Debajo del paraguas negro

[Emma Goulding]

Se limpió el borde de los ojos con la yema de los dedos y bajó la mirada. "No lo hará" Le respondió, luego alzó la vista para mirarlo "Pero es lo que todo el mundo pensará" Añadió. Tampoco era una suposición descabellada, después de todo, Aldrich lleva dedicándose al negocio familiar desde hace mucho más tiempo que ella, y lo ha hecho de forma pública. Ella comenzó con responsabilidades pequeñas hasta que se dedicó a tiempo completo a buscar socios fuera de Reino Unido. El problema con el negocio maderero es que, aunque tiene mucho campo (escobas, varitas, mobiliario), en todos lados hay árboles. ¿Cómo convencer a un fabricador de escobas de Rusia que te compre a ti tu madera cuando puede buscársela en su propio país? Por lo tanto, el trabajo de Emma era difícil y escaso, dándole mucho tiempo libre para hacer fiestas y leer mucho. No puede culpar a la gente por pensar que Aldrich se encargaría de todo cuando ella a ojos de todos es la esposa que se queda en casa.

"En el fondo no me importa lo que los demás piensen, pero no se trata de mí solamente, sino de mi familia entera" Añadió.

[Francis Sutherland]

Podía empatizar con Emma con eso de preocuparse por toda su familia. Aunque él no sabía cómo debía sentirse alguien casado con su responsabilidad para con el otro, sí entendía el querer hacer lo mejor posible para los demás. De todos modos a él le sonaba como si Emma estuviera constantemente sacrificándolo todo por otras personas. Su felicidad personal, su éxito profesional, su vida familiar... no es que quisiera que ella actúe más egoísta pero, bueno, sí.

"¿Pero qué es lo que quieres hacer tú, Emma? Si, imaginemos, no tuvieras tantas responsabilidades. Si pudieras elegir sin pensar en nada ni en nadie más que tú..." dudó en sus últimas palabras, pero ahí estaban. No es que quería que ella lo abandonara todo, pero ¿sabía ella lo mucho que parecía haberse olvidado de hacer las cosas por su propia felicidad?

[Emma Goulding]

Lo miró por un segundo y luego vio al cielo, tapado por las copas de los árboles. Él le estaba pidiendo que soñara cuando hacía años que no lo hacía, no porque no pudiese, sino porque descubrió que es un ejercicio inútil y que sólo te puede llevar a decepciones.

"No puedo" le contestó. "Yo fui la que me llevó hasta este punto. Mis decisiones, mis deseos de no sacrificar mi estilo de vida por un poco más de libertad. No puedo enojarme conmigo misma, no gano nada" respondió. "No es que quisiera cambiar mi vida, ojalá pudiera cambiar quienes viven en ella o cómo son pero no puedo" añadió, bajando la mirada.

[Francis Sutherland]

Nunca pensó que escucharía de la boca de Emma Goulding la frase 'no puedo'. Se esperaba algo como 'no quiero', 'no me digas lo que tengo que hacer' o 'no se puede', pero nunca eso. A Francis siempre le había parecido que ella podía hacerlo todo. ¿La adultez le habría quitado a los golpes su carácter? ¿O solamente la había imaginado a Emma como una mujer que nunca fue?

"¿Y qué puedes hacer? Para ser feliz, digo. ¿Algo pequeño, alguna decisión diaria que esté en tus manos? Dos horas como la Emma de antes, que se sentaba a leer en un tronco sin que le importe nada" preguntó con curiosidad. Si no podía cambiar a los que estaban en su vida, ¿no podía darse descansos de ellos? ¿No podía hacerle lugar a personas que sí le daría gusto tener en su vida? ¿Podía salir, olvidarse de su empresa y su marido para ser Emma aunque fuera por un momento?

[Emma Goulding]

Empezó a dudar. ¿Por qué estaba revelando tantos sentimientos a un completo extraño? ¿Por qué un completo extraño estaba tan interesado en que ella fuese feliz? Se puso de pie mientras lo miraba con cierta extrañeza.

"No soy infeliz diariamente, Francis" le contestó. "Mi padre acaba de morir y ¿ya quieres que piense en felicidad y buenos recuerdos? Claro que no puedo" le dijo, como si él le estuviese pidiendo que sacara matemáticas muggles.

Poco a poco se volvió a encerrar. No era lógico el interés de Francis con ella, se había dejado engañar por sus sentimientos, no solía hacer eso pero no es que nunca le había pasado. No creía en la generosidad desinteresada, no tenía mucho sentido para ella.

[Francis Sutherland]

Abrió la boca como queriendo explicarse mientras ella hablaba pero decidió cerrarla, escuchándola. Había mucho que quería decirle: no pienso que eres infeliz a diario, no pretendo que seas feliz a partir del funeral de tu padre, no quiero que tapes tu dolor con recuerdos felices. No importaba lo que él pensaba, pretendía o quería. Esto era sobre Emma.

"Entiendo" dijo con media sonrisa, bajando la vista para mirarle las manos brevemente. Pensó en tomarle una para darle un apretoncito. Subió la mirada, sabiendo que no debería. Que no sería bienvenido el gesto en ese momento. "Probablemente vengan tiempos difíciles, ojalá que no, pero si vienen..." buscó en sus bolsillos.

Alguien genial y cool sacaría enseguida una tarjeta con sus datos. Alguien preparado sacaría un papelito y una pluma. Francis solamente estaba buscando algo en sus bolsillos. "..." dejó de mirarla para revisarse todos los bolsillos.

[Emma Goulding]

Le siguió las manos con la mirada, asumiendo sus intenciones basadas en sus palabras.

Emma tomó aire. Debía decidir qué hacer ahora, cuando en realidad no estaba en condiciones de decidir nada a largo plazo, pero pensó que a fin de cuentas no era nada inapropiado y que quizás le fuese bien. Intentó considerar otros posibles escenarios donde pudiese acabar mal pero no llegó a nada, en parte por cansancio mental y también porque en el fondo no le veía nada de malo.

"Ya sabes donde vivo" le dijo. "Puedes escribirme si quieres" añadió, tratando de quitarle importancia.
Emma asumió que él quería darle una tarjeta de presentación para que ella pudiese localizarlo.

[Francis Sutherland]

Dejó de mover las manos y la miró. Eso de escribirle le sonaba flojísimo. Era como un 'después te llamo' muggle, nunca llegaba a nada. Él era pésimo tratando de expresarse de forma escrita, especialmente comparando lo mejor que le iba en interacciones uno-a-uno, pero también ya estaba imaginándose todo lo que podía pasar: desde un 'mi marido leyó tu mensaje y te manda un saludo' hasta un 'no me llegó nada, tu lechuza debe estar mal calibrada' treinta años después.

"Mmh..." dijo, pensativo, mientras se cruzaba de brazos. "Sé que vas a estar ocupada, pero ¿y si coordinamos ahora para ir por un café? ¿O una cerveza de mantequilla? ¿O Nettle wine?" ofreció con una sonrisa. Si Emma sentía que no tenía demasiadas personas que la dejaran ser sí misma, quizás podía ofrecerle eso. Un amigo a quién hablarle, que no supiera nada sobre nada, que no tuviera interés en jugar a favor de nadie más que ella.

[Emma Goulding]

En otras circunstancias le hubiese dicho que si sin mucho pensarlo, pero solo la idea de salir de su casa en un futuro cercano se le hacía imposible, y no quería comprometerse a algo si no se sentía preparada para cumplirlo, mucho menos con una persona como Francis con quien no tenía que aparentar nada.

"Me gustaría pero" le dijo, soltando un suspiro "No creo que pueda hacerlo" explicó, sin dar mucho detalle. "Escríbeme" insistió. Lo decía en serio, incluso sin ella haberlo internalizado, pero quería de verdad que Francis le escribiera.

[Francis Sutherland]

Sintió toda la esperanza escapársele por la boca cuando exhaló al escucharla. Había demasiado que no entendía sobre la vida de Emma, se sentía como si ella hubiera crecido para convertirse en adulta y él fuera el mismo pre-adolescente tratando de llamar su atención para que deje de leer y quiera correr por el bosque con él para tirarle piedras a los árboles.

"...De acuerdo" accedió, tratando de no mostrarse tan desesperanzado como se sentía. "¿Qué tanto te ofenden las faltas de ortografía?" dijo, mitad en broma. Era capaz de empezar a escribir mal a propósito solamente para ver si podía romper algo de ese hielo de años y años.

[Emma Goulding]

Se echó a reír haciéndose consciente de lo hinchada que tenía la cara de tanto llorar. Fue como sentir que su rostro hacía un esfuerzo por sonreír.

"Nada, mientras me dejes corregirtelas" contestó bajando la sonrisa. "Espero que a ti no te molesten las cartas largas" añadió. En realidad, no siempre necesitaba escribir mucho, pero era insoportable a su vista ver una carta de cuatro líneas. Así sea con tonterías pero las llenaba, solo por estética.

"Creo que ya debo volver" le dijo, sin saber muy bien cuánto tiempo llevaban allí. "Mejor si voy yo primero, luego esperas unos diez minutos y regresas" comentó. No sabía cómo se vería si regresaba junto a un hombre después de varios minutos de desaparición, pero era bastante probable que no muy bien.

[Francis Sutherland]

Asintió con la cabeza, no estaba seguro de qué opinión tenía sobre las cartas largas. No recordaba haber escrito una en los últimos años, y la idea de enviarse cartas le causaba una emoción casi nostálgica de la correspondencia que recibía estando en Hogwarts. Las cartas eran como un recuerdo de un contacto familiar, un enlace a la normalidad dentro de ese colegio demente.

"De acuerdo, a ver" dijo mientras sonreía y fingía estar mirándola con mucha atención de arriba a abajo. "No parece que te haya atacado un crup, yo diría que estás bien" intentó animarla. Por dentro, en realidad, se sintió un poco herido por tener que quedarse atrás.

[Emma Goulding]

No le decía con mala intención que debían irse de forma separada, era simplemente lógico, incluso ahora que no pensaba con normalidad esto no se le debía pasar por alto.
Estaba deprimida, no con ánimos suicidas.

Se miró a sí misma por un momento. "Creo que es mejor que no luzca tan bien" comentó. "De todas maneras, deben asumir que me fui a estar sola, lo cual no es mentira, excepto por la parte de sola" dijo, hincando los hombros.

Hizo una pausa. "Gracias por venir conmigo" añadió muy sincera. "A mi papá le gustabas" dijo, aunque podía no ser verdad, no porque no pudiese ser cierto sino porque había sido hace tantos años que bien podía estar imaginandolo.

[Francis Sutherland]

Le sonrió como respuesta, no se imaginaba una situación en la que haberla visto llorando la muerte de su padre hubiera concluído en él negándose a acomopañarla. Sentía una curiosidad enorme por Emma, por la Emma que era ahora y por saber qué había pasado con la otra Emma. Por el rompecabezas que la convirtió en la mujer que era y las piezas que quedaron en el camino, deshechadas.

"Te escribiré" le dijo, sin querer seguir reteniéndola. No sabía cómo iba a escribirle, qué escribirle, o si ella realmente iba a responderle. Decidió que no volvería a lo de los Goulding ese día. Quería buscar fotos en la casa de su padre, fotos de su infancia, de la infancia de Emma. Quizás allí encontraría alguna pieza del rompecabezas que resultó ser ella.

[Emma Goulding]

Pensó en abrazarlo, pensó en quedarse, pensó en huir del país, cambiarse el nombre y vivir en las montañas, pero no hizo nada de eso.

Le sonrió y cerró los ojos, al cabo de un segundo estaba frente a su casa. Su madre la recibió con una mezcla de reproche y alivio. Aldrich, bueno, nunca sabe que piensa él pero no le dijo nada.

Estaba en el bosque, sola. Necesitaba pensar. Todos comprendieron o aparentaron hacerlo.

De eso se trataba esto, de aparentar.

Cerrado