Correccion vs. Hormonas

[Samuel McClain]

Seguir consejos a veces estaba bueno, a veces no. En este caso Samuel no tenía forma de saberlo de antemano, porque no era como si hubiese estado averiguando si había sentimientos de por medio antes de pedirle a Maggie encontrarse en Hogsmeade para tomar algo, no.
Y no es que se había tirado a la pileta para ver si había agua. Él había invitado a su compañera como quien va caminando en la oscuridad y directamente se cae dentro de la pileta sin darse cuenta de que la andaba buscando. Le habían dicho que si la había llevado al Baile de San Valentín y no había pasado nada más que un baile extraño (que sí, lo habían visto muchos conocidos), era porque Samuel era lento o no sabía leer bien las señales, o ella no estaba interesada. Sam no supo qué decir cuando le preguntaron si ella estaba interesada en él, así que, por decisión unánime de sus consejeros ((entre los cuales debe estar Winston, si es que Rainier no lo enterró vivo por ahí)), tenía que invitarla a salir y averiguar dos cosas: si a él le gustaba ella y si a ella le gustaba él.

Simple, ¿no? No. En absoluto. Estar parado solo, en una esquina concurrida de Hogsmeade y tratando de disimular la expresión entre seria y asustada que traía no era simple en absoluto. Sobre todo cuando veía pasar compañeros y compañeras que lo conocían y notaban que claramente estaba esperando a alguien que no era Winston. Porque a él no lo esperaría con esa expresión nerviosa.

Ese año su padre le había heredado una campera de cuero negra que no le quedaba más (estaba echándose una linda panza, pobre Albert), y era la primera vez que la usaba porque el clima ya estaba cambiando, así que se sentía extrañamente nervioso hasta en eso: en su forma de verse. ¿Desde cuándo le importaba si se veía bien o mal?
Ser adolescente apestaba, y por más que no pudiese verlo desde afuera (o desde una edad más adulta) y ponerlo en palabras, sentía eso.

[Maggie Grimbale]

Maggie tampoco sabía exactamente qué estaba haciendo, pero no se lo había preguntado hasta que llegó esa mañana a Hogsmeade. Suponía que tratar, probar... dicen que con intentar no se pierde nada.
La invitación la había tomado un poco por sorpresa porque, si bien su relación como compañeros había mejorado mucho desde que asistieron juntos al baile de San Valentín, no habían vuelto a estar a solas, no de esa manera. Y su cabeza había estado en Rainier todo el año, pero desde el verano que él se empeñaba en evitarla como si tuviera lepra. Así que volver a salir con Sam no le parecía mala opción. El rubio le gustaba y le caía bien. No, realmente no perdía nada.

Había aprendido la lección y esta vez tanto Alice como Gretchen sabían que iba a encontrarse con Sam en Hogsmeade y que por eso se iba a separar de ellas cuando llegaran al pueblo, específicamente cuando estuvieran cerca de Las Tres Escobas.
Recién sintió algo de nerviosismo cuando lo vio esperándola. Se peinó el cabello un poco porque el viento frío no era un buen aliado de los peinados, y se acomodó el sweater que había llevado como abrigo, para avanzar sonriendo más por algo de incomodidad que por otra cosa.

Cuando llegó mantuvo la sonrisa "Sam..." murmuró acercándose para darle un beso en la mejilla como saludo. Quizás los meses a los besos con Rainier le habían quitado algo de la timidez que traía consigo la noche de San Valentín, pero también quizás eso ponga doblemente nervioso a Sam sin que sea su intención.

[Samuel McClain]

¡Claro que lo pondría nervioso que su cita le diera un beso en la mejilla! No era como si fuese un experto en el tema, ¿no? Pero siempre se aprendía algo nuevo en Hogwarts (o Hogsmeade, en este caso): de ahora en más iba a esperar un beso en la mejilla como saludo de sus citas (pff... 'sus citas', como si tuviese muchas).

"Hola..." dijo, sonriendo y algo sonrojado. 'Hola, Maggie, ¿cómo estás?' era lo que iba a decir, pero el saludo formal se le quedó a medio camino.
Se pasó una mano por el cabello, peinándolo hacia el costado en un acto reflejo. "¿Viniste sola?" le preguntó.

Ridículo. Si era una cita era lógico que fuera sola, ¿no?

[Maggie Grimbale]

Al ver que se había puesto algo nervioso, ella también titubeó "Hola..." y se cruzó de brazos para cubrir sus manos del frío. Recibió agradecida la pregunta, sin pensar si era algo obvia la respuesta o no, contestó sin pensar feliz de tener un tema para seguir charlando y a medida que dijera más palabras más tranquila se sentiría... iría aflojando la tensión que sentía que había creado al darle un beso en la mejilla apenas lo vio.

"Sí... Alice y Gretchen se fueron a mirar vidrieras y comprar cosas" sonrió "Les dije que me encontraba contigo, espero que no te moleste" ok, esto iba a ser como un subibaja, con una frase remontaba con la otra volvía a entrar en el plano de la incomodidad "¿Quieres tomar una cerveza de manteca... o algo caliente?" le preguntó como para empezar a caminar hacia Las Tres Escobas.

[Samuel McClain]

"No, para nada" dijo. Por suerte a Sam no le pareció incómodo que ella nombrara a sus amigas y les hubiera avisado que iba a encontrarse con él. Distinto sería si se las encontraban, obvio. No estaba seguro de poder sacar nada en claro de sus sentimientos si hacían una salida grupal. Por algo le había prohibido a Winston acercarse a cien metros a la redonda de Las Tres Escobas. Creo que hasta lo había hecho jurar por su amistad o algo así.

"Creo que está como para algo caliente, ¿no?" comentó, sin intenciones de sonar hormonal ni nada, porque él todavía usa el adjetivo 'caliente' con inocencia.
Se corrió hacia un lado, como para dejarle el camino libre a Maggie hacia adelante, colocándose a su lado. ¿Tendría que llevarla del brazo como en la fiesta? Mejor mirar primero otras parejas, a ver qué hacían. Mientras tanto caminaría cerca y atento a la mano de ella, por si hacía algún movimiento que le diera a entender a él que debía tomársela o algo...

¡Un manual, por favor! ¡Queremos un manual!

[Maggie Grimbale]

Asintió con la cabeza porque ella también tenía frío. La palabra caliente la hizo pensar automáticamente en una cosa, casi tan inocente como Sam.

"Un chocolate caliente sería genial" acotó caminando por el espacio que Sam le había dejado en la vereda para ir a su lado. Lo miró de reojo, estudiando cómo estaba vestido. Siempre le gustaba ver a sus compañeros sin uniforme, parecían todos más lindos, y el rubio también. Se tocó el cabello, llevando un mechón hacia adelante, constatando que no estuviera muy despeinada y ella también se viera bien como él.

Hay cosas para las que no hay manual, Sam. Van a tener que aprender a prueba y error.

-Rápido, piensa en algo que decir- Quería preguntarle algo para iniciar charla pero no sabía qué... hablar del colegio y los exámenes le parecía aburrido, no quería pensar en eso un sábado y en Hogsmeade.

[Samuel McClain]

"Sí, creo que voy a elegir lo mismo" comentó. Al parecer estaban en la misma sintonía (sintonía de 'se-viene-el-frío'), porque chocolate era lo que se le antojaba a él también.

Sam tampoco sabía muy bien de qué hablar en esas ocasiones, por lo que había muchas chances de que fuera él el que terminara sacando algún tema relacionado con el colegio. Como en cualquier momento, porque luego de un par de pasos sin conversación, comenzaba a sentir la obligación de decir algo.
La miró un par de veces, sonriendo tímidamente si se cruzaban las miradas y sin detenerse a mirarla demasiado fijo. Había notado que Maggie estaba más linda (sin saber muy bien si era solo la ropa) que un día de clases, pero estaba más preocupado en sus expresiones que en su peinado.

[Maggie Grimbale]

Al notar que Sam la miraba de reojo, ella también giraba levemente la cabeza y volvía la mirada al frente al hacer contacto, sin poder evitar sonreír como tonta. Le causaba gracia que él se avergonzara de mirarla.

Se tocó la cinta en su cabeza con una mano y carraspeó. Deberían haber comido pastelitos sorpresa de nuevo para quitar un poco la tensión. Qué terrible era vivir en un internado para sacar temas de conversación...

"¿Qué tal las vacaciones?" preguntó entonces porque no aguantaba más el silencio, parándose en la entrada de Las Tres Escobas. Pequeña ayuda, Sam: en el manual dice que tenés que empujar la puerta y dejar pasar a Maggie primero.

((no sé a qué vacaciones se refiere porque ya perdí noción del tiempo jajaja si las de verano están muy lejos ya, hagamos de cuenta que son las de navidad))

[Samuel McClain]

((La cita sería antes de Navidad por una cuestión de clima (no tienen ni bufandas ni abrigos XD), así que no hay drama con eso, que hablen de las vacaciones de verano))

No era vergüenza de mirarla, en sí, sino de mirarla en exceso. No tenía una idea clara de cuánto era demasiado o cuánto era poco, pero teniendo en cuenta que estaba en busca de sus expresiones (se preocuparía si la notaba aburrida, por ejemplo), seguro la estaba mirando un poco de más.

"Estuvo tranquilo porque no fuimos a ningún lado de vacaciones, sino que nos quedamos todo el verano en casa, pero extrañaba a mi hermanita, así que estuvo bien" le comentó. Había pasado un verano de muchos libros, proyectos familiares, paseos a la plaza y cenas de a tres. Era un chico simple y familiero, por ahora.
"Pintamos el comedor y arreglamos el cerco, no es que no hice nada de nada" aclaró, para que ella no pensara que se la había pasado durmiendo o algo así.

La parte del manual que hablaba de abrir puertas la había leído, por suerte, así que eso hizo mientras terminaba de responderle.

[Maggie Grimbale]

Sonrió. Era muy tierno, y también muy típico de Sam, que pasara tiempo con su papá y su hermana, lo imaginaba como un hermano mayor consentidor que eventualmente se convertiría en esos más celosos que el propio padre. "Gracias" dijo mientras pasaba delante de él por la puerta y sentía la calidez del interior del lugar.

"Qué bien" giró a verlo para que la acompañara hasta una de las mesas cerca de las ventanas "Yo tampoco hice mucho... pasé un par de días en la casa de mis primas" comenzó a contarle a la par que corría una de las sillas "También vi a Alice y a Gretchen, hicimos un pijama party muggle" rió "¿Sabías que tienen felétonos y televisión?"

[Samuel McClain]

Creo que es totalmente posible que sea un hermano mayor de los que se preocupan en exceso por su hermanita. No creo que llegue a ser un celoso extremo, pero que la va a cuidar, seguro.

Siguió a Maggie hasta la mesa que ella eligió mientras le respondía, tratando de hacerse oír por encima del ruido del lugar. "¿Qué son felétonos?" le preguntó, pero al instante le pareció entender de qué hablaba. "Ah, creo que sé, estos aparatos para hablar, ¿no?" No la corrigió porque no estaba seguro de cómo se pronunciaba la palabra. Una suerte, porque no está bueno hacer que tu cita se sienta burra en los primeros diez minutos del encuentro. O nunca.
Esperó a que ella se sentara, pero él se quedó parado un momento. "¿Te pido un chocolate, entonces? ¿Quieres algo para comer, también?"

[Maggie Grimbale]

Estaba por hacerle la mímica del felétono para que viera para qué servía pero Sam lo había adivinado antes. Sonrió divertida y asintió con la cabeza.

"Alice pidió una pizza por felétono para que cenáramos, ¿no es genial?" Había cosas muggles que la sorprendían y encantaban en la misma proporción, como el hecho de que gente actuara y apareciera en un aparto que todos podían ver en sus casas.

Y no, Maggie no era la chica más brillante del mundo para tener una cita pero aún así podían llevarse bien, para compensar su falta de inteligencia estaba Sam que sabía todo.

"Si, un chocolate, por ahora nada más, gracias" levantó la mano para que supiera que no iba a comer nada, el chocolate era suficiente. Se sintió algo incómoda por dejarlo solo para pedir, no quería que pensara que lo estaba usando o que era una cómoda, ese no era su estilo, pero era algo despistada y entusiasmada por contarle de sus vacaciones lo único que había hecho había sido tirarse en una silla.

[Samuel McClain]

Lástima que él se apuró, porque le hubiese resultado gracioso que ella hiciera la mímica de hablar por teléfono. Y reírse quizás los hacía sentir menos tensos, ¿no?

Sam no estaba pensando en que era problema ir a la barra solo, simplemente fue y pidió los dos chocolates calientes. Quizás habría estado un paso por delante de la situación si hubiese decidido comprar algo para comer, de todas formas, pero eso tampoco se le ocurrió.
Cuando regresó, tenía en mente de lo que habían hablado antes de que él hiciera la cola para pedir las bebidas (que ya se las llevarían luego, cuando las preparasen), así que se sentó y le preguntó: "¿A quién le pidó la comida Alice?"
Él suponía que a algún pariente con ganas de cocinar.

[Maggie Grimbale]

Para Maggie era como estar subida en un sube y baja... a medida que hablaba iba sintiéndose más tranquila, después de todo era Sam, no era la primera vez que estaba a solas con él ni que tenían una cita. Pero por otros, como ese rato en que el chico la había dejado sola para ir a pedir los chocolates, volvía a sentirse insegura, se acomodaba el cabello o la ropa y se preguntaba qué pensaría Sam de ella.

Le sonrió, divertida, al ver que a él no le había parecido un bodrio lo que le contaba y hasta le hacía preguntas sobre eso. Alzó los hombros porque la verdad no había entendido muy bien "Parece que los muggles pueden pedir comida a través del felétono" le contó como si fuera super loco "No dijo quién la hizo". Y si en 1984 no existían los deliverys (algo me dice que no), Alice los acababa de inventar y no vamos a llevarle la contraria a su thread.

[Samuel McClain]

Sam no entendía mucho de nada aún, no te voy a mentir. Quizás el día de mañana se diese cuenta de lo suertudo que había sido al salir dos veces con una compañera tan linda, pero por el momento es como que va con el oleaje. A veces ve la orilla y a veces no tiene idea de si está nadando en la dirección correcta.

"Pero no es que les aparece la comida y ya, ¿no?" preguntó frunciendo el ceño. Acercó la silla a la mesa para poder escucharla bien con el ruido ambiente, apoyando ambos codos en la superficie de madera. "O sea... Alguien la tiene que cocinar sin magia, ¿no?"
Quizás los muggles habían desarrollado algún aparato más efectivo que todos los hechizos que usaban ellos para cocinar. Hechizos como cortar en cubitos, cortar en rebanadas, prender el fuego, girar la cuchara para revolver, etc.