Un dolor de estomago digno de un Oscar

[Lizzie Holmes]

Entrar a la enfermería había sido lo más sencillo del mundo. Convencer a la persona a cargo de que tenía un dolor de estomago espantoso, había sido pan comido. Tenía toda confundida a Madame Pomfrey, que había decidido darle una poción que cubriría lo básico sin correr el riesgo de enfermarla más; a pesar de que ella era una experta y por lo general sabía cuando los estudiantes fingían, ¿por qué iba a hacerlo la pequeña pelirroja, que seguía preguntándole si la curaría a tiempo para su siguiente clase?

Pero es que LIzzie era experta en expertos. A menudo sentía un ligero remordimiento al engañar a algunas personas, pero esta era un poco gruñona, y su motivo para fingir estar enferma era muy bueno. Aunque hasta ahora las clases no parecían tan malas, y aunque no le molestaba tomar una siesta en Historia de la Magia, había un sitio en el que no quería volver a poner un pie nunca: el aula de Pociones. Pero tenía demasiado miedo del profesor como para saltarse la clase sin una buena excusa.

Así que ahí estaba.
Había sido fácil. Pero ahora debía permacer en la enfermería y estaba aburrida.

[Lizzie Holmes]

Tarareando una canción infantil Lizzie estuvo a punto de caerse de la cama por intentar espiar los quehaceres de la encargada. Quería ver si estaba lo bastante lejos o lo bastante ocupada para no darse cuenta de que ella merodeaba por ahí. Como no se sentía segura de eso, decidió quedarse quieta. Se sentó en la cama con las piernas recogidas.

Hubiera tenido que haber traido algo con que distraerse. O tratar de tomar una camilla junto a la ventana.

"Oye... ¿Tú de que estás enferma?" Le preguntó a la muchacha de al lado, más que nada porque necesitaba distraerse.

[Lizzie Holmes]

"Eso es estar enferma", dijo Lizzie, girando los ojos. Casi de inmediato agregó, con aire maternal "Estás enferma de los ojos. Deberías pasarte a Slytherin. Viven debajo del suelo así que ahí no debe haber mucha luz."

Por su parte, aunque otra mente maestra pudiera pensar que era mejor negarlo todo, no era capaz de guardar un secreto.
"Sólo estoy fingiendo", confesó con voz solemne y muy bajita. "¿Conoces al profesor que asusta? Me estoy escondiendo de él."

Lizzie seguramente no habría tenido problema con las fiestas de sociedad. Aunque quizá las fiestas de sociedad hubieran tenido un problema con ella. Por suerte, no se había dado la ocasión.

[Lizzie Holmes]

"Snape" respondió ella, con la voz baja y un poco rasposa. Cómo si intentará evitar que él nombre invocara al hombre. Ahora que Mila había dicho que podías ponerte como enferma por una poción, la clase la asustaba tanto como el propio maestro.

No se creía que la encargada la hubiera dejado estar por gentileza o compasión. Si a ella le parecía más bien una enojona. ¿Quizá sólo había sido gruñona porque sabía que ella estaba fingiendo?

Le sentaba mal el regaño, era como volver a casa, en donde todo era no hagas esto no hagas aquello... Pero tenía razón sobre los puntos.

"Es que él asusta" intentó disculparse.

[Lizzie Holmes]

Lizzie negó con la cabeza.

"Estricto no. Enojado. He visto gente estricta antes. Mis padres son muy estrictos, porque no debo desobedecer a sus reglas. No es por eso que me asusta él. Es porque está enojado. No sé si le enoja todo, o está siempre pensando en algo que le enoja. Y la gente enojada puede hacer cosas malas."

Alguien hubiera tenido que evitar que esa niña leyera 'El resplandor'.

Y por más que le llevara la contraria a Mila, tenía que admitir que él parecía saber de lo que hablaba. Aunque a la primera pregunta de ella le había lanzado una mirada que casi la hizo llorar, su respuesta bien podría haber sido la más satisfactoria que había recibido en el mundo mágico. Aunque no había sido una pregunta de las más difíciles.
Era una pena que ella estuviera segura de que no podría preguntarle nunca nada más a ese profesor que asustaba.

[Lizzie Holmes]

Lizzie contuvo el aliento.

"¿Has dicho 'Torturar'?", preguntó espantada. Y mira que su cara se ponía de lo más tierna/graciosa/expresiva cuando se espantaba.
¿Ahora qué haría? Sabía que ese profesor era de temer. Precisamente por eso era que estaba haciendo todo este drama en lugar de simplemente faltar a clase. Y ahora que lo pensaba...

"¡Un momento! ¿Dices que él sabrá que estoy fingiendo? ¿Él puede saber eso?"

Y sí, Lizzie todavía pensaba que debía haber una explicación, pero empezaba a aceptar el hecho de que ahí todo podía pasar.

[Lizzie Holmes]

Mejor así. No puede ir por la vida conociendo pura gente que intente hacerla sentir mejor, o va a seguir así de quejosa cuando tenga 30 años; debe ver un poco de ambas posibilidades.

"¡CINCO!" exclamó LIzzie, dramáticamente. Lo que realmente le preocupaba, era que no tenía idea de como iba a hacer para fingirse enferma durante cinco años. Sobre todo sí él podía descubrila. No, espera. Sobre todo considerando que la enfermería era atan aburrida.

"Pero él me odia. Y es mago, ¿no?" al instante se respondió ella misma "Claro que es mago. Sí aquí todos son magos. ¡Podría convertirme en sapo por preguntar algo tonto! Cinco años es mucho tiempo para que se presente la ocasión. ¿Para que cinco? Haré una pregunta tonta en menos de una semana. ¡Yo no sé nada de nada porque nunca había visto nada mágico!"

De pronto Lizzie se quedó pensativa y agregó, con tono distraído:
" Aunque mencionó el díctamo la vez pasada. En casa hay un libro enorme sobre plantas... de todo lo que el mencionó, el díctamo es practicamente lo único que he oído mencionar, ¡Y ni siquiera había leído todo! ¿Entiendes?"

Acabar convertida en rana por fastidiar al profesor con una pregunta absurda, o pasar cinco años inventando enfermedades. Y tendría que faltar a algunas otras clases y visitar la enfermería en su tiempo libre para disminuir las sospechas... Pensándolo bien:
"Al menos cuando me convierta en rana, ya no tendré que ir a su clase", suspiró.

[Lizzie Holmes]

"¡Yo no soy una sabelotodo!", exclamó Lizzie, sumamente ofendida.

¿De dónde sacaba eso todo el mundo? ¡Incluso aquí, donde ella no entendía nada de nada! Ah, sí, la niña estaba más que convencida de que era lo contrario a una sabelotodo. Y le enojaba mucho porque la gente la molestaba por eso.

Bien que le hubiera gustado enfadarse con esta muchacha, pero no quería volver a mirar a la pared mientras pasabael tiempo. Además, tenía una pregunta (que raro, ¿no?).

"¿Por qué Snape prefiere a los de Slytherin?"

[Lizzie Holmes]

Lizzie hubiera podido empecinarse en una infantil y eterna discusión dónde su único e irrefutable argumento fuera un repetitivo: 'No, no lo soy', pero estaba ocupada pensando. Cómo de algún modo seguía sin enterarse de la conexión del profesor con la casa de las serpientes, lo único que se le ocurrió fue algo poco probable: que le gustaban porque también daban miedo. Pero Ethel no daba miedo. así que no podía ir por ahí la cosa.

-No, ni idea. ¿Sus hijos van a Slytherin? ¡Ah! ¿Él iba a Slytherin?
Hasta los más temibles habían ido al colegio, ¿no? Lo que jamás pensaría Lizzie, era que alguien había puesto una casa a cargo de este profesor, porque, bueno, ya parecía tomarle mucho esfuerzo tolerar estudiantes al darles clase.

[Lizzie Holmes]

No sé si se saldría con la suya. Depende de la practica que tienen ellas con niños que lloran cuando se asustan.

"No, en realidad no", respondió de inmediato.
No estaba avergonzada, porque no estaba interesada en ser la más informada. Para empezar, acababa de llegar. Por otro lado, estaba muy ocupada averiguando sobre la misteriosa y mágica magia. Y saltándose clases de profesores que le daban miedo, claro.

[Lizzie Holmes]

"Entonces, si no eres de Slytherin, qué haces para evitar que Snape sea malo cuando le preguntas cosas? Lo evitaría si pudiera, pero... ¡Es una clase! Se supone que salga de ahí con conocimientos nuevos... pero no cuenta si no entiendo una palabra. Así que no, no puedo evitarlo."

Excusa mala, eso era, porque ella iba de preguntona todo el tiempo, no sólo en clase; si no mírala ahora, preguntando algo a pesar de que captó que Mila no está precisamente celebrando habérsela encontrado aquí.

[Lizzie Holmes]

Estudiar e investigar. Eso era fácil. Uno de los libros le había mordido el cabello la tarde anterior, pero eso no importaba. No daban miedo como Snape. Pero no podía esperar hasta ganar once años de educación mágica familiar en una biblioteca antes de hacer preguntas en clase.

"Todas las preguntas son inteligentes", argumentó, repitiendo algo que le habían dicho una vez. "La gente que no piensa nunca tiene preguntas" Como si fuera posible no pensar y no tener preguntas.