Los pies en la tierra, la mano fuera de la boca

[Nicky Fitzgerald]

Se sintió como el más aguafiestas del país. Tal vez del reino, de las islas británicas y quizás del continente europeo. Dejó de mirar a Marlee y su mente se ocupó de decirle varias cosas a Nicky sobre las que podía mejorar. Por ejemplo, podría averiguar si en Hogwarts daban algún cursito de educación física, porque a él le vendría bien uno para cerrar la boca, o para no meter la nariz donde no le correspondían. Cosas así, ya sabes.
Estaba mirando hacia el frente, sin mirar, pensando en cuánto tiempo debería estar ahí sentado antes de poder levantarse e irse. -¿Y si cuento hasta veinte?- se propuso. -No, mejor algo externo...- su mirada paseó hacia el lado opuesto de Marlee. -Me levanto cuando vea un alumno varón pasar- decidió.

[Marlee McClain]

Marlee siguió intentando leer, sin lograrlo. Su mente la seguía criticando, y estuvo a punto de abrir la boca para pedir disculpas de nuevo. ¿Qué iba a poder hacer Nicky con su comentario, más que sentirse mal por cosas fuera de su control? Nada. Marlee lo había puesto incómodo por bocona. No solo le había invadido el lugar de lectura, sino que le había afectado el humor para mal, estaba segura.

Cuando ya le resultó insostenible seguir tratando de leer sin pedirle disculpas nuevamente, Marlee levantó la vista y vio a Nicky mirando hacia adelante y tampoco estaba leyendo. -Mierda...-

"Nicky", le dijo, en voz suave y culposa, ya preparando el terreno para pedir la disculpa.

[Nicky Fitzgerald]

Había fijado la mirada en una de las puertas del castillo, esperando ver si pasaba un alumno varón para tomar eso como su señal para levantarse e irse sin que pareciera demasiado repentino. Que Marlee llamara su nombre casi que pareció algo que se imaginó.
La miró de reojo y luego giró la cabeza lentamente hacia ella, alzando las cejas. "Perdón, ¿me hablaste?" preguntó. Estaba 90% seguro de que sí, pero ese 10% pesaba un montón.

[Marlee McClain]

Marlee asintió, con la boca cerrada con fuerza y expresión de pena en el rostro. "Nicky... Perdón por hablar tanto... Y de cosas raras" le dijo, tratando de expresar en palabras lo que le apenaba, pero sin sentirse satisfecha con la explicación. Lo miró a los ojos y luego bajó la cabeza mientras levantaba un poco las rodillas y el libro abierto, para sumergir el rostro en las páginas. Literalmente.

"Mi papá le dice un 'momento Marlee'. Por favor no me hagas caso", agregó. Y si Nicky contaba hasta veinte o esperaba a que pase un compañero varón, estaba perfecto. Ella esperaría el momento detrás del libro, muriendo de pena. Y sin acordarse de que estaba sentada en algo de él.

[Nicky Fitzgerald]

"Oh" dijo, sorprendido para luego soltar un "oh" con un tono algo distinto, más como... comprensión. Giró la cabeza para ver a Marlee, olvidándose de que tenía que buscar una señal para escaparse de esta situación en la que él imaginaba que estaba poniéndola incómoda a ella.
"No me molestan tus momentos Marlee" dijo, como si fuera lo más obvio del mundo. Definitivamente prefería que ella se sintiera libre de hablar a que estuviera censurándose con él. "Perdóname tú a mí si te hice sentir como que no quería escucharte".

[Marlee McClain]

Marlee se alegró con lo que dijo de sus momentos Marlee, pero bajó de nuevo el libro ante la disculpa de él, negando con la cabeza y mirándolo de nuevo con expresión algo apenada.

"¡Para nada! Pero a veces deberías decirme que me calle", dijo, aunque no estaba segura de si no sería algo hiriente que le dijeran que se calle. De todas formas su ego no valía tanto frente a un amigo, así que automáticamente trató de pasar todo el incidente a categoría de broma, y de paso enfatizar que ella había estado mal y no él.

Con una expresión exagerada de enojo, apuntó con un dedo hacia adelante y, con voz grave, dijo: "¡Callate, Marlee, estoy leyendo!"

[Nicky Fitzgerald]

Negó con la cabeza, soltando una ligera risa. "No, supongo que si fuera a hacer algo tan loco como decirte algo en esta situación, sería lo opuesto" explicó, porque gritarle con voz grave y expresión de enojo no era algo que podía imaginarse haciendo. "Podría decirte algo como... Marlee, no te atrevas a leer, tienes que hablarme" intentó agudizar la voz, pero le hacía doler la garganta. Más bien sonó como si estuviera disfónico, como esa vez que se olvidó ir por una pepperup después de ver todo un partido de quidditch un día de lluvia y viento.