Asoleandose

[Liesel Hawthorne]

Lo siguiente que Regina iba a notar entonces era cómo la persona que la miraba recibía un ¿varitazo? en la cabeza. Cortesía de Liesel.

Lo único malo de andar en los terrenos, con tanta naturaleza alrededor, era cuando esa naturaleza se acercaba a invadir el espacio de los humanos (no al revés). Segundos antes Liesel había detectado una araña recorriendo su varita a lo largo, y en un momento de pánico irracional, lo primero que se le ocurrió fue agitar el objeto como si pretendiera sacar de él un hipopótamo bebé por la fuerza. Resultado: la varita se le escapó de la mano (con araña incluida) y fue a terminar el vuelo en la cabeza de la víctima inocente.
Liesel se quedó estática en su lugar, sin saber si debía reírse o preocuparse por potenciales daños a su posesión más importante como bruja. ¿Qué tan dura sería la cabeza de esa persona?

[Liesel Hawthorne]

A mí el que me gustaba era Nick, pero Brian funciona. Liesel no apreció que su cabezota hiciera que su pobre varita lanzara chispas doradas, así que apretó el ceño y tomó aire, lista para reclamarle, cuando la acción de Regina le cortó el discurso (algo así como que debería sumergir la cabeza en agua por largo tiempo a ver si se le ablandaba un poco; Liesel no era agresiva, ¡pero es que era su varita!). Al instante cerró la boca y, diría que puso cara de inocente también, pero la verdad es que dejó su expresión normal, que funcionaba para lo mismo.
¿Y por qué no habría de creerle Brian a Regina? Se tragó la historia sin necesidad pasarla con agua.

[Liesel Hawthorne]

Sí, bueno, yo dudaba de la sexualidad de todos, pero era el que me parecía más bonito para mirar.
¿Y la araña sobrevivió toda esa aventura? ¡Bicho del mal! Inocente nada, a Liesel le daban asco y miedo. Más asco. Había empezado a caminar hacia Regina con una sonrisa en el rostro, hasta que vio que había agarrado a la cosa-asquerosa-esa con los dedos. Sintió tal escalofrío que hasta tembló un poco. Optó entonces por guardar su distancia, de pie, en lugar de aplastarse junto a la otra chica como había planeado inicialmente. "Gracias por eso".

[Liesel Hawthorne]

Claro que fue un accidente, Liesel no acostumbraba lanzar sus posesiones contra cabezotas duras. Se deslizó unos pasos más hacia Regina, los suficientes para recuperar su varita. "Ya" respondió, sonriendo de costado. "Los varitazos son el crimen pasional del momento. Celos, rabia, desengaño" enumeró, y después dejó la frase en el aire, porque... no tenía idea de a qué quería llegar en concreto. Pero hablar es gratis.

[Liesel Hawthorne]

Finalmente decidió que estaba bien ir a sentarse junto a Regina aunque eso significara sentarse junto a la araña que quizo conquistar la cima de su varita. Lo hizo con las piernas flexionadas a fin de servirle como cojín. Puso a trabajar a su cerebro, aunque fuera por un par de minutos, tratando de imaginar a quién le gustaría hacerse popular por tener algo con Brian Peters. "¿Ser la otra te vuelve popular?" preguntó. Y era en serio su pregunta, del tipo con el que lograba que le pusieran los ojos en blanco. No sé si es inocencia, o simple desconexión con la realidad de la vida en sociedad.

[Liesel Hawthorne]

Hasta donde sé, sostener arañas entre los dedos no es una señal de malos modales. Tampoco es que me imagine a la reina de Inglaterra haciendo lo mismo, pero mientras Regina no se la coma, o algo así, sólo se veía algo curiosa por la anatomía de otros seres vivos. Por ahí va la disculpa que le está dando Liesel en silencio.
Obedientemente se imaginó a Kitty, enarcando una ceja y frunciendo el lado izquierdo de sus labios. "Supongo que hay distintos tipos de popularidad" acompañó la última palabra haciendo comillas con los dedos. Que Kitty era popular, ni cómo negarlo. Y bien por ella, Liesel no la juzgaba en absoluto.

[Liesel Hawthorne]

La verdad era que los muggles se merecían una buena sacudida por promover esa imagen de las brujas. Yo creo que ese es uno de los argumentos de Voldemort que nadie contó.
Por el rabillo del ojo observó que Regina dejaba en libertad al bicho, e instintivamente se encogió un poco, como si pensara que la araña se iba a ir directo contra ella para desquitarse por el mal rato vivido. "Pero" frunció el ceño "según lo que dijiste, ser conocida como la chica del grano" arrugó la nariz un segundo "igual es bueno si la persona se muere por ser popular, porque significa que la gente la ubica. Aunque sea por las imperfecciones en su cara. Está en el mapa".

[Liesel Hawthorne]

Curiosamente, para Liesel la pregunta es ¿quién quiere ser normal? ¿Y quién decide qué es normal? El tipo de cuestiones que no la mantienen despierta por las noches. Total, sonrió con la primera parte de la respuesta de Regina. A la segunda contestó encogiendo sutilmente los hombros. ¿Ella qué sabía? "De todo hay en esta vida, nada más mira a los de Hufflepuff" opinó muy seria. Sin ganas de ofender, era un argumento válido desde su perspectiva.

[Liesel Hawthorne]

Subió su mano derecha para rascarse la frente y luego pasarse el cabello detrás de la oreja. "Pues eso precisamente, que tienen de todo". A lo que iba era a que, desde su perspectiva, las otras tres casas eran más o menos, uhm, uniformes en su contenido (con las notables excepciones, por supuesto). Pero Hufflepuff era la que tenía la mezcla más variada. "Es casi como... lo que quieras encontrar, seguro hay un hufflepuff". Si Regina esperaba una respuesta más profunda, Liesel es la persona equivocada.

[Liesel Hawthorne]

Frunció los labios, haciendo una mueca hacia la derecha. Luego la jaló hacia la izquierda... y a la derecha, izquierda, derecha. Se distrajo. Miró de reojo a Regina, como si se hubiera olvidado de que era su turno de hablar y esperara que su compañera dijera algo. Sin embargo, por el gesto que le quedó en la cara, fácilmente podría asumirse que le estaba dando la razón en silencio.

[Liesel Hawthorne]

Liesel no encontraba tan apasionantes las historias cargadas de drama, prácticamente taratelenovelas, que vivían muchos de sus compañeros. Pero cabe señalar que no había nada que Liesel encontrara apasionante, así que tampoco es decir mucho.
Enarcó la ceja izquierda. No pensaba que los de Hufflepuff en general fueran angelitos del Señor (precisamente por eso había dicho que era la casa con más variedad), pero de que tenían la imagen... "Antes de venir a Hogwarts, ¿en qué casa pensabas que ibas a quedar?" curioseó.

[Liesel Hawthorne]

Asintió mientras escuchaba la respuesta, por una vez haciendo un esfuerzo extra para no desconectarse antes de que Regina terminara de hablar. Rió por lo bajo ante la observación de que sería pedante creer que naciste para estar en Ravenclaw, básicamente porque su hermana mayor siempre 'supo' que estaría en esa casa, y nunca dudó en informárselo al mundo. Por su parte, no estaba para defender la inteligencia de la gente de Slytherin, con la imagen de niña idiota que se cargaba... no quedaba ir a demostrar que sus neuronas sí hacían sinapsis. "Los de Slytherin nos divertimos más" opinó.

[Liesel Hawthorne]

((Te había comentado mi situación, pero de cualquier modo te debo un 'perdón' porque me tardé mucho en responder. Si quieres cerrarlo por viejo, lo entiendo perfectamente))

Tal vez era que a Liesel no le había tocado ver a gente de Ravenclaw pasándola bomba, o tal vez era que sencillamente no le importaba demasiado lo que salía de su boca en forma de palabras. Encogió suavemente los hombros, en señal de que en realidad le daba lo mismo si era más o mejor. Comenzaba a sentirse inquieta, pero también le daba mucha flojera pensar en levantarse y recordar qué estaba haciendo o a dónde iba antes de que Regina la salvara de sí misma.

[Liesel Hawthorne]

La determinación de Regina por hacer algo fue todo lo que Liesel necesitó para decidir hacer nada, porque responde a los estímulos de manera opuesta a la mayoría de la gente.
Asintió una vez con la cabeza. "Nos vemos después" se despidió, sonriendo de una manera muy infantil.