Los pies en la tierra, la mano fuera de la boca

[Nicky Fitzgerald]

Chasqueó la lengua, mirándose la mano derecha: sin darse cuenta había estado tironeando de sus dedos, pellizcando la piel alrededor de las uñas, raspando y rascando. En algún momento había encontrado un pedacito de piel muerta y había tironeado demasiado: su dedo índice sangraba un poquito debajo de su cutícula.
Miró alrededor. Estaba sentado bajo uno de los árboles, encantamiento impermeable de por medio sobre el suelo frío y usando su capa doblada en cuatro como almohadón, con un libro sobre sus rodillas. No se acordaba en qué momento había dejado de leer y se había quedado pensando en la nada, lastimándose los dedos, fantaseando sobre la nada misma.
Nicky giró la cabeza, acercándose el dedo a la boca. Se detuvo. -No, hay gérmenes en la boca- se recordó, deteniendo el impulso. Alzó el dedo índice ligeramente mientras doblaba los demás, como si indicara el número uno a la nada misma.

((Libre))

[Marlee McClain]

((Permiso))

Hablando de maltratos varios a las túnicas, Marlee odiaba llevar puesta la suya, porque sentía que la hacía ver como un taponcito del suelo. Se la había sacado luego de una clase y la había metido en su morral, en un intermedio entre doblada y hecha un bollo. El morral le pesaba más así de lleno, pero al menos no perdía tiempo yendo a la Sala Común a dejarla o a buscarla varias veces al día.

Planeaba pasar un buen rato leyendo afuera, al igual que Nicky. Estaba acostumbrada a aprovechar afuera los momentos previos al Invierno, antes de que el frío de verdad llegase para quedarse unos meses. Sobre todo porque en pleno Invierno no la sacaban a leer al patio ni con todo el chocolate caliente del castillo a su disposición.

Su camino la llevaría a pasarle por al lado a su compañero, porque planeaba ir a sentarse bajo otro árbol no muy alejado de ese. Cuando se estaba acercando, de frente a Nicky, levantó la cabeza para saludarlo y lo vio ¿enumerar? ¿apuntar hacia arriba? ¿pedir una pausa para estornudar? Como su plan era saludarlo al pasar, caminó un poco más despacio, mirándolo y esperando a que pase el momento de revelación (o estornudo) sin interrumpir.

[Nicky Fitzgerald]

((Claro, adelante))

Mientras Marlee detestaba usar la túnica porque no le gustaba cómo le quedaba, seguramente había chicas altas que sufrían en silencio porque no podían lograr el oversized look que a la Hufflepuff le salía natural. Si algo nos enseñó la joya del cine Tall Girl, es que las chicas altas también sufren, Marlee: ahí hay una causa que muchos ignoran.
Alzó la vista cuando notó que alguien pasaba cerca suyo, y luego se dio cuenta que tenía el dedo levantado. Marlee lo estaba mirando. Él estaba mirando a Marlee. "Hola" dijo impulsivamente, el cerebro completamente ocupado en procesar otras cosas. Movió el dedo que tenía alzado como haciendo un ganchito. Redrum, Marlee: Redrum.

[Marlee McClain]

Que alguien le cuente cómo hacer para lucir bien una túnica sin sentir que la hace verse de 11 años, pronto. Lo necesita. Causa anotada, de paso: los traumas que genera la ropa.

Marlee soltó una risita breve, con la boca cerrada. Levantó una mano para imitar el particular saludo de su compañero. "¿Hola?", respondió, bajando el índice dos veces: una por sílaba.

Continuó caminando lentamente, pero esta vez girando hacia donde estaba él. Observó el libro en el regazo de Nicky y trató de decidir si quería compañía para leer o si solamente lo saludaría, le preguntaría que qué onda ese saludo y se iría a leer debajo de otro árbol.

[Nicky Fitzgerald]

Hay una cantante cuyo nombre suena similar a 'araña grande', cero relacionada con Aragog, que es diminuta y a veces usa prendas enormes. Debe haber docenas, cientas, miles. Pero si Marlee le saca la ficha al estilo en 1991 tendría tremenda ventaja.
-¡Nooooo! Qué pena, caray- pensó mientras miraba su propio dedo con horror. ¿¡Acababa de saludarla así, con el dedo hecho un gancho!? No sabía si sentir más o menos cringe sabiendo que Marlee soltó una risita, ¿se reía de él? ¿Se reía de la situación? Tendría mucho sentido si se reía de él. Ugh, qué poco cool que era.
"Hola" bajó el dedo, notando que había dejado de sangrar, sin saber si dejarlo así o hacer algo. Siguió con la mirada a Marlee, no sabía si la interacción había empezado o terminado.

[Marlee McClain]

Le pasaré el dato a Marlee, que usa mucha ropa super ajustada solo para sentir que no se ve como niñita pequeña. ¿O quizás esa es la idea? ¿Verse como niñita pequeña? En ese caso Marlee dice que no, gracias. Prefiere verse como adulta.

"¿Es un nuevo saludo secreto?" bromeó. Un chiste bien básico, eso sí. No esperen otra cosa: tiene solo quince años.

Que su compañero la mirase y no bajase la vista al libro luego de saludarla, hizo que Marlee se decida por la opción de leer acompañada, así que terminó de desviar su camino hacia Nicky y se paró delante de él. "¿Puedo sentarme a leer contigo?" le preguntó.

[Nicky Fitzgerald]

No sé, todo eso es muy complicado para Nicky, no sabe qué intención hay detrás de vestirse de una u otra manera. ¿Oler la ropa antes de ponérsela, por las dudas, era un consejo inútil para vestirse como adulto o como niño?
Bueno, ahora al menos sabía que la interacción acababa de comenzar. "Claro que puedes" dijo, momentáneamente ofreciendo una pequeña sonrisa. Se enserió "¿Trajiste tu propio libro o tengo que compartir el mío?". Es chiste, a menos que... no, no: es chiste, caray, qué pena.

[Marlee McClain]

La risa otra vez se le quería escapar de las mejillas, así que se volvió a sonreír apretando la boca. "Traje un libro" respondió, divertida. Caminó unos pasos más para sentarse junto a Nicky, bajo la sombra del árbol. No calculó demasiado bien el envión al hacerlo, por lo que soltó el aire involuntariamente al golpear el césped con el trasero. Al menos no se había mordido la lengua.

No se le ocurrió que el suelo podía estar frío o húmedo, hasta que lo sintió pasar por las telas. Miró alrededor, buscando quizás una superficie más rocosa que verde, sin encontrarla. Estaba a punto de quejarse en voz alta, pero hizo un gran esfuerzo y mantuvo a raya a la niña ligeramente malcriada que había criado su padre.

[Nicky Fitzgerald]

No dijo nada mientras la veía sentarse, teniendo la impresión de que quizás Marlee tenía la impresión de que él había encantado el suelo para que sea más mullido, o agregado esos cojines invisibles de las escobas voladoras.
Colocó su dedo lastimado dentro del libro para usarlo como señalador, lo cerró, y lo sostuvo. Se levantó un poco del lugar y haciendo uso de su mano libre y sana, desdobló descuidadamente su túnica para que, en vez de quedar doblada en cuatro bajo su trasero, quedara doblada en dos con la opción de que Marlee también la use. O bien podía dejarla ahí, como un montoncito de tela separándolos en el suelo.

[Marlee McClain]

Los Ravenclaw de mi caja sufrieron pensando en las manchas de sangre de ese pobre libro.

Lo vio desdoblar lo que entendió que era su túnica y de a poco entendió que quizás era para que ella se sentara. -¿Y si quedo como una tonta y no la desdobló por eso?- Miró quizás unos segundos de más de la túnica a Nicky y a la túnica de nuevo, y finalmente decidió cortar por lo sano y preguntar. O señalar. Porque le salió hacer eso: señalarse a sí misma y a la túnica, con expresión de pregunta.

De por sí, el hecho de ser la que recibía ese trato considerado le dio unos nervios raros. Si lo preguntaba en voz alta, presuponiendo caballerosidad en el gesto, y en realidad lo que estaba haciendo Nicky era planchar su túnica con el calor de su cuerpo y no invitándola a sentarse... Bueno, no sería algo agradable de vivenciar.

[Nicky Fitzgerald]

Nicky asintió con la cabeza dos veces cuando Marlee se comunicó no-verbalmente con él. Para enfatizar, volvió a usar la mano libre para aplanar algo de la túnica hacia el lado de Marlee, aunque no quería acercar demasiado la mano para su lado, por las dudas. Era para que estuviera cómoda, nada más.

Se quedó sentado de su lado, con el libro todavía cerrado alrededor de su dedo herido, como esperando a que ella se acomodara antes de asumir que podía volver a hacer lo que estaba haciendo antes de que ella... ¿qué estaba haciendo antes de que la saludara así como un idiota con el dedo? ¡Ah, el dedo! Eso.

[Marlee McClain]

"Gracias" dijo, con algo de timidez, pero sin dejar de aceptar la invitación. Como era medio ridículo pararse de nuevo para volver a sentarse (con otro traserazo al suelo, más que probable), se sacó el morral y lo dejó hacia adelante y entre ellos dos, usándolo para apoyar las manos mientras trasladaba con un poco más de gracia su trasero del césped a la túnica de él. El movimiento en diagonal que hizo con el torso quizás haya sorprendido a Nicky, porque se le acercó un poco más de lo normal, por un segundo, hasta que se acomodó. Solo esperemos que él no se haya inclinado justo hacia adelante, porque se iba a llevar un sólido cabezazo de parte de ella.

[Nicky Fitzgerald]

Por suerte Nicky no se había hecho hacia adelante, más que nada porque no pensaba moverse hasta que entendiera bien qué estaba haciendo Marlee para acomodarse. O sea, en el momento en el que giró el torso y quedó más cerca, él se congeló en el lugar y solamente movió la mirada para captar lo que pasaba. ¿Quizás ella siempre se lanzaba a sentarse donde quería, y luego se acomodaba con más tranquilidad? No la iba a juzgar.
"¿Quieres que haga más lugar?" ofreció. No había más lugar del otro lado, pero Marlee no tenía porqué saberlo.

[Marlee McClain]

Se acomodó en posición normal de sentada, pasando las piernas hacia adelante, mientras le contestaba sin mirarlo.

"No, no. Gracias". Y al terminar de acomodarse la falda y pasar el bolso a su izquierda, giró la cabeza para mirarlo con una sonrisa agradecida. "El suelo estaba como húmedo, ¿no? No me había dado cuenta, gracias". Repitió el agradecimiento porque realmente la había salvado de mojarse el trasero y de, eventualmente, ensuciar su túnica. ¿Para qué mandar a lavar dos túnicas cuando se podía mandar una sola? Esto era economía del hogar. Del hogar Puffie, claro, no malpienses un matrimonio.

O sí, YOLO.

[Nicky Fitzgerald]

Exhaló aliviado, porque no tenía ganas de estar con el trasero mojado el resto de la tarde (como si fuera la única opción).
"No es nada" le aseguró. Apoyó la espalda contra el tronco del árbol, buscando acomodarse nuevamente. Apoyó los pies en el pasto húmedo, empujando bien su espalda contra el tronco, con las rodillas flexionadas delante de su pecho. Aprovechó las rodillas como mesita alta, dejando el libro abierto balanceando sobre ellas. Aprovechó a mirarse el dedo.