¿Y el chocolate Hamler?

[Mia Smethwyck]

Bajó la mano de su hombro al escuchar la insistencia como si ella no le quisiera prestar por rata. Qué caradura este Lullaby de seguir pidiéndole knuts cuando ella le dijo que no los tenía pero de una manera mucho más digna que diciendo la verdad. ¡Encima quería devolvérselo con monedas muggles! A papá Ernest no le va a gustar eso, él no se mata trabajando para que Mia le venga con dinero que no puede comprar ni un jugo de calabaza Rinde2.

Mia lo miró intentando pensar una excusa rápida y cuando desvió la vista hacia el pasillo para ganar tiempo notó que la señora del carrito estaba por pasar al otro vagón "¿Por qué no vas primero a preguntarle? Mirá, ya se está yendo..." dijo dándole un leve empujoncito "Dale, andá Luleben!" sí, dijo mal su apellido en voz alta, como para compensar y que él no se sintiera siempre el tonto en esa no-relación.

[Michael Llewellyn]

((JAJAJAJAJA TE SARPÁS))

Giró rápidamente la cabeza en dirección a donde estaba la señora del carrito, la voz de Mia y el empujoncito lo pusieron más nervioso. No es que todos mis personajes estén obsesionados con la comida porque yo amo comer, ¿eh? ¡No! Pero ¡se le iba la señora del carrito! Si no compraba algo ahora iba a tener que esperar hasta finales de agosto para que sus padres pongan media pila en ir a Diagon Alley, cambiar libras a galeones y soltar a Michael para que compre todo lo que necesitaba. Era una situación de total urgencia por la que estaba pasando.

"¡Vamos!" le pidió mientras la miraba con cara de desesperación y le buscaba la mano o el brazo para arrastrarla con él hasta el fondo del vagón para agarrar a esa señora avara antes de que un Seth Ogden / Harry Potter wannabe quisiera comprar todo lo del carrito y cagarle el verano a Michael.

[Mia Smethwyck]

((Esta gente me inspira ♥))

Por la rapidez con la que Michael reaccionó creyó que lo había logrado, que su maniobra para sacárselo de encima (a él y al mangueo de monedas) había funcionado. Pero no, obvio, no podía tener tanta suerte. Lulein ni se inmutó por su apellido mal dicho, parecía que tenía hambre en serio, y en su delirio temiendo pasar la tercera guerra mundial sin provisiones de pastel de calabaza para el verano, pensaba arrastrarla a ella también.

No esperaba que la tomara de la mano mientras empezaba a caminar en fila detrás de él. Por un momento se sintió algo incómoda por el tacto, como si le diera vergüenza que la vieran caminar de la mano con él y creyeran algo que no era, pero después se dijo que estaba pensando estupideces. Seguro que el leve aceleramiento que sintió fue por empezar a caminar de repente para seguirlo a Lalaland sin que le rompa el brazo. "¡Pero yo no quiero pastel de calabaza!" se quejó de manera infantil y luego reaccionó creyendo que lo mejor para librarse de esa situación era terminarla cuanto antes "¡SEÑORA!" gritó entonces para que la mujer los oyera y se detuviera antes de cambiar de vagón.

[Michael Llewellyn]

((JAJAJA No puedo, entre ese SEÑORA y Lalaland))

La voz de Mia le llegó clarita a la señora del carro, que se detuvo y miró confundida por sobre su hombro. Seguramente pensaba que por fin le estaban cayendo los prefectos para ver sus precios, ¿no? ¿Que iban a por fin terminar con su reinado malévolo de cobrar más de lo que correspondía? Pobre señora, me va a hacer juicio por difamación.

Michael se le acercó, sin pensar en dejar de arrastrar a Mia. Totalmente asumía que ella tenía un par de sickles con ella que solamente no quería prestarle por no soportarlo en general. "¿Cuánto están los pastelitos?" preguntó también en voz bastante alta. Por ahí si eran dos prefectos les hacían un descuento, ¿no? ¿No, Mia, que para eso te trajimos hasta acá a sufrir?

[Mia Smethwyck]

Imagino que la voz también le llegó clarita a Michael que la tenía más cerca y el grito debe haberle repercutido en el oído. Se lo merecía por llevarla para asustar a la señora del carrito con su placa y su autoridad. Lo que faltaba, que ahora demás de prefectos tengan que hacer de inspectores de AFIP o, peor, de Precios Cuidados. Pastelitos de Calabaza para todes.

Mia miró a la señora fingiendo interés por el precio del pastelito, porque era más fácil eso que asumir que Lelepons pretendía efectuar toda la compra con ella de la mano, seguramente para que no se escape y poder sacarle la pelusa de los bolsillos y, ni así, encontrar knuts para sumar a los suyos.

"Un sickle y diez knuts cada uno" le respondió la señora con el mismo tono que llevaba contestando preguntas toda la mañana, dispuesta a tomar los pastelitos de manera automática "¿Dos?" preguntó entonces mientras estiraba un brazo.

[Michael Llewellyn]

Michael estaba más que dispuesto a quedarse sordo de un oído gracias a la totalmente buena intención y generosidad de Mia para gritarle a la señora del carrito. Porque obvio que Mia se estaba re portando para ayudarlo, ¿cómo se iba a quejar del grito que esta noche haría que escuche un zumbido raro por horas y horas? No daba ser malagradecido.

-Un sickle...- soltó la mano de Mia y movió con el dedo índice las monedas en su palma -y diez knuts-, giró para mirar a Mia. La estaba mirando con cara de 'qué caro, ¿qué hago?' porque no daba decir enfrente de la señora del carrito. "Te juro que te los devuelvo en King's Cross, te doy el doble en dinero muggle" ofreció en un intento desesperado. No sé porqué ahora de repente quería dos, pero le faltaban como... ¿once knuts?

[Mia Smethwyck]

La señora del carrito se había quedado seria, como congelada, esperando la confirmación de la cantidad de pastelitos que querían comprar. Mientras Michael contaba sus monedas, Mia había empezado a ponerse nerviosa al ver que le faltaría poco dinero para comprar dos y volvería con esa idea tonta de pedirle dinero a ella. ¿Por qué se lo hacía tan difícil? ¿Ya obligarla a caminar hasta ahí y llevarla de la mano no había sido suficiente?

La cara de desesperación total por los pastelitos con la que la miraba su compañero hacía todavía más difícil seguir haciéndose la tonta pero en un intento igual de desesperado que Lulibin soltó "Pero yo no quiero, estoy bien" porque el segundo era para ella ¿no? "Comprá uno" sugirió intentando sonreír como si nada y buscando aprobación en la mirada de la señora del carrito que ya estaba mirándolos con mala cara.

[Michael Llewellyn]

...Sí, claro, el segundo pastelito era para ella. No era que Michael pensaba comerse uno y guardar el segundo en el bolsillo del pantalón. Para nada.

"Pero Smethwyck, voy a estar atrapado en el mundo muggle todo el verano" intentó razonar con ella, porque para él la única razón por la que él no tenía dos pastelitos en su mano en ese momento era porque ella no confiaba en él como para prestarle dinero. Era lo primero y lo único que había asumido, y no estaba en condiciones como para hacer memoria y poner a trabajar alguna neurona: estaban prácticamente de vacaciones. "¿Y si Julia quiere uno? ¿O... Lina?" intentó convencerla, mientras le daba a la señora del carrito dos sickles para que al menos vaya entregándole uno de los pastelitos.

[Mia Smethwyck]

La insistencia egoísta de Lullaby le quitó la sonrisa y volvió a mirarlo con ganas de asesinarlo... además tenía el tupé de pedirle dinero a ella cuando para él era Smethwyck pero sus otras amigas eran Lina y Julia. ¡Claro! ¡Qué tarada! Michael quería regalarle un pastelito a Julia para quedar bien y para eso la estaba usando a ella que no tenía dinero de verdad para darle.
Mia apretó los dientes "Si quieren pueden venir a comprárselos ellas" contestó indignada y, dramática como era, decidió que era mejor empezar a caminar por el pasillo porque sino iba a aplastarle todos los pastelitos del carrito en la cabeza por idiota.

[Michael Llewellyn]

Michael no entendía qué era lo que le molestaba a Mia, pero no era algo nuevo para él. No la entendía desde hacía años, y por más que había intentado hablar con ella siempre había algo que quedaba en el tintero. La inclusión de Lina había sido exclusivamente para el beneficio de Mia, como para demostrarle que él estaba dispuesto a compartirlo con la amiga de ella para que ambos quedaran bien, pero ni eso.

"¿Eh?" miró a Mia sin entender, la señora del carrito le dio el pastelito y un knut de vuelto. Seguramente había visto que Michael no tenía más dinero para sacarle con esas golosinas tan caras, así que también empezó a empujar el carrito para cambiar de vagón. "¿No me esperás?" preguntó confundido. No la iba a resentir por no querer prestarle dos knuts. Bueno, no la iba a resentir demasiado.

[Mia Smethwyck]

Era imposible que entendiera porque no prestaba atención a esos pequeños detalles que convertían lo que para él era una interacción normal, en una ofensa para Mia, un aprovechamiento o un descuido que le marcaba constantemente que para él no eran amigos, no como con los demás con los que sí estaba todo bien.

Se detuvo en medio del pasillo cuando le hizo esa pregunta, entendiendo que Lulilin seguía sin darse por enterado de que estaba enojada con él por pedirle dinero que no tenía. Mia giró a mirarlo como en la firma con los brazos cruzados como queriendo juntar paciencia para no largarle lo que le pasaba pero sentía que estaba a punto de vomitarlo. No quería abrir la boca porque apenas dejara escapar una palabra no iba a poder aguantar más.

Recién cuando su compañero la alcanzó se acercó un poco como para poder hablar bajo sin que los chicos que estaban en los compartimientos los oyeran "¿En serio no te das cuenta?" le preguntó visiblemente nerviosa.

[Michael Llewellyn]

Guardó el resto de las monedas en el bolsillo y alcanzó a Mia en el pasillo, todavía con el pastelito intacto en la mano. Quizás ahora que ya tenía lo que quería podía dedicar esa neurona veraniega a ponerle media pila a la conversación con Mia.

"No" dijo con simpleza, tratando de pensar en qué podría haberla cagado. "¿Porque te agarré la mano?" sugirió, haciendo una mueca con los labios. Si ella quería que él se disculpe por eso, Michael no tenía problema. Ni había pensado antes de arrastrarla a la señora del carrito, para él había sido algo simple y poco problemático, solamente quería comprar golosinas con dinero que no tenía.

[Mia Smethwyck]

Que él le recordara que la había tomado de la mano para caminar por el pasillo la descolocó. Estaba en un momento de enojo grande y dispuesta a soltarle algo hiriente que lo hiciera sentirse el peor por pedirle dinero a ella, cuya hermana se robaba materiales escolares del cuartito de objetos perdidos, pero de repente al respirar se dio cuenta que estaba molesta pero ya no quería asesinarlo.

"No" soltó seca intentando evitar ese tema y que pasara como algo natural, no, no era que le había gustado sentir ese tacto o la ropa suave de Lelebuin, nada que ver "¿Cómo me vas a pedir monedas a mí y encima delante de gente?" preguntó enojada y al decirlo en voz alta y mirarlo sintió por primera vez una angustia bastante fea por estar en esa situación "¿De verdad no te diste cuenta todavía que no tengo un knut para prestarle a nadie?" apretó los labios intentando juntar coraje para seguir sonando enojada "Te dije que tenía en el otro vagón pero no es cierto, hace una semana me quedé sin monedas y Lina es la que me presta" terminó por correr la mirada y se volvió a cruzar de brazos como para mantener aunque sea la postura del enojo.

[Michael Llewellyn]

La mano que sostenía el pastelito empezó a bajar a medida que la escuchaba, como representando el estado anímico de Michael en ese momento, cuando Mia le estaba poniendo la situación en contexto. Que ella lo estuviera mirando a los ojos solamente lo hacía sentir peor, acordándose de lo que había sucedido con Allegra.

"Perdón" fue lo primero que atinó a decir. Era sincero, pero se sentía tan mal de haberla puesto en esa situación que no sabía cómo disculparse mejor. Tragó saliva, sintiéndola pesada al pasar por su garganta. "No me di cuenta, de verdad, perdoname" movió la cabeza como negando, bajando la vista al piso del vagón. Qué imbécil que era. Escucharla hablarle así, con sinceridad, le había llenado el estómago de nudos.

[Mia Smethwyck]

Debería haberse sentido mejor al escucharlo disculparse, se había enojado tantas veces con él y había soñado con hacerlo sentir así de mal que ahora no sabía por qué solamente tenía un nudo en la garganta. Por primera vez le creía, sentía en su voz que eran disculpas de verdad, aunque fuera un tonto que no se diera cuenta de nada antes.

Mia volvió a mirarlo, sintiéndose mal por haberle expuesto así su situación y ver que le había afectado como para pedir perdón "Está bien" dijo intentando olvidarse de cómo se sentía "Solamente no le digas a los demás..." se refería a su círculo de amigos, que era lo que más le importaba preservar "Bueno, a nadie. Ni a Julia" le aclaró porque sus sospechas de que entre Lulleby y la otra chica pasaba algo habían vuelto.