Jugo de calabaza con sal

[Jane Peterson]

El techo del Gran Salón estaba igual de gris y lleno de nubes que en el exterior, era una suerte que las velas flotantes estuvieran encendidas para ayudar a la iluminación, porque Jane iba a quedarse ciega si seguía haciendo su ensayo de Transformaciones así.
Estaba mal sentada en el banco, con una pierna flexionada bajo la otra, con los pergaminos y un par de libros desparramados en la mesa de Gryffindor. Escribía todo lo que podía sobre cómo desaparecerse, pensando en cómo le gustaría aplicar ese hechizo sobre toda su tarea acumulada en apenas la primera semana de clase.
Sabía que quinto año iba a ser fatal, ya desde la primer clase estaban machacándoles la cabeza con la importancia de los TIMOs, pero ella odiaba preocuparse por algo que aún faltaban como mil vidas para que llegara... ¿y si en unos meses ni siquiera estaba ahí? ¿Si sus hermanos decidían mudarse a China? Eso sería genial. Ah, cierto, tenía que concentrarse...

Jane se inclinó sobre el pergamino para continuar con la escritura luego de cargar de tinta su pluma, pero no notó que al flexionar su codo empujaría el vaso de jugo de calabaza. Este cayó derramando todo su contenido en la mesa y en uno de los libros que tenía abiertos.

"Mierda!" exclamó soltando la pluma y apurándose a levantar el vaso. Perdón si alguien había escuchado su grosería, pero ni siquiera el libro era suyo, era uno de los que había retirado de la biblioteca. Iba a tener que buscar una manera de dejar como nuevo el libro porque no tenía ganas de ver la cara de Madame Pince cuando le dijera lo que le había hecho a uno de sus hijos. Tomó el libro con una mano para observarlo. No era tan malo ¿cierto? Eran sólo unas manchitas naranjas por ahí y por allá...

((Libre))

[Val Zelinski]

Uf, Transformaciones... materia importante si las había, según Val. No solamente por el contenido de la clase en sí, sino porque casi que iba mano a mano con la presencia de la profesora, a quien se le notaba desde lejos que era una persona bien que merecía ser impresionada. Tener el visto bueno de McGonagall seguro que se sentía mejor que cuando podés respirar profundo después de tener la nariz tapada una semana.

Val estaba justo camino a salir del Gran Salón, habiendo pasado los últimos 45 minutos trabajando en su propio ensayo de Transfiguración en la mesa de Hufflepuff. Hacía poco que había comprado un diccionario de bolsillo en una tienda muggle, dentro del canasto de las ofertas de 50p, y trataba de utilizar mejor vocabulario en sus escritos. De paso, como las palabras nuevas solían ser más largas, sus ensayos parecían mucho más extensos.
Pasó por el pasillo donde estaba la mesa de Gryffindor y se detuvo, girando la cabeza para ver qué había sido el ruido. Y luego escuchó la palabrota, haciendo que terminara de girar todo el cuerpo hacia Jane. Se le acercó, dejando su bolso sobre el banco, porque pensó que quizás ella quería ayuda limpiando el líquido derramado.

[Jane Peterson]

Ocupada como estaba, maldiciendo y mirando los daños al libro, no notó que un par de chicos habían volteado a ver qué ocurría mientras parte del jugo se iba deslizando y derramando por el otro extremo de la mesa de Gryffindor.
Se mordió el labio inferior y bajó el libro a la mesa, observando el desastre que era lo demás. Espero que Val no esté parado muy cerca de Jane, si es que está a sus espaldas, porque va a doblar los codos para buscar en qué bolsillo de la túnica tiene a su varita. Quiere intentar conjurar el hechizo para limpiar el jugo de la mesa cuanto antes.

[Val Zelinski]

Ojalá que el intento de buena onda de Val no termine con un codazo en la ingle, porque eso podría terminar en uno de esos momentos claves en la vida de una persona en la que decide que quizás eso de ayudar a los demás no es muy buen negocio. Se separó de su bolso que dejó sobre la misma banca donde estaba ella sentada, pero lo suficientemente alejado para que su bolso no terminara como esponja para jugo.
"¿Te ayudo?" preguntó, arremangándose el brazo derecho. Él quería levantar algunas cosas de Jane de la mesa, por si el jugo pensaba tomar un camino inesperado y decidiera mancharle el resto de sus pertenencias.

[Jane Peterson]

Parece que Val se salvó de un golpe bastante feo y molesto. Jane había encontrado su varita en el bolsillo derecho de su túnica y ahora la sostenía con una mano mientras se ponía de pie, todavía con la mirada perdida en la mesa mojada. No reconoció la voz de su compañero e instintivamente negó con la cabeza. Jane era terca y creía que siempre podía arreglárselas sola, sin embargo era obvio que necesitaba un par más de manos para quitar las cosas de la mesa y poder conjurar el hechizo que iba a limpiar ese desastre.

Tomó aire y lo observó, ahora sí reconociendo a Val y dudando sobre aceptar su ayuda "Sólo tengo que correr un poco las cosas, gracias" murmuró comenzando con su mano libre a juntar el pergamino y un libro para pasarlo al banco y quitarlo de la mesa, dejando abierta la posibilidad de que la ayude porque aunque no lo aceptara en voz alta la necesitaba.

[Val Zelinski]

Asintió con la cabeza y tomó el resto de las pertenencias de Jane para bajarlas de la mesa al banco. Hizo un esfuerzo por no mirar demasiado lo que estaba agarrando, porque siempre le daba curiosidad de ver las cosas ajenas, aunque fueran cosas aburridas como tareas, o las mismas ediciones de los libros que también tenía él.

Acomodó las cosas en el banco junto a donde Jane había dejado el pergamino, y regresó la vista a verla. Tendría que ayudarla con el jugo derramado, pero no estaba seguro de que ella quisiera más ayuda. "Transformaciones, ¿eh?" dijo de forma casual, tratando de hacerle conversación.

[Jane Peterson]

Se sintió aliviada al ver que sus cosas no estaban todas bañadas en jugo y la única víctima era el libro que había sacado de la biblioteca. Ya iba a tener tiempo de preocupase por eso. Tomó aire y apuntó con su varita hacia la mesa para secar el enchastre. Una vez que conjuró el hechizo y la mesa volvió a la normalidad, guardó la varita y giró a ver a Val.
"Gracias" murmuró ya no tan a regañadientes "Lo siento, es que odio ser torpe" se excusó antes de sonreír y bajar la mirada a sus cosas manchadas "Sí... transformaciones. Madame Pince va a matarme cuando vea los libros".

[Val Zelinski]

Miró la mesa, ya sin ningún rastro del derrame, y luego pasó su mirada a Jane. Le llamó la atención el comentario sobre la torpeza, aunque definitivamente no era una palabra que él usaría para describirla. Ella siempre le había parecido el tipo de persona que tiene (o quiere tener) todo bajo control la mayoría del tiempo. Le pareció lógica la frustración.

"Ah, sí... seguro que ella sabe arreglarlo pero vistes que le gusta regañarnos para mantenernos en línea" comentó con una sonrisa de lado, agarrando las cosas de Jane que había bajado al banco para volver a dejarlas sobre la mesa. De paso liberaba ese espacio en el banco como para sentarse.

[Jane Peterson]

En realidad odiaba haberse puesto en una situación en la que necesitó pedir ayuda, aunque ella sola haya secado el jugo con magia. De todas maneras, ya había pasado y no iba a dejar que ese pequeño accidente le arruinara la tarde.
Asintió a las palabras de su compañero y volvió a hablar antes de sentarse nuevamente en el banco "Me gustaría poder arreglarlo yo para no tener que escuchar sus retos". Una vez sentada, se puso a revisar el libro y las manchas naranjas en los bordes de las páginas. No era tan grave pero debía pensar bien qué hechizo usar si no quería empeorar el estado del libro. "¿Qué hechizo crees que pueda funcionar?" le preguntó dándole totalmente el crédito a Val de que seguro que era un genio en Encantamientos y sabía qué debían hacer. Ya que se había metido a ayudarla, que la hiciera completa (?).

[Val Zelinski]

Lo suyo era más Transformaciones que Encantamientos, así que no supo inmediatamente qué decirle a Jane. Tomó asiento a su lado, y apoyando los brazos sobre la mesa estiró el cuello como para ver qué tan mal estaba el libro.

"¿Sin dañar el libro?" preguntó innecesariamente, porque era evidente que Jane no pensaba devolver a la bibliotecaria un libro convertido en un anotador en blanco vintage. "Scourgify me parecería un poco intenso, pero si lo logramos controlar para que sea solamente en los bordes..." ofreció como solución, pero visiblemente inseguro.

[Jane Peterson]

Aunque Val creyera que estaba diciendo pavadas, el hechizo que mencionó le trajo recuerdos a Jane. Sus hermanos limpiando porque ya la mugre los estaba tapando y no había lugar en la mesa para sentarse a comer. Dejó de mirar a Val y se puso a murmurar bajito para recordar los tres hechizos de limpieza, mientras movía los dedos intentando encontrar la palabra.

"Scourgify... skurge y... tergeo!" la cara se le iluminó y lo miró sonriente a su compañero "¡Ya sé! Tergeo! Es el que se usa para quitar líquidos" le dijo toda emocionada "¿Puedes sostener el libro y que las páginas queden mirando hacia mí?" le preguntó pasándoselo para tener las manos libres y poder volver a tomar su varita.

[Val Zelinski]

La miró con curiosidad, al principio pensando que quizás eso que ella estaba diciendo en voz baja eran insultos por lo inútil que estaba siendo, en vez de recordar los encantamientos de limpieza. Qué alivio cuando escuchó algunas de las palabras, identificándolas como hechizos y no como creativas malas palabras.

"Claro" accedió, sosteniendo el libro con ambas manos, abierto. Estiró un poco los brazos hacia el frente, como para separarlo un poco de su torso y facilitarle el trabajo a Jane. Por ahí los hechizos eran como limpiar con lavandina, una salpicadura y la túnica de Val iba a terminar opuesto a percutido.

[Jane Peterson]

Jane agarró su varita y se acomodó en el banco para quedar de frente a Val y apuntar al libro específicamente en las partes manchadas. Años de limpieza en su casa, obligando a sus hermanos a juntar la ropa que dejaban tirada y viéndolos ordenar y limpiar con magia deberían ayudar ¿no? Si ellos dos que eran roñosos por naturaleza podían conjurar bien el hechizo, a ella tenía que salirle también.

"Tergeo" murmuró decidida y apoyó la varita en las manchas naranjas que comenzaron a borrarse. Jane lo miró sonriente a Val "Está funcionando!" le comunicó entusiasmada.

[Val Zelinski]

Qué lindo es saber que ser roñoso (y no tener a nadie que haga las cosas por uno) tiene sus cosas positivas, como estar acostumbrado a que te obliguen a usar encantamientos útiles que te quedan en la memoria. En unos años seguro que los hermanos de Jane y sus novias se lo iban a agradecer.

"Madam Pince ni se va a dar cuenta que le pasó algo a este libro" le aseguró sin saber, porque ya se imaginaba que la bibliotecaria estaría cansada de reclamar que no coman ni beban con los textos. Encima que había que estudiar, pasar hambre y sed solamente haría las cosas más complicadas. Sostuvo el libro firmemente, más confiado en el encantamiento de Jane.

[Jane Peterson]

Jane dudaba que sus hermanos fueran a conseguir novia, en primer lugar, y a dejar de ser sucios y desordenados, en segundo. Pero soñar no cuesta nada. Ella iba a ser muy feliz cuando trasladaran su mugre a otro lado y tuviera cuñadas con las cuales quejarse de sus años de padecimiento.

Sonrió con las palabras de Val, agradecimiento silenciosamente sus ánimos. Una vez que el hechizo eliminó las manchas de ese sector, Jane movió la varita hacia el borde de las hojas que tenían algunas salpicaduras de jugo todavía "Tergeo!" exclamó una vez más, mucho más confiada que antes. "Sabía que los hechizos de limpieza iban a servir para algo" murmuró en voz alta sin pensarlo y suspiró aliviada.