Bend and snap

[Clement Tressan]

"No, no, yo me salgo" dijo Clement, levantando las manos y cediendo su espacio en la mesa. Uno de sus compañeros acababa de proponer que siguieran jugando al snap explosivo, pero con las reglas de Bavaria. No, no señor. Otra vez con las cejas quemadas una semana por culpa de un juego de cartas con gente intensa no.

Ese sábado había sido bastante agradable, un par de chicos de Hufflepuff habían organizado una partida de snap explosivo después del almuerzo y la había pasado bastante bien. Lo mejor era que difícilmente sus compañeros se enojaban demasiado cuando perdían, Clem había sido testigo de partidas de snap explosivo que habían develado celos, traiciones y engaños inesperados.

El hermano menor del que propuso el juego ocupó el lugar de Clem, mientras volvían a poner sobre la mesa las golosinas que hacían de pozo. Imposible escaparle a la timba. Salió del Gran Salón y comenzó a bajar las escaleras que daban a la entrada principal del castillo. Tenía ganas de sacarse el olor a cabello quemado afuera, y también creía que nada mejor que pasar un poco de frío disfrutando las tres ranas de chocolate y la bolsita con fizzy wizzies que se había ganado en una de las rondas.

[Joss Brackenbury]

((Siento que no debería llenarme de threads, pero tengo curiosidad XD))

Joss había pasado las últimas horas con su Kenneth, porque sus padres celebrarían su aniversario de bodas en un par de semanas y, aunque por razones obvias ellos no habían podido estar en casa para la ocasión los últimos años, Thierry sí, y su hermano mayor demandaría ayuda de los menores así estuvieran en Hogwarts o en Siberia. Ese sábado, la tarea era elegir un regalo que después Thierry se encargaría de comprar (con el dinero que ellos pondrían, por supuesto), envolver y entregar a sus progenitores. Eso no había sido tan complicado, porque Ken solía deferir al buen gusto de Joss y dejarla decidir por ambos. Lo difícil había sido redactar las cartas que su hermano también exigía como parte del presente. Eso era más complicado, porque cada uno tenía que mandar la propia, y ninguno de los dos era bueno con los sentimentalismos y ñoñeces requeridas para crear textos que sacarían lágrimas a su madre (el objetivo obvio). De modo que entre los dos peloteaban ideas, y al final terminaban perdiendo un montón de tiempo con versiones exageradas en plan de broma que jamás iban a mandar.

Inicialmente había quedado con su hermano en el Gran Salón, porque en la biblioteca no podrían hablar a gusto, pero después de un rato terminaron mudándose a un aula en el primer piso que encontraron abierta porque un grupo de hufflepuffs no paraba con su escándalo y así no se podía pensar. Después de lograr un par de textos decentes que cada uno pasaría en limpio por su lado, Joss se despidió de Ken y bajó por la escalera principal con el plan de salir del castillo. Necesitaba aire fresco y pensar en cualquier cosa que no estuviera relacionada con el trabajo de las personas que redactan tarjetas de felicitación.

Delante de ella vio a un chico de Hufflepuff. Arrugó la nariz, seguro era uno de los escandalosos. Joss nunca había jugado snap explosivo, y percibir el olor a cabello quemado le recordó muy bien por qué.

[Clement Tressan]

((Qué le hace un thread más al tigre))

Apuró el paso para salir al aire libre y, cuando hubo bajado el último escalón que oficialmente lo hacía pisar el exterior, alzó los brazos para bostezar. Todo grande, ruidoso, y como si viviera solo en Hogwarts.

Se sentía tan bien bostezar al aire libre... no le ocurría solamente a él, ¿cierto? Había algo reconfortante en el aire fresco entrando en sus pulmones para exhalar con todas las ganas, estirándose en el lugar. Siempre, todo esto, acompañado con lo que Clem llamaba 'ruidos de anciano'. No entendía cómo hacer esos ruidos guturales hacían mejor los pequeños movimientos en la vida, pero así era para él. Quizás servían para distraerlo del olor a cabello quemado.

[Joss Brackenbury]

En un principio consideró pretender que no escuchaba los ruidos generados por Clement. Como cuando a alguien le da hipo de repente mientras habla contigo y lo más amable es hacer como que no te diste cuenta. Pero los 'ruidos de anciano' se convirtieron en el equivalente a que alguien eructara por accidente frente a ti. Hacer como que no te diste cuenta se complicaba. Así que, permitiéndose una mirada horrorizada porque su compañero no podía verla, optó por la segunda mejor opción, que era meter velocidad para rebasarlo y continuar su camino a varios pasos de él. La distancia era el pretexto perfecto para fingir que no podía oír.

Bajó de un brinco el último escalón varios segundos después que él, y comenzó a dar zancadas para adelantársele. Lo más naturalmente posible, por supuesto. Es decir: Cero naturalmente. El lado positivo de todo esto era que en definitiva ya no estaba pensando en un futuro como redactora de tarjetas de felicitación. Así que gracias por eso, Tressan.

[Clement Tressan]

Un placer ayudar a la gente a olvidar, momentáneamente, sus miedos y preocupaciones al interrumpirles el día de manera molesta pero inofensiva. Merlín le da talentos a uno que, modestia aparte, solamente sirven para mejorar el mundo. ¿No? ¿Es eso lo que quisiste decir?

Exhaló, bajando los brazos y moviendo el cuello de lado a lado para tronárselo. Nunca se había puesto a pensar si él era una persona que amaba el verano o el invierno, pero definitivamente había algo muy agradable en ese aire frío y el ruido crujiente del pasto helado. Giró la cabeza para ver quién estaba pasando a las apuradas detrás suyo, entrando en pánico unos segundos imaginando que era alguien con quien estaba jugando a las cartas momentos antes y venía a reclamar el botín.

[Joss Brackenbury]

En lo personal creo que la parte de 'mejorar el mundo' se sale un poco de la cobertura de los particulares talentos que Merlín le dio, pero vale, podemos convenir en que eso quise decir.

El sonido de huesos tronando fue demasiado para su sensibilidad, al grado que se le escapó la exclamación de horror. Supongo que eso coincidió con el pánico de él y los dos pudieron mirarse con sus respectivos miedos. Igual el de Joss no duró mucho, porque casi inmediatamente cambió el horror por dolor, aunque en realidad no le dolía nada. "¿No te lastimas cuando haces eso?" preguntó / acusó / reclamó. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda sólo por volver a escuchar el sonido en su cabeza. -Ugh-.

[Clement Tressan]

Por suerte el pánico de Clem tampoco duró demasiado, a menos que quieras establecer que él en algún momento jugó una partida de snap explosivo con Joss, le ganó, y le sacó un manotazo de dulces. En ese caso puede que continúe con una expresión un poco alterada, de lo contrario asumo que estamos bien.

"No, al contrario" le dijo mientras no podía evitar una sonrisa. "Se siente súper bien, ¿tú no te truenas los dedos, aunque sea?" preguntó. Si se sentía bien en los dedos, le parecía normal que hacerlo en el cuello o la espalda se sintiera todavía mejor. Tal vez no, y Clem era en realidad un anciano y esas cosas solamente las sentía él. No sé si se queja que le duelen los huesos cuando hay humedad y trata de pronosticar que va a llover.

[Joss Brackenbury]

Joss jamás había jugado snap explosivo, así como tampoco se había tronado los dedos. Por lo menos no a propósito, y cuando pasó por accidente fue traumático. Por eso negó enérgicamente con la cabeza. "¡No, nunca!" respondió, con la misma vehemencia que si él la hubiera acusado de desplumar lechuzas en la torre de Astronomía por diversión. "El sonido es horrible" agregó bajando la voz. Y sintió otro escalofrío, que esta vez acompañó con un "brrrr" al tiempo que sacudía mínimamente el cuerpo. No quería volver a escuchar cómo tronaba un cuello en su vida.

[Clement Tressan]

Nunca antes había visto (o notado, probablemente) a alguien a quien le causara esa sensación el ruido de tronarse los huesos. Le llamó la atención, porque simplemente era una de esas cosas que jamás había pensado, como replanteándose que quizás estuvo aterrorizándola todos estos años sin darse cuenta. Todo llevaba a más dudas, ¿y si él se la pasaba haciéndose sonar el cuello demasiado? ¿Y si todos los conocían por hacer eso? ¿Y si era un tic y ahora se daba cuenta?

"Intentaré asegurarme que no estás cerca la próxima vez" le dijo, mostrándole la palma de una mano. "Palabra de honor" agregó. Bajó la mano para meterla en el bolsillo y extender hacia Joss lo primero que encontró ahí. Si era una rana de chocolate o la bolsita de fizzy wizzies queda a tu criterio.

[Joss Brackenbury]

Lo miró con temor porque su cerebro registró más la amenaza de que volvería a tronarse algún hueso que la promesa de intentar checar que ella no estuviera ahí para escucharlo, pero como también le hizo gracia que diera su palabra de honor, respiró profundamente, cerrando los ojos, y al exhalar los abrió y pronunció un "Lo agradezco, Tressan" bastante sincero. Consideró pedirle que incluyera sus eructos ruidos de anciano en el paquete, mas lo descartó porque seguro eso sería excederse con la confianza.

Decidí que lo que le ofreció fue la bolsita de fizzy wizzies, sólo porque si hubiera sido la rana de chocolate, ella lo habría convertido en su mejor amigo por el día, y no puedo permitir que todo sea tan fácil en esta vida. Joss la aceptó más por buenos modales que porque quisiera los dulces, sin embargo también le sonrió con la boca cerrada en agradecimiento durante dos segundos. "Todavía te huele el cabello a quemado, por cierto" comentó, tan casualmente como si hubieran estado platicando sobre eso antes de que él sintiera la necesidad de tronarse.

[Clement Tressan]

"¿Sí?" preguntó con un poco de pánico, porque siempre le quedaba la duda de si realmente ninguna chispa había saltado a su cabello para quedarse ahí, esperando el momento perfecto cuando estuviera solo y distraído para encenderle toda la cabellera y dejarlo calvo por el resto de sus días. Ah, sí, y las quemaduras que pudiera tener, supongo. Pero el cabello, Joss: el cabello era importante.

Se tomó un mechón de adelante y tiró hacia abajo, como queriendo acercárselo a la nariz para olerlo. Se pasó los dedos por el cabello, tirándolo de a mechones hacia adelante. "¿Me dirías si me quedé calvo o si estoy por prenderme fuego?" preguntó mientras se detenía y agachaba la cabeza. No sé para qué la agachó, si ella es mucho más alta que él, pero ahí estaba.

[Joss Brackenbury]

Hey, antes de que me la traumes por su estatura, cuatro centímetros no la vuelven mucho más alta que él. Me hiciste pensar que Clement rondaba el metro cincuenta y tuve que ir a checar.

Joss comprende perfecto la preocupación por el cabello, así que no lo iba a juz... ah, espera, sí lo juzga porque, hasta donde sabe, nadie lo obligó a jugar snap explosivo y poner sus mechones en riesgo en primer lugar. Lo que no va a criticar en silencio es que se preocupe ahora por el bienestar de su cabellera, porque más vale tarde que nunca. "Sí" confirmó, agitando la bolsita de dulces antes de abrirla con cuidado para no tirarlos, aunque no especificó si era 'sí, todavía huele, por eso te lo mencioné' o 'sí, obvio que te diría si es hora de retirarte de la vida en sociedad o que gritaría para que alguien venga a salvar tu vida'. En realidad temo que Joss no querría involucrarse en el último escenario, pero bueno, espera no tener que cumplir su palabra jamás.

Al notar que su compañero se detenía, se detuvo también y echó un vistazo en dirección a su cabeza. "No estás calvo todavía" comentó. Creeeo que fue un broma. Creo.

[Clement Tressan]

De acuerdo, sí, pero eso hace que Clement sea cuatro centímetros más bajo y yo me sentiría amedrentado con una chica que encima me lleva cuatro centímetros, y entonces proyecto todas estas cosas a mis pobres personajes. Y aparte cuatro centímetros es lo único que tienen algunas personas, para ellos debe ser un montón si tuvieran cuatro centímetros más.

"Todavía" repitió con un tono sombrío, alzando la cabeza y mirándola con los ojos entrecerrados, pero inevitablemente con una sonrisa en los labios momentos después. "¿Algún método que no sea ir a lavarme el cabello para sacarme el olor, Brackenbury?" preguntó. Ella tenía bonito cabello, quizás jugaba al snap explosivo pero tenía métodos infalibles para no arruinarse el pelo.

[Joss Brackenbury]

Sólo quiero recalcar que estábamos hablando de estaturas. En fin, si te quieres acomplejar con razón, estanca al pobre Clement en su estatura actual y deja que Joss termine de crecer, porque cuentan las malas lenguas que le faltan algunos centímetros.

Extendió su brazo para ofrecerle dulces de la misma bolsita que él proveyó, a modo de disculpa por el 'todavía'. Mejor no contarle que toma Adivinación y que la mala noticia es que sí vio el futuro y, aunque le augura un par de décadas con cabello, su destino está escrito. Inclinó la cabeza un poco a la derecha. Ese día llevaba el cabello suelto, con una diadema gruesa que evitaba que los mechones le cayeran en la cara. "Nada que haya puesto en práctica alguna vez" respondió, porque ella no se iba quemando el cabello por diversión (todo va a cambiar el día que se le llene de una sustancia babosa y asquerosa, pero bueno, detalles). "Pero hay un encantamiento para desodorizar la ropa" hizo una pausa. "Me pregunto si funcionará en el cabello" agregó en tono pensativo.

[Clement Tressan]

Lo bueno es que ahora venden esos zapatos con plataforma, ¿no? Si quizás Clement la alcanza y la diferencia sigue siendo cuatro centímetros, puede intentar equilibrar las cosas usando unos elevator shoes de Guidomaggi.

Metió la mano dentro de la bolsita para sacar uno de los fizzies, agradeciéndole con un gesto de la cabeza. "¿Lo conoces?" preguntó, refiriéndose al encantamiento desodorizador. "Es decir, ¿lo has visto funcionar bien y eso?" intentó aclarar, porque quizás era una cosa experimental que salía en alguna revista, y él ahora se acordaba que no quería quedar calvo. Seguramente se olvidaría para cuando volvieran a ofrecerle una partida de snap explosivo, pero hasta quedarse sin cejas no pensaría que es un riesgo real.