Bob no pudo hacerlo

[Melwyn Blackwood]

Por más que Melwyn protestara, a veces su mamá se tomaba el atrevimiento de mandarle una lechuza con un sobre enorme lleno de cartas aburridas, recortes de diario muggle que no le interesaban, flores secas, golosinas que no quería comer y otras cosas que le resultaban igual de molestas. ¿Qué parte de 'no quiero que me mandes cosas, por favor' no entendía su madre? Ninguna, evidentemente.

Apenas entró al Gran Salón, una lechuza le dejó un sobre color marrón enorme sobre las manos. ¡Qué vergüenza! Hasta la lechuza era una desvergonzada total que ni esperaba a que Melwyn llegara hasta la mesa de Slyhterin para dejarle sus cosas, aunque ya no sabía si era mejor o peor que no le cayera ese sobre frente a sus compañeros de casa. Por suerte traía el bolso consigo, así que intentó girarlo para poder abrirlo y esconder el sobre dentro. Lo que no esperaba es que los contenidos del sobre se movieran tanto sobre su brazo, haciendo que sintiera que perdía el equilibrio y su bolso terminara apoyado en la banca de la mesa de Gryffindor, después de haber golpeado algo. El algo de alguien. Giró la cabeza con temor, y no estaba preparada para enfrentar lo que acababa de ver: el caos que había desatado sobre la mesa, con tantas piezas diminutas esparcidas.

"Merlín, ¡lo siento!" exclamó con la voz ahogada. Si alguien se ofrecía a matarla ahí mismo, aceptaría.

[Melwyn Blackwood]

((Te pago sho))

No sabía qué hacer con sus extremidades, como si los brazos y piernas le acabaran de crecer del torso inesperadamente, y de hecho el resto de su cuerpo estaba muy incómodo con existir también. ¡Era un desastre lo que acababa de ocurrir, un absoluto desastre! Sentía que la sangre abandonaba sus manos, que se pusieron frías, para instalarse en sus mejillas para dejarlas de un ridículo color escarlata. Pelirroja, sonrojada y encima torpe arruinadora de relojes: Melwyn encontraba difícil imaginar cómo podría odiarse menos a sí misma por lo que acababa de hacer.

"¡Sí, te juro que te lo pagaré!" exclamó mientras se tomaba el atrevimiento de tomar asiento en el banco junto a él, aunque con las piernas hacia el pasillo. Tenía agarrados apenas el bolso y el sobre malévolo que le había enviado su madre, por lo que quería apoyarlos sobre su falda para prestarle toda su atención al Gryffindor y expresar apropiadamente sus sinceras disculpas, junto con su compromiso a compensarlo. El comentario del sombrero hizo que frunciera el entrecejo, inmediatamente asumiento que ella acababa de escuchar cualquier cosa. ¡Lo que faltaba! Torpe y sorda en una misma mañana.

[Melwyn Blackwood]

Lo miró con la expresión compungida, haciendo un esfuerzo por no volver a pasear la vista por el desastre que había causado con el reloj de Lodbrok sobre la mesa. Sentía que le latía el corazón en la garganta.

"¿Huh?" fue lo que soltó cuando lo terminó de escuchar, alzando las cejas. Había algo en la forma de hablar del Gryffindor que hacía que ella sintiera como que estaba en trance, como si no pudiera lograr enfocarse en entender lo que decía, poniéndola más nerviosa. No importa, necesito tiempo, demasiado bonita, no hay problema. ¿Se estaba burlando de ella? Melwyn no estaba segura de eso, pero sí sabía que tenía una obligación. "Fue mi culpa, te pagaré el reloj" dijo intentando buscarle la mirada, para que él supiera que ella hablaba con sinceridad.

[Melwyn Blackwood]

No sabía si sentirse aliviada o preocupada por la respuesta del Gryffindor, ¿cuánto costaría reemplazar un reloj así? Tendría que sacrificar parte de sus ahorros, pero prefería eso a vivir con la consciencia pesándole por toda la eternidad. Y menos si él iba a guardarle rencor por arruinarlo todo.

"Yo..." comenzó a hablar, pero ver que Lodbrok le estaba haciendo lugar la confundió "uhm". Melwyn era el tipo de persona que podía ser tomada por sorpresa con relativa facilidad, especialmente cuando alguien decía algo amable que no estaba preparada para escuchar. Ella sería la chica que, colocándose cerca de la puerta del bus por error, respondería afirmativamente a la pregunta de '¿Bajas en la próxima? ¿Quieres que toque el timbre por ti?' y se bajaría, caminaría diez cuadras en reversa, y volvería a tomar el bus. Todo para no decir que no. "Gracias" dijo, mientras tomaba asiento, dudosa, a su lado. Asumió que él quería negociar el precio del reloj.

[Melwyn Blackwood]

Se acomodó un mechón de cabello tras la oreja y giró la cabeza para ver al Gryffindor. Tenía uno de los perfiles más ¿afilados? que había visto en su vida. No sabía ni cómo describirlo, solamente que tenía el rostro de alguien que le resultaría todavía más intimidante fuera de Hogwarts.

"Venía a... buscar mi correo" le contó con algo de pena, deseando otra vez que su madru hubiera tenido el buen sentido de no mandarle estupideces. Después de todo, sin ese sobre enorme ella nunca hubiera necesitado detenerse a guardarlo a mitad de camino, golpeando accidentalmente al muchacho. "¿Tú... arreglas cosas?" preguntó, para no querer hablar de ella misma. Le daba pena.

[Melwyn Blackwood]

Melwyn no pensaba que él fuera extraño: ella operaba bajo la suposición de que todos eran normales menos ella. Ella era la rara, o al menos así se sentía. Que él preguntara cosas solamente lograba hacerla sentir como que lo anormal era que a ella no le nacían cuestionamientos con tanta facilidad.

"Una pena que no puedas arreglar lechuzas" dijo con una media sonrisa, aunque luego frunció el entrecejo. "A menos que..." lo miró con duda "es decir, si practicas taxidermia no te estoy juzgando, ¿sí? Lo siento" se disculpó por las dudas.

Le había parecido un salto lógico a Melwyn ir de desarmar relojes para saber cómo funcionan a desarmar animales para lo mismo. Genial, estaba quedando como una demente total delante de Riurik.

[Melwyn Blackwood]

-Oh, oh nononono- pensó, como si cuando él mencionó la palabra 'objetos' ella se diera cuenta de lo demente que había sonado al mencionar el abrir y revisar cadáveres animales como si nada. ¡Y en el Gran Salón! No hacía más que empeorarlo todo.

"¿Tu lech...?" preguntó, como si las palabras de él entraran a cuentagotas a su cerebro. "Qué amable, de verdad" hablaba lento y calmado mientras le bajaba el color del cabello al rostro. ¡Qué vergüenza! Odiaba a su madre por hacerla quedar como la peor Premio Anual en la existencia. Ni siquiera tenía una lechuza decente, los estudiantes jamás podrían confiar en alguien que reflejaba una imagen tan desastrosa. "¿Quizás puedes decirme dónde la compraste?" ofreció, como queriendo insinuar que ella estaba a nada de comprarse una.
Que sí, ahora sería una prioridad.

[Melwyn Blackwood]

Miró las manos de Ruirik mientras dibujaba el mapa. Intentó no expresar demasiado con su rostro, congelado en una mirada amable y una sonrisa tenue, pero estaba sinceramente impresionada. De haberse sentido más libre seguramente hubiera soltado un sincero 'wow' y una risa nerviosa. Pero tenía que mantener su porte, al menos unos momentos. No podía dejar que el Gryffindor supiera que ella no era nada de lo que aparentaba ser.

"Muchas gracias" tomó el pedazo de pergamino, miró el mapa nuevamente y luego miró al muchacho para sonreírle con sinceridad. "Siento que te debo favores ahora" dijo casi bromeando. "Quizás cuando compre mi lechuza puedo comprar algo para la tuya, en agradecimiento para ti y disculpas para ella". Creo que asume que Riurik tiene una lechuza hembra.

[Melwyn Blackwood]

Primero lo miró sorprendida, ella había asumido que él tenía una lechuza o más, considerando el mapa detallado que le había dibujado. Eso solamente hacía que le diera más curiosidad entender si lo de Riurik era talento para los mapas, o con el dibujo, con la memoria, o si quizás solamente era una de esas buenas personas que hacían más que lo mínimo para ayudar al otro.

Luego no supo qué expresión poner, porque si ella sospechó que lo ponía incómodo (que era lo que asumía, que su presencia era molesta o desagradable: no solamente porque ella se consideraba rara y aburrida, sino porque como premio anual quizás solamente arruinaba más sus chances de tener una interacción normal en el colegio). "Oh... lo siento" se disculpó. "No, huh, no te preocupes" intentó esbozar una sonrisa, pero se le cayó de los labios con un dejo preocupado, moviendo las manos como si se despidiera de la mesa. Estaba segura de que le estaba arruinando el día a Riurik.

[Melwyn Blackwood]

-Pienso mucho y no digo nada- las palabras de él se quedaron en su cabeza más de lo normal. Lo entendía, y quizás por eso su instinto había insistido con que tenía que retirarse. Lo estaba haciendo pasar un mal rato, él seguramente estaba en paz consigo mismo antes de que ella llegara a arruinarle el día. Melwyn, si estuviera en su lugar, querría que una persona molesta (como ella estaba segura que era) la deje tranquila.

"No tienes que explicarte, yo entiendo" quiso asegurarle. No se animaba a tocarlo para confortarlo, así que apoyó la palma de su mano en la mesa suavemente. "No soy buena socializando tampoco" admitió, incómoda. Estaba compartiendo demasiado. Una debilidad. No estaba bien, ella se suponía que era una figura de autoridad. Era como ir a contarle a los niños de primer año que una vez perdió su pañuelo y le escribió a sus padres diciéndoles que se le había quemado en Pociones.

[Melwyn Blackwood]

Melwyn no supo cómo tomar ese 'tú eres tú', aunque luego él aclarara lo que quiso decir. Melwyn no se consideraba a sí misma como alguien bueno, útil, capaz. Era lo que constantemente quería aparentar, desde el día que llegó la lechuza invitándola a Hogwarts y su mamá le contó la verdad sobre su lado de la familia. Pero vivía temerosa de que vieran lo que realmente era. Frases así la asustaban, aunque no veía más que bondad en Riurik, no podía evitar mantenerse alerta.

"No me fastidias. Lo siento, yo también me siento bastante incapaz de socializar con normalidad" admitió en voz muy baja. Lo miró, aunque él tuviera la mirada gacha, como esperando a que pudiera ver algo de sinceridad en ella. "Y, si te soy sincera, el Gran Salón se siente como una enorme pecera donde cualquiera puede observar y juzgar" agregó, sin subir el volumen de su voz. No sabía porqué le estaba diciendo eso, si estaba tratando de hacerlo sentir mejor a él o de justificarse ella.

[Melwyn Blackwood]

Apretó los labios para ahogar una risa cuando Riurik los llamó a ambos de inadaptados. Se llevó el reverso de la mano a la boca, como queriendo borrar los rastros de la sonrisa, aunque evidentemente le había causado gracia y no podía ocultarlo demasiado.

"Quisiera poder darte un consejo, pero no sé si tengo alguno" dijo cuando pudo recuperar algo de su seriedad, aunque las comisuras de sus labios estaban curvadas ligeramente hacia arriba. "Tener alguien cercano a quien puedas contarle todo sirve, en mi opinión. Es un vínculo y un refugio del mundo" opinó mientras volvía a bajar la voz, como si mientras más hablara, más se arrepintiera de lo que salía de su boca.

[Melwyn Blackwood]

Sonrió, sin saber si Riurik hablaba en serio. Ella era tan inútil que poco podría serle de ayuda, pero no sabía si él estaba al tanto. Quizás esa placa engañaba más de lo que Melwyn creía. De verdad le gustaría poder ayudarlo en algo, pero se creía demasiado inútil como para hacer algo que valiera la pena.

"Hm..." apretó los labios, pensativa, porque no sabía cómo decir que sí a esa última pregunta. En su interior era un sí efusivo, enorme. Si lo miró a los ojos alguna vez que coincidieron, Melwyn no supo qué hacer con su rostro. "Yo egreso este junio, no sé qué tanto pueda ayudarte" dijo suavemente, consciente de que había esquivado la pregunta de Riurik. Se sentía culpable.

[Melwyn Blackwood]

Melwyn era, secretamente, muy intensa. Se tomaba todo en serio e intentaba hacer lo mejor posible siempre, porque nunca nada de lo que hacía alcanzaba. Hasta le pareció que el pobre Riurik no sabía lo que estaba aceptando. Melwyn, sintiéndose en compromiso por haber aceptado, pasaría horas compilando todo lo que sabía. Revisando bibliografía para justificar todo lo que le diría. Bah, le escribiría, porque se le ocurría armarle una pequeña guía, de varias páginas.

Luego se arrepentiría, porque era demasiado, y Riurik pensaría que estaba loca. Resumiría, quitaría información, trataría de disfrazar el hecho de que se había tomado un gran trabajo. Y luego le daría miedo y verguenza compartirlo. Alguna noche se forzaría a enviarle una lechuza y luego lo evadiría por los pasillos hasta egresar. "Bueno, no me parece mal" aceptó. Riurik, Melwyn está demente: escapa antes de que sea demasiado tarde.

[Melwyn Blackwood]

((¡Nooooo! Perdón, perdón *se arremanga los pantalones y agarra un trapo para ayudar a secar*))

Quizás en otra vida, del otro lado del océano, Melwyn podría haber sido una de esas brujas que tanto temían los norteamericanos y disfrutar de esos bailes en la fogata, pero en esta vida probablemente lo primero que le pasaría por la cabeza sería repasar mentalmente el encantamiento para apagar el fuego, y un par de encantamientos para producir arena por las dudas. Considerando que sí era bruja, aunque no del tipo de las leyendas muggles, definitivamente era la más aburrida de todas.

"Cuando necesites" dijo, algo preocupada de que él necesitara que ella (detalle importante: estar tan necesitado de ayuda que hasta la de Melwyn era útil) lo ayudase. "No lo digo solamente por la insignia, te ofrezco mi ayuda yo, como persona" aclaró. Estaba muerta de miedo.