Fisgón

[Liv Dahl]

Sus veranos nunca eran malos, simplemente eran lo mismo todo el tiempo. Para que fuesen algo emocionante tenía que usar su imaginación o retar a su suerte haciendo cosas que se le eran prohibidas como ir al Callejón Knockturn, pero casi nunca hacía esas cosas, siempre prefería ir por lo seguro y no quebrantar la poca confianza que le tienen sus padres.

Esa mañana era libre para su papá, así que él se quedó en casa con Sara y Lu mientras ella se quedó en el Caldero Chorreante en caso de que su mamá la necesitara. Había unos cuantos inquilinos, pero no los suficientes como para que la necesitaran, así que Liv se sentó en una de las mesas frente al bar con una libreta que a la portada le faltaba gran parte de una esquina, la había conseguido en la tienda de artículos de segunda mano del callejón, el lugar de donde provienen la mayoría de sus cosas. Estaba dibujando un vestido que podía confeccionar alguna vez si conseguía tela con estampado de flores. Primero había hecho la silueta, como de maniquí, y estaba empezando a hacer el escote, de corazón, y la falda iba a hacer como si fuesen pétalos de flor. En su cabeza quedaba bien pero rara vez lo que piensa queda igual a lo que dibuja o dice.
Se detuvo cuando sintió una mirada no deseada a su espalda.

Libre

[Allegra Smethwyck]

Los veranos de Allegra eran bastante similares, entre sí y a los veranos de Liv también. Desde chica pasaba las mañanas al aire libre jugando con sus hermanas, y las tardes calurosas dibujando adentro. Vivía en una casa pequeña pero con un patio grande, compartido con su abuela y sus tías que vivían en la parte trasera de la casa. Siempre había gente yendo y viniendo, su padre volvía del trabajo por la tarde y los fines de semana si no llovía él llevaba a toda la familia a pasar el día en un parque en Wembley o en Londres. El favorito de Allegra era el St James Park porque tenía un lago precioso con muchos animales, pero no iban seguido porque quedaba lejos, estaba lleno de gente, en su mayoría muggles, y su papá no era muy sociable que digamos.

Pero el tiempo había pasado, su hermana Mia ya estaba sufriendo el síndrome de ser la hija sandwich (la del medio) y quería distinguirse de sus hermanas oponiéndose a hacer cualquier actividad juntas. Allegra le llevaba un par de años a su otra hermana, Becky, y sentía que ya no tenía ganas de jugar tonterías de niña, así que ese verano se sentía particularmente aburrida.
Le enviaba cartas seguido a Violet, pero sus padres no la habían dejado viajar a pasar unos días con su amiga. 'Las vacaciones son para la familia', repetía su papá y Allegra sentía por primera vez en su vida ganas de rodarle los ojos. Lo único que la ponía de mejor humor era avanzar en su carpeta para el club de Arte y en una nueva que estaba armando con sus diseños de ropa. Por fin estaba conforme con algunos de sus dibujos y los estaba guardando como un tesoro en una carpeta azul a la que le había pegado recortes de revistas de moda.

La monotonía se había roto cuando en Agosto llegaron las cartas de Hogwarts con la lista de libros y útiles necesarios para el año escolar que estaba por comenzar. No era precisamente su momento favorito del año porque obligaba a sus padres a exprimir hasta el último knut para intentar cumplir con las cosas básicas. Su hermana Mia heredaba lo que Allegra ya no iba a usar, como los libros de los primeros años, y todos debían comenzar una búsqueda desenfrenada por el Callejón Diagon (y a veces el Knockturn también) para conseguir las cosas de segunda mano y lo más baratas posibles.

Esa mañana habían viajado a Londres para realizar las compras temprano, creyendo que quizás así las encontraran más baratas o tuvieran más opciones para elegir siempre lo de menos calidad pero menos costoso también. Su madre y sus hermanas se habían adelantado para pasar por Gringotts primero y Allegra las encontraría allí, por lo que entró sola al Caldero Chorreante. Caminó entre las mesas, particularmente vacías, quizás porque era muy temprano, hasta que gracias a su particular cabellera rubia reconoció a una de sus compañeras. ¿Qué hacía ahí? ¿También iba a comprar en el callejón? No eran cercanas pero pensó en saludarla porque Liv le caía bien, creía que tenía un look muy particular y eso le agradaba.
Se acercó sonriendo apenas, pensando en cómo saludarla sin asustarla, cuando lo que estaba haciendo la chica le llamó más la atención. No sabía que Liv dibujaba y menos que hacía diseños de ropa como ella. Se quedó mirando el dibujo, asombrada, sin darse cuenta que había llamado la atención de su compañera.

[Liv Dahl]

Los que trataban de conocer a Liv y tenían la paciencia suficiente para esperar a que ella les dijera cosas sobre sí misma sabrían la profesión de sus padres. No es que le apenara particularmente, aunque sí le gustaría que tuviesen mejores trabajos o que al menos aspiraran a más pero ese era un tema que la adolescente Liv no podía tocar en la casa, así que mantenía sus quejas, preguntas y conclusiones para sí misma, como es lo usual.

Por lo que era normal que Allegra no supiera que su mamá limpiaba en el Caldero, aunque si Elin aparecía de repente con su carrito de limpieza sabría que es su mamá porque es igual de blanca y rubia que Liv, sin embargo, no había rastros de su madre, probablemente había conseguido oficio en alguna habitación.

Así que, en vista de sentir una presencia a su espalda, se volteó para encontrarse con su compañera Allegra. Se habría sorprendido un poco más por esa esa aparición tipo 'fantasma' de no saber que Allegra tenía una reputación de particular, la misma Liv lo había corroborado cuando se había percatado alguna que otra vez viéndola comer en clase o sacándose los zapatos para estirar los pies. Era una de las más bonitas del curso y parecía que no se daba cuenta. No le caía mal aunque nunca se había incentivado a hablarle.

"¿Qué haces aquí?" Preguntó. Juraba que en su cabeza había dicho hola.

[Allegra Smethwyck]

Allegra no se horrorizaría si aparecía la madre de Liv, al contrario, le agradaría conocerla y le parecería genial que trabaje allí. Su mamá no trabajaba, las pocas veces que lo sugirió su marido se negó rotundamente. Creía que era una cuestión de orgullo, quizás su papá sentía que no era lo suficiente para ella, pero la realidad de su familia sería un poco más cómoda si su mamá pudiera colaborar trabajando también.

Alzó las cejas e improvisó una sonrisa, totalmente inconsciente de que sus maneras extrañas podían molestar a su compañera, así como tampoco se daba cuenta de cuando hacía algo inapropiado en el castillo. "Hola, lo siento" respondió dando un paso hacia atrás, devolviéndole algo de espacio personal a Liv "Te vi y quise saludarte, no quería molestarte" probó de nuevo con una sonrisa antes de girar a mirar hacia el patio trasero del bar "Vine con mi mamá y mis hermanas a hacer las compras" señaló hacia la pared de ladrillos que apenas se divisaba en el exterior "¿Tú?" preguntó un poco por entrometida y otro poco porque creía que hablando mucho superaría el momento incómodo y su compañera dejaría de pensar que era una loca por acercarse así.

[Liv Dahl]

Se dio cuenta de inmediato que en realidad no le había dicho hola y seguro se había visto muy grosera. La dejó de ver por un momento para cerrar su cuaderno y tapar el tintero. Como hizo estas cosas en silencio, Allegra pudo pensar que no iba a responderle pero Liv volvió a verla y sonrió un poco.

"No me molestaste, me sorprendiste" Aclaró con su voz suave y calmada. Miró por encima del hombro de su compañera pero no vio a la familia de ésta. "Creo que te dejaron" Le avisó, como si ella no se hubiese dado cuenta. Había tomado muy literal su respuesta. Luego, con la pregunta de ella como no quería ser demasiado específica encogió los hombros "Solo por aquí" Respondió.

[Allegra Smethwyck]

Observó decepcionada que Liv cerrara su cuaderno, porque ya no podría admirar el dibujo del vestido que su compañera estaba haciendo y estuvo por soltar un 'No!' exagerado, pero por suerte ella le respondió y tuvo que volver a prestarle atención.

Sonrió apenas antes de contestar "Mi mamá y mis hermanas se me adelantaron, ahora iba a buscarlas" y, sin esperar invitación, corrió la silla de al lado de Liv y se sentó "¿Tú también dibujas?" Allegra señaló el cuaderno, dándole a entender que ya había visto lo que había estado haciendo. Sí, estaba siendo entrometida pero tenía una razón, solamente podía compartir su afición con las chicas del club de arte pero esto era diferente, Liv no sólo dibujaba, sino que parecía tener interés en la ropa que era en realidad su pasión.

[Liv Dahl]

Miró como su compañera se sentaba con algo de sorpresa. Si sus papás la estuviesen esperando ella no podría distraerse con nadie. Posiblemente no era normal ese respeto/temor hacia sus progenitores pero le seguía pareciendo raro cómo Allegra se ponía a su lado a charlar de cualquier cosa, o bueno, no de cualquier cosa.

Bajó la mirada hacia su libreta y la agarró por las esquinas superiores, levantándola un poco. "Hago bocetos de diseños de ropa. No dibujo pájaros o paisajes" Quiso aclarar. Tampoco había intentado hacerlo, posiblemente no se le diera mal con algo de práctica pero no era muy de su interés.

[Allegra Smethwyck]

Si su padre estuviera con ellas, posiblemente Allegra no se hubiera podido despegar de su familia para mirar el local cercano a El Caldero Chorreante que le había llamado la atención. Su mamá era más permisiva y como sus hermanas estaban algo fastidiosas, habían seguido camino con la promesa de que Allegra las seguiría después.

Sintió una repentina exaltación al saber que Liv diseñaba ropa y que ese vestido que apenas había llegado a ojear no era algo único, era uno de un montón, lo que le daba una ansiedad terrible por poder mirar la libreta de su compañera y dar rienda suelta a su fanatismo. Sonrió entusiasmada "¿En serio?" podía entender que creyera que ella sólo dibujaba paisajes porque estaba en el club de arte, pero el único motivo por el que Allegra se había unido era para mejorar en sus técnicas de dibujo, el objetivo de su vida siempre sería ser diseñadora.
"¡Yo también! Tengo una carpeta en casa con mis diseños... o bueno, mis intentos de diseño" se rió levemente porque sabía que aún le faltaba mucho por recorrer "¿Puedo?" señaló nuevamente el cuaderno extendiendo una mano "Me encantaría verlos!"

[Liv Dahl]

Sonrió un poco. Ya sabía que no era la única en el mundo que tenía sueños tontos como diseñar su propia ropa y ganarse la vida con eso, pero le sorprendía conseguir a alguien de su edad con ese gusto. Miró su libreta con nerviosismo. Pocas personas habían visto sus diseños, entre esas estaba su hermana Sara y Geneviere, porque a veces la usaba de maniquí. Al final decidió mostrárselo porque no creía que dibujara tan mal, al menos la silueta humana.

Arrastró la libreta hacia ella sobre la mesa para que ella misma la abriera. "Me gustan las flores y los colores claros aunque preferiría los más vivos pero no puedo comprar ese tipo de tinta" Se justificó. Allegra encontraría varios diseños, tanto por delante como por detrás en cada página. Todos estaban pintados con colores opacos porque usaba una versión de menor calidad de la tinta que cambia colores dependiendo de lo que quieras pintar. Algunas páginas tenían bolsos y zapatos que hacían conjunto aunque Liv no sabía hacer zapatos. Los diseños eran relativamente sencillos pero siempre con algo extravagante, sea una falda abultada o un lazo demasiado grande que quizás no quede bien con ese pantalón. Liv todavía estaba tratando de encontrar su propio estilo, algo que la caracterizara pero tenía mucho que aprender.

[Allegra Smethwyck]

Recibió la libreta que Liv le pasaba y enderezándose para poder verla mejor, se acomodó en la silla y la abrió. Fue pasando las hojas despacio, escuchando a su compañera. Allegra entendía bastante bien acerca de no poder comprar papel adecuado, tinta o plumas buenas, sobre todo cuando algunos de sus bienes más preciados venían de haberlos robado de los objetos perdidos en el Colegio.

"También dibujas accesorios!" comentó fascinada, porque ella apenas estaba interiorizándose en diseños de zapatos ahora que podía dibujar mejor las prendas de ropa, no había tenido visión para agregarles bolsos. "Son muy bonitos" opinó levantando la mirada para sonreírle "Dibujas muy bien los detalles. ¿Tomas clases o algo?" volvió a bajar la mirada para seguir mirando tranquila cada diseño, había tantos dibujos que quería quedarse toda la mañana allí contemplándolos "Yo entré al club de arte en el colegio para mejorar mi técnica, no era muy buena..." le contó mientras pasaba un dedo por encima de uno de los dibujos sintiendo la tinta y los trazos. ¿Loca ella? ¿Quién dijo?

[Liv Dahl]

Bajó la mirada antes el cumplido de Allegra, un poco avergonzada, un poco halagada, y sonrió ligeramente. Nadie le había dicho que sus diseños eran feos, pero Liv sabía que alguna de las prendas que diseñaba eran demasiado raras para que alguien (aparte de ella misma) las usara. Igual era lindo que le dijeran esas cosas.

Negó con la cabeza. "Desde que mis padres me dejaron recorrer el callejón sola voy mucho a Madame Malkin, ella me mostró sus dibujos y aprendí viendo. Sé un hechizo que hace que el dibujo pose, pero no lo puedo hacer ahora, obviamente" Dijo refiriéndose a la regla de no hacer magia. Tenía otras libretas que si estaban encantadas pero esa que Allegra tenía en sus manos era relativamente nueva y no había tenido la oportunidad de encantarla.

Asintió. "Sí, sé que estás en el club de arte" Añadió como si nada. Liv no había tenido interés en unirse porque no creyó que fuese útil para lo que ella hace, pero si sabía quienes de su año pertenecían, porque pocas cosas de los de su año se le pasaban por alto si eran de dominio público.

[Allegra Smethwyck]

Quizás como Allegra era algo rara, no le parecían extraños los diseños de Liv. La mayoría de la ropa que veía en las revistas de moda que conseguía no era ni práctica, ni útil ni sencilla. Incluso la moda de los magos era algo extravagante y antigua, pero eso era lo que más le gustaba. Divagar, dibujar túnicas recargadas, vestidos que nunca podría pagar, sombreros con adornos imposibles.

"¿En serio?!" preguntó alzando la cabeza y abriendo la boca, totalmente embobada. ¡Liv había visto los diseños de Madame Malkin! Para Allegra era mucho mejor que cualquier club de arte o taller de dibujo "Wow, ¿cómo lograste que te dejara ver sus bocetos?" preguntó maravillada. Tantos años y no tenía idea de que su compañera divagara por el callejón lo suficiente como para conocer a los comerciantes y tener tanta confianza con ellos como para poder ver cosas que los demás compradores nunca verían.

"Eso suena genial! ¿Podrás enseñarme, cuando estemos en Hogwarts, cómo se hace?" le preguntó porque amaba aprender cosas nuevas que la ayudaran en su meta, quizás otra chica se hubiera sentido algo tonta por no conocer ese hechizo que Liv usaba pero Allegra estaba más interesada en aprender, no medía lo que su compañera pudiera estar pensando de ella, tan entrometida en algo que era tan personal como una afición.

[Liv Dahl]

En opinión de Liv, los magos eran demasiado simples, eran los más jóvenes los que jugaban un poco más, y aún así era siempre lo mismo: túnicas, sombreros en punta, botas con algo de tacón. Si Merlín apareciera en su época no desentonaría ni un poco y eso no tenía sentido. No esperaba revolucionar el mundo de la moda de los magos, pero si al menos lograba que algunos usaran lo que ella diseñaba, era todo un triunfo.

Se rió bajando la mirada. "Tampoco me mostró sus nuevos diseños, solo unos viejos para que me guiara, fue hace un tiempo. Cuando pasas tanto tiempo rondando por estos lugares logras muchas cosas" Le dijo, quitándole importancia. Si Allegra viviera cerca del callejón seguramente hubiese tenido lo mismo y tal vez más que ella, por ser más simpática.

La miró y asintió. "Claro, no es difícil" Le dijo con una sonrisa "Y también me gustaría ver tus diseños algunas vez, digo, si quieres" Añadió con un poco de titubeo.

[Allegra Smethwyck]

Los colores no abundaban en la moda de los magos, pero no creía que fueran a escandalizarse por los apliques, las faldas con picos y los lazos de los diseños de Liv. Eran bonitos y coloridos, a Allegra le encantaban.

Pasó una página más, la estaba escuchando aunque pareciera hipnotizada por un vestido "Ah, entiendo... ¿vienes seguido por el callejón?" preguntó porque no tenía idea de que su compañera viviera allí y como parecía algo reticente a darle detalles, se le hacía difícil entender por qué Madame Malkin había sido tan amable con ella.

Allegra levantó la vista para sonreírle y asentir con la cabeza, entusiasmada por poder compartir con Liv lo que tanto le gustaba "Claro! Apenas volvamos al castillo puedo pasarte mi carpeta para que la mires" le respondió "Me encantaría saber tu opinión sobre mis dibujos" Sentía que había mejorado bastante pero Liv no sólo podía juzgar la técnica (lo que ya le supervisaban en el club de Arte) sino otras cosas todavía más importantes para Allegra, como la originalidad, si los diseños le parecían bonitos o una porquería imposible de usar.

[Liv Dahl]

Liv se sintió un poco contrariada. No le gustaba dar muchos detalles de su vida a la gente, y todavía no decidía si podía confiar en Allegra o no. Trató de recordar su actitud en las clases, si siempre se había mostrado amable o solo estaba hablando con ella para conseguir que le ayudara a encantar sus dibujos o escabullirse de su familia, pero no le llegó nada, lo cual era bueno: si no podía recordar nada malo que Allegra le hubiese hecho es porque no pasó. De todas formas, cuando se trataba del empleo de sus padres, Liv prefería no dar muchos detalles, más que todo porque ellos mismos eran reservados, así que optó por no mentir pero no ser muy específica.

"Vivimos cerca de acá y mis papás siempre andan por aquí así que paso mis veranos en el Callejón o acá en el Caldero" Admitió tranquila, tratando de demostrar naturalidad en sus palabras.

Con la petición de Allegra, Liv hizo una mueca de duda. "No sé si sea la mejor persona para juzgar tus dibujos. Yo misma no se mucho" Confesó insegura. "Siempre es mejor preguntarle a alguien que te gustaría que usara tu prenda. Yo siempre le pregunto a Geneviere" Le dijo recordando a su compañera de casa.