Ida y vueltas

[Lorenz Van Buren]

De lo único que Lorenz había tenido una acumulación inmediata había sido de orina, que había aguantado las últimas horas solamente por haberse permitido entretener con estupideces. Había salido de los baños del primer piso, y notando que el día realmente no estaba tan feo como habían estado amenazando toda la mañana, realmente pensó que sería buena idea dar una vuelta antes de volver a la sala común y empezar a hacer la tarea que tenía ya atrasadísima del primer día de clases.
De acuerdo, el paseo era obviamente para no tener que empezar la tarea hasta después de cenar. Se había aburrido a los pocos metros, y ayudando a su consciencia de que debería ir a tener las cosas prontas al menos para el día siguiente, estaba girando sobre sus pies para volver al castillo.

[Diane Roseveare]

Ha, cute.
Afortunado Lorenz, tan aparentemente libre de preocupaciones y... ok, iba a decir traumas, pero estaría mintiendo. Mi punto es que Dietrich no había estado a punto de besarlo en la biblioteca algo así como media hora atrás.
Y no era que la tranquilidad de los terrenos ayudara en algo, pero por lo menos había ganado tiempo a solas para darse gusto adjuntando a sus pensamientos toda clase de expresiones faciales horrorizadas, incrédulas, avergonzadas, etcétera, sin que nadie le preguntara si estaba sufriendo un ataque de algún tipo. Ahora todo lo que sonaba en su cabeza era la frase '¿qué demonios?' como disco rayado.
Avanzaba sin prisas hasta que en su campo visual apareció una figura conocida. Primer instinto: correr hacia él. Segundo: dar media vuelta y evitarlo. Pero Diane no hacia caso a sus instintos a menos que estuviera en una fiesta de Navidad, así que tomó aire por la boca y siguió caminando derecho.

[Lorenz Van Buren]

Tengo que darte la razón: yo también estaría muy traumado si Dietrich hubiera tratado de besarme en la Biblioteca. Es más, estaría escondido en un aula vacía, en posición fetal y rezando. Dragomir, on the other hand...
Ya le habían dado ganas de ir a orinar nuevamente, ¿qué onda con eso? ¿Alguna explicación científica que me quite las dudas de por qué en invierno mi vegija aparentemente pierde toda capacidad de retener fluídos? Pero en fin. Basta de mi cutez. ¿Esa era Diane, no? ¿Esa rubia que estaba ahí afuera, que a él le pareció que no lo había visto? Levantó un brazo y lo agitó, apurando el paso para adornar el "¡Diane!" que exclamó.

[Diane Roseveare]

Lo sé... lástima que Dietrich siga queriendo besarme en todas mis y sus reencarnaciones, y Dragomir se quedó con las ganas. De los dos, ha. Yo decía... cute cómo integraste el nombre del thread, no cute me fascinan los detalles del funcionamiento de tu vejiga dependiendo la estación del año.
Se esforzó para formar una sonrisa, lo que logró fue que la comisura derecha de sus labios se elevara lo mínimo posible. Gracias, universo, justo lo que necesitaba. Aquello era totalmente injusto. De haber encontrado a Lorenz antes de lo de la biblioteca, su reacción habría sido totalmente distinta. No imprimió rapidez a sus pasos, pero tampoco se detuvo.

[Lorenz Van Buren]

No lo niegues, no hay que sentir verguenza por estar fascinada por mis funciones urinarias. Puedo hacer todo un fic y pasártelo, si quieres, no le cuento a nadie.
Dejó las manos fuera de los bolsillos de la capa, porque seguramente habría de usarlos pronto, ¿no? Cuando Diane corriera hacia él y Lorenz la tomara de la cintura para hacerla girar un par de veces y luego depositarla en el piso para darle un beso. Apresuró el paso aún más, por lo que ahora, la verdad, es que está trotando.

[Diane Roseveare]

Por gracioso te voy a exigir ese fic, me encantaría leerlo.
I stand corrected... de nuevo, Diane fue perfectamente capaz de sonreír como Merlín manda cuando estuvo más cerca de Lorenz. Al final terminó cerrando las manos en puños mientras avanzaba, para controlar el súbito y abrumador deseo de abrazarlo ya. Al menos no corrió, con eso me basta. Por cierto que era un buen momento para notar cómo Lorenz hacía que se le acelerara el pulso... y comparar.

[Lorenz Van Buren]

...Shit.
Ni notó los brazos a los costados ni que antes no había sonreído, porque... era lunes, después de la eternidad que representaron las vacaciones. Y como que estaba tan metido con Diane que ahora que la veía tenía ganas de guardársela en el bolsillo y escaparse del país.
Volvió a caminar porque el plan no era pasar por encima de ella, y extendió ambos brazos para rodearla entre éstos, sin permiso y sin dudas.

[Diane Roseveare]

No, shit no, muchas gracias, puedes omitir esa parte, tampoco se trata de que me traumes de por vida con imágenes mentales.
Cuando estuvo entre sus brazos respiró profundamente y de repente se olvidó de todo. Nada, nadie importaba más que él. Usó sus propios brazos para rodearlo a la altura del estómago y enterró el rostro en su ropa. Quería decir varias cosas, pero todas las frases se le atoraron en la garganta. No importaba, tenían tiempo.

[Lorenz Van Buren]

Se me ocurrió que con Charlotte podríamos hacer una colab: ella un capítulo sobre los mocos, yo uno sobre la orina. Y así, con todos los que tenemos un papel en tu vida, ¿qué tal? Un hermoso recuerdo de todos los que te quieren.
"¡Tanto tiempo!" exclamó sonriendo aunque ella no fuera a verlo, como si no la hubiera visto en todo el día. La verdad es que era insoportable a veces, Diane, no sé como aguantas.

[Diane Roseveare]

Awwwn, qué idea tan... ¿Qué? Disculpa, me están hablando de este lado.
Ok, ok, en su defensa argumentemos que quizá se vieron de lejos pero no se habían hablado o tocado, así que era válido. O yo que sé, no veo cómo podría parecerle insoportable a Diane, por el contrario, la hacía sentir más tranquila respecto a su propia, hum, insoportabilidad.
Se separó un poco y levantó la cara para poder mirarlo y mostrarle la sonrisa. "¡Me extrañaste!" exclamó, con el tono tan evidentemente alegre que siento náuseas. Dietrich who? ((Ok, no, perdón, LOL))

[Lorenz Van Buren]

Pues ahora lo siento, porque cuando te pase el fic y le haga la propuesta a Charlotte no vas a poder hacer de cuenta que estás hablando por teléfono sosteniendo un cepillo de cabello a tu oreja.
Frunció en entrecejo en la sonrisa "Claro que te extrañé" la miró como si ella acabara de preguntarle si el agua era mojada y él se viera obligado a darle una respuesta innecesaria. Ladeó la cabeza porque él ya estaba más que listo para darle un beso, o dos. O cien.

[Diane Roseveare]

Oh, rayos.
Mordió su labio inferior (el suyo) a fin de controlar un poco la sonrisa irritantemente delatora. Ejerció algo más de fuerza con los brazos y le acercó el rostro, porque ella también quería esos cien besos. Entonces recordó el casi-beso no solicitado y créeme, nada peor que recordar la posibilidad de un beso robado de otro chico para arruinarle el estado de ánimo. ¿Tenía que contárselo? Alejó su cabeza.

[Lorenz Van Buren]

Lorenz movió los labios hacia el aire, con los ojos entrecerrados que abrió de repente (¿estaba apuntando mal? ¿Ella había girado la cabeza hacia el otro lado? ¿Alguien le secuestró la cabeza a Diane?) cuando ella alejó la cabeza.
Pensó lo peor: nada de besos, porque no eran nada ni lo iban a ser, y todo fue un error, y todo el rollo de no soy yo, eres tú, Lorenz, porque eres bizco y feo y estúpido. Aflojó un poco los brazos alrededor de Diane "¿Hm?".

[Diane Roseveare]

Favor de recordar para el futuro que Lorenz no sería de ayuda en momentos de crisis como, uhm, que un meteorito esté en camino de chocar contra el planeta. Daría por hecho que se acabó el mundo en lugar de mandar a una navecita a hacer hoyos y meter bombas, o como fuera la trama de Armageddon.
Lo contempló unos segundos muy seria, preguntándose si tendría que haberlo besado. Pero, ¿no se vería mal? Besarlo y luego casualmente comentar que uno de sus compañeros de casa había estado a punto de hacer lo mismo que él. "Una vez me dijiste..." hizo una mueca incómoda "que Dietrich Stover no es amigo tuyo. ¿Verdad?".

[Lorenz Van Buren]

Por supuesto que no, las situaciones de ese tipo se manejan alzando los hombros con aire vencido y aprovechando el tiempo libre para pasarla lo mejor posible. Por eso pusieron a Ben Affleck en esa película, indicador que nada bueno podía esperarse de su ejemplo en la ficción.
Diálogo continuado en la imaginación retorcida de Lorenz: 'Porque Dietrich Stover te manda esto *patada en la ingle y carcajadas para nada ajenas*'. Volvió a la realidad, los brazos se resbalaron un poco pero los volvió a aferrar "Ahá" asintió con la cabeza, dejó la boca entreabierta sin notarlo.