Bendita nieve

[Mina Hayward]

La cuenta iba en veinticuatro. No, espera, veinticinco. Mina conocía veinticinco formas de maldecir y echar pestes, en tres idiomas diferentes, pero la verdad era que se ponía más creativa en su lengua materna, gracias a Merlín por el inglés. Sin embargo, cabe aclarar que sólo se estaba explayando mentalmente, al exterior estaba expulsando pedacitos de cada grosería, así que todo lo que se escuchaba salir de su boca era algo como "hija de... y la grandísima...".
¿A qué venía tanta expresión de felicidad? A la bendita nieve acumulada en los terrenos del colegio. Un par de minutos atrás estaba caminando como si nada rumbo al castillo, y de repente, sin previo aviso, había pisado una zona donde la nieve era más profunda de lo que parecía a simple vista. Ahora no sólo tenía 3/4 de una pierna enterrados y congelados, sino que, al tratar de conservar el equilibrio había soltado los pergaminos que llevaba en brazos así como su mochila, que aterrizó fuera del alcance de su mano. Con la varita en el interior. Tenía toda la razón al estar insultando al universo, ¡¿a quién le sucede algo así?!

[Dominic Dogberry]

((JAJAJAJAJA *te señala*))

¡Já! Sólo a ella. Lo malo era que no podía contemplar la escena en calidad de público, en vez de maldecir el destino lo habría considerado graciosísimo. Dominic ya la había reconocido en la distancia; iba al jardín para recoger un puñado de ramas para una sencilla tarea de pociones y, según fue calculando el trayecto, Mina quedaba de paso: precisamente a un lado del pasillo por el que tenía que transitar. No estaba dentro de sus planes acercársele para saludarla formalmente, sólo reconocerla con un breve ademán de mano y seguir caminando (lo mismo que había hecho desde su último encuentro). De no ser por el incidente del hoyazo en la nieve, en verdad que lo habría hecho.

"..." Ahora estaba a unos escasos seis pasos de distancia, quieto, y los ojos exaltados hacia ella; un par de libros bajo el brazo. Había pasado todo tan rápido que no lo creía. La miraba como tenso. Lo normal para el caso sería reír... créanme que lo haría, pero después de procesar aquello. Dénle tres segundos más.

[Mina Hayward]

((Ya te dije, eres un lelo. Lelooo XD ♥♥♥))

Sinceramente, aunque Mina regresara a su habitación cada noche armando drama mental porque Dominic sólo la saludaba con la mano, en el fondo yo creo que le hace un favor. Porque no hay nada que ella disfrute más que suspirar y adorarlo en silencio, todo perfecto él. Si no hablaba, no lo arruinaba. Lo que no está claro es qué tan consciente es ella de ese detalle.
Todavía no notaba a Dominic, lo cual resultaba obvio porque seguía soltando maldiciones entre dientes. Una vez más (después de quince) estiró el brazo, doblándose sobre su estómago, para intentar alcanzar la mochila. "¡Maldita sea, ACCIO!" gritó. Para un demonio le servía eso sin la varita.

[Dominic Dogberry]

¡Y seguía sin notarlo! Peor para la risa que vendría, eran más armas visuales para que reventara: no porque Dominic fuera un bestia, sino por su simple condición de humano. Quiero creer que, estuviera Mina contemplando a alguien más bajo su situación, haría lo mismo. Lo de si la ayudaría después y/o se disculparía por la reacción, era otro asunto.
No aguantó más y soltó una moderada carcajada, primero ocupándose en mantener la boca cerrada y controlar su mueca. Se habría escuchado un ¡PFFFF! del aire expulsado cuando no pudo más y su risa se escuchó tan alta y libre como hace mucho tiempo no había experimentado. Finalmente olvidó de controlarse a favor de la discresión, para soltarse. Fue tan fuerte aquel impulso que hasta echó la cabeza hacia atrás.
Y siguió riendo, y riendo.

[Mina Hayward]

Prefiero no entrar en detalles sobre lo que Mina haría si los papeles estuvieran invertidos, no viene al caso.
Se quedó completamente quieta cuando escuchó las risas. -No, Merlín, no, nonononono-. Cerró los ojos con fuerza, algo completamente absurdo, como los niños pequeños que asumen que como no pueden ver nada, la gente no los puede ver a ellos. Despacio, muy despacio, dirigió su mirada al punto origen del sonido. No quería ver. Porque sabía a quién pertenecía esa risa (¿cómo no hacerlo?).

[Dominic Dogberry]

OK, no era para tanto. Tan sólo le duró la risa un momento más, luego se apaciguó y luego, al mirarla "..." volvió. No tan intensamente como al principio, claro está, pero lo suficientemente fuerte como para que alguien que se alejaba de ellos volteara la cabeza. PERDÓNENLO POR SER NORMAL. De alguna forma pudo concentrarse para aminorar la carcajada a una (gran) sonrisa y, ya más o menos calmado, entornar el cuerpo hacia ella. "Hola, Mina" saludó, mirándola de pies a cabeza con gesto divertido y fascinado (en su pierna atorada dedicó más tiempo de contemplación); las mejillas ligeramente enrojecidas. No mostraba señales de pretender acercársele todavía ni ayudarla; por ahora sólo veía.

[Mina Hayward]

Mina no podría decidir qué era peor, que él no se hubiera apresurado a ayudarla a salir del hoyo (nunca fue eso tan literal), que estuviera siendo testigo de su idiotez, o que se riera de ella en su cara. Si no fuera su hermoso y perfecto Dominic, es hasta posible que se enojara lo suficiente como para lograr un milagro, alcanzar la mochila, sacar la varita y mandarle un encantamiento que lo dejara calvo y sin hijos. Cabe señalar que ya se había ruborizado tanto que si pegara las mejillas a la nieve que la tenía atrapada, la derretiría tan rápido que se resolvería su problema. -¡¿CÓMO QUE 'HOLA, MINA'?!-. "Hola, Dominic" respondió con toda la calma que logró reunir. -PORQUE ES COMPLETAMENTE NORMAL MI POSICIÓN, ASÍ ME GUSTA PLATICAR CON LA GENTE EN LOS TERRENOS-.

[Dominic Dogberry]

Hey, no podía enojarse por el saludo burlonesque si iba a ayudarla enseguida, ¿o sí? La risa era una fuerza difícil de combatir. "..." Le sonrió con todos los dientes y, habiendo retomado brevemente una risilla, "Perdona. Te voy a..." -pfff- "te voy a ayudar," se disculpó, sonriendo con ceño. A lo mejor lo más urgente era desatorarle la pierna, pero no quería que Mina le viera la mueca de estar aguantándose la risa por más tiempo (ya la estaba moderando), así que ignoró el hecho y pasó a su lado para recoger la mochila, lo secundario en importancia, que había volado por ahí: el ángulo era bueno, podía darle el perfil y si se giraba un poco (como procuró) hasta darle la espalda. Le dio unas palmadas a la mochila para quitarle la nieve, más calmado de lo que debería: en realidad seguía pensando en lo chistoso de su desgracia y en que NO DEBÍA REÍRSE MÁS. Quería.

[Mina Hayward]

Era tan dolorosamente obvio que Dominic tenía ganas de seguirse carcajeando, que Mina no tuvo más opción que poner los ojos en blanco y resignarse. Sería hasta cruel permitir que se aguantara por más tiempo, ¿y si le hacía daño? "Puedes continuar riéndote si a cambio acordamos que evitar que pierda esta pierna es más urgente que rescatar mi mochila de la nieve" dijo en un tono que se esforzó por no ser resentido. Si la verdad era que no podía culparlo, aunque eso no quitara que estaba odiando lo que sucedía.

[Dominic Dogberry]

¡Ah! Pues cómo no iba a notársele. Como un elefante queriendo esconderse detrás de una fresa. Todavía se le escaparon algunos bufidos de nariz, mientras le daba la espalda. Al oírla sonrió más; dejó pasar un momento de silencio. "No me estoy riendo..." dijo, y al girarse hacia ella para revelarle el rostro, demostró que no estaba mintiendo "ya no", sinceramente aclaró. Lo animado no se lo quitaba nadie, pero ya podía clasificarse como su sonrisa habitual de todos los días: señas de su lucha interna, nada. "Y no vas a perder la pierna," -¡exagerada!- se le acercó, recogiendo en el camino unos tres pergaminos del suelo, para extenderle la mochila (y pergaminos) con una sonrisa empática que, esperaba, funcionara en cierta forma de disculpa (igual, nada más checar si le recibía las cosas de buena manera o no). Tenía que desocuparse las manos antes de atenderle lo importante.

[Mina Hayward]

Qué injusto era Dominic. ¿No se enteraba de que cuando hacía cosas como voltear como lo hizo o sonreírle, ella sentía mariposas desquiciadas en el estómago? Perdió gran parte de la seriedad en su rostro, entrando súbita y peligrosamente al terreno de la expresión estupidiotizada. -No, Mina, no-. Sacudió la cabeza, frunciendo el ceño. "¿Cómo estás tan seguro?" replicó. En realidad no se había detenido a analizarlo, pero no exageraba al decir que no se sentía normal. Tomó sus pertenencias simplemente porque él se las estaba ofreciendo, aunque se sentía boba agarrando las cosas cuando permanecía atorada.

[Dominic Dogberry]

"Eh," ¿la réplica de Mina iba para algún hilo de broma a seguir? No era tan bueno para captar rápidamente eso, "no lo sé," enfatizó la sonrisa, confundido. Luego se le ocurrió algo que "Sentido común" le salió entre tono de afirmación y pregunta. Flexionó las rodillas y acercó las manos a la pierna de Mina con una rapidez de la cual después fue consciente: a tiempo se perctó de esto para retirarlas. ¿Cómo iba tocarla así como así? Estamos hablando de LA PIERNA DE UNA MUJER. Y más o menos extraña, además. "Uhm, ¿cómo quieres que...?" titubeó, se sintió un poco idiota al pensar que Mina se habría podido percatarse de su acercamiento de manos a una zona que no debía.
La miró fijamente a los ojos y pensó. En qué decirle, qué hacer. Afortunadamente la solución era bastante lógica.

[Mina Hayward]

¡Las quemaduras por frío y la hipotermia no son asunto de broma! Aunque sí era un poquito apresurado preocuparse por eso, Mina no jugaba con su salud y bienestar personal. Hizo pucheros cuando le cuestionó su sentido común -¡hey!-, mas no pudo protestar en voz alta porque entonces Dominic hizo su movimiento raro. Francamente, en este pequeño instante en el tiempo, lo último que Mina pensaría era que él iba a tocarla; lo que quería era su pierna fuera del hoyo. Ya después se emocionaría como fangirl idiota, mientras no. Le sostuvo la mirada, enarcó una ceja y acto seguido levantó los hombros, pero no en el gesto de no tener ni idea, sino para señalar esa solución lógica.

[Dominic Dogberry]

-¡Ah!- Pues claro, ¿cómo no se le había ocurrido desde un principio? No parecía muy preocupado por su lentitud mental, sin embargo, más bien tranquilamente divertido. Alzó las cejas ante la llamada de atención, se incorporó y enseguida se posicionó detrás de ella para ahora, ya bastante quitado de la pena, acomodar sus manos para sostener a Mina por las axilas. El levantamiento no sería brusco ni inmediato, iba a darle un momento para que entendiera lo que estaba por hacer por cortesía ridícula que, él sentía, había que ofrecer. Sus propios libros, los dejó en la nieve delante de ella. Acercó el rostro a su hombro para susurrarle "..." -uhm- te voy a levantar era muy obvio, ¿no? Primero dijo nada, Mina escucharía su respiración bocal cercana al oído mientras pensaba brevemente en el asunto. "OK" se aclaró la garganta. Sus labios se fruncieron un poco por el esfuerzo inicial de levantarla, algo que le pareció (ya estando consciente del poco peso a tratar y la favorable complexión física del muchacho) sorprendentemente sencillo.

[Mina Hayward]

((Ay sí, ay sí, ya sabemos que está buenote XD))

Menos mal que alguien se estaba divirtiendo, porque déjame decirte que ella no la estaba pasando bien, y es poco probable que en un par de meses pueda reírse del episodio. -Sácame, sácame, sácame- pensó en cuanto sintió las manos de Dominic, francamente esperando más rapidez que cortesía. Digamos que cuando se está congelando está menos dispuesta a suspirar por la multitud de cualidades del chico.

Entonces sintió la respiración cerca de su oído.

¡Golpe bajo! El pulso se le disparó, las mariposas regresaron a su estómago, y si no tuviera la pierna metida en la nieve, se le habría hecho como de mantequilla. En ese estado no podía funcionar, ni mostrar reacción alguna por ser levantada. Dominic es un tramposo.