Final de Temporada

[Ethan Tillinghast]

Yo no te voy a juzgar por una sencilla razón: la quaffle no era mía.
Levantó la mirada por reflejo y aminoró la marcha al percatarse de que el '¡eh!' iba en su dirección, porque ni al caso seguir avanzando y dejar que Matt trotara detrás de él hasta el castillo. Finalmente se detuvo, pensando con cuidado cómo responder a la pregunta. Solía ser mala idea contestar 'sí' o 'no' sin antes conocer la razón por la que la otra persona quería saber, así que optó por un más sensato "depende" y una sonrisa.

[Ethan Tillinghast]

Oh, sí, todos los hombres soñamos con casarnos con una de esas.
Ni oportunidad para protestar tuvo, antes de poder formular al menos una palabra ya estaba atrapando la quaffle. Matt tuvo suerte, en cualquier caso, porque lo estaba invitando cordialmente a realizar una actividad física. Malo si le hubiera arrojado un libro y ordenado '¡empieza a leer!'.
Bajó la mirada a la quaffle, la pasó a Matt, recordó que es una niña y automáticamente su brazo decidió qué tan fuerte arrojarla. No te preocupes, no va a ofenderla con un lanzamiento patético sólo por su género, pero tampoco se le antojaba que ella no la atrapara y la pelota le rompiera la nariz, o algo similar.

[Ethan Tillinghast]

Vale, ahí ya no estás pidiendo un marido, estás pidiendo un elfo doméstico. Excepto por la parte de los hijos, ahí el elfo no ayuda, no intentes eso en casa.
Enderezó la espalda, dejando las manos al frente porque estaba esperando que Matt devolviera la quaffle. "¿Por qué estamos haciendo esto?" preguntó, pasando por alto que lo corrigiera cuando todo lo que había dicho antes fue 'arrójala'. Porque sí, es probable que ella no quiera aprender a jugar americano, pero si lo que quería era quidditch, ¿por qué no estaban en escobas?
Y sigue así de simpática y te garantizo la pelota en la cabeza. Ok, no, no.

[Ethan Tillinghast]

Le dieron ganas de reírse, porque todo había sucedido muy rápido (un momento estaba caminando hacia el castillo, al siguiente le estaba aventando una quaffle a Matt) y ahora esa pregunta. ¿Cómo tenía que responder? "No me disgusta" contestó después de atrapar la pelota, encogiéndose de hombros. "Nada más quería saber por qué lo estoy haciendo". Estiró una mano sosteniendo la quaffle y la agitó, tratando de indicarle que descruzara los brazos o le iba a dar de lleno en la cara.

[Ethan Tillinghast]

Oh, no. No, señor. Ethan no era un experto en chicas, para nada, pero había aprendido un par de cosas durante sus años de convivencia con sus compañeras, por ejemplo, que el camino más rápido y efectivo para meterse en problemas es abrir la boca y hablar. Así que no, no iba a completar la frase de Matt, porque aunque tuviera mil opciones correctas, siempre podía errar y soltar la mil uno.
Arrojó la quaffle haciendo caso a la amable solicitud de antes, o sea, apuntando más hacia la cabeza.

[Ethan Tillinghast]

No sé cómo esperaba Matt que él reaccionara a la información, pero Ethan enarcó las cejas. "¡Qué bien!" exclamó, en el mejor plan posible. Pues sí, ¿no? Bien por ella. Dicen que pertener a un grupo es bueno para la salud (?!). "¿No estaba completo el equipo?" preguntó tras recapacitar un segundo. La última vez que asisitó a un partido de Gryffindor, contó siete jugadores. También había querido preguntar '¿ya eres reserva, no?', sólo que nada más puedes escupir una idea a la vez.

[Ethan Tillinghast]

Una disculpa, Matt, no había sido su intención husmear, sólo trataba de seguir la conversación.
Y a riesgo de ganarse un golpe u otra forma de castigo, la indicación de no burlarse hizo que sonriera, no por lo que podría escuchar después, sino porque fue como decirle a un ciego '¡no veas!'. En ningún momento tuvo intención de burlarse. "No lo haré, Matt" aseguró en tono cansino, borrando la sonrisa y rodando los ojos.

[Ethan Tillinghast]

((Yo sé, es una grosería. Mejor me guardo la excusa y posteo))

Consideró señalarle que estaba equivocada, que él no firmó ningún documento cediéndole los derechos a atentar contra su integridad física, pero es cierto; pese a las apariencias, aquí el chico es él. Mientras no saquen las varitas, su ventaja es indiscutible.
Escuchó con atención y luego asintió con la cabeza, estirando los brazos para atrapar la quaffle. "Ya" contestó. Cuando tuvo la pelota en su poder, torció los labios. "Pobre" agregó, porque era eso o hacer un comentario sobre la clase de periodista que sería Matt. 'Hoy atacaron a tres muggles en Birmingham. Los responsables casi escaparon. O escaparon. No se sabe. Algo'. Y probablemente a ella no le haría gracia. Le lanzó la pelota de regreso.