Que no cunda el pánico

[Sterling Greengrass]

Hubo mucha anticipación en su grupo de amistades sobre esa noche, haciendo apuestas y suposiciones sobre el interior del laberinto, declarando cosas como que alguien acabaría muerto o desaparecido porque, según, ese era el estilo Hogwarts. Sterling no se preocupaba, más que todo porque si algo le pasaba, sus padres quemarían la escuela con todo el mundo dentro, y su hermana les echaría sal, o eso esperaba.

Fue el último en ducharse porque quería acabar un ensayo de pociones, y cuando salió de la ducha no había nadie en su habitación. Confiaba en que lo esperarían en la entrada del laberinto así que se arregló tranquilo, y salió al aire frío de noviembre sin pausa ni prisas.

Al ver a un grupo de chicas entrar al laberinto a lo lejos, supo que sus amigos no lo habían esperado y apretó los dientes, molesto, recordando todas las teorías horribles que habían dicho en el desayuno, ¿Y si había una acromantula allí? Apenas lleva dos años estudiando criaturas mágicas, lo van a matar ahí dentro.

((Reservado))

[Zelda Lufkin]

Como era costumbre cualquier evento social en la escuela la llenaba de emoción y Halloween en particular le gustaba más porque podía usar atuendos más llamativos sin que desentonaran con la ocasión. Según su criterio, había comenzado a arreglarse con suficiente tiempo, pero como no era muy puntual se encontró sola en su habitación al terminar y tuvo que apresurarse al salir para alcanzar a algún conocido.

Apenas tardó unos minutos en llegar a los terrenos, se detuvo una distancia segura de la entrada del laberinto y se pusó de puntitas, sosteniendo nerviosa los costados de la falda de su vestido, mientras buscaba a sus amigos, algún compañero de casa, de curso o alguien potencialmente más valiente que ella para adentrarse. Su hermano le había dicho que nunca entrara a lugares desconocidos sola porque era una muerte asegurada y ella les hacía caso a todos sin importar el porqué.

Se estiró un poco más y... ¡Ah! Finalmente, encontró una cara familiar y no pudo evitar alzar un brazo moviéndolo de un lado a otro para llamar su atención. Sterling era más valiente que ella ¿no que sí? Y sino, era mejor compartir los sustos en familia.

[Sterling Greengrass]

Si fuese más valiente, habría quedado en otra casa. Además, aquí la mayor era Zelda, por dos años. Su prima no podía esperar un caballero de brillante armadura en su primo de catorce años que sólo tiene cuatro pelos en las axilas. Un poquito de por favor.

Se detuvo en la entrada del laberinto, sopesando sus opciones. Además de buscarse nuevos amigos, no podía entrar solo y que nadie se enterara hasta el día siguiente que había muerto, eso sería muy triste. Si se moría, quería que alguien lo supiera inmediatamente, por si había posibilidad de salvación. Tenía que entrar con alguien.

Se giró para ver si venía alguien de su año por lo menos pero se encontró con Zelda agitando los brazos con energía. Si, Zelda sería buena compañera, su positividad haría del laberinto menos oscuro. Sterling la recibiría con una sonrisa ladeada y las menos metidas en la chaqueta de aviador.

[Zelda Lufkin]

Zelda solo pedía a alguien más valiente que ella, no al más valiente de la escuela. Además, la edad no añadía valentía, si acaso la restaba porque aportaba sensatez. Pero en su caso, ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario. Suerte siendo el primero en morir, Sterling.

Dio un saltó de emoción pequeño en cuanto creyó que su primo la había visto y no tardó en acercarse con los pasos más largos que su vestimenta le permitían. Si no la estaba mirando a ella y esperaba a alguien más, pues mala suerte, porque ya había tomado la decisión de entrar con él a ese laberinto. "¡Sterling!" lo llamó, una vez estuvo lo suficientemente cerca para no gritar "Eres un chofer" dijo sonriente, tras de examinarle la ropa. No importaba cuanto hubiese sacado en el TIMO de Estudios Muggles (un Extraordinario, Merlín, gracias) no lograba recordar la diferencia entre piloto y chofer.

[Sterling Greengrass]

Ya tenemos claro que en una película de terror, ninguno de los dos se salva.

Se miró la ropa, como para comprobar que no se había confundido y en realidad iba a chofer. "Piloto de aviones muggle, se supone" respondió, redundando porque no debe haber otro tipo de aviones que no sean muggles. "No sé cómo se visten los choferes" añadió con una risa corta porque era la verdad. Él no va a salir tan bien es Estudios Muggles. "¿Tú qué eres?" Preguntó, mirándola de arriba abajo.

[Zelda Lufkin]

Ladeó la cabeza, la verdad sea dicha, ella había logrado memorizar muchas cosas para presentar los exámenes, pero con el paso del tiempo había ido desechando información. Así que hora, que algunas imágenes llegaban a su cabeza, lograba asociar la palabra con una indumentaria diferente a la que vestía su primo. Pero, por lo que sabía, los muggles podían usar diferentes tipos de ropas dependiendo del oficio y solo algunos era reconocibles nada más por el uniforme.

"Piloto" repitió, tocándole el cuello de la chaqueta con un gesto de aprobación "Buen disfraz, te ves cool". Luego, dio medio paso hacía atrás y extendió un brazo a un costado, como para que el vestido pudiese observarse mejor "¿De que crees que voy?" preguntó con cero intensión de hacerse la interesante.

[Sterling Greengrass]

Para la próxima lo visto de policía, solo para Zelda.

Agradeció con una sonrisa el cumplido. No sabía si se veía bien, la chaqueta le quedaba un poco grande porque sigue pensando que ha engordado cuando la verdad era otra, pero aceptaba las palabras de su prima con buena cara. "Gracias, tú también te ves bien" dijo, sabiendo que era su turno de decirle algo. No era una mentira, por cierto, solo que no tenía idea de lo que era.

"Ahm" dijo, mirándola otra vez de arriba a abajo, poniéndose un poco nervioso por decir algo incorrecto. "¿Una payasa con estilo?" Soltó, apretando los labios en una sonrisa de disculpa anticipada.

[Zelda Lufkin]

También podía reconocer: doctor, barrendero, juez, cartero, lechero, chef, mesero, auxiliar de cabina... Existían muchas más opciones.

Sonrió contenta de recibir el cumplido de vuelta y se inclinó unos centímetros como quien hace una reverencia de agradecimiento. Pero sintió que su cuerpo se congelaba en esa posición cuando escuchó el resto -Payasa- repitió, mientras se esforzaba porque su rostro continuara sonriente. Qué terrible suposición ¡Ni siquiera tenía maquillaje en la cara!

"¿Crees que voy de payasa con estilo?" preguntó, haciendo todo lo posible por no sonar ni sorprendida, ni ofendida, solo un poco dudosa. No lo había pensado mucho, en un impulso había metido ese vestido en el baúl y ahí estaba, sin saber que nombre darle a su supuesto disfraz.

[Sterling Greengrass]

¿Barrendero? Esas son palabras de los que sacan Extraordinario en Estudios Muggles.

Zelda no tuvo que sonar sorprendida u ofendida para saber que había cruzado esa línea, tal vez porque ya tenía previsto fallar desde que le hizo la pregunta. Se rascó la nuca con nerviosismo. "La verdad es que no sé, ¿Una acróbata?" Soltó, e iba a empezar a nombrar todas los miembros de un circo hasta que Zelda lo detenga de hundirse más en el barro.

[Zelda Lufkin]

Hizo un movimiento rápido con su cabeza para negar sin borrar la sonrisa "No, pero no importa" dijo y entonces se acercó un poco para no tener que hablar muy alto "Diré que soy una acróbata, hasta que alguien descubra el disfraz" para nada trataba de hacerse la interesante con esa respuesta, solo quería salvar cara por ser tan poco imaginativa ese Halloween. Además, apreciaba la honestidad de Sterling al decirle que no sabía, porque ella no tenía espíritu para hacerlo decir nombres de disfraces hasta que llegara a uno que le pareciera adecuado.

[Sterling Greengrass]

Sabía que no saberlo era justo lo que se merecía por llamarla payasa pero no por ello dejó de darle un poquito de rabia que no se lo dijera, él se lo había dicho después de todo. Apretó los labios en una sonrisa y suspiró.

"Eso si conseguimos cruzar" dijo al mirar la entrada del oscuro laberinto. "¿Esperas a tus amigos?" Preguntó albergando la esperanza de que más personas se unieran a su grupo de dos. Si morían dos estudiantes igual no era gran cosa pero ¿cinco? Cinco no podía ser.

[Zelda Lufkin]

Aunque no quería imaginar lo que podía haber dentro de ese lugar que no les permitiera llegar a la fiesta, su mente comenzó a imaginar cosas contra su voluntad ¿Dragones? ¿Quimeras? ¿Muchos animales con pelo que le dieran una reacción alérgica y luego se moría?... "¿Mis amigos?" repitió y mientras pensaba en dónde podrían estar, intento recomponer su expresión porque un poco de pena si le daba que se le notara lo miedosa. "Creo que llegaron antes, es que yo salí un poco tarde" no se consideraba impuntual, pero prefería que los demás no tuvieran que esperar por ella por si acaso se tomaba más tiempo en prepararse.