El lago Negro

[Brandon Driscoll]

Se rió también, imaginándose a sí mismo con ropa deportiva (innecesaria, considerando el deporte) viendo a Eirwen detrás de una faja de seguridad amarilla en la competencia internacional que había inventado en su cabeza. Luego, cuando ella ganara, le arrojarían a ambos un bidón lleno de jugo de calabaza para festejar.

"¡Negocio cerrado!" dijo animadamente, buscando más piedras. "¿Has jugado con frisbees?" preguntó con curiosidad, sin saber si la piedra respondería a ser arrojada de la misma forma, aunque si se quedaban a esperar a que regresara nunca podrían egresar del colegio. Pero quizás sí servía el método para hacer que la piedra rebote sobre la superficie del lago.

[Brandon Driscoll]

Bueno, podemos cambiar las costumbres y que Eirwen y Brandon, como ganadores del campeonato, puedan ir a arrojarle el bidón de jugo de calabaza a los que perdieron. Probablemente no sea buenos modales, y la gente los califique de malos ganadores (si es que eso existe) pero al menos se iban a divertir y sin ensuciarse ellos.

"¡Sí, esos!" exclamó con una sonrisa, hurgando entre un par de piedras grandes para sacar una redondita y plana que estaba aplastada entre las otras. "Quizás funcionan así con el mismo método estas piedras, ¿no? No regresan, pero se arrojan igual..." propuso, levantando el brazo para pasarle la otra piedra. Estaba algo sucia esa.