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Desafío #23: ¡Tira los dados!

Aquí guardaremos todos los desafíos que ya se encuentran cerrados. ¡Pasen y vean las cosas geniales que se hicieron en el foro!
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Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Administracion »

DESAFÍO #23:
¡Tira los dados!


En este desafío vamos a crear escritos que contengan una (¡o dos, si se atreven!) de las frases de ESTE LISTADO.

¿El azar les dará la idea principal? ¿Les dará el final del escrito? ¿Les dará un dolor de cabeza porque la frase que les tocó no les hizo nacer ninguna idea? ¡Tantos sentimientos ocultos para descubrir!

Los pasos a seguir para participar en este desafío son bastante sencillos:
  1. Vayan al post mencionado y hagan una tirada de dados en respuesta a ese post (no aquí: aquí van a ir solo los escritos, no las tiradas). Pueden usar únicamente 1d100 o 2d100.
  2. Elijan una o ambas frases de la tirada, tomando en cuenta la lista.
  3. Escriban una historia que contenga la o las frases. La historia podrá ser del largo y la temática que deseen.
  4. Compartan su historia como respuesta a este thread (como siempre), con el siguiente formato:

Código: Seleccionar todo

[b]Título:[/b] 
[b]Tipo:[/b] (Humor, angst, drabble, etc.)
[b]Frase/s disparadora/s:[/b]
[b]Personajes:[/b] (opcional)
[b]Cantidad de Palabras:[/b]
[b]Comentarios:[/b] (opcional)
[b]Mis puntos van para la Casa:[/b] 
Tienen tiempo hasta el lunes 11 de mayo a las 23:59 hs. (GMT-3) para participar. A partir del martes 12 de mayo tendrán una semana para votar y luego anunciaremos a los ganadores, como siempre.

Los premios serán:
1º puesto: 100 puntos para la Copa de las Casas.
2º puesto: 60 puntos para la Copa de las Casas.
3º puesta: 30 puntos para la Copa de las Casas.

Los demás concursantes ganarán 10 puntos para la Casa que indiquen en su post.

Al participar del concurso, el jugador le otorga permiso a la administración para poder reproducir el escrito en las redes sociales con la intención de fomentar el uso del foro, dando siempre el crédito debido al autor. Ante cualquier duda, no tengan miedo de consultar.

Recuerden que todo lo que se escriba en los desafíos es parte de universos alternativos que no afectarán a los personajes del foro.

¡Éxitos!


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Diana Harrington
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Diana Harrington »

Título: Labores del desahogar
Tipo: General
Frase/s disparadora/s: 50. Necesito que me perdones.
Personajes: Dora Archivald, Mason Storstrand, Naomi Sewell.
Cantidad de Palabras: 1030
Mis puntos van para la Casa: Gryffindor

Dora se despertó, sobresaltada, cuando la puerta de entrada se cerró de un golpe. Se talló los ojos con las manos, mirando alrededor. Estaba tirada en el sillón de la sala, la mesa ratona llena de copas y bowls vacíos, mientras la luz del ventanal la hacía sentir como si estuviera viviendo en la superficie del sol mismo.
Se incorporó, sintiendo el dolor en los músculos de una noche mal dormida y el dolor de cabeza de una noche bien bebida. Un ruido de platos hizo que entrecerrara los ojos hacia la cocina.
Mason, de espaldas, acababa de abrir la canilla para lavar los platos.

“Buenas... ¿recién llegas?” preguntó Dora, estirándose lentamente mientras se intentaba poner de pie. Se agarró del respaldo del sillón.

“No.”

Dora frunció el entrecejo. Era raro que Mason contestara de forma monosilábica, por más cansado que estuviera. Bajó la vista a la mesa ratona, que ahora sí podía observar sin sentir que se le quemaban los ojos por la claridad.

"Recién acompañé a Naomi a usar la Floo Network" agregó Mason.

Los recuerdos de la noche anterior regresaron como una oleada sobre ella, tapándolo todo: Mason había estado cenando con Naomi en el comedor para cuando Dora llegó a interrumpirlos. Se estaba por encerrar en la habitación cuando la invitaron a comer, porque había sobrado comida. Dora iba a decir que no, porque sabía que si ella estuviera en el lugar de Mason no querría interrupciones, pero Naomi la miró toda sonriente y perdió el control.

Naomi era hermosa. Siempre lo había sido. Habían sido compañeras de año, de casa, de habitación. Nunca amigas. Pero era imposible no mirar a Naomi Sewell, no notarla, no imaginar ser la razón de una sonrisa de ella. Dora, incluso en sus años más represivos y dañinos en su intento de forzar interés en los varones, podía admitir que Naomi era atractiva.

La noche anterior había sido un error. Nunca debería haber aceptado un plato de comida y sumarse a la cena, aunque ellos ya hubieran comido. Dora sabía demasiado como para fingir ahora, con Mason lanzando encantamientos de aquí para allá para ordenar la cocina, que no estaba al tanto de la situación.

Uno de los recuerdos más bonitos que tenía, no de Mason pero en general, era una noche en la que ambos durmieron con las puertas de las habitaciones abiertas. Y, sin poder dormir, se contaron todos los secretos que guardaban. Susurraron miedos, narraron recuerdos, admitieron derrotas. Mason le dijo que aunque Naomi era su mejor amiga, siempre se preguntó si quizás ella pudiera verlo como algo más. Hablaron tanto y de tantas cosas que se quedaron dormidos, con un peso menos en el pecho, liberados pero unidos.

Pero la noche anterior Dora había visto a Naomi Sewell mirarla por encima de su delicioso hombro, sonreírle, y fue todo en piloto automático.

Mason le sirvió un plato de pastas con mariscos, Naomi le sirvió una copa de vino blanco. Se rieron. Naomi, en algún momento, le tocó suavemente el brazo mientras rememoraba aquella vez que un compañero de clase había intentado usar una rosa que ella rechazó para conquistar a otra chica que había visto la escena en un intento desesperado de conseguir una cita de San Valentín. Los ojos de Dora se habían posado en los labios de Naomi muchas veces esa noche, y ahora que lo pensaba, seguramente Mason lo había notado.

Dora soltó el respaldo del sillón y caminó hacia la cocina. Los platos estaban lavándose, las botellas vacías estaban ordenadas sobre la mesada. Mason todavía tenía puesto el uniforme del autobús noctámbulo.

“Hey” saludó Dora con una voz ronca que le costó reconocer como propia.

"Hey" devolvió él, sin girarse.

Mason había tenido que salir para empezar su turno de trabajo nocturno y Dora no se esperaba que Naomi le preguntara si podía quedarse un rato más. Se pusieron al día con sus vidas, aunque superficialmente, y se encontraron revolviendo recuerdos de Hogwarts entre copa y copa. Naomi le dijo que era una pena que no hubieran sido amigas en ese entonces. Dora, en ese entonces, era otra.

"Mason..." se detuvo en la mesada, apoyando la cadera contra ésta. "Necesito que me perdones" dijo, un tono suave pero decidido. "Te fuiste, y bebimos, y no pasó nada" le aseguró. "O no recuerdo que haya pasado nada, ¡pero me acordaría!" sus ojos se clavaron en las manos de Mason, que colocaba copas limpias en la alacena.
"Aparte sé... ambos sabemos. Lo siento" susurró.

"Dora..." Mason se giró para verla. Ella esperaba ver una expresión enfadada, lo imaginó reprimiendo inútilmente los celos. Lucía exhausto, lo que solamente la hacía sentir peor.

"Solamente quiero explicarte" continuó, la voz escapándosele de la boca sin saber de dónde salía. "Estaba ebria, y feliz, y tú sabes... tú la has visto. Estuve mal en intentar algo" admitió.

"Dora" la llamó Mason.

"Por favor, déjame explicarte..." comenzó Dora otra vez, aunque ya había dicho todo. Mason le tomó los hombros con las manos, enfrentándola. Sintió las manos frías de él por sobre la camisola.

"Dora, no pasa nada" le aseguró. "No pasó nada" se corrigió, o quizás agregó.

Dora ladeó suavemente la cabeza, tratando de leer otra expresión por entre el cansancio.

"Me lo dijo en el elevador, recién" continuó Mason, levantando las manos de los hombros de Dora y guardando los platos limpios. "Está saliendo con alguien hace varios meses" ella lo vio sonreir, pero sabía qué tipo de sonrisa era esa. "Parece que van en serio".

"Oh" fue lo único que atinó a soltar. Si había guardado tensión en los hombros, esta pareció desvanecerse de inmediato, para trasladarse a su estómago en forma de una pesadez triste. "Yo sigo" le dijo, empujándolo suavemente con la cadera para que soltara una olla. "Ve a dormir".

Mason negó con la cabeza. "No, ya casi termino" insistió.

Dora agarró un repasador de la mesada y lo sostuvo entre las manos, amenazante. "Cuento hasta tres" declaró.

Mason se rió.

"Uno..." dijo Dora, preparándose para usar el repasador.

Mason dejó la olla y alzó las manos. "Me voy a bañar, me voy a bañar y a dormir".

"Ya me parecía" dijo Dora.


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Dion Thornhill
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Dion Thornhill »

Título: Caballo regalado
Tipo: General
Frase/s disparadora/s: 86. Te compré algo.
Personajes: Emma Goulding, Andrew Grunewald
Cantidad de Palabras: 540
Mis puntos van para la Casa: Ravenclaw

Emma mantuvo la sonrisa en su rostro con facilidad casi toda la noche. Andrew Grunewald era atractivo, y tenía una buena carrera, y a él no parecía importarle su divorcio. Tampoco parecía importarle la diferencia de edad, o el dolor de cabeza que le causaba a ella el parloteo incesante.
Pero a Emma le importaba todo eso. Le importaba muchísimo. Y la sonrisa la mantenía con facilidad porque así se había criado, y porque a pesar de que tuviera ganas de gritar y salir corriendo del restaurant, se sentía obligada por sí misma.

Se negó a pedir postre y logró convencerlo a saltarse el café y el digestif: inventó una alergia al vermouth y una mala experiencia pasada con el fernet. Casi dos horas antes de lo que estaba acostumbrada a salir de un restaurant con buena compañía, Emma estaba caminando agarrada del brazo de Grunewald mientras el viento le arremolinaba el cabello. Ni siquiera había hecho el esfuerzo en utilizar una poción fijadora, como solía hacer para su marido.
Se detuvieron en Smeatons Pier, Emma tomando asiento en un banco que daba hacia el otro lado de la bahía rodeada por Harbour Sand. Andrew permaneció de pie, apoyando la espalda en el paredón de piedra.

"Te compré algo" dijo él. Emma volvió a sonreír, vacía por dentro.

"No hace falta que me compres nada" le dijo, su voz suave.

"Mira" Andrew metió una mano en el bolsillo de la chaqueta y sacó una pequeña caja.

"Andrew, no puedes" dijo, enseriándose.

"Oh, no. No es un anillo de compromiso" se acercó a ella, sentándose a su lado. "Es un anillo de nada, ¿ves? Es solamente un anillo" insistió.

Emma sintió un calor que le oprimía el pecho. Andrew sacó el anillo de la caja, tomó la mano de Emma, e intentó colocárselo.

"Andrew, no" Emma retrajo la mano hacia su pecho. "No puedo aceptarlo" no quería aceptarlo. No quería nada.

"Sí puedes, vamos, que es un simple anillo" insistió, acercando la mano para tomar la de Emma.
Emma se sintió morir por dentro. Permitió que él le tomara la mano, que colocara el anillo, pero no le sonrió. Miró al frente, a la enormidad del mar, cansada de odiar todo.

"Andrew, quiero ir a casa" dijo en un susurro.

"¿Qué?" preguntó él, confundido. "Pero si es tempranísimo, y hay tanto para ver en St Ives...".

"Quiero-ir-a-casa" dijo Emma, enunciando demás cada sílaba. Se puso de pie, notando que Andrew aún sostenía su mano.

Ese anillo se sentía pesado y molesto. Era como un alambre de púas alrededor de su dedo anular, estrujándole el corazón.

"¿Y si damos una vuelt-?" comenzó a decir Andrew.

"No" dijo Emma, con firmeza. Retiró su mano de la de él con un movimiento rápido y decidido. Sabía que estaba siendo grosera, pero estaba cansada. Se sacó el anillo del dedo y, mientras Andrew gemía en anticipación, lo lanzó al mar.

"¡Emma!" exclamó él, levantándose del banco para asomarse por la pared de rocas hacia el agua. Miró hacia ella por sobre su hombro. "¿Estás loca?".

"Estoy harta. Sabes hacer un accio, así que no necesito este drama" Emma miró alrededor. No había nadie observándolos.
"No vuelvas a contactarme" pidió, y desapareció con un ruido ensordecedor.


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Aurora Kent
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Mensajes: 36
Registrado: 30 Mar 2020 13:08
Ubicación: Hull, East Yorkshire
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Aurora Kent »

Título: Mental gymnastics
Tipo: General, pero spicy
Frase/s disparadora/s: 68. Bueno, aquí vivo.
Personajes: Waleska, Neve, Caroline, Alastair.
Cantidad de Palabras: 779
Comentarios: Definitivamente no era esto lo que me senté a escribir, comprometida a hacer algo en una hora. Quería algo tierno y casi que una declaración de amor para Caroline, y se me escapó el kink de las manos. Perdón.
Mis puntos van para la Casa: Slytherin, por Caroline.

Neve alzó los brazos y se estiró, balanceándose primero en una pierna y luego en la otra. Detrás de ella, Waleska la imitó y cuando Neve hubo terminado, Waleska se abrió de piernas para sentarse sobre la gruesa alfombrilla de algodón.

"Bueno, ¿y?" preguntó Waleska, estirándose para agarrar su pie derecho y manteniendo la posición. Neve tomó asiento sobre su propia alfombrilla y miró con curiosidad a Alastair.

"Caminamos hasta su casa que quedaba un par de cuadras, y cuando llegamos me dijo 'Bueno, aquí vivo'" explicó él, tirado como estrella de mar, inmóvil.

"Esa es buena señal, ¿no?" dijo Neve, pensativa, mientras cruzaba las piernas.

"No lo sé" Waleska exhaló y soltó su pie derecho para enderezarse. "Bien podría significar 'Bueno, bye'..." inhaló profundamente y se estiró hacia el otro pie.

"Según lo que has contado, yo imagino que Liney diría 'bueno, bye' sin problemas" opinó Neve. Alastair hablaba de ella como 'Liney', así que Neve desconocía que tenía un nombre más normal.

"¿Por qué no te animas a acercarle la boca la próxima vez? Si sigues así, con miedo de invitarla a salir y con miedo de averiguar en qué plan ella acepta..." dijo Waleska. Neve asintió.

"Por más que nos cuentes todo, no podemos adivinar qué piensa ella. Si no te la juegas no puedes quejarte después" dijo la morocha, en un tono ligero.

Alastair miró la nube gris que pasaba, lentamente, por sobre Occamy Heights. Él nunca se había considerado cobarde, de hecho había pasado años pensando que era un inconciente que actuaba por impulso. ¿No era eso la valentía?
Pero desde que había regresado a Inglaterra con la expresa misión de ser una mejor persona, Caroline le había hecho ver que le faltaba demasiado todavía.
Quizás ella no lo sabía, pero Alastair dudaba de ser capaz, siquiera, de poder ser mejor. Sería fácil continuar con el rumbo que tenía trazado con facilidad, hasta que un día alguien le hiciera notar que ya no era atractivo, carismático o interesante porque nunca lo había sido.

Alastair sintió un peso repentino en su torso, y Waleska se hizo hacia adelante para taparle la visión del cielo, sentada sobre él.

"No te deprimas" demandó.

"No estoy deprimido" se defendió él, esbozando una pequeña sonrisa.

Neve los miró con las cejas alzadas, y luego suspiró con cansancio para sacar la varita y arrollar su alfombrilla. No tenía tiempo para esas cosas.

"No sabes mentir" dijo Waleska, empujando sus rodillas contra los costados de Alastair.

"¡Después no se quejen cuando no quiero subir a ejercitarme con ustedes!" se quejó Neve de salida, dándoles la espalda mientras salía de la terraza.

Waleska alzó la vista y Alastair giró la cabeza en un intento de ver a la morocha.

"¡No, ven!" pidió Waleska aunque solamente de respuesta escuchó la puerta cerrarse. Que no la dejara abierta era, para ellos, señal de que Neve los perdonaría en algún momento.

"Tú tampoco sabes mentir" dijo Alastair, mirando a Waleska.

Ella lo miró, seria, volviendo a apretar sus rodillas a los costados de Alastair. Llevó sus manos al cuello de él, rodeándolo con sus dedos firmemente.

Lamentablemente para ambos, Waleska había aprendido bien y rápido lo que le gustaba a Alastair. Deslizó las caderas un poco hacia atrás, todavía mirándolo con seriedad como si estuviera pensando qué quería hacer.

Ya lo habían hablado la segunda vez que había ocurrido, como si se tratara de un accidente, y con el tiempo y las repeticiones habían ahondado más de lo normal. Habían hablado de que no se veían amándose, y que quizás tenían intereses románticos en otros lados. Habían admitido que era divertido acostarse juntos, que los dos lo habían necesitado de una forma u otra, pero que no era algo que podían mantener por mucho tiempo.
Alastair le había prometido que si Caroline salía con él en plan romántico, o si Waleska conocía al amor de su vida, él se mudaría de Occamy Heights. Aunque Waleska había insistido en que no era necesario y que era un demente, también sintió un alivio descomunal.

"Lo haces sonar como si no tuviéramos autocontrol" dijo ella ese día, reacomodándose las calzas de spandex dando saltitos delante del espejo.

Alastair se había encogido de hombros, todavía enredado entre las sábanas. Waleska tenía la certeza de que, si se lo propusiera, podría no volver a mirarlo siquiera. Y aunque nunca se lo diría, temía que Alastair nunca pudiera conquistar a Caroline.

Alastair exhaló despacio, las manos de Waleska contra su cuello apretando suavemente, sus latidos acelerándose y su cuerpo reaccionando a los estímulos. 

"Bajemos a tu apartamento" dijo Waleska, haciendo fuerza con los dedos brevemente y luego soltándolo para levantarse de encima. "Y que sea la última vez".


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Ichabod Winslowe
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Ichabod Winslowe »

Título: Te voy a dejar pelado.
Tipo: Intento de intento de intento de humor.
Frase/s disparadora/s: 78. No se suponía que escuches eso.
Personajes: Eileen Breckenridge, Dora Archivald, Mason Storstrand.
Cantidad de Palabras: 1057.
Comentarios: Disculpen, me olvidé el sentido del fic en el otro bolso (junto con la Señora Vergüenza, que me debería estar diciendo: no postees esto, no tiene ni pies ni cabeza).
Mis puntos van para la Casa: Slytherin, dice Dora.

“Estoy a un paso de empezar a andar desnuda por la vida” dijo Dora, bajando la varita con fuerza. La camiseta que había estado tratando de doblar con magia quedó colgando del borde del canasto, como rogando por su vida (o al menos por su limpieza, porque el suelo del lavadero no estaba demasiado reluciente a esas horas de la tarde).

“Bueno, eso sería algo interesante de ver. Avísame con tiempo para mudarme al edificio, ¿ok?” dijo Eileen, levantando un poco las cejas. “Y para aprenderme algunos hechizos de caída de cabello para cuidarte, porque a la primera loca que te mire mucho…” agregó, gesticulando con la punta de su varita hacia su propia cabeza, con los ojos abiertos de forma exagerada y una expresión que dejaba bastante claro que la que mejor calificaba de loca era ella.

Estaba tratando de domesticar sus celos 'de amiga' desde hacía meses, pero era una tarea difícil. Dora vivía en el edificio con más o menos la mitad de Hogwarts, según Eileen. La mitad linda, también según Eileen. La vida era injusta y ella se sentía en desventaja solo por no vivir allí: si bien no estaba segura de lo que quería en su vida sentimental, estaba bien segura de que no quería ver a Dora pasando tiempo con nadie más que con ella. “O al primero que te mire mucho… Ya sabes de quién hablo. Pe-la-do”, dictaminó.

Dora inclinó la cabeza hacia su amiga y revoleó los ojos hacia el techo. (El techo estaba impecable, a opinión de la camiseta que volvía a luchar contra la gravedad mientras Dora trataba de doblarla en el aire nuevamente.) “Eileen… Mason puede mirar lo que se le dé la gana. ¿No te conté de cuando se me prendió fuego la blusa? No sé qué hechizo usó, pero en un segundo pasé de tener las tetas prendidas fuego a tener puesto el pantalón y nada más.”

“¿Quién te dijo que era buena idea usar ropa de nylon para cocinar? Si no sabes ni hacer café…” se quejó Eileen, tragando una bola de celos irracionales y tratando de que no se le note demasiado.

Dora soltó una carcajada y la camiseta dio una vuelta en el aire, para finalmente encontrarse con su destino: el suelo lleno de mugre y polvo de lavar tirado.

“Quizás debería cocinar desnuda, también. ¿Ves, Eileen? Todo sería más sencillo sin ropa. Tengo que empezar a leer mejor las señales que me aparecen por el camino”, bromeó. O quizás no bromeó, sino que presionó, ¿quién sabe? Dora ya tenía bien claro lo que quería de su vida, a diferencia de otras personas.

“Lo voy a dejar pelado,” amenazó Eileen. “Y al parecer su cabello le gusta mucho. Va a ser un pelado muy triste, y va a ser tu culpa.”

Dora levantó la camiseta y la sacudió. La puso en un rincón del canasto de ropa limpia, con la idea de tirarla directamente al tacho de ropa sucia luego. Al parecer, sería mejor seguir practicando el doblado de ropa en su living, el cual ella misma mantenía limpio, con todo el orgullo del mundo. “¿Sabes? Mason y yo seríamos una hermosa pareja. Él necesitaría cambiar un poco, quizás… ¿No sería una hermosa mujer?” dijo, sin mirarla.

Eileen estaba a punto de contestar, en medio de una tempestad de celos ridículos que seguían queriendo salirse de control, pero cuando levantó la vista del tacho de ropa vio a Mason, parado en el umbral de la puerta, tapándose la boca con la mano para hacer menos evidente que se estaba riendo en silencio.

Dora se giró en el lugar y soltó un divertido “Pffft” antes de acercarse a su roomate para darle una palmada en el pecho. “No se suponía que escuches eso” le dijo, mirándolo con los ojos entrecerrados.

“Se escucha desde el pasillo” comentó él, entrando al lavadero con su propio canasto de ropa sucia, al que Dora, sin dudarlo, le había agregado la camiseta que se le había caído al suelo. “En este momento Mr. Hickinbottom debe estar pensando en mis futuros pechos con mucho cariño”, bromeó al pasar junto a Eileen, que hizo un puchero pero no dejó de amenazarlo con la varita en todo momento, como si fuese el enemigo.

Dora le festejó el chiste y salió del lavadero con su canasto. Luego de unos pasos, se giró hacia Eileen. “¿Vienes? Me da miedo dejarte sola cerca de mi futura esposa de cabello fantástico” dijo, divertida, para luego darles la espalda y caminar hacia el ascensor.

A Eileen se le encendieron las mejillas y no pudo evitar mirar fijo a Mason, por más que sabía que él vería mucho más en su rostro de lo que ella quería mostrarle. “No es justo”, se quejó en voz baja.

Mason la miró con tranquilidad (como al parecer miraba todo en la vida, según Eileen) y le sonrió. Eileen lo odió por sonreírle, así como lo odiaba por ser el roomate de Dora.

“Pongo la ropa a lavar y me voy derecho al trabajo”, le informó él livianamente.

Eileen se miró los zapatos.

“Puedes ser honesta con ella, ¿sabes?”, agregó Mason en voz más baja.

Eileen levantó la vista despacio y lo miró de nuevo, con los ojos entrecerrados. “Te voy a dejar pelado en serio” le dijo, tratando de que suene a amenaza, pero logrando solo un tono de niñita que sabe que le toca hacer la tarea aunque no quiera.

Él no dijo nada más. En cambio, le mantuvo la mirada. Esa mirada tan calma y tan opuesta a todo lo que sentía Eileen en ese momento, que a ella le fue agotador mantenerla por más de unos segundos.

Luego de un momento de lucha interna (y de tratar de robarle la tranquilidad a Mason por los ojos, como un vampiro mental), Eileen caminó hacia la puerta, callada. Dora la esperaba dentro del ascensor, y ella todavía tenía que enseñarle a doblar bien las camisetas. Porque Eileen podría buscar las palabras correctas para tratar de expresar (y tratar de entender) lo que sentía, pero no podría hacerlo jamás frente a una Dora enemistada con la ropa. No. Eso no funcionaría de ninguna forma.

Lo más importante de la noche era afianzar la buena relación de Dora con sus camisetas. El intento de confesión podría esperar un poco más.


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Dahae Seo
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Dahae Seo »

Título: Cinco fotos
Tipo: Tipo quería postear algo antes de que se termine el tiempo. De nuevo.
Frase/s disparadora/s: 16. ¿¡Perdón!?
Personajes: Eli Lufkin, Joss Brackenbury y aparición especial de Dion Thornhill.
Cantidad de Palabras: 441
Comentarios: Una disculpa a los involucrados por arrastrarlos a esto. Y no, no chequé cómo funciona una cámara de fotos mágica, porque no me convenía entrar en detalles.
Mis puntos van para la Casa: Ravenclaw, je.

Abrió la caja con su regalo de cumpleaños y sonrió ampliamente. Había pasado la mitad del verano anterior rogando a Ken que le prestara su cámara fotográfica, y la otra mitad absorbiendo sus tareas domésticas, que acumulaba como favores para intercambiar por tiempo con el artefacto. –Por esto, por esto eres mi favorito, Thierry–, pensó, mientras sacaba su propia cámara nueva, más pequeña y sencilla que la de Ken, pero completamente suya. ¡Ni una tarde más rastrillando para amontonar las hojas en el jardín en lugar de su hermano!

Después de hacer algunos ajustes, revisó que todo estuviera listo para sacar la primera foto y, con el ojo en el visor, recorrió de izquierda a derecha el Gran Salón, buscando un objetivo sin encontrar algo suficientemente atractivo. Nada personal, pero no quería que su primera foto fuera de un grupo de compañeros random platicando y desayunando (aunque sería muy gracioso capturar a alguien ahogándose accidentalmente con la tostada por toda la eternidad, pero eso quedaba mejor para la foto número diez).

Cuando su lente apuntó de nuevo a la mesa de Ravenclaw, por fin encontró algo lo bastante interesante como para inmortalizar. “Hey, Thornhill” llamó, y Dion, que acababa de sentarse frente a ella, al otro lado de la mesa, levantó la mirada de las opciones de desayuno que estaba considerando. Flash. Joss bajó la cámara, satisfecha, mientras su amigo parpadeaba un par de veces tratando de entender qué había sucedido. Antes de que pudiera decir algo, una voz exclamando “¡¿Perdón?!” se escuchó desde la puerta del Gran Salón. Joss volvió a levantar la cámara, por si estaba ocurriendo algo que valiera la pena documentar.

En la puerta estaba Eli, cruzado de brazos y hablando con otra persona que llevaba los colores de Slytherin. Parecía bastante agitado y ahora estaba señalando hacia el exterior, como queriendo enfatizar algo que desde su lugar no podía entender. Flash. La foto capturó a su compañero de casa cruzándose de brazos otra vez. Flash. Esta foto encuadró solamente la parte superior del chico, con su uniforme limpio y sin arrugas. Flash. Cuando revelara esta foto tendría un acercamiento vergonzoso al rostro de Eli, que ahora estaba frunciendo el ceño en su dirección. Flash. La quinta, última foto, mostraría a Eli sonriendo para la cámara, posando con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

Joss apartó la cámara de su rostro y mordió su labio inferior, intentando disimular su propia sonrisa. Giró sobre su asiento para sentarse apropiadamente y comenzó a servirse el desayuno como si nada hubiera pasado. Tenía un par de ideas sobre de qué forma iba a terminarse ese rollo.


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Cecile Greengrass
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Mensajes: 652
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Ubicación: Oficina de Ley Mágica Internacional, Ministerio Británico de Magia
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Cecile Greengrass »

Título: Primera sesión
Tipo: Dramah diría yo
Frase/s disparadora/s: 70. ¿A qué le temes?
Personajes: Ashley Hogan, Agatha McGee, Connor McGee
Cantidad de Palabras: 551
Comentarios: Un aviso, se me dan fatal los finales, me quedan siempre como mochos.
Mis puntos van para la Casa: Slytherin

Lo hacía porque era su amiga, pero sinceramente, hubiese deseado haber dicho que no.

Como parte de su proyecto final (además de las prácticas en San Mungo), Ashley Hogan tenía que tratar a tres pacientes durante todo un año. Cuando se acercaba el deadline Ashley empezó a desesperarse y le suplicó a Agatha que fuese una de ellos. Él, que sabía muy poco en verdad de lo que había sido la infancia de Agatha, sospechaba que igual podía ayudarla. Después de todo, ya le costaba tres mundos y medio hacerla reír, y eso que él era muy gracioso.

En el departamento de Ashley ubicaron dos sofás individuales, uno frente a otro. Agatha tomó asiento en uno. Su cara por lo general no expresaba muchas emociones, pero ese día se le podía notar la ansiedad.

Ashley se sentó y la miró. "Agatha, ¿estás bien?" Preguntó.

"No, claro que no" respondió, porque si ya iba a entrar en su cabeza no tenía mucho sentido que le mintiera.

"¿A qué le temes?" Preguntó Ashley, cuyo tono de voz cambio al modo 'terapeuta'.

"A que después de esto ya no me veas igual" respondió, alzando la mirada. Agatha temía que, cuando supiera lo que le había pasado, la tratara con condescendencia, y que no viera a la misma persona sino a otra, maltrecha y triste.

"Te prometo que no será así" dijo esto mientras tomaba su varita.

"Ya lo veremos" respondió ella.

"Legeremens".

De repente, ya no estaban en el departamento. En un comedor elegante estaba una Agatha de doce años, sus padres y su hermana, iban por el segundo plato cuando todo se volvió oscuro, como si alguien hubiese apagado las luces. Sintió la presencia de otras tres personas, su papá intentó defenderse, pero era demasiado tarde, un destello de luz verde inundó la habitación y todos menos Agatha cayeron al suelo.

La escena cambió a un calabozo con paredes de piedra, una persona le hablaba a través de la puerta: "nadie va a venir a salvarte, te vas a quedar aquí, por siempre, tu hermano está muerto".

Ahora Agatha bajaba las escaleras de su casa hacia el salón, tenía trece años. Su hermano Connor estaba en el sofá dormido y roncando muy fuerte. Ella tenía un regalo envuelto en sus manos porque era navidad. Agatha le tocó el hombro, pero él no reaccionó, lo intentó otra vez con más fuerza y él le golpeó la mano, ella se echó para atrás "Aggy, perdón, ahora no puedo hablar" le dijo y se dio la vuelta en el sofá, dándole la espalda. Su aliento olía a Whiskey y Agatha contuvo las lágrimas lo suficiente como para lanzar el regalo al fuego de chimenea y subir a su habitación.

En eso, volvió en sí. Sus manos se aferraban tan fuerte a los posa brazos del sofá que tenía los nudillos blancos como el papel. Agatha no se atrevió a mirar a Ashley de inmediato, pero al cabo de un momento lo hizo, esperando ver la preocupación en su rostro o, al menos, algún indicio de tristeza.

Pero no fue así, quizá lo más cercano a lo que ella vio en su cara fue interés o curiosidad, quizá la mezcla de ambas. Ashley suspiró y Agatha estaba casi segura de que sonreía.

"Muy bien, empecemos a trabajar".


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Zelda Lufkin
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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

Mensaje por Zelda Lufkin »

Título: Servido en bandeja de plata.
Tipo: humor ¿quizás?
Frase/s disparadora/s: 41. ¿Has enloquecido?
Personajes: Aurora Kent y otras apariciones especiales.
Cantidad de Palabras: 939.
Comentarios: me cuentan si les da risa :) (jajajaja). Estoy haciendo mis ships favoritas realidad un fic a la vez :PPP
Mis puntos van para la Casa: Gryffindor.


La biblioteca del colegio no era su lugar favorito, los estudiantes solo iban a estudiar, en silencio, bien portados, con miedo a Madame Pince y no ocurría nada divertido allí, a diferencia del Gran Salón, donde había tanto que observar, tanto que escuchar. -Ay, qué lugar tan aburrido- ¿cuántas palabras tenía que tener ese ensayo de pociones? Uhhh, ya ni sabía que más escribir, estaba tan, pero tan aburrida que se le escapo un suspiro y luego apoyó el mentón contra una mano, dejando su mirada vagar por las estanterías y unos cuantos mesones con estudiantes.

Todo. Una niña estudiando. Tan. Un chico leyendo Quidditch a través de los tiempos. Aburrido. Otro par charlando en lugar de escribir en sus pergaminos…

"¡¿Qué hiciste qué?!" susurró en voz alta (¿gritó en voz baja?) uno de los chicos e inmediatamente la atención de Aurora se centró en ellos.

Bajo la mirada a su libro cuando el otro muchacho chisto para que bajara la voz. A lo lejos se escuchó el carraspeo de la bibliotecaria, sin embargo, eso no la detuvo. Reviso la zona, es decir, miro de reojo a los chicos (al menos sabía quién era uno de ellos, ¡estaba en el equipo de Quidditch de Gryffindor!) y como los encontró muy concentrados en su conversación, aprovecho el momento.

Tan solo estaban a una mesa de distancia, si se estiraba un poco más hacía adelante, como quien se acomoda después de mucho tiempo con una mala postura, podía escuchar un poco mejor…

"¿Has enloquecido?" seguido de otro ssshhhh.

El jugador de Quidditch había hecho algo que hacía que su amigo lo catalogara de loco. Oh. Merlín.

"Claro que no" ¿cómo era su nombre? Lo había escuchado en los partidos de esa temporada… Uh, Roman Joyce. Sí, sí, ese era el nombre. Lo vio quitarse los anteojos, que, ooooh, no sabía que usaba, y dejarlos sobre la mesa, con una expresión de arrepentimiento. "Es solo que… Es bonita y agradable, y yo… ya sabes".

Aurora contuvo las ganas de poner los ojos en blanco, -¡Chicas!- Obvio, eran adolescentes, ¿qué podía esperar de ellos? ¿trampa en un examen? ¿polvos mágicos en un baño? ¿escapadas al pueblo mágico en medio de la noche? Claro que no.

Los miro de nuevo, esa vez siendo más obvia, aprovechando que el par estaba muy concentrado en su charla. Roman, sin lentes, miraba un libro como si pudiera leer lo que había ahí y el otro movía los dedos sobre la madera sin hacer ruido. Estaba impaciente, justo como ella.

"¿Y entonces?" Oh, sí, gracias. Johnny-no-sé-qué.

Silencio. "La invite a Hogsmeade" respondió Joyce con un gesto serio en su enrojecida cara "a Puddi-"

"¿Estás loco? Ella sale con alguien" lo interrumpió el otro, y Aurora por su parte hizo un gesto de decepción, ¿Había invitado a Hogsmeade a una chica con novio? Quién se creía que era ¿Un rompe hogares? Al menos había tenido la decencia de hacer la invitación a Madame Puddifoot. Que seguro le había costado un montón, ella sabía que los chicos odiaban ese lugar. Uy, ese chisme empezaba a interesarle.

Roman Joyce se movió incomodo en su asiento, "No estoy loco. No lo sabía". Claro, poseer ese tipo de información a veces era un don, requería un trabajo de campo extenso y preciso, saber quién salía con quién no era una tarea fácil de lograr y ella, por ejem-

"¿Y qué dijo ella?" Woah, ese Johnny le estaba leyendo la mente, justamente preguntaba lo que le interesaba saber.

La respuesta fue un gesto cansado, que le pareció venía de alguien que había recibido su primera decepción amorosa, su mente había comenzado a pensar en varias posibilidades: aquel no era el final de un one-side-love, seguramente, él no se daría por vencido y esperaría una segunda oportunidad para declarar su profundo afecto por esa misteriosa jovencita con novio.

"Me dijo que no, por Dios, está saliendo con alguien. Ella me dijo y luego-"

"Por supuesto que te iba a decir que no" comenzó entonces Johnny, poniendo una mano con fuerza sobre la mesa y señalando con la otra "como se te ocurre que iba a aceptar, está muy por encima de tu liga, además es mayor que nosotros y-"

OH. ¿Qué estaba pasando? MERLÍN.

Vio la espalda de Johnny enderezarse y la cara de Roman ponerse más colorada ¡Como el cabello de Babette!

"¿Qué tiene? Al menos le dije, no tengo nada malo y Diana-"

Aurora alcanzo a cubrir su boca con ambas manos antes que un sonido de sorpresa se le escapara. OH. POR. MERLÍN. ¿Diana? Diana H., Gryffindor, séptimo ¿Diana H. que estaba saliendo con Thomas B.? aymerlín. No necesitaba más información, ya su mente podía construir todo lo demás por su cuenta y- la voz de la bibliotecaria se escuchó desde el otro lado del lugar pidiendo silencio, e interrumpiendo sus pensamientos.

Miro primero en esa dirección, -Oh, no- ese par estaba en problemas. Luego miro de nuevo a los dos muchachos: Johnny murmuraba cosas, recogiendo sus pertenencias y Roman Joyce la miraba con el ceño fruncido. -Ooops- Había sido descubierta.

Pero, mmmmhno. No había podido evitarlo, ¡Había sido culpa de ellos dos por hablar en ese lugar! Ellos le habían dado los detalles sin querer, se los habían servido en bandeja de plata.

Ahora, debía salir de allí, y aprovechando que Irma Pince había llegado en tiempo record a regañar al par de Gryffindors por hacer ruido en su sagrada biblioteca, guardó sus cosas y huyó.

Debía contarle a su hermana todo eso. Ahora iba a acompañarla a la biblioteca. Qué cosas de las que podía enterarse allí ¡qué lugar más interesante!


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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

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¡Gracias por participar! Ahora llega el momento de la votación: pueden hacerlo aquí. Deben votar sus tres historias favoritas, recuerden que es solamente un voto por player.

La encuesta cerrará el 20 de mayo a las 23:59 hs. de Argentina (GMT-3). Tienen una semana para votar. Los ganadores serán anunciados el 21 de mayo en este mismo thread.

¡Suerte a todos los participantes y gracias a los que nos ayudan a elegir a los ganadores!


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Re: Desafío #23: ¡Tira los dados!

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Tenemos los resultados de la votación! Gracias por participar, por leer a sus compañeros/as de rol y por votar en los concursos. ¡Se aprecia mucho!
Imagen El primer puesto es para "Labores del desahogar" de Diana Harrington.
El segundo puesto se lo lleva "Cinco fotos" de Dahae Seo.
El tercer puesto es de "Servido en bandeja de plata" de Zelda Lufkin.


¡Felicitaciones!


Puntos de los ganadores:
100 puntos para Gryffindor
60 puntos para Ravenclaw
30 puntos para Gryffindor

Puntos de los concursantes:
10 puntos para Ravenclaw
30 puntos para Slytherin

0 puntos para Hufflepuff


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Cerrado

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