La misma persona de la otra vez en la puerta

[Frankie Gibbs]

Puso su dedo entre los dientes apretando un poco antes de sacarlo y guiar la mano hasta uno de sus pechos, porque ahí era donde pertenecía. Cerró los ojos ante el tacto de sus labios con su hombro, sorprendida de que pudiese sentir tanto en esa parte de su cuerpo que creía solo servía para dar palmaditas o sostener mochilas.
Para que conste, Frankie no estaba pensando en nada más ahora, excepto en que quizá debería jalarle la camisa para que se la quitara pero solo quería seguir siendo el centro de las caricias un momento más.

[Tristan Jenkins]

((Tengo una canción))

La distancia entre el hombro y la base del cuello la recorrió con besos y mordiscos cortos, que acompañó con caricias y masajes en donde se encontraban sus manos. En los labios de Frankie sentido el sabor del whisky, en su piel podía percibir el olor y sumado a la excitación que tenía comenzaba a sentirse embriagado. Quiso sugerirle cambiar de habitación para hacer las cosas un poco más cómodas, pero recordó lo que había sucedido segundos atrás y pensó que la distancia desde la sala a su habitación era suficiente para calmar sus ganas y calló sus ideas. El sofá bastaría para esas actividades.

[Frankie Gibbs]

((<3))

Aunque podía acostumbrarse a ser la que recibía toda la atención, echaba un poco de menos sentir la piel de Tristan en sus manos. Era difícil, sin embargo, tratar de hacer algo cuando en realidad no querías moverte. Frankie soltó gemidos ante los besos, caricias, y mordidas. Ni se iba a molestar si le dejaba un chupetón.
Le desordenó el pelo con una mano mientras él hacia su recorrido por su cuello y con la otra fue hasta la base de su camiseta por el frente, alzandola de forma que él supiera lo que quería. También tenía ganas de estar en una posición un poco más cómoda pero podía aguantar un rato más de pie.

[Tristan Jenkins]

A Tristan le gustaba el cuello de Frankie, además en otra vida había sido un vampiro era una de sus zonas erógenas y en vista de los resultados obtenidos pensaba que era igual para ella. Se separó unos centímetros al sentir que le movía la camisa, tardó un poco en entender que quería y al entenderlo jaló desde atrás la parte posterior de su prenda, pero con cuidado porque esa era su camiseta favorita. No tenía más prendas debajo, ya no hacía tanto frío como para tener que usar tantas capas de ropa y seguía flaco y con poca forma, como siempre.

[Frankie Gibbs]

Edward Cullen, is that you?

Frankie no tenía ninguna preferencia de tipos de cuerpo. Quizá en el pasado habría dicho que le gustaban los tipos musculosos pero ahora eso no parecía importarle. Era lo que hacían con sus manos lo que importaba, el como escuchaba a su cuerpo y atendía a lo que necesitaba. Tristan sabía hacer todas esas cosas muy bien.
En cuanto Tristan se quitó la camiseta, supo que era momento de que él recibiera un poco de amor de su parte. Recorrió su pecho con las dos manos, subiendo desde su cuello hasta la nuca. Pegó su cuerpo al de él porque quería sentir piel con piel y luego lo besó en los labios con ahínco.
Ahora era su pantalón el que le molestaba.

[Tristan Jenkins]

Perdón, me equivoqué de inglés.

Quieres hablar de pantalones que molestaban, bueno, el que él tenía puesto hacía rato que le incomodaba porque, explicándolo con mi metáfora favorita: se estaba armando un campamento ahí. Pero podía soportarlo un poco más ya que habían cosas más importantes de las que ocuparse. Como disfrutar la sensación que le dejaba las manos de Frankie en su cuerpo, aprovechar para tocarle la espalda y el trasero, o seguirle el ritmo en el beso.
Era una experiencia fantástica y si tan solo ella aceptara salir con él sería perfecta. Oh-no.

[Frankie Gibbs]

Ya hicieron el intento de la cita y no funcionó, y aún si volvieran a tratar, ¿de qué hablarían? ¿De todas las cosas que tienen en común?
Saber que hay un campamento montado era importante, por no decir prioridad porque de ahí dependía que la operación fuese exitosa. Al acercar su cuerpo pudo sentir esta estructura y por ello bajó la mano hasta ahí, para comprobar su estado y quizá hacer algún ajuste manual, para asegurar las bases. No sé si esta metáfora es tan buena como la tuya.
Separó sus labios para que éstos se fueran un poco de paseo por la mandíbula de Tristan y luego por su cuello, dejando besos, mordidas pequeñas y un poco de succión, pero no tanta como para dejar una marca muy visible. Pensándolo mejor, una marquita de nada si dejaría.

[Tristan Jenkins]

¡Pero como que no funcionó si nunca fue! Y podían tener cosas en común si hablaran más y pasaran menos tiempo con las manos encima del cuerpo del otro. AaAaAaAa.

Imagino el campamento como uno de verano y no uno militar, aunque el último se ajusta mejor a la situación porque tiene un cohete y todo. Además, si le hacía ajustes se armaba más rápido, mejor y le daba más placer. Emitió un sonido de gusto y luego otro cuando empezó a besarle el cuello, le gustaba tanto lo que ella hacía que su mente volvió a enfocarse en lo que sentía sin darle oportunidad de pensar.

Deslizó sus manos hasta dejarlas en la parte baja de su trasero e intentó guiarla para acercarla más y hacer que se sentara sobre él. No era la decisión más sensata considerando su precaria posición en el brazo del sofá. Esperemos que resista el peso de dos.

[Frankie Gibbs]

Sabía que iba por el buen camino al escuchar los sonidos que salían de Tristan, por lo que continuó con los ajustes manuales, ejerciendo un poco más de presión porque no era tan efectivo cuando tenía ropa encima. Esto luego se complicó cuando vio lo que quería de ella. Se desconcentró un momento, separándose de su cuello para mirar donde él estaba sentado.

"Mejor siéntate en el sofá" le dijo con la respiración agitada. Anticipaba una caída, además que no tenía mucho lugar para poner las rodillas.

[Tristan Jenkins]

Frunció el ceño cuando ella se separó, no había tomado ese detalle en cuenta y se estaba arrepintiendo un montón porque tenían que moverse; cuando él solo quería que las manos y labios de Frankie siguieran haciendo lo que hacían sin detenerse por un largo rato.

"Ok" respondió con un carraspeó, le tomó una de las manos como para que no se alejara mucho mientras se movía para sentarse como ella le había indicado y... Cometió el error de mirar a la televisión, que seguía con la imagen más quita las ganas que podía existir y la peor para que apareciera en un televisor de la época. Hizo un gesto de disgusto y empezó a tantear debajo de los cojines en busca del control, necesitaba apagarlo antes que se le apagaran otras cosas a él.

[Frankie Gibbs]

Se dejó llevar hasta el sofá con las mismas ganas de Tristan de retomar donde lo dejaron cuanto antes. Le soltó la mano desconcertada de verlo toquetear el sofá y se quedó en silencio tratando de averiguar por su cuenta qué era lo que buscaba si no era agarrarle los pechos.
"¿Qué haces?" Preguntó tocándole la espalda con una mano, como diciendo que no tenía que estar buscando debajo de los cojines para encontrarla.

[Tristan Jenkins]

Le pasaba con frecuencia que cuando necesitaba el dispositivo no lo encontraba, era como si hubiese un duendecillo dentro del apartamento que se encargaba de hacer desaparecer cosas. Tristan terminó tirando un cojín al piso antes de sentir la mano de Frankie en su espalda, por unos instantes había olvidado que ella estaba casi desnuda en la sala junto a él.

Movió la cabeza para señalar la televisión, "Estoy buscando el mando..." pasó saliva, era difícil concentrarse en una sola cosa a la vez si la tenía tan cerca y con tan poca ropa "...Necesito apagarlo" completó, con mucho pesar apartó la mirada y buscó detrás de los cojines del respaldo.

[Frankie Gibbs]

Se alejó un paso, tratando de no sentirse insultada, porque también sabía que estaba medio desnuda y él estaba buscando el control remoto del televisor. Como pusiera un partido de fútbol le sacaba un Crucio ahí mismo, a la mierda Azkaban. Suerte que aclaró sus intenciones.
"A mi no me importa" dijo, pensando que quizá ese era el problema. Ahí se fijó en la imagen y entendió un poco porqué quería apagarla. Era algo inquietante pero era cuestión de concentrarse en el momento.

[Tristan Jenkins]

¿Partido de fútbol? No me des ideas porque ya mismo busco la versión británica de ESPN en los 90s.

No le prestó mucha atención a las palabras de Frankie, porque para él era un problema que lo estaba afectando en tiempo real. A medida que la frustración por no encontrar el control y poder continuar con lo que hacía aumentaba, ese golpe de estado que había ocurrido momentos atrás en su cabeza iba siendo revertido.

Comenzó a buscar en bajo los cojines del asiento y entonces el volumen del televisor comenzó a subir, atribuiré este hecho a que el duendecillo estaba haciendo de las suyas y no a que él estaba apoyando su peso donde no debía. Pero recordemos que el sonido de esas emisiones era molesto.

[Frankie Gibbs]

Todavía no se sentía desalentada pero su ritmo cardíaco estaba bajando a niveles normales y le estaba dando un poco de frío. Se abrazó a sí misma como acto reflejo, mientras lo veía desesperarse con cierta impaciencia. Se recordó las ganas que le tenía e hizo un ademán de acercarse para distraerlo de lo que fuese que le impedía continuar. Fue cuando el sonido del televisor empezó a aumentar hasta un punto insoportable y se tapó los oídos con las manos.
"¿¡Qué haces!?" Exclamó. Si había una forma de bajarle la calentura a cualquiera, era esa.