago vacío" comentó, con una sonrisa que quería decirle que no tenía que tener miedo de herir sus sentimientos.

[Lucas Twilley]

Comenzó a pensar en las posibles excusas que podía darle para evitar firmar, por ejemplo: 1) decirle que había olvidado su pluma en el castillo -No-, muy típica; 2) no era un lugar adecuado -Tampoco-, a ese paso Ian le ofrecía su espalda para que se apoyara y firmara; 3) estaba ocupado y se tenía que ir -Menos-, ya había perdido Slytherin-sabría-cuantos minutos ahí como para que eso sirviera. Suspiró, quizá solo tenía que decirle que necesitaba revisar su propuesta primero, después llenarlo de correcciones para que desistiera y finalmente librarse de...

Parpadeó un poco al escuchar a Ian, quien le había proporcionado una mejor excusa que cualquier otra que él mismo hubiese pensado. "Bien, entonces ya lo veré después" dijo esperando no comprometerse mucho más, porque ya buscaría alguna manera de lanzar la de humo lavarse las manos en ese asunto.

[Ian Queensley]

Sonrió, contento consigo mismo y lo buen amigo que era. Las lágrimas por las grajeas ya se habían secado y el tema casi lo había olvidado, porque ahora su vida tenía un propósito, una misión, y eso no le daba tiempo para pensar en calorías innecesarias.

Aún si las intenciones de Lucas hubieran sido las de no transmitir ningún tipo de compromiso, Ian interpretó inmediatamente que estaba de su lado y firmaría la petición una vez que se la alcanzara. "¡Genial! Será increíble, lo lograremos, ya lo verás" aseguró, completamente convencido de sus palabras con la única certeza de que lo intentaría. "Voy a almorzar para ganar energías y escribir una propuesta increíble" avisó/prometió.

[Lucas Twilley]

Ahora que sale a colación, Lucas había olvidado como llegó hasta ese problema, en un rato, cuando repasara los sucesos y pensara en la manera más contundente de librarse de ese compromiso, posiblemente recordaria lo sucedido y le daría algo de remordimiento. Ay, quiza debía dejarse de pretenciones y aceptar su personalidad como era, basta de intentar ser amable solo porque era lo socialmente aceptable.

"Increíble. Seguro" dijo, apretando una sonrisa que no reflejaba felicidad. Luego, suspiró -No- "La estaré esperando" se alejó medio paso en dirección al castillo, como si esa fuese una señal para irse.