South Downs meet-up

[Emma Goulding]

Bajó la mano y volvió a meterla en el bolsillo delantero de sus vaqueros. "Más tranquila suena bien" dijo con una sonrisa. No tenía nada en contra de los muggles, pero cuando estaba alrededor de ellos era demasiado consciente de sus movimientos, porque a veces hacía magia hasta para atarse los zapatos, que le era tan natural que ni pensaba lo que hacía y no quería acabar en un juzgado por uso de la magia frente a un muggle por amarrarse una cola.

Empezó a caminar con lentitud hacia donde ella pensaba que se podía bajar a esa playa, pero después de unos pasos se detuvo y lo miró. "¿Por aquí?" Preguntó.

[Francis Sutherland]

Se había quedado unos pocos pasos detrás de Emma, recalculando. Pero Francis no era un GPS, ni tampoco sabía qué era eso, así que estaba yendo en territorio inexplorado del que no había leído nada. No estaba seguro de saber qué información proveerle a Emma sobre la playa a la que se dirigían.
"Así es" respondió con más seguridad de la que merecía hablar. "¿Crees que después de hoy sentirás unas ganas inexplicables de visitar Australia?" preguntó en broma. Él nunca había ido a Australia, ni siquiera para el mundial de hace unos años, así que imaginaba que sus bellas playas con temperaturas veraniegas y costas arenosas serían el standard de playa al que Emma estaba acostumbrada.

[Emma Goulding]

Si, quizá ahí hacía frío y en Australia podía estar con un vestido veraniego, tomando cócteles y rociandose spray para mosquitos mutantes, pero prefería estar mil veces en esa playa congelada con Francis que aguantando a su familia materna con su acento raro.

"Ni un poco" respondió con una sonrisa. "¿No te hablé de mi primo adicto a la picadura de Billywig?" Preguntó aunque no esperaba una respuesta, luego soltó un suspiro "Mi familia materna australiana es... muy peculiar para mis gustos" dijo, para no decir que no les caía muy bien.

"¿A qué distancia está tu casa de aquí?" Preguntó.

[Francis Sutherland]

Francis sí recordaba que Emma le había contado la historia sobre su primo y su trágica adicción. Asintió levemente con la cabeza mientras ella hablaba, manteniendo el ritmo mientras comenzaban el descenso hasta la playa. Yo creo que serán 200 metros, ¿no? 60 hasta la edificación y 140 hasta la playa, ¿más o menos? No quiero que tengan que sufrir la subida después, tampoco.
"Mi casa está bastante cerca, creo que son tres kilómetros para el otro lado, hacia el lado de la costa de Brighton" explicó, para que quedara claro que no vivía en una zona particularmente tranquila. No como el área donde estaban, claro. "Es mi primera vez aquí" dijo mientras la miraba de reojo con media sonrisa.

[Emma Goulding]

Emma pisaba con cuidado porque, aunque no fuese una bajada muy pronunciada, no quería que tropezarse como la última vez, especialmente ahora que no estaba agarrada de Francis, sin bien ganas no le faltaban. Por la colina, obvio. Obvio.

"Entonces solo necesitabas una buena excusa para venir" dijo con una sonrisa. "De momento ha valido la pena, ¿no? Esto es precioso" dijo, alzando el mentón ligeramente, señalando hacia la playa.

[Francis Sutherland]

Obvio que si terminaban tomados del brazo (o de las manos, ¿quién sabe qué situaciones extremas podría reclamar el terreno aún no explorado?) era por el bienestar físico de ambos en esa situación de aventura. No porque quisieran, claro, era pura necesidad y sentido común, si es que siquiera ocurría.
"Lo es" dijo, mirando a Emma. Luego miró hacia la playa que ella señalaba. Egoístamente había pensado en que, si no fuera un área protegida, sería un lugar ideal para una construcción mágica de viviendas y un pequeño poblado podría asentarse allí, pero obviamente era más valioso como área natural accesible a toda la población, mágica o no. "No hubiera sido lo mismo si venía solo" agregó.

[Emma Goulding]

Sentía el aire marino en su cara. No hacía demasiado frío así que era muy agradable. Usó el pañuelo que traía como bufanda, dándole una vuelta para cubrirse el cuello bien. No era una persona especialmente delicada de salud pero no estaba de más prevenir un dolor de garganta.

"No lo sé, quizá en un día soleado estaría bien venir, solo para pasar el rato. Puedes leer o dormir. Aunque es verdad que es un buen lugar para una cita" dijo, arrepintiéndose inmediatamente después de haberlo dicho "o pasarlo con amigos" añadió, lo más natural que pudo. No sabía porqué se estaba esforzando tanto en que no se malinterpretaran sus palabras. Tener un amigo hombre era algo nuevo para ella. El último que tuvo era gay, y no sabía hasta qué punto contaba.

Imaginando que no tardaron demasiado en llegar a la playa, Emma se detuvo antes de pisar la arena para quitarse los zapatos. Miró a su alrededor, para comprobar que nadie la veía y sacó su varita para desatarse las botas. Al sacar los pies, los calcetines se quedaron dentro. También usó magia para subirse el ruedo de los vaqueros.

[Francis Sutherland]

-Una cita- repitió en su cabeza, y luego la voz de Emma pareció retumbar con más fuerza -o pasarlo con amigos-. La palabra 'amigos' tenía un eco en su mente. Dejó que el sonido del agua se llevara su preocupación y se enfocó en observar a Emma.
Decidió imitar a Emma para acercarse a la arena. Se sentó en el suelo para sacarse las botas, los calcetines, y enrollar las piernas del pantalón a lo muggle. Solamente usó su varita, guardada en el bolsillo del pantalón, para impermeabilizar sus pantalones por si acaso. "¿Impermeabilizo?" preguntó, ofreciéndole hacerlo por ella. Quizás la ropa de Emma ya era impermeable de por sí, por eso preguntaba sin asumir.

[Emma Goulding]

Se quedó de pie unos segundos, mirando a la nada, pensando aún en lo que había dicho y en si afectaría su comunicación de ahora en adelante. Emma era consciente que la relación que tenían ellos era, cuando menos, rara. Estaba infelizmente casada con un tipo que le prestaba la atención justa y necesaria para que ella no pudiera reprocharle nada, y estaba viéndose a solas con una persona que conoce de toda la vida y que, aún así, no tenía una gran historia. Se estaban conociendo y a la vez no. Francis era lo opuesto a las relaciones que suele tener y eso era muy bueno para ella, justo lo que necesitaba. No quería estropearlo.

Apenas escuchó lo que dijo. "¿Qué?" Miró hacia abajo "¡Ah! Si, por favor" respondió, acercándose un poco para que él pudiera aplicar el hechizo.

[Francis Sutherland]

Aplicó el hechizo en la ropa de Emma con todo el disimulo que era capaz de tener, enfocándose en pasar desapercibido incluso a distancia, por si acaso. No necesitaba problemas innecesarios con el Ministerio, ni tampoco andar causándole problema a algún muggle que también estuviera pasando por la zona para distenderse.
"Listo" dijo, con media sonrisa. No podía creer que estaba en una situación tan particular con Emma, como si fueran unos años más jóvenes, como si ella no estuviera casada, como si... Mejor no pensar tanto en vidas alternativas. Verla ahí era ya bastante milagroso.

[Emma Goulding]

Al menos uno de los dos estaba atento a su entorno, porque Emma claramente no lo estaba. Estaba debatiéndose entre las muchas ganas que tenía de estar ahí y lo casi segura que estaba de que algo saldría mal. Menos mal que no había vino en esa no-cita, porque así sí no respondo por ella.

"Gracias" le dijo con una sonrisa. "¿Estará bien que dejemos los zapatos aquí?" Consultó, porque no le apetecía hacer toda la caminata descalza, seguro no llegaría muy lejos. Se le ocurrieron un par de cosas que podrían hacer, como encogerlos y esconderlos; Emma podría meterlos en su bolso también, pero todo eso le parecía demasiado si solo podían dejarlos allí.

Hundió un pie sobre la arena. Estaba fría, por si alguien lo dudó.

[Francis Sutherland]

"Sí" respondió sin pensarlo mucho, porque su cabeza estaba llena de otras cosas. Pero sí se detuvo a mirar alrededor, para volver a pensar en lo que Emma le había preguntado. Asintió la cabeza, probablemente más para asegurarse a sí mismo que para reforzar la respuesta que le había dado a ella. Dudaba que alguien, mágico, muggle o animal (fantástico o de los otros) fuera a encontrar interesantes el calzado de ambos, especialmente en un lugar tan remoto.
"Me hago personalmente responsable de nuestras pertenencias hasta que el día acabe" dijo con una breve risa. De todos modos sí hablaba en serio.

[Emma Goulding]

Bueno bueno, los de ella eran nuevos y de buena marca. No descartemos alguna criatura con buen gusto que frecuente esa playa.

Lo miró y le sonrió. Emma le confiaría cualquier cosa a Francis y solo caer en cuenta de eso le daba pavor. Tragó saliva y miró hacia la playa, empezando a caminar hacia ella, hundiendo los dedos en la arena, sintiendo el frío colarse por sus pies sin que llegase a ser molesto.

"Es un buen sitio donde vivir" dijo, un poco distraída. "Los árboles están bien pero la playa es muy especial" añadió. A lo mejor podía convencer a Aldrich que compraran una casa por ahí, así viviría cerca de Francis.

-Mala idea-.

[Francis Sutherland]

Francis no estaba seguro de qué significaban las palabras de Emma, más allá de lo que estaba diciendo claramente. Había algo que le llamaba la atención y no sabía si era él imaginando o si realmente había una posibilidad de que las menciones de Emma de notar posibles lugares para vivir cuando hablaba con él significaba algo. Quizás sí era que quería tener una segunda, tercera, o lo que fuera casa de veraneo para ella y su marido, y la familia que fueran a armar a futuro. Y se lo comentaba a él por su trabajo.
O había algo en sus encuentros que la hacían pensar en otras casas, otras vidas, otras opciones domésticas.
"Hay áreas similares fuera del área del parque, que son opciones posibles. Pero puede que el gobierno eventualmente intervenga el lugar" comentó, no por pisar sus sueños si no por responder con profesionalismo, como queriendo compensar por sus pensamientos demasiado atrevidos y casuales.

[Emma Goulding]

Metió algunos dedos como pudo en los bolsillos de su ajustado pantalón, con la mirada puesta en la arena que iba pisando. Estando descalza pisar algo cortante era un verdadero peligro.

Sin embargo, alzó la vista con el comentario de Francis. "¿Qué gobierno? ¿El nuestro o muggle? ¿Y por qué?" Quiso saber, porque ahora que cabía la posibilidad de que no pudiera tener su casa en la playa de Brighton, más ganas tenía de tenerla, porque así funcionan los caprichos.