El día del viaje

[Eli Lufkin]

03 de julio de 1986
Temprano en la mañana
Lufkin Manor Aquella era la mañana más maravillosa que había tenido desde que estaba de regreso a casa y Eli la estaba disfrutando mientras tomaba el desayuno en la amplia cocina familiar, junto a su padre, abuela, su tío Douglas y su primo Vernon, quienes también viajaban con ellos. Era el día del viaje a Australia y como era de esperar las cosas estaban un poco descontroladas en la casa de la familia Lufkin, por supuesto no las cosas de Eli, quien siendo tan organizado como era, había acomodado todas las pertenencias que quería llevar al viaje dentro de su baúl con dos días de anticipación. Sin embargo, el resto de sus hermanos eran mucho menos precavidos que él y llevaban desde las cuatro de la mañana corriendo de un lado a otro buscando que llevar y que no. Como era de esperar, Eli había recibido elogios por parte de su padre, abuela, tía, tío y hasta de su primo, mientras que sus hermanos habían sido reprendidos por dejar todo para ultima hora. No era más que una pequeña victoria sobre sus hermanos mayores pero pensaba deleitarse con ella mientras durara.

Además de esperar por sus hermanos, también estaban esperando por los Greengrass, que harían el viaje junto a ellos. Eli no sabía cuántos familiares de su madre irían con ellos y con cuántos se reunirían en Australia pero considerando que harían cinco escalas (por recomendación del Ministerio, no porque así lo hubiesen planificado) esperaba que los hijos de su tía Elizabeth viajaran con ellos, era justo y necesario, así tendría menos atención de sus hermanos encima, quienes obviamente, no pasarían por alto que él fuese más organizado y precavido que ellos. Mientras Eli terminaba su primera panqueca con miel y su vaso de jugo de fresas, una de las elfinas domesticas de la familia aviso de la llegada de los Greengrass. Su voz aguda resonó por la no muy silenciosa cocina 'El señor Robert, la señora Eleonora, la señorita Cecile y el señorito Sterling, han llegado señor Lufkin' y en ese punto tuvo que detenerse e inclinarse hacía Cameron, el padre de Eli, puesto que se encontraban dos señores Lufkin en la habitación en ese momento.

-Qué lastima que llegaran primero- pensó Eli, bebiendo todo el contenido de su vaso para así disimular el gesto de no felicidad que se le había formado en la cara. Su padre y su tío se dirigieron hacía el hall de entrada de la mansión para recibir a los visitantes adecuadamente, mientras el resto,incluyendo a Eli, terminaban sus desayunos. No sería de extrañar, si un par de minutos más tarde, Cecile y su hermano Sterling hacía su entrada a la amplia cocina... Pero Eli esperaba que ya hubiesen desayunado y no lo hicieran. Por supuesto que no albergaba sentimientos de desagrado hacía Cecile, pero prefería que fuese Zelda quien pasara tiempo con ella y no él, porque después de todo las niñas se entendían mejor entre ellas.

((Reservado))

[Cecile Greengrass]

Los Greengrass eran más bien una familia pequeña y bien sincronizada. Las maletas empezaron a hacerse hacía tres días y los niños tenían la ayuda de su elfina Maya. Sterling fue un poco problemático al inicio, porque quería llevar demasiadas cosas que no iba a necesitar. 'Pero amo Sterling, ¿Cree que será necesario llevar un segundo tablero de ajedrez?' '¡Pues claro Maya, ¿Y si se rompe el primero o se pierde?', a lo que Eleonora tuvo que intervenir porque no creía necesario tampoco que se llevara alimento de lechuza o un traje de baño. Al final había sido su culpa, era la primera vez que lo dejaba hacer maleta.

Cecile no causó ningún alboroto, aunque tal vez exageró llevando toda su colección de sombreros y boinas pero le gustaba tener opciones cuando vestía. Supervisó a Maya mientras le hacía la maleta (obvio ella no lo haría) y el resto de los días, cuando no estaba contestando las cartas que le llegaban, se imaginaba lo bien que se la iba a pasar y no paraba de sonreír. No era el primer mundial al que iba pero cada vez era mejor, tal vez porque era más consciente y capaz tenía permiso de hacer más cosas, ir por ahí y ver. También que tener a un primo jugador (aunque no jugara o hubiera la posibilidad que lo hiciera muy mal) daba más emoción a todo.

Partieron temprano de casa a la de los Lufkin luego de desayunar e hicieron su entrada sonrientes. Cecile y Sterling se mantuvieron detrás de sus padres mientras éstos saludaban a los más grandes hasta que ellos repararon en su presencia. "Hola tíos" Les dijo solemne Cecile manteniendo la expresión seria, pero apenas los dejaron, se fueron directo al comedor a saludar al resto de sus primos. Cecile les sonrió a todos, en especial a Zelda, aunque antes de que ella pudiese acercársele, Sterling ya se había puesto al lado de ella para hablar sobre el mundial. Cecile, por su lado, caminó tranquilamente hasta colocarse detrás de la silla de Eli.

"Hola, Nerd. Tiempo sin verte." Saludó. Tenían si acaso una semana sin verse.

[Eli Lufkin]

En el tiempo en que sus primos no se presentaron en la cocina, Eli aprovecho para servirse otra panqueca, la cual decidió aderezar con mermelada de arándanos y mantequilla. Poco después, el resto de sus hermanos (excepto Fionn, quien estaba en Australia desde dos semanas atrás, por aquello de la aclimatación y las practicas) y la tía Tiffany habían hecho su aparición en la habitación, tomando asiento en la mesa familiar que ocupaba gran parte de la cocina y sirviéndose sus respectivos desayunos. Zelda comenzó a hacer preguntas varias a sus familiares, mientras llenaba su panqueca de dulce y Tiffany le servía un vaso con jugo de calabaza. Eli no pudo evitar sonreír a su hermanita, que ya llevaba tres días seguidos preguntando lo mismo y no parecía cansarse de recibir las mismas respuestas, esperaba que cuando creciera no se volviera rara y poco confiable como Cecile.

Y hablando del rey de roma... En ese momento su no muy estimada prima entró a la cocina, acompañada del enano de Sterling. La presencia de ellos dos hizo que Eli no se sintiera muy contento, esperaba que no invadieran su cocina y arruinaran su maravillosa mañana tan pronto, porque ya iban a compartir mucho tiempo durante el viaje y en Australia, y al menos podían concederle unos cuantos minutos sin su presencia ¿no?. Ah, ya era hora de ir asumiendo que compartiría gran parte de sus vacaciones junto a sus primos y hermanos, así que que con un gesto algo resignado se metió un pedazo grande de su desayuno en la boca, para al menos no tener que hablarles por un corto tiempo. Estaba masticando muy lentamente cuando Cecile se acerco a él, -Hola, Grindylow- le respondió en su mente cuando le escucho llamarlo 'nerd'. Se giro un poco para poder mirarla seriamente y bajo su mirada al asiento a su lado y luego a los platos con comida sobre la mesa 'Siéntate y come' era claro y simple, ¿Por qué para eso se había asomado por allí no? Para comer, ¿no?

[Cecile Greengrass]

Cecile tenía varias opiniones sobre Eli. Primero, era un Nerd, se preocupaba demasiado por sus notas y leía mucho. Ella no era tonta ni nada, estudiaba como todo el mundo y entendía rápido, haciendo que sus notas fuesen bastante decentes, pero lo de él era por demás y no lo entendía, tenía dinero así que no necesitaba ganarse una beca, tampoco era muy feo como para compensar una cosa con la otra, así que Eli era un enigma. Segundo, era muy fácil meterse con él, así que Cecile encontraba su compañía muy divertida, compartían amigos así que todo era fácil. Que sea familia también ayudaba, porque Cecile siempre iba a tirar para el lado de su familia. Tal vez Eli no lo supiera, pero si alguna vez necesitaba su ayuda, ella iba a dársela sin chistar, sólo porque era su primo nerd no tan feo.

Ante su mirada Cecile esbozó una sonrisa y tomó asiento a su lado. Se quitó la boina porque iba a tomar asiento en una mesa y la posó sobre ella. Miró las panquecas y luego a su primo. "Oh, no, gracias. Ya desayunamos antes de venir. Solo queríamos saludar." Dijo, volviendo a sonreír. "Sterling quería hablar con Zelda." Diciendo eso miró a su hermano enganchado con su primita. Eso le agradaba, Cecile no tenía demasiadas ganas de pasar demasiado tiempo con Zelda porque consumía demasiada energía. "¿Hace cuánto se fue Fionn?" Preguntó de paso, colocando las manos sobre su boina.

[Eli Lufkin]

Obviamente, su prima no sabía nada de nada. Él no era un nerd, era un muchacho preocupado por su educación y su futuro, el cual aseguraba siendo el mejor estudiante de su curso y obteniendo el reconocimiento de sus profesores por ser tan aplicado y bien portado. El dinero y la buena apariencia no lo eran todo en la vida (y podían acabarse Cecile, podían esfumarse de un día para otro).

Eli trago su comida y tomo otro trago de su jugo, dándole una mirada de reojo a la niña cuando le volvió a hablar, por unos instantes sopeso la idea de llevarse otro pedazo de panqueca a la boca pero la presencia de tu tía y su primo mayor en la mesa le obligó a mostrarse más educado. Miro al enano y a su hermana, quienes hablaban felices como unas perdices pero sospechaba que comenzarían alguna discusión infantil sobre quien dormiría con Cecile por más tiempo de un momento a otro. Eli suspiró y torció los labios, pensando un -¡Niños!- como si el fuese muy grande y maduro, y luego volvió a ver a su prima "Hace dos semanas" le respondió, alzando dos dedos. "Porque el entrenador quería que todos los jugadores estuviesen preparados para las condiciones climáticas" no es que quisiera llevar la conversación más lejos, pero la mirada de su abuela (que parecía muy contenta de verlo hablando con su prima) hizo que le dijera algo más.

[Cecile Greengrass]

Cecile no se preocupaba por eso aunque sus notas no eran malas, ¿eh? No es como si un internado te diese muchas opciones que no sean estudiar o mirar la pared, a menos que seas Frankie Gibbs pero Cecile no estaba en lo absoluto interesada en hacerse ni una pequeña cicatriz o raspón o ensuciarse. Quería ser la primera mujer sin ninguna arruga a los cuarenta sin pociones de belleza que en realidad no eran duraderas, y la única manera de lograrlo es sin demasiado estrés, buena hidratación y mantener las expresiones faciales al mínimo, lo que hasta ahora ha logrado con éxito.

Le dio una mirada rápida a su hermano y prima y pensó, como casi siempre, que le daba un poco de lástima que Zelda no fuese un poco más agraciada, y esperaba que la pubertad le afectara positivamente porque no quería tener un familiar feo, ya bastante era con que Avery le dijera a Eli 'el indio' y que Cecile no pudiera reprochárselo porque daba esa impresión, pero al menos no era un indio feo.

"Tiene sentido." Contestó, pasando la mirada por el comedor buscando a los elfos. Divisó a Prissie en una esquina y ella automáticamente la vio. "Jugo." Le ordenó con expresión taciturna y un vaso de jugo de naranja lleno se apareció ante sus ojos. Extendió una mano y se lo bebió. "¿Alguien más se nos unirá hoy? No recuerdo si lo apuntaste en las cartas." Preguntó.

[Eli Lufkin]

¿Cómo que no daba más opciones? Obviamente, Cecile no sabía de los clubs y demás actividades extracurriculares. Por eso no tenía un clique.

A Eli le daba un poco de pena que Sterling fuese tan mimado y dependiente de Cecile, pero son cosas que mejoran con la edad, o al menos eso esperaba porque dudaba mucho que los sociópatas de sus hermanos mayores perdonaran un mimado pegado a la falda de su hermana entre sus familiares.

Por su parte, Eli apenas separo la mirada de su comida cuando su prima ordeno a la elfina, algo que no le agradaba, porque era de su familia y Cecile podía pedir un vaso de jugo sin parecer la dueña del lugar, pero eran cortesías de la casa y él un quejoncito. Aprovechando aquello se llevo otro pedazo de panqueca a la boca para repetir su acción de tardar en responder, por lo cual se imagino siendo regañado un par de horas más tarde: -"No comas así Eli, es de mala educación, te caera mal la comida..."- sonó la voz de su tía en su cabeza, pero no le importo mucho, ya tendría tiempo para reprocharse sus acciones. Al menos un par de minutos después, abrió su boca para responder "La tía Elizabeth y el tío Gilbert vendrán con nosotros" tomo un poco de su jugo "Gilbert y George también" y no dijo nada más, porque no quería que Cecile se diera cuenta que ninguno de sus amigos había aceptado hacer el viaje junto a ellos.

[Cecile Greengrass]

Ah, cierto, está el montón de clubes donde asisten los perdedores que tratan en lo posible de hacer de su vida estudiantil algo no tan tedioso y repetitivo. Cecile no se engañaba, vivir en Hogwarts era tedioso y repetitivo excepto cuando las clases lo convierten en algo un poco más emocionante, porque desde su perspectiva, el conocimiento era útil, solo para saberlo, para usarlo, no como lo convertía Henriette o Eli, una manera de competir. Pero estaba bien, Cecile entendía. Todos los Lufkin eran exitosos, Eli no querría quedarse atrás, especialmente no detrás de Nicol, su primo bonito al que probablemente le den la prefectura. La excusa de la Fawley no la conocía, probablemente solo nació así de fastidiosa.

Hizo un sonido con la garganta que quiso ser un 'mmm' pero sonó casi como un gruñido. "¿Nicol será prefecto o no ha llegado la carta?" Quiso saber. No pudo acallar sus pensamientos mucho tiempo.

[Eli Lufkin]

La mención de su hermano y su posible posición de prefecto, que él deseaba en el fondo de su corazón no sucediera (¿quien iba a bajarle los humos si le daban la plaquita? ¿Fionn, Aidan y Daniel por carta? No, obvio, no), le arruino el desayuno. Dejo sus cubiertos sobre el plato y prefirió darle un largo sorbo a su jugo. "No sé" respondió, mirando a su prima con una expresión de no querer hablar de ese asunto en absoluto, sin embargo, le dio la impresión que su abuela lo miraba con reproche desde el otro lado de la mesa "Puedes preguntarle tú, no debe faltar mucho para que baje" agrego con un tono ligeramente más agradable.
Que le preguntará a él no era una opción, realmente estaba muy afectado por aquello ¿Qué iba a ser de él si nombraban a Nicol prefecto? Seguramente su padre, abuela y tía iban a esperar lo mismo de él cuando llegara a quinto, ¿y que pasaba si no lo lograba? No iba a dormir durante toda la estadía en Australia de tanta preocupación.

[Cecile Greengrass]

Cecile captó la mirada que le echó la abuela a Eli y sonrió maliciosamente. Le causaba mucha gracia cómo funcionaban todos los Lufkin, tratando de fingir que eran igualmente competentes y exitosos cuando era claro que unos siempre se van a destacar más que otros. Cecile le tenía más cariño a Nicol que al resto de sus primos, por ser el más bonito. Cuando tuvo nueve años le gustó, pero después de compartir un poco más con él lo vio como un poco más como primo y se le pasó.

"Si, cuando baje le pregunto, pero no tengo duda de que es el más calificado. ¿Tuvo una de las mejores notas del curso, cierto? Se le hace tan fácil que casi siento envidia, casi" Soltó un suspiro exagerado y miró a su hermanito hablando con Zelda aún sobre el nuevo año escolar. "¿En qué casa quiere estar Zelda? Sería perfecto que quedara en Slytherin, para hacerle compañía a Sterling" Opinó.

[Eli Lufkin]

Bajo la mesa, apretó los puños buscando disimular su molestia, en su rostro expresó su disgusto apretando los labios, que le recordara lo bueno que era su hermano inmediatamente mayor, lo hacía molestar un montón. Un montón, porque se sentía ridículamente envidioso y estaba muy mal sentir envidia de Nicol. Era engreído y hacía trampa con esa memoria que tenía. No se esforzaba, por más que fingiera que si, no merecía ese supuesto cargo de prefecto... -Basta Eli, basta- mejor cambiar el tema de la conversación, si, hablar de los hermanos pequeños era mejor.

"Zelda no tiene una casa de preferencia" le contó, alzando un hombro "Nosotros no tenemos una casa favorita aparte de a la que pertenecemos..." lo había dicho por si su prima no recordaba la variedad de casa a la que pertenecían sus hermanos mayores. "Pero quizás si le hace compañía a Sterling" finalizó, porque, podía pasar que ella no se hubiese dado cuenta pero él sospechaba que su primo pequeño no quedaba del todo bien en la casa de las serpientes. Así como tampoco Zelda.

[Cecile Greengrass]

Hizo una mueca de inconformidad. Cecile consideraba que todas las familias deberían tener una casa predilecta, un patrón que las distinguiera, como ellos, los Greengrass, siempre Slytherin, y aunque también se daba cuenta que Zelda no parecía del todo una serpiente, podía estar dentro de su cabeza y su futuro, el sombrero lo diría. Con Sterling estaba ciega, completamente ciega, mucho amor.

Con la mención de su hermano se puso alegre. "¡Si! Mi mamá ya me contó que le hará una sorpresa para cuando vuelva a casa en diciembre. Le va a comprar una cama idéntica a las de su habitación en la sala común para que sienta que duerme siempre en su cama, ¿no es genial?" Inquirió sonriente antes de dirigirle una mirada a su hermano que él le regreso antes de seguir con Zelda. El cariño que le tenía a su hermano menor era tan grande que le nublaba la vista. Siempre había sido obvio que Sterling era un poco demasiado blando, pero se asoció a su niñez y ya.

[Eli Lufkin]

Se quedo con una mano sobre una de sus mejillas y la boca medio abierta al escuchar el regalo que le darían a su primo, “Wow” murmuró dejando caer su mano sobre la mesa, se obligo a cerrar la boca después buscando disimular la sorpresa que sentía, ¿Acaso no se cansaban de ver la misma habitación durante todo el curso escolar? Pues en su casa sí, y a él en particular su cama en Hogwarts le recordaba que debía compartir habitación con más personas, algunas de las cuales podían llegar a tomar sus cosas sin permiso (con intención o no). Y además... ¿Qué pasaba si se equivocaban con los colores? ¿Qué iban a hacer sus tíos? Miro a su primo, y aunque le daba un poco de envidia toda la atención que recibía (muy pero muy poquita), justo en ese momento sentía pena por él. Tener que cumplir con expectativas familiares y eso podía llegar a ser más difícil que competir contra hermanos talentosos por atención.

A pesar de que le daba un poco de lastima su primo, una chispa de curiosidad invadió su mente y no pudo evitar preguntar: “¿Tu cama también es como la de tu habitación en Hogwarts?” con dejo de curiosidad en la voz, para que no se le notara tanto. La verdad era que, desde mucho antes de entrar a Colegio que no entraba a la habitación de su prima, así como prefería que ella no entrara a la suya.

[Cecile Greengrass]

Sonrió radiante, muy poco propio de ella en sus días escolares donde es el aburrimiento andante, pero asoció el 'wow' de Eli con la admiración que sentía por sus tíos porque obviamente sus papás eran brillantes. Todos, incluyendo Cecile, buscaban que Sterling se sintiera cómodo en su entorno, así que era a la vez mimado y sensible, terrible combinación en un chico al que en el futuro esperaban que tuviese carácter, pero para Cecile, Sterling podía vivir en la niñez un rato más porque podía cargar con el carácter que le faltaba por el momento. Todo era cuestión de tiempo, pensaban.

Volvió a tomar otro trago de su jugo así que se demoró unos segundo en contestar. "El verde no es mi color favorito. Me gusta el blanco y el negro así que mi cama es de madera oscura y sábanas blancas de seda" Contestó con presunción. El detalle de la seda era muy importante porque es costosa. "Cuando vuelvas a mi casa te muestro mi cuarto. Creo que la decoradora usó la palabra minimalista, que pensé que era un insulto pero resulta ser que es como elegante" Añadió sonriendo otro poquito.

[Eli Lufkin]

La sonrisa de su prima hizo que se le pusieran los cabellos de la nuca de punta. Ya se estaba poniendo rara de nuevo, ¿Por qué no podía ser consistente y actuar de una sola manera? En el colegio no se comportaba así, se iba a volver un poco loco si compartía mucho tiempo con ella en Australia porque no le daba tiempo de acostumbrarse a las actitudes que tomaba. Y su peor temor era que su hermanita siguiera el mismo ejemplo y tuviese ese cambio de personalidad también.

Estuvo a nada de hacer un gesto de desagrado y dejarla hablando sola, pero recordó que los mayores se encontraban en la misma mesa y tuvo que controlarse. Opto por mirarla como si no le importara mucho lo que decía y tomar un panecillo dulce de una de las bandejas, -Tienen un decorador- increíble, sus tíos no habían más que derrochar dinero, "Suena como una cama buena. Pero no, gracias" le dio un mordisco al panecillo y luego de tragar añadió un claro y tajante: "No entro en habitaciones de niñas". Tres años antes, no le hubiese dado importancia, pero en ese momento tenía muy claro que pasaba al entrar al cuarto de una: lo obligaban a jugar al té/muñecas. Era horrible.