Caida libre

[Josephine Harrington]

Había mirado con fascinación ese árbol desde su primer año en Hogwarts, cuando todavía no tenía la altura siquiera para trepar a la primera rama. Durante esos años lo había escalado varias veces pero nunca podía pasar de la tercera y ese día sentía que era EL día. Era ahora o nunca.

Observó la rama de la que debía colgarse con la decisión de quien sabe que va a perder algo más que el orgullo contra el suelo. Es que cualquiera diría que una chica de catorce años recién cumplidos no debería seguir trepando a los árboles como si fuera un niño de ocho pero Jo no procesaba las cosas como cualquiera y menos como cualquier adolescente. Su orgullo pasaba por otro lado, no por mostrarse impoluta, bien peinada, con el uniforme perfecto y la falda corta.

–Bien… uno, dos… tres- contó mentalmente y sus pies pegaron el salto. Las manos chocaron contra la superficie rugosa, clavándose alguna astilla pero sus dedos se aferraron con fuerza a la par que inhalaba para intentar pasar una pierna por encima de la rama y abrazarla. Si lograba eso ya tenía el triunfo asegurado. O eso creyó.

Quedó con una pierna colgando y la otra flexionada, agarrada al árbol. Con esfuerzo logró atrapar la rama con la otra pierna también, ahora solamente debía lograr girar para quedar con su cuerpo por encima y no colgando por debajo como estaba ahora. Se inclinó hacia la derecha intentando rodearla, pero tanto su pie como su mano resbalaron de la madera, dirigiéndola hacia lo inevitable: el suelo y los moretones.

[Josephine Harrington]

Cayó boca arriba, como estaba colgada del árbol, así que su espalda y su cabeza se llevaron la peor parte del golpe. Tenía los ojos cerrados con fuerza por reflejo al sentir el impacto y estaba por gemir del dolor en la cabeza cuando le pareció escuchar una risa y... aplausos??

Cuando pudo volver a abrir los ojos vio a su persona menos favorita del mundo entero. ¿En serio? ¿No era lo suficientemente malo no haber logrado su objetivo y haberse pegado tremendo golpe? Se incorporó quedando sentada en el suelo y se llevó una mano a la cabeza antes de poder contestar, sobando la zona donde le dolía. Ella no podía verse pero tenía hojitas secas entrelazadas en el pelo y las manos sucias, con astillas de la madera, que pronto le comenzarían a pinchar.

Lo miró con cara de pocos amigos "Hasta donde yo sabía..." imitó la voz de Scott en las primeras palabras de su frase "Gryffindor es la casa de los valientes y por ejemplo yo no tengo nada de miedo de dejarte un ojo morado".

[Josephine Harrington]

Jo bajó el brazo al ver que él se acercaba, quería tener las manos libres para defenderse en caso de que fuera necesario, además de que no le agradaba que la gente (y en particular él) se le acercara tanto.

¿Alguien como ella? ¿Qué tenía de malo ella? No veía en qué sentido él se sentía superior como para no estar en la misma casa.

"Y que tú parezcas humano no significa que sepas tratar con gente, cabeza de quaffle" le respondió utilizando su apodo favorito para el chico, llamarlo así siempre la hacía sentir mucho mejor, aunque estuviera sentada sobre la tierra y le doliera hasta el alma. "¿Cómo estás, Jo? ¿Te lastimaste? ¿Quieres que te ayude a levantarte?" imitó nuevamente la voz de Scott.

[Josephine Harrington]

NO tenía piojos, todas las noches se bañaba, aunque por el estado de su cabello en ese momento no puedo prometer nada.

La sonrisa socarrona de Scott la exasperaba más que cualquier comparación con monitos que él hiciera. Jo lo miró incrédula mientras volvía a frotarse la cabeza y por primera vez sonrió. "¿Existen maneras responsables de subirse a un árbol? ¿Dónde te las enseñaron, en Beauxbatons?"

[Josephine Harrington]

((te mandé mp pero como estaba inspirada posteo, si te molesta que asuma que Scott se cae de toto, lo edito xD))

Y Jo puede pasarle todo su pelo por la cara para que pueda comprobar por sí mismo que NO tiene piojos, sólo acumulación de mugre tras 24 horas de andar por ahí revolcándose en el fango.

La sonrisa se le fue de los labios e iba a gritarle que ella sabía perfectamente cómo trepar ese árbol porque venía haciéndolo desde los once años, cuando él le dijo tonta. Los ojos se le llenaron de enojo y despacio dirigió sus manos hacia los hombros del chico, apoyándolas en él.

"Primero, no soy ninguna tonta" le dijo con la misma lentitud pero mirándolo a los ojos con firmeza y bronca "Segundo, no me llamo Simia, mi nombre es Josephine" hizo fuerza para levantarse ignorando el dolor en su espalda y cintura, empujando a Scott hacia el suelo "y tercero..."
Una vez que estuvo de pie se dio cuenta que lo había hecho caer sentado por haberlo usado de apoyo. Se le ablandó un poco la mirada, aunque seguía llena de bronca, así que dejó de mirarlo.

"Tercero, así se ayuda a un compañero" finalizó extendiéndole una mano para que él pudiera levantarse del suelo también.

Claro que la mano estaba sucia de tierra y con puntitos rojos por haberse raspado al trepar al árbol.

[Josephine Harrington]

Observó con enojo cómo se limpiaba luego de haberle empujado la mano que ella le ofrecía. Así que Jo puso sus manos en la cintura, parándose como una jarra, obviando el dolor que sintió al apoyar las palmas contra su cuerpo.

"Ya te he dicho que no me llamo así!! ¿Quieres que te escriba Josephine en la frente?" le chilló irritada, pero luego miró hacia otro lado mientras movía una pierna en el lugar, nerviosa. "No fue mi intensión" aclaró sobre haberlo tirado al suelo, bajando considerablemente el tono de voz.

Es que no sabía medir su fuerza! Sí, había querido usarlo de apoyo a propósito para vengarse de que le dijera tonta y no la ayudara en lo más mínimo pero no había querido que cayera sentado en la tierra, por eso le había ofrecido su mano después. Era una salvaje con sentido de justicia. Y era orgullosa pero bastante menos que él, como para admitir que no lo había hecho a propósito.

[Josephine Harrington]

Si vamos a ser justos, él empezó a llamarla simia torpe y PIOJOSA antes de que ella tuviera chance de devolvérsela diciéndole cabeza de quaffle. Pero ya no tenían once años donde las batallas se intentaban ganar culpando al que arrojó la primera piedra. El tiempo había pasado y aunque seguían gruñéndose y la manera de agredirse había ido en aumento, la señal de alerta para que parara se activaba mucho más rápido que antes, donde sólo podía frenarlos un castigo y la quita de puntos para Gryffindor.

Alzó una ceja mirándolo con curiosidad cuando propuso llamarse por sus nombres. “¿Es algo así como una tregua?” preguntó amortiguando la desconfianza con el agrado que de repente sintió ante la idea. Se acercó despacio y volvió a ofrecerle su mano a Scott, luego de limpiarla levemente contra su ropa. Lo miró con media sonrisa, alentándolo a que esta vez no la rechace y la estreche como para cerrar 'el trato'.

No le importaba que él no le creyera, ella no lo había hecho con mala intensión así que no insistió. Él debería aprender que nada es lo que parece. Se limitó a pasarse una mano por el cabello, acentuando el despeinado en la parte de atrás de su cabeza, que era donde más le dolía y cerró los ojos con fuerza por la punzada que sintió.

[Josephine Harrington]

Me refería a esta conversación en particular, el ataque a la simia piojosa lo comenzó él! Ella estaba tranquila matándose contra el suelo. La enemistad seguramente surgió muy de a poco, ante cada comentario arrogante de él, cada golpe o desubicación de parte de Jo, ni hablar de las primeras veces que la vio llegar despeinada y con barro en la cara.

Ignoró el ardor en la mano producto de las espinillas y también el acento afectado de Scott, prefirió sonreír levemente como para confirmar la tregua. Era bueno saber que se podía razonar de vez en cuando con el cabeza de quaffle. Nadie dijo que no podían seguir llamándose así en sus pensamientos.

"Y... ¿tú que estabas haciendo?" preguntó para luego dejar de mirarlo y concentrarse en estudiar su mano derecha, apretando las zonas donde veía que tenía clavada alguna astilla. Era extraño intentar mantener una conversación civilizada con Scott y más viéndola lastimarse la mano, lo cual volvía todo bastante irónico.

[Josephine Harrington]

Tienen mucho en común! Por ejemplo el malhumor constante. Creo que las únicas diferencias (además del sexo :P) son un peine y un jabón.

La tomó por sorpresa que volviera a llamarla tonta y la agarrara de la muñeca por lo que empezó a gritar "¿Qué haces? Suéltame" y a mover el brazo para liberarse de la mano de él. Tenía muchas ganas de volver a pelear porque la había llamado tonta OTRA VEZ pero habían prometido una tregua, así que intentó calmarse respirando profundo.
"NO puedo caminar tan rápido" le reclamó, no iba a admitirle que le dolía la cintura por el golpe.

Decirle tonta, tirarle de la muñeca y no decirle a dónde iban no sé si cuenta como amable.

[Josephine Harrington]

Agradeció cuando dejaron de caminar porque las punzadas subían por su cintura hasta el cuello y lo único que quería era poder hacerse sonar todos los huesos y que dejaran de doler. Estaba fastidiosa porque él no la soltaba y no le gustaba sentirse en inferioridad de fuerza. ¿No acababa de tirarlo al suelo? No podía ser que ahora no pudiera soltarse. Además lo único que hacía el chico era quejarse de ella... ¿tenía idea de lo molesto que era escucharlo?

Abrió grande la boca para gritarle que estaba rompiendo un trato tan sólo cinco minutos después de hacerlo cuando Scott se detuvo justo a tiempo antes de decirle simia por vez un millón en lo que iba de la tarde, así que solamente pudo mirarlo incrédula con una ceja en alto cuando él se agachó y le ordenó que se suba. "No me des órdenes!" le dijo con voz firme porque el resto de su cuerpo denotaba todo lo contrario: indecisión. ¿Debía subirse? Para eso tenía que... tocarlo! Agh. Asco!!

Miró hacia ambos lados como si esperara que alguien apareciera a salvarla o algún espectador desprevenido tuviera la respuesta a qué debía hacer. Lo miró de nuevo y dubitativa pasó las piernas a los costados del chico y se agachó para recargarse sobre su espalda.

Una vez que estuvo arriba comenzó a murmurar con voz de burla "Eres tan tonta... eres tan ruidosa... eres tan simia".

[Josephine Harrington]

Jo no podía ser así porque no todas habían nacido para muñequita de porcelana, algunas encontraban ese rol tan aburrido que optaban por ser totalmente lo contrario y se iban al otro extremo. Lo que ella no sabía era que la mayoría de los hombres preferían las muñequitas para cuidar que las autosuficientes.

Cuando Scott se puso de pie tuvo que aferrarse a sus hombros aunque no quería, a la gravedad no le importaba que no se soportaran o que fuera un asco a su edad tener tanta cercanía con un chico. Inconscientemente inspiró una gran cantidad de aire al sentir el perfume que venía del cabello de él pero su cerebro bloqueó el pensamiento consecuente de admitir que olía rico.

Además ahí estaba de nuevo la voz de Scott soltando más quejas, ahora la trataba de gorda!! Se contuvo de golpearle con un puño las costillas porque sabía que ambos caerían al suelo y no quería más sufrimiento por ese día. Se mordió el labio inferior y lo miró con desagrado, moviendo la cabeza como imitando sus gestos, poniendo cara de tonta, aprovechando que no podía verla.

Porque eso era él, un cabeza de quaffle, no debía olvidarlo, por más favores que estuviera haciéndole. Mierda. Ahora le debía un favor. Internamente se juró negarse a lo que sea que le pidiera a cambio, aunque todos sabemos que llegado el momento su sentido de la justicia le dirá que lo correcto es devolverle el favor. A su manera, claro.

“¿Y tu encanto es quejarte las veinticuatro horas? Por Merlín, es la primera vez que te escucho reír aunque sea de mí” estaba tentada de mover las piernas como si estuviera en una hamaca pero algo le decía que Scott era capaz de soltarla directo al piso de nuevo.

[Josephine Harrington]

La autosuficiente igual necesita que la cuiden, el problema es que quieren que la muñequita de porcelana los necesite para TODO.

Menos mal que no la está oliendo!! No ayudaría a contrarrestar lo que él piensa de ella, no estaba en su mejor momento. Igual aclaremos algo: Jo tiene ese aspecto después de todo un día de clases y de andar trepando árboles y caer sobre tierra, a la mañana no luce así, solamente está despeinada y con el uniforme mal puesto porque es incómodo y horrible.

“No podría verlo porque es invisible, como que me parece que no existe” murmuró entre dientes conteniendo la ira que comenzaba a sentir por la incapacidad del chico de captar las ironías. Decidió fastidiarlo como él a ella y empezó a mover las piernas como si estuviera arriba de un caballito de una calesita “Pero por favor, ombliguito, ¿de veras crees que eres tan interesante?” preguntó indignada de que la acusara de perseguirlo “tengo la desgracia de compartir todas las clases contigo ¿recuerdas?”

[Josephine Harrington]

((jajaj vos estas manejando a Draquito!))

Cuando él soltó una de sus piernas se inclinó hacia ese lado aferrándose un poco más fuerte al hombro contrario del chico para no caer, pero una vez que volvió a su lugar decidió terminar de fastidiarlo moviendo así las piernas y agregando un "arre arre caballito!!!" Por favor no la tires, ya está muy golpeada por hoy! Dejala vengarse un poquito.

Por favor, Birkin, todo sabemos que el que empezó la pelea fuiste vos y que te encanta la simia salvaje, sino no hubieras ido corriendo a verla trepar el árbol ni hubieras arrancado a molestarla cuando todavía estaba tirada en el suelo.

"Eso es porque yo no quiero llamar la atención todo el tiempo, ombliguito" ay podía acostumbrarse a ese nuevo apodo pero tenían un acuerdo sobre eso y debería contenerse de empezar a usarlo como algo habitual "en serio, tienes un serio problema si piensas que alguien querría acosarte... eres insoportable" todo este rato con él la estaba dejando más agotada que trepar al árbol y caer cien veces.

[Josephine Harrington]

((pero vos lo haces malo con M de Malfoy y asesinás tu corazón feminista, también tenés el poder de no dejarlo hacerlo! xD))

"Aayy" se le escapó cuando Scott soltó una de sus piernas y tuvo que agarrarse de él para no resbalar "y tú deja de hacer eso, era sólo un chiste" -qué malhumorado-pensó quedándose quieta porque no quería que la tirara y ya faltaba poco para que llegaran al castillo.
Suponía que ombliguito no querría que lo vieran entrar con ella a cuestas así que la dejaría caminar tranquila hasta la enfermería, porque pensaría que a alguien le importaba lo que hacía o que los de otros años sabían quién era. Por Merlín, ni que lo hubieran elegido rey del baile de San Valentín. Esperaba nunca tener que verlo en una situación así porque moriría del stress de tener que soportar su autoestima ocupando toda la sala común.

Claro que Jo no iba a llorar por haberse caído! Ella no lloraba por esas cosas, en realidad no lloraba por nada porque todavía no había sufrido nada que lo amerite. Además el día que algo le doliera tanto, físico o no, seguramente sabría como guardarlo y retenerlo en su interior. Como las ganas de pegarle un par de patadas por tratarla de gorda cuando ella sabe perfectamente que no lo era.

El apodo ombliguito no era para nada cursi, pero como Scott era un cabeza de quaffle no entendía que estaba burlándose de su necesidad de sentirse el centro del universo. NO era tan inteligente como se creía.

[Josephine Harrington]

No tenemos evidencia de que sea amable con los demás por ahora y eso es prueba suficiente de que Jo no lo acosa, sino sabría cómo es con los demás, ella sólo opina sobre lo que ve de él cuando están juntos.

Como tampoco Jo usaría nunca un apodo cursi, se le hace insoportable, el diminutivo lo utiliza con desdén. El problema principal es que no se conocen ni entienden, sino Scott sabría todo esto. O sea, no usa peine! Menos usa un apodo cariñoso. También se darían cuenta que tienen más en común de lo que piensan: ambos aman el quidditch y lo único que les pareció genial de ese sábado fue el partido de Slytherin contra Hufflepuff.

“Deja de decirme gorda” y se mordió la lengua para no agregar un cabeza de quaffle al final de la oración, solamente se sacudió un poco para que supiera que estaba fastidiada de oírlo y de estar en su espalda, el dolor de cintura volvía por estar en la misma posición.

“Esto es tan aburrido…” Resopló mientras miraba alrededor como buscando con qué entretenerse ya que él no quería que le hablara y no entendía sus chistes. Era una máquina de impedir.

“A ver… cuéntame tú un chiste” le propuso sabiendo que él picaría si lo planteaba como un reto.