Iniciación

[Lord Voldemort]

Todas las familias sangre pura habían sido avisadas a la reunión de esa noche, todas esas familias que coincidían con sus estándares y sus ideales para el Mundo Mágico. El lugar era oscuro, un descampado al norte de Gales, una zona neutral en una ladera con árboles altos y pelados por el frío cruel del invierno. El aviso había sido claro a sus seguidores adultos. Traedme sus hijos varones si están en edad de servirme, o aténganse a las consecuencias.

Les había dicho que estuvieran allí a medianoche, ni un minuto después. Aquellos incapaces de leer correctamente un reloj no servirían como Death Eaters, y sufrirían el castigo por ser tan inútiles como aquellos que osaban mezclar su sangre con los muggles o los nacidos de ellos. Escorias.

Los Death Eaters comenzaron a llegar, la mayoría trayendo junto a sí a sus hijos luciendo las mismas túnicas negras y encapuchadas que sus padres. Era una visión agradable, saber que le entregaban a sus descendientes. La confianza en su poder era notoria, pero ¡qué obviedad! El fracaso no estaba en sus planes y si había algo que Voldemort sobrepensaba en detalle eran sus planes.

Los tres pilares para la juventud Death Eater eran claros para él, pero no dejaba de lado la idea de algún otro sorprendiéndolo con sus acciones. Lucius Malfoy y su estable status en el Ministerio de la Magia, su fachada limpia y aristócrata le proporcionaba los datos de las familias puras y los apellidos de importancia. Rodolphus Lestrange (y Bellatrix, su prometida) parecía encargarse de la reclutación de posibles miembros Mortífagos, la tarea de hallar a aquellos con lo suficiente como para formar parte de sus líneas. Finalmente, Severus Snape, reclutando y recaudando información dentro de Hogwarts.

Un círculo de encapuchados se formó a su alrededor, los espacios vacíos llenándose rápidamente en segundos. La oscuridad de la noche de ese 31 de Diciembre parecía ayudarlos a disfrazar la presencia de esas figuras negras sobre la nieve.

"Buenas noches, caballeros" miró a su alrededor abriendo los brazos con lentitud. Su voz era tan profunda que parecía que estaba hablando junto a cada uno de sus oyentes. La apariencia del que solía ser Tom Marvolo Riddle era muy diferente a la atractiva que había tenido en sus años de juventud. Habiendo separado su alma en cinco partes ya, sus ojos rojos parecían escudriñar dentro de las cabezas de todos aquellos a los que se dirigía, su rostro casi plano borraba lentamente las facciones galantes que la hipocresía le había otorgado. Alzó un brazo, con el que sostenía su varita con sus dedos largos y blancos. "Bienvenidos, a su iniciación como fieles Death Eaters" dejó escapar una risa breve cargada de sarcasmo, ¡fieles, como mínimo! La muerte no era selectiva con sus víctimas y tampoco lo sería él si le daban razones. Matar un sangrepura inútil era igual de positivo que matar un asqueroso mudblood. Había que lavar la sangre del mundo mágico y no iba a perdonar fácilmente a aquellos que se interpusieran en su camino. "Cuando los llame, descubrirán su brazo izquierdo y se acercarán a mí" anunció.

"Nott" llamó, y el muchacho dio unos pasos al frente mientras se arremangaba el brazo. Voldemort lo tomó por la muñeca con la mano libre y giró el brazo para dejar el pálido antebrazo hacia arriba. Nott respiraba agitadamente, probablemente nervioso, y miraba hacia su propio brazo con terror. Voldemort presionó la punta de su varita contra la carne de Nott, viendo cómo sus venas se hinchaban ligeramente "Morsmacula". Bajo la piel de Nott corrieron unos hilos negros y profundos, dibujándole con algo que dolía como un hierro al rojo vivo una serpiente saliendo por la boca de una calavera con cuencas oculares vacías y profundas. Nott no pudo evitar gritar de dolor, una quemazón agonizante en su brazo que parecía estar destrozándole los nervios.
Voldemort sonreía y lo soltó. Miró expectante al resto y llamó al siguiente, sin emoción alguna al dolor de Nott, que volvía al círculo agarrándose el brazo como si hubiera temido perderlo.

((No voy a contestar a este thread a menos que sea necesario. Los que vayan a convertirse en Death Eaters, aparezcan aquí. No hablen entre sí, no le hablen a Lord Voldemort. Pueden mirarse, pueden hacer gestos de terror, de admiración, eviten ser notorios en caso de asco, o ironías. Voldemort puede matarlos y no perdona fácilmente a aquellos que le faltan el respeto. Piensen dos veces antes de aparecer aquí. Sólo un post por persona.
DECIDAN USTEDES SI YA TIENEN O NO LA MARCA HECHA.
No voy a permitir mujeres aquí, a menos que sea Bellatrix Black. Si quieren unirse a los Death Eaters, voy a recomendarles casarse con un pureblood y darle descendencia, no unirse en el deporte masculino de tortura y asesinato. Si tienen dudas, relean el post. Si eso no funciona, pueden enviarme un PM o escribir la duda en FAQ o FDP.
Lo que quiero que hagan es lógico, escribir lo que su personaje piensa y siente al respecto, su llegada, su reacción a mis palabras y lo sucedido con Nott, su turno a la hora de recibir la marca y lo que hace o piensa. ¿Tengo que aclarar que Voldemort les leerá la mente? Cuidado con eso. La madrugada del 30 para el 31 de Diciembre de 1977, curiosamente el último día del año y el cumpleaños de Voldemort.))

[Rabastan Lestrange]

Finalmente. El día había llegado en el que se convertiría en un verdadero Death Eater, tan importante y marcado por la gloria del Dark Lord como Severus Snape (¡que no se lo merecía!) o su hermano Rodolphus. Qué importante se sentía en esas túnicas negras y encapuchado, como todos a su alrededor cuando su hermano ((permiso, Rodolphus, cualquier cosa edito)) se apareció con él en el lugar de reunión.
Miraba por primera vez a Lord Voldemort y sentía que todo su cuerpo estaba en tensión, el poder que su master transmitía con una simples palabras parecía enmudecerlo y enfocarlo en observarlo obedientemente. Sus ojos se desviaron hacia Nott, el primero en ser llamado. Rabastan se arremangó el brazo izquierdo apenas vio que eso era lo que hacía Nott. No esperaba que fuera a marcarlos, no esperaba que doliera así. Comenzaba a sudar en frío, sentía sus dedos helados del nerviosismo, y se sentía obligado a quedarse allí como espectador del sufrimiento de los que conocía en ese muro oscuro que eran los demás participantes.
Llegó su turno. Su nombre le resonaba en los tímpanos y se acercó a Voldemort, aguantándole la mirada unos breves segundos. No podía mirarlo, no podía ocultar el miedo que tenía, la emoción de finalmente pertenecer. Extendió su brazo arremangado. El contacto de la varita de Voldemort le quemaba, como veneno puro recorriéndole las venas y pudriéndole la piel. Sentía su sangre correr pesada, dolorosamente oxigenando el brazo adolorido. Acabó el suplicio, y sintió la mano helada de Voldemort soltándole la muñeca, la varita separándose de su piel y la sensación de dolor y quemazón percutiendo en su brazo.
Volvió a su lugar en el círculo, y se miró el brazo, sangre se escapaba por sus poros, como una transpiración sanguinolienta alrededor de la marca negra. Sonrió y volvió a subir la mirada para ver al resto.

[Sir Ulrich Lamport]

Casi cinco minutos antes se apareció en el lugar indicado por Lord Voldemort. Cualquier excusa es buena para escapar del incesante parloteo de su mujer que insistía en describirle el día completo que pasó el hijo de ambos jugando con el primogénito de una amiga de ella. ¿Acaso tan ciega era de ver que agradecida debería estar de que ahora mismo no lo estaba acompañando para recibir la Marca Tenebrosa en el brazo? Lamport ya tenía la marca en su antebrazo izquierdo, y no era algo que deseara para su hijo. Miró con disimulado desprecio a esos padres enloquecidos por el prospecto de gloria que les ofrecía Voldemort y entregaban a sus hijos sin más. Algunos de ellos probablemente ni siquiera sabían en lo que estaban metiéndose.
Vaya precio que pagarían por agradar a sus padres. La ceremonia paso lenta para Lamport, de pie en el círculo, paseando la mirada por todos aquellos que se encontraban allí y buscando en silencio el rostro de Bellatrix Black. Única, como se la imaginaba, como una invitada de honor.

[Lord Voldemort]

Nada que explicar, porque Ayrton Joe no estaba marcado desde la infancia. Fin.

[Lord Voldemort]

Lord Voldemort tomó a Ayrton Joe por la muñeca del brazo del que supuestamente tenía marcada, desde pequeño, la marca tenebrosa. Y más le convenía no negarse al tacto innaturalmente frío que le encerraba la muñeca estando rodeado de docenas de fervientes admiradores que habrían de sacar sus varitas y susurrar la muerte en rayos de luz verde sobre el muchacho.
Alzó la mano, levantando junto el brazo de Ayrton Joe, mostrando la marca tenebrosa a sus seguidores "¿Preguntas qué es esto?" repitió en voz alta, su voz resonando alrededor del círculo de Death Eaters. "Es una copia" con la varita que tenía en la mano contraria apretó contra la marca en la piel del muchacho "Esta no es mi firma" la tinta negra comenzó a abandonar los poros de Joe al ser absorvida por la varita de Lord Voldemort.
"Esto" se refirió a los otros Mortífagos, alzando la voz "no es más que la prueba de lo que algunos imbéciles harían para proteger a sus hijos". Soltó la muñeca del muchacho, alejó la varita de su antebrazo. Lo miró a los ojos, sus ojos rojos sin párpados eran inmutables ante la mirada de Joe. Él era el Dark Lord, era casi inmortal, era casi omnipotente. Que le de una excusa para no matarlo allí, ahora mismo, por semejante falta de respeto.

[Lord Voldemort]

El Dark Lord alzó una mano a algunos de los Death Eaters del círculo que habían preparado las varitas, pidiéndoles en silencio que esperasen a que el insolente joven terminara de hablar. Era entretenimiento, era la muestra perfecta para los más jóvenes de que ser engreídos sin nada en qué basarse era una estupidez. Había que inspirar respeto con poder e inteligencia, y aparentemente Joe no poseía ninguno de ellos.

La risa fría de Lord Voldemort resonó brevemente, aguda y entrelazada con un silbido que escapaba de su garganta al escucharlo hablar. "Es una lástima que solamente sirvas como ejemplo una vez, pero estoy seguro de que Rodolphus y Bellatrix podrán al menos divertirse con tus padres" no fuera que esa familia de retardados tuviera la indecencia de tener más hijos. "Avada Kedavra" siseó, un rayo de luz verde saliendo de la punta de su varita y pegando en la espalda del muchacho.

"El siguiente" llamó Voldemort, volviendo a su lugar inicial en el centro del círculo formado de fieles Death Eaters.