Agua y Fuego

[Maggie Grimbale]

Ahora que estaban de pie, ella misma sintió la necesidad de aferrarse a él durante el beso, cosa que antes no le había pasado, así que llevó sus manos a los hombros de Rainier y las apoyó despacio para después ejercer una leve fuerza, como acompañando el beso cuando él se lo devolvió.

Quizás era la primera opción, quizás ella no sabía manejar lo que le pasaba pero podía aprender y Rainier también. Lo importante del beso era que supiera que Maggie sentía lo mismo, lo que sea que eso fuera.

[Rainier Bruneau]

Otra vez, por más que le hubiera gustado estar a cargo de sus emociones por completo, sintió que se le aceleraban los latidos. Le causaba confusión no saber qué era lo que debía hacer, pero aún así apoyó solamente una mano en la cintura de Maggie.
Por más que ganas no le faltaban, se quedó ahí, respondiendo pero no iniciando. Queriendo, pero aguantando.

[Maggie Grimbale]

Sintió la mano de Rainier en su cintura pero ya estaba dentro de una burbuja que se había creado cuando él le respondió el beso. Sentía pero no pensaba, por eso le gustaba tanto esa sensación.

Continuó besándolo hasta que sintió que se quedaba sin aire y su propio cuerpo le pidió cortar despacio el beso, separándose de él unos centímetros. Movió solamente su cabeza para poder respirar y mirarlo, no se corrió de ahí por si él quería seguir tomándola de la cintura.

"De nada" murmuró refiriéndose al agradecimiento por todo que había hecho Rainier antes del beso.

[Rainier Bruneau]

Rainier no iba a soltar la cintura de Maggie hasta que ella no se mostrara incómoda, porque dudaba que él fuera a dejar de tocarla como una decisión consciente.
Alzó la vista para verla a los ojos (esos hipnotizantes y adictivos ojos de Maggie) y no pudo evitar sonreírle cuando ella murmuró el 'de nada'. "Debería agradecerte más seguido" bromeó, aunque no sabía si ella se lo iba a tomar como chiste o no (después de todo ella no quería tomarlo de la mano, pero sí se animaba a besarlo, tenía mucho que aprender sobre ella).

[Maggie Grimbale]

No, no confundamos las cosas. Ella también había querido tomarlo de la mano, lo que la descolocó fue lo que sintió cuando a ese gesto él le sumó ofrecerle acompañarla hasta su sala común. Era como demasiado para procesar todo junto para Maggie. Las manos entrelazadas y caminar así por el castillo se sentía extraño. Y no, no era porque tuviera vergüenza de que la vieran caminar así con él, porque ya dijo sinceramente que él no le provoca ese sentimiento, pero sí la ponía incómoda. Necesitaba algo de aire para entender lo que en una tarde había cambiado.

Maggie, pese a lo que pudiera parecer o sus compañeras opinaran de ella, no dejaba de ser una adolescente con miedos, con baja autoestima y necesidad de atención. Ahora que había recibido la atención de alguien no se sentía exactamente como pensó... le agradaba la atención sí, pero se daba cuenta que esto no era sobre ella nada más, ella ya no era el centro de su propio universo. Era un camino de ida y vuelta. A ella también le gustaba él. Y no era algo para lo que estuviera preparada para lidiar.

Sonrió por el comentario de Rainier, no porque fuera el mejor chiste, sino por la sensación en su interior al escucharlo... le había gustado que lo besara!
Dejó una mano en el hombro de él y con la otra le corrió el flequillo de la frente. Frunció levemente el entrecejo "¿Por qué te tapas la cara así?" le preguntó todavía hablando bajito.

[Rainier Bruneau]

Apartó la vista de los ojos a Maggie para mirar la mano con la que ella le estaba tocando el rostro. Y el cabello, corriéndoselo de la frente. Apretó ligeramente los labios.
"No me tapo la cara" quizás en unos años podría, cuando le crezca vello facial. "Me tapo la frente" aclaró, ladeando una sonrisa. ¿No le gustaba su flequillo? No la podía culpar, pero aún así, era como que empezara a despertarlo para que se enfrentara a la realidad.

[Maggie Grimbale]

Ahogó una risa, soplando por la nariz y mordiéndose el labio inferior, como que lo que acababa de decir Rainier era una tontería. "Es lo mismo" dijo porque sabía que él entendía a que se refería pero se estaba haciendo el tonto, una vez más.

"¿Por qué te tapas la frente?" corrigió la pregunta a ver si obtenía alguna respuesta mejor. Parecía una nena chiquita haciendo ese tipo de preguntas pero en ese momento no le importaba. Se sentía bien estar tan cerca suyo.

Dejó el flequillo caer de nuevo a su lugar y bajó la mano apoyándola esta vez en el brazo de Rainier.

[Rainier Bruneau]

Odiaba esos breves momentos de lucidez en los que recordaba que ella era un diez y él tenía que taparse la frente con el flequillo a diario. Los ojos de Maggie podían distraerlo de la realidad, pero a veces terminaba teniendo que enfrentarla.
Al menos ahora le estaba tocando el brazo... algún punto por los brazos le deberían dar, al menos. "Porque no todos podemos ser tan lindos como vos, Belkis" respondió, frunciendo el entrecejo.

[Maggie Grimbale]

Aunque en principio sonaba a piropo y sus labios amagaron con formar una sonrisa, enseguida dejó de mirarle el cabello y regresó su vista a él, confundida.
¿Qué tenía que ver una cosa con la otra? Negó despacio con la cabeza al comenzar a entender, mientras la mano izquierda que estaba apoyada en el hombro de Rainier se dejaba caer también por su brazo.

"¿Qué dices?" ¿de verdad le estaba admitiendo que hacía eso con su cabello solamente porque no se consideraba lindo? Maggie daba superficial, lo era muchas veces, pero nunca se le había ocurrido juzgarlo de ese modo. A ella le gustaba porque la hacía reír.

[Rainier Bruneau]

Se mordió el labio inferior, mirándola mientras se debatía internamente qué responderle. De verdad quería dejar de hacerle sentir como que él le ocultaba cosas, pero él no se sentía cómodo compartiendo cosas sin pasarlas por su filtro personal. Así como algunas personas tenían una rejilla y otras un colador, lo de él era un filtro más exigente cuando se trataba de admitir verdades propias.
"Nada, digo que sos linda" le comentó en voz baja, dándole un apretoncito suave a la cintura de Maggie, la que no había soltado en todo este rato.

[Maggie Grimbale]

Y Maggie desgraciadamente tenía una rejilla y no entendía ni a los coladores ni a los filtros de té en hebras como parece que tenía Rainier.

Se puso más colorada si es que podía, sintiendo un vuelco dentro él le dijo eso y le apretó la cintura, pero apenas atinó a desviar la vista y morderse el labio inferior, sintiendo que no era eso lo que él quiso decir y que si realmente lo era, una vez más no le había contestado la pregunta que le hacía.

Suspiró y volviendo a mirarlo hizo un último intento "¿Hay algo que pueda hacer... para que confíes en mí?"

[Rainier Bruneau]

La pregunta le resultó como un baldazo de agua fría, cosa que su expresión hizo muy evidente. Tenía que admitir que se le dificultaba ser sincero con lo que se refería a lo que pensaba de sí mismo, pero eso no significaba que fuera particularmente sencillo admitirle a Maggie que le gustaba.
Sentía que estaba poniendo ya todas las cartas sobre la mesa, aunque tuviera las de perder. Estaba jugando solo y en su cabeza, pero así era la paranoia. "Si no confiara en ti no te diría estas cosas" susurró.

[Maggie Grimbale]

Si confiara en ella, le diría las otras cosas... pero supuso que era normal que no lo hiciera. Nadie era un libro abierto, incluso ella que se callaba pocas cosas, esas pocas eran importantes y tampoco se las confiaría a la primer persona que le preguntara. Intentaba entenderlo así.

Con aire más serio que antes en su rostro, asintió con la cabeza y despegó sus manos de los brazos de Rainier, moviéndose despacio para indicarle que ya podía soltarle la cintura.

Cuando ya estaba lista para irse lo miró prometiéndose no sonrojarse por lo que iba a decirle. "Tú también me pareces lindo..." le sonrió y se dio vuelta dispuesta a irse. Era mejor dejar todo así, cada cosa que decía o hacía la confundía más.

[Rainier Bruneau]

Primero quiero aclarar que es cruel decirle algo así e irte, Belkis, pero supongo que ya va a llegar el momento en el que vas a tener que confesar todos tus pecados y responder por ellos.
La soltó, dejándola ir mientras la miraba. ¿En qué universo tenía sentido que él estuviera con Maggie? No importaba, mejor era no pensarlo así y disfrutarlo mientras durase.
Con el último comentario lo desconcertó, y lo único que hizo fue levantar una mano para saludarla. ¿Y qué hacía ahora? ¿Cómo se tragaba eso? La vio irse, pero se llevaba más cosas que las que había traído ese día: una campera, una caja de chocolates y ese beso.